Nuevos relatos publicados: 13

Fantasía compartida

  • 2
  • 24.990
  • 9,20 (10 Val.)
  • 4

Me gustaría citarme contigo, en un lugar, sin conocernos.

Podemos quedar dándonos pistas sobre la ropa que llevaremos.

Puede ser en un centro comercial.

Hay solo una premisa que ambos debemos cumplir. No llevar ropa interior.

Quedamos y yo llego primero. Ando nervioso con una carpeta roja en mi mano, mi camisa blanca y gafas de sol.

No pasa mucho tiempo hasta que te veo llegar andando. Subida en unos buenos zapatos de tacón alto, y ese vestido rojo que me habías anunciado.

De tu hombro cuelga ese bolso grande de color plateado, que hace juego con los zapatos. Perfecto. Ya te he reconocido.

Y tú a mí.

Me cruzo contigo, y tal como habíamos quedado alargo mi mano para entregarte un papel doblado en donde van escritas las siguientes instrucciones: Entrar en el centro comercial, y coger el ascensor hasta la última planta.

Te acercas al lugar y me coloco detrás de ti. Puedo oler tu perfume, que me embriaga, y empieza a agitarse mi respiración.

Llega el ascensor y entramos entre la multitud. Has entrado bastante hacia adentro, y me puedo colocar detrás de ti, entre tu cuerpo y la pared del fondo del ascensor.

Empieza a subir... y me acerco a ti. Mi mano extendida se posa sobre tus nalgas que palpo con descaro. Son firmes y pronunciadas. Y siento con excitación como te echas para atrás para clavar tu cuerpo más al mío.

No tardo nada en arrugar entre mis dedos tu vestido, y subirlo para posar la palma de mi mano abierta sobre tus nalgas desnudas. Bien, segunda parte cumplida. No llevas nada debajo.

Siento entonces como tu mano se echa hacia atrás y empieza a hurgarme entre mis piernas. Tengo la polla dura y está creciendo por momentos entre tus dedos.

Noto como me bajas la cremallera del pantalón y metes tus dedos para tocar la piel de mi verga.

Mi mano está ahora entre tus piernas, abierta, y mientras mi dedo pulgar se apoya en tu culo, mi dedo mayor empieza a hurgarte en el sexo, que está mojado... Entra y sale. Me gusta la cara que pones.

Mi boca se apoya en tu cuello y jadeo con fuerza mientras ambos nos estamos pajeando con los dedos.

Quito mi mano de ti, y te cojo con ambos brazos por la cintura, para echarte hacia atrás y que te apoyes en mí.

La altura de tus tacones hace que quedes al nivel justo para que mi polla se coloque entre tus piernas...

Tú misma apartas tu vestido rojo y sientes como mi carne toca la tuya.

Te inclino un poco con mis manos en tus caderas y muy despacio, para que la gente no note nada, voy entrando mi polla en tu coñito empapado.

Es una delicia... te muerdes el labio inferior para apagar un gemido.

Ahí, en medio de la gente, te estoy follando... y me gusta.

¿Y a ti?

Ahora te toca a ti seguir... sé bien explícita.

(9,20)