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Una noche de copas (4)

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Hola muy buenas queridos lectores para hoy les voy a entretener contando una de los tantos días en que disfrute de los favores de un amigo de mi esposo. Para un viernes David había invitado a sus colegas a tomar en la casa. Yo tenia la función de organizar todo desde la picada para comer y comprar el trago y líquidos para el consumo ese día salí un poco mas temprano de la oficina para pasar por el supermercado, comprar todo lo de la noche al llegar a la casa, tina me ayudo a bajar los paquetes y entramos todo a la cocina y le di las intrusiones para que me alistara la sala y yo me subí a cambiarme de ropa quitándome el vestido de paño me metí al baño a ducharme. Y en mi mente pensaba que ojala y viniera Javier hay papacito rico que esta que se come solito. Salí a secarme y ver que me iba a colocar y encontré una blusa negra trasparente y una minifalda de prenses blanca de levante atrás que deja ver media nalga.

- Ha esta esta perfecta me encanta si.

Y me vestí tal cual sin usar sostén dejando ver mis tetas a través de la blusa y un calzón blanco de dibujos. – Y ahora a esperarlos. Baje a la sala y me serví un trago de ron y prendí un cigarrillo música para escuchar. Al rato llegaron todos venían con mi esposo y los fui saludando de beso en la mejilla y el Javier venia con ellos cosa que me alegro el verlo quien entro de ultimo con David y a quien Salí y lo salude abrazándolo.

– Hola Javier como estas mi amor me alegra verte muñeco precioso que rico tenerte acá. - Dianita preciosa como vas pero que hermosa estas guau estas divina.

Deje que me mirara y me di vuelta entera para que me admirara. - ¿Te gusto? - Me encantas mujer. Volví a abrazarlo.

- ¿Y como te ha ido mi vida? - Dianita muy bien trabajando fuertemente, sacando el proyecto adelante

Nos reímos Y entramos, nos acomodamos en la sala y el que primero brindo fue mi esposo. Por lo que fue y no fue y que esperaban que se solucionara rápido la intervención que tenían en la obra. Se hablo del tema y su solución,

La conversación se estaba poniendo muy atrevida y yo lo estaba disfrutando, los demás caballeros seguían hablando de los problemas que se habían suscitado en los contratos.

-> Dianita mi niña hermosa. – Que quieres papacito. – Jejeje hay si te contara hasta me echarías de acá. - Ha eres terrible Javier y no se porque te podría echar si hasta ganas me has dado de comerte todo, seria por la única razón que te echaría de acá es que fueras malo en la cama que es a donde me gustaría estar contigo. – Hay muñeca hermosa si es a donde mas deseo estar contigo

Y acercándome a la cara le dije.

- Camina y subimos al cuarto, no digas nada y acompáñame. – Listo mamacita.

Nos levantamos y salimos de la sala sin que nadie lo notara. Al legar a la escalera. Apure el paso y de la mano y nos subimos corriendo, llegamos a la puerta entramos y le eche llave seguimos subiendo al tercer piso y me quite al camisa y la minifalda.

– Apúrate papacito desvístete rápido quiero verte desnudo.

Se quito los zapatos dejo caer el pantalón su camisa al suelo y nos abrazamos besándonos apasionadamente, me arrodille para mamarle la verga, la que saboree lamiéndosela y restregándomela en la cara.

– Ha que rico mamacita, guau vamos sigue, sigue chúpamela cosita rica no que delicia mi amor divina. Que boca tan rica tienes, eso mámala así, así.

Me levante y agarrándole la verga me lo lleve para la cama acostándolo boca arriba me le monte encima colocándome su verga en la entrada de mi cuquita me deje deslizar por su tronco venoso y follándomelo por 20 minutos cambiamos de pose y me acosté boca arriba y el se me monto encima y restregándome su verga por unos segundos me penetro nuevamente mi cuquita. Hasta que se me vino dentro mío seguimos moviéndonos hasta que me vine quedándonos por unos minutos los dos arrunchados. Luego nos vestimos y bajamos como si nada, entramos a la cocina y sacamos unos pasabocas que servimos a los demás invitados que ya un poco más tomados ni cuenta se dieron de nuestra demora en volver a aparecer a diferencia de mi esposo que supuso lo obvio y picándome el ojo me sonrió al acercarme con los pasabocas. – Javier mi vida no tomes tanto, deja algo para mas tarde cuando se hallan ido te puedes quedar conmigo esta noche. Y así fue Javier se quedo para que yo pudiera disfrutar nuevamente de sus caricias.

DIANA LUCIA SAAVEDRA [email protected]

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