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Lolita

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Eran las once de la noche de un caluroso día de Agosto de 2017. Rosa, una mujer de 28 años, morena, de ojos verdes, de largo cabello negro azabache,  grandes caderas y grandes tetas, estaba durmiendo en su habitación, desnuda y tapada sólo por una sábana de seda, Lolita, su hijastra, una jovencita rubia, de ojos azules, cabello corto y castaño, pequeñas tetas, muy delgadita y vestida con un picardías,  se echó a su lado en la cama. Rosa, se despertó.

-¿Qué quieres, Lolita?

-Me da un poco de apuro.

-Si estás a mi lado es para decirme algo. ¿Qué es?

-¿Has besado a otra mujer?

-No, pero supongo que será como besar a un hombre.

Lolita, tocó con un dedo uno de los pezones de las tetas de Rosa que se marcaban bajo la sábana.

Rosa le quitó el dedo.

-Estate quieta.

Lolita, le rozó con el mismo  dedo el otro pezón, y mimosilla, le dijo:

-Dame un beso y me voy.

-Ya no tengo carmín en los labios.

-Ni yo. Será un beso natural.

-Vale, pero me besas tú a mí, y acaba pronto que tu padre está a caer.

Lolita, besó a Rosa en la comisura de los labios, después su lengua se metió entre los labios de Rosa, que la recibió con la suya. Siguieron besándose, lamiendo y chupándose las lenguas. Rosa estaba tan húmeda como Lolita. Cuando la mano derecha de Rosa empezó a acariciar las tetas de Lolita. Lolita, destapó a su madre y pasó su mano por su chochito húmedo. Rosa, la detuvo y se volvió a tapar.

-¡Ya está bien, Lolita, que  nos va a pillar tu padre!

Lolita la volvió a besar. Rosa, ahora, se resistía, pero se acabó dejando. La mano de Lolita volvió a tocar el chochito de Rosa. Esta vez le metió dos dedos. Rosa, puso su mano sobre la de Lolita. Quiso quitarle los dedos, pero acabó acariciando su mano. Lolita, dejó de besarse con su madre y empezó a pasar la lengua por uno de sus pezones. Rosa quitó la sábana de encima, puso los brazos detrás de la nuca y cerró los ojos. Se olvidó de su marido, y le dijo:

-Cómemelo todo, Lolita.

Lolita le lamió y chupó las grandes tetas, sus areolas rosadas, sus pezones erectos y luego bajó a su chochito depilado. Al meter la punta de su lengua dentro, le dijo Rosa.

-Tú ya has hecho esto antes.

-Calla y disfruta.

Lolita, mientras se hacía un dedo, le comió el chochito a su madre hasta llevarla al borde del orgasmo.

Luego, colocándose en la posición del 69, y cuando su chochito empapado, rozaba los labios de su madre, le dijo:

-Ten cuidado que al correrme eyaculo.-Ya somos dos, Lolita.

Saborearon sus chohitos empapados hasta que no pudieron más.

Lolita, le dijo a Rosa:

-Yo... ya... ya...

-¡Lame, lame, lame!

Al correrse, eyacularon al mismo tiempo. Parecían locas sedientes, bebiendo y gimiendo. Con los ojos cerrados y sacudidas por un terremoto de placer, no vieron en la puerta de la habitación, empalmado como un burro,  a Jacobo, el padre de Lolita y marido de Rosa.

Fin de la primera parte.

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