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El maestro y la aprendiz (6)

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Entonces el pastelito cargo entre sus brazos a su fresita y la llevo arriba a su habitación deseando más placer y disfrutarla, una vez allí, él la acostó y ella abrió lo más que pudo sus piernas notando así David que de allí emanaba su semen y flujos de su cuevita y sus muslos, toda una maravilla lo que ofrecía esa vista, se acomodaron ella se dio vuelta y le dijo:

- Ahora por atrás mi pastelito delicioso mmm...!!

- Como digas mi sabrosa fresita.

Y fue a introducir primeros unos dedos para dilatar su hermoso culito, despacito y luego si abriéndose paso poco a poco introdujo su pollón, fresita se retorcía primero sintió dolor, luego placer, placer que le era proporcionado por David su pastelito. ¡¡Aahh!! ¡¡Ssiii!! No le interesaba si Bea escuchaba sus gemidos pues esta mujer solo sentía orgasmos intensos y excitación por todo su ser. Mmm... No pares sigue, sigue imploraba, el goce de ambos era espléndido, acabose todo sus travesuras nocturnas se dispusieron a dormir, así como están, llenos de flujo, semen, sudor, orgasmos otorgados entre ellos, máximo esplendor alcanzados.

- Buenas noches mi pastelito, gracias por hacerme tuya, lo disfruté muchísimo, deseo aprender más que te parece si seguimos a la tarde cuando Bea no esté por aquí.

- Mmm... Resultaste toda una traviesa mi fresita, si porque no, todavía estamos en temporada baja de pedidos de tortas y pastelitos, por ende te voy a devorar todita jaja jaja, a dormir y soñar mi preciosa.

Antes de que entraran los primeros rayos de sol en la habitación David despertó y abrazó a Rosalía. La cubrió de besos hasta hacer que abriera los ojos. Entonces la beso. Y ella reacciono enlazando su lengua con la de él. Siguieron los abrazos y caricias. Se estimularon el uno al otro. Se excitaron. Suspiraron. Y gozaron. Se fusionaron de nuevo. Así entre las sábanas. Los dos de lado y enfrentados. David la penetró todo lo profundo que le permitía esta postura. Ella le pidió que la acariciara. Y así sintiendo placer dentro de ella y en su botón del placer a la vez se fue mojando y excitando cada vez más y más. Hasta que le llegó un orgasmo tremendo que le transmitió a David con sus contracciones pélvicas a su miembro que entraba y salía de ella. Lo abrazó clavándole las unas en su espalda a la vez que se arqueaba y lo aprisionaba contra ella. Se unieron en un abrazo eterno llegando también el a correrse por la corriente de placer que ella le transmitió

CONTINUARÁ...

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