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Taxista nocturna

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Hola soy Selena de nuevo, y esta vez es para contaros otra de mis aventuras:

Brian mi marido, se encontró un día de repente en la calle, pues la empresa para la que trabajaba hizo ajustes, y tras pagarle una indemnización, se encontró con un dinero en el banco… pero con 49 años y sin trabajo.

Entonces se le ocurrió comprar una licencia de taxi, somos de Valencia y el puerto siempre daba trabajo por los pasajeros que desembarcaban, pero cuando venía la sexta flota el trasiego de taxis con los americanos era total, nosotros para poder amortizar antes el desembolso de la inversión se nos ocurrió trabajar el taxi los dos, Brian empezaba a las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde, y yo empezaba a las seis de la tarde hasta las cinco de la mañana.

Un día al hacer el cambio me dijo que habían venido los yanquis, que tendría trabajo, de modo que salí a la calle y la verdad es que se notaba el movimiento, cuando ya se hizo de noche había que ir a la puerta de las discotecas para coger algo, algunos salían con chavalas que habían ligado y se las llevaban al barco, dándose el lote por el camino, yo disimuladamente miraba por el retrovisor y veía como les metían las manos por debajo de la minifalda, y como ellas finalmente abrían sus piernas.

Aquello iba encendiendo mi calentura, pues los polvos entre Brian y yo habían disminuido desde que los dos trabajábamos en el taxi, pues apenas estábamos juntos.

Serían cerca de las cuatro cuando salieron dos negros a por un taxi, pero ningún compañero quería llevarlos, entonces yo me ofrecí para hacer el servicio, como ninguno puso ningún impedimento, me los llevé, querían ir a algún puticlub, yo les dije que ya estaban cerrados, que podía llevarlos al barco, aceptaron, y uno se subió adelante y otro atrás, el de adelante dijo que lástima porque llevamos las pistolas llenas de leche, y pensábamos dejarnos un buen dinero, yo que estaba supe caliente después de los servicios a sus compañeros, viendo los magreos que les daban a las chicas, hice como sin querer que se me escapaba la mano de la palanca del cambio para aterrizar encima de su paquete, y acariciándoselo le dije, si queréis yo os puedo solucionar vuestra calentura, en vez de al barco vamos a mi casa, le entrego el taxi a mi marido y tenemos doce horas para hacer guarradas, pero eso os costará doscientos euros, (los vi tan calientes que sabía que aceptarían, no hay nada más salido que un marine cuando llega a puerto) y ellos dijeron vale, pero tiene que estar incluido el desayuno.

Llegamos a casa, y les dije que esperasen en un banco que hay en la puerta de casa, a que saliera mi marido.

Cuando Brian salió, me asomé a la ventana y dándoles un silbido les indiqué que subieran, mientras subían les preparé unas cervezas frescas, nada más entrar me dieron los 200€, pidieron que pusiera música suave, que querían acariciarme de arriba abajo, puse un cd de jazz que era supe lento,

Yo iba con una mini de vaquero y una camiseta de tirantes, ya que estábamos en Julio y la temperatura esa noche era tropical, uno de ellos se me acercó por la espalda y se pegó a mi como una lapa, al momento noté como algo muy duro se acoplaba en mi trasero, mientras el otro, acercándose por delante, se pegó como si quisiera integrarse dentro de mi cuerpo, entre los dos muchachotes negros, la temperatura, lo caliente que yo estaba después de tanto tiempo sin follar, y el notar las vergotas, que no paraban de crecer intentando taladrar la mini, tiré las manos hacia atrás, palpando para buscar la cremallera, la cual bajé al mismo tiempo que dejaba caer mi cabeza hacia atrás, cosa que aprovecho Johnny que era el que tenía delante, para besar mi cuello, lo que hizo que mi cuerpo sintiera un escalofrío que recorrió mi columna vertebral, al mismo tiempo que mi vulva empezaba a mojar mis bragas.

Cuando por fin pude sacar la polla de Roberto que era el cubano que estaba a mis espaldas, casi me caigo del susto, pues tendría veinte o veintidós centímetros, pero él me dijo, espera que me baje los pantalones y la verás en todo su esplendor, efectivamente cuando se bajó los pantalones aparecieron como por arte de magia, de tres a cinco centímetros más, me encontré con un aparato de unos veintiséis o veintiocho centímetros de longitud por unos seis centímetros de diámetro, inmediatamente me voltee y me eché sobre su vergota, empezando a lamer su hermoso cipote, el cual estaba brillante como para reventar, al mismo tiempo de su uretra aparecían gotas brillantes de ese líquido que sirve para suavizar y reventar a los coñitos estrechos.

Mi trabajo con la verga de Roberto hizo que me olvidara por un momento de su compañero Johnny, pero hizo algo que me recordó que estaba allí también, me cogió por detrás y subiéndome la mini hasta la cintura, empezó a lamerme el coño por encima de mis braguitas, aquello hizo que automáticamente, intentara meter más profundamente la polla de Roberto en mi garganta, pero siempre me faltaban unos diez centímetros más o menos, entonces Johnny apartó mis braguitas y su larga lengua empezó a entrar en mi coño, los jugos impregnaron su cara, y estuvo un buen rato comiéndome el coño a conciencia, cuando el creyó oportuno se puso de pie, y sacando su vergajo empezó a pasarme su cipotazo por la puerta. Dios mío, aquello me estaba matando de gusto, de vez en cuando intentaba meter su cipotazo dentro, pero, aunque empujaba y mi coño se abría intentando que aquello entrara, no podía, entonces Roberto dijo déjame a mí que la tengo más fina… QUE? Aquella afirmación hizo que me girase y DIOS MÍO, casi me caigo del susto.

Johnny era dueño de un pollón tamaño caballo, tendría unos treinta y dos centímetros de larga por ocho centímetros de diámetro, yo le dije que aquello no me entraría, pero ellos me dijeron que habían pagado y querían su compensación.

Johnny se sentó en una silla y me dijo que se la mamara, intenté que me entrara, pero solo podía darle lametones a lo largo de su verga, e intentar comerle los huevazos colgantes que tenía, mientras, Roberto apunto su vergajo en la puerta de mi coño, y empezó a dar pequeños empujones, que hacían que los labios de mi coño se abrieran para darle la bienvenida, abrazando su cipote, para inmediatamente recular y dejarme con el deseo de más, yo le decía… “Roberto por dios no la saques… joder que gusto”, eso hacía que yo abriese más la boca, tanto que Johnny cogiéndome de la cabeza empujó hacia abajo y… glup… me entro su gorda cabezota, quise gritar, pero no pude porque su pollón me llenaba la boca, al mismo tiempo Roberto cogiéndome por la cintura empezó a empujar, y zas me metió medio pollón en mi coño “ayyyy dios mío, que me estáis haciendo?” Grité al sacarme el vergajo de Johnny de la boca, por respuesta Johnny me dio un bofetón y me dijo “que te estamos haciendo? Te vamos a hacer nuestra puta, y después solo querrás follar con negros con pollas como las nuestras”.

Y cogiéndome la cabeza me dijo, abre la boca y trágate mi polla guarra, abrí la boca todo lo que pude y otro empujón en mi cabeza hizo que me tragase de nuevo su cipote tamaño XXL, entonces Roberto, que había estado metiendo su polla hasta la mitad, se decidió a trabajar de verdad y empezó a empujar y empujar, cada vez conseguía que me entrasen un par de centímetros más, yo notaba como mi coño estaba a punto de romperse, y eso que estaba completamente encharcado, pero al mismo tiempo sus empujones conseguían que el vergajo de Johnny fuese entrando en mi garganta.

Noté como el pollón de Roberto había llegado al fondo de mi coño, instintivamente eche un brazo hacia atrás para ver que quedaba fuera, y me asusté, todavía quedaban unos cinco centímetros, le dije para ya, es imposible. Empezó a darme cachetadas en mi trasero, a la vez que la sacaba casi del todo para empujar a fondo, se oía el chop, chop, chop de mi coño totalmente anegado, interiormente yo notaba como mi matriz se iba abriendo intentando dar alojamiento al cipotón de Roberto “cabrón me vas a partir en dos” un último empujón y “Diosss hijo de puta me estás matando de gusssssto oh me matassss”, otro empujón y medio pollón de Johnny se alojó en mi garganta, al mismo tiempo que, mi matriz cedió y el cipotón de Roberto tomó posesión de ella “agggg Hijo de puta… lo conseguiste”, Roberto se paró un momento para, supongo que mi matriz se acostumbrara a su monstruo, después comenzó a moverse, primero lento y después cada vez más rápido, la sacaba casi por completo, para inmediatamente clavármela hasta el fondo, una y otra vez, “me muerooo  que gustoooo me dasss cabrónnn”, al mismo tiempo notaba que la tranca de Johnny cada vez estaba más dura y más gorda, cuando de golpe no se le ocurre otra cosa que con sus dedos pinzarme la nariz impidiendo mi respiración, yo instintivamente intenté abrir un poco más la garganta buscando la entrada de un poco de oxigeno cosa que el hijo de puta de Johnny aprovechó para empujar mi cabeza más hacia abajo y consiguió que su tranca entrara casi entera, entre la falta de oxígeno y los pollazos de Roberto que llenaban mi matriz, tuve un orgasmo como no lo había tenido en mi vida, Roberto empezó su corrida en el fondo de mi cuerpo “dios Selenaaa me corroooo toma mi lecheee”, notaba como su vergajo escupía una y otra vez en el fondo de mi cuerpo, me dejo a punto del orgasmo cuando, sacó de golpe su verga de mi coño hambriento, se oyó un flop al sacar el vergajo “quiero masss, por favorrrr lo necesitooo ahoraaa”.

Johnny, sentado como estaba en la silla, me cogió por la cintura y me atrajo hacia el, y me dijo espatárrate y ven hacia mi, empezó a pasarme una y otra vez su pollón de caballo por la puerta de mi coño “diosss que gustoooo me dasss, por favorrrr clávamela aunque me partasss, aprovechando mi calentura y que, la corrida de Roberto estaba empezando a caer, mojando todo el cipote de Johnny este empezó a empujar, ayyyy nooo me matasss me estasss partiendooo en dosss, pero por dios no paresss”, yo empecé a pajearme para intentar suavizar el dolor, cuando de golpe noto una lengua en mi ojete, “oh que haces ahí abajo?” Roberto no respondió, simplemente siguió a lo suyo, conforme me venía el gusto Johnny lo notaba porque le costaba menos que su aparato fuese entrando en mí, de repente Roberto deja de lamerme el ojete y ensalivándose un dedo empezó a hacer circulitos en mi esfínter, cuando de repente este se abrió para dar paso a su dedo corazón con el cual me masajeaba interiormente mientras Johnny cada vez me subía más alto para dejarme caer de golpe y clavarme cada vez más profundamente el pollón con el que la naturaleza le había premiado “Ufff cabroness que placerrrr me estais dandooo quiero que esto no acabe nuncaaaa”.

Roberto introdujo otro dedo en mi ano, el cual estaba más relajado, y yo misma le pedí que me introdujese otro, y Roberto me dijo te voy a meter el dedo de la magia, pero primero mójamelo un poco, se puso al lado de Johnny y acercándome el pollón a la boca me dijo todo tuyo, quiero ver cómo te lo metes hasta el fondo puta se lo cogí y de golpe me introduje media polla en mi garganta al mismo tiempo que galopaba sobre el nabo de Johnny, mi calentura si era posible seguía aumentando, cuando de pronto noto como el cipote de Johnny quiere abrirse camino hacia mi matriz, Roberto me pegó otro empujón clavándome su pollón hasta el fondo, mi matriz empezaba a dar muestras de estar a punto de rendirse, cuando Roberto sacó su aparato de mi boca y apuntándome en el ojal comienza a empujar primero tímidamente, hasta que yo misma le pedí “Por favorrr metermela hasta el fondooo quiero que me mateiss de gustoooo que buenos soissss Johnny por favorrrrr traspasameee ahoraaa”. De un empujón brutal me introdujo aquel monstruo en el fondo de mi cuerpo “agg!!! Queee gustoooo!!! Me corrooooo!!!”, a la vez Roberto por detrás y Johnny por delante llenaron mi cuerpo de esperma, mientras yo me rendía a aquellos profesores del sexo.

Gracias por el polvazo que me habéis dado, no lo olvidare nunca entonces me dice Johnny “de gracias nada, vamos a estar en Valencia una semana, y cada noche te mandaremos un par de marines para que te follen, les vas a cobrar 200€, y después pasaremos nosotros a por los 200€, y si nos apetece te follaremos cuando y como queramos, está claro?”

“Lo que queráis sois mis dueños desde ya”. Menuda semana pasé.

Bueno ya os iré contando más cosas.

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