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Entregué mi virginidad a un negro

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Por fin lo conseguí, aquella noche después de estar de fiesta conseguí pillar a aquel pedazo de negro que era el protagonista de mis fantasías desde el día que lo conocí. Nunca pude imaginar que mi primera vez iba a ser así y mucho menos que iba a ser con él, desde el día que lo conocí y nos liamos por primera vez, él era mi fantasía, nunca se me ocurrió la idea de perder la virginidad con él, pero así fue y sinceramente fue maravilloso, nunca podré olvidarlo.

Siempre recordare como después de habernos liado la primera vez estaba con las tonterías, que si te beso, que si te toco el culo y esas cosas, hasta que por fin aquella fría noche mi sueño se hizo realidad acostarme con él. Aquel sábado se presentaba como un sábado normal, aunque no sé porque yo tenía un presentimiento (y de los buenos) después del magreo y del calentón que nos dimos el fin de semana anterior (sin que pasara nada, porque ni si quiera nos liamos) yo sabía que algo iba a pasar.

Salimos como un sábado normal, llegamos al pub donde solemos ir siempre y empezamos a beber, empezamos con los chupitos los cubalibres y la verdad es que yo iba más que contenta y él también había bebido demasiado, pero eso no fue problema, es más creo que gracias a eso se lanzó (porque él es algo tímido) y se atrevió a invitarme a su casa, eso sucedió cuando después de cerrar el pub decidimos un grupo de amigos ir a una discoteca, estábamos en la puerta a ver si entrabamos o no porque había mucha cola cuando me cogió de la cintura, me llevo a un sitio más apartado y me dijo si quería irme a su casa, yo muy tranquila y como si eso fuera lo más normal del mundo le dije que sí, nos montamos en el coche y nos fuimos.

No vivía muy lejos de allí, pero la verdad es que el camino se me hizo eterno, porque sabía lo que iba a pasar y tenía muchas ganas de que sucediera, él fue todo el camino mirándome, aunque creo que lo que miraba más bien era mi escote.

Cuando llegamos a su casa nos bajamos del coche y el me cogió de la cintura y empezó a besarme de una forma muy dulce pero a la vez muy pasional, los dos sabíamos perfectamente lo que iba a pasar esa noche y los dos teníamos muchas ganas ya que llevábamos casi 6 meses buscando el momento adecuado para quedarnos a solas.

Subimos y el me abrió la puerta, yo entre como si estuviera en mi casa (aunque allí no había estado nunca) entre al salón, me quite el abrigo y las botas. Él se fue a la habitación y cuando volvió lo hizo solamente son sus bóxer, cuando lo vi me iba a dar algo, desnudo ganaba mucho más que vestido, en ese momento empecé a ponerme nerviosa, pero se me paso de momento en cuanto me cogió, me beso y me llevo a la habitación, me tumbo en la cama y empezamos a besarnos, el comenzó a desabrocharme los pantalones y a meter su mano dentro de mi tanga, yo empecé a notar como me mojaba y como él estaba también cada vez más excitado, tardo muy poco en quitarme la ropa que llevaba de cintura para abajo, yo termine de desnudarlo, me puso encima de él y me desabrocho el sujetador y me lo quito con la camiseta.

Después empecé a besarle el cuello y a bajar despacito con mi lengua, mientras que bajaba mi cuerpo podía notarla grande y dura rozando mi cuerpo y aquello me daba mucho morbo, empecé a comérsela despacito, jugando con el piercing de mi lengua en ella mientras que el me masturbaba, en ese momento me dio la vuelta, se puso encima de mí y empezó a metérmela primero despacito, como tanteando el terreno, metió solo la punta y después de un solo golpe me penetro, fue maravillosa esa sensación, al sentirlo dentro de mí, como se movía dentro y fuera, yo empecé a gemir, nuestras respiraciones eran cada vez más fuertes y el me daba más y más fuerte mientras que pasaba su lengua por mi cuello y por mis pechos, yo estaba muy tranquila, disfrutando al máximo, estaba muy feliz porque todas las chicas que conocía me habían dicho que la primera vez dolía mucho y a mí no me había dolido nada.

Aquella noche fue maravillosa estuvimos haciéndolo casi 5 horas, yo estaba excitadísima y el también, se le notaba porque no se le bajo en toda la noche, sentí cosas que nunca antes había sentido, nunca olvidare esa primera vez corriéndonos los dos a la vez y notando como se corría dentro de mi mientras que me mordía la oreja y el cuello y mientras que yo no dejaba de gemir a su oído. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a perder la virginidad con un negro? Desde hacía tiempo mi fantasía era hacerlo con un negro y se cumplió, además de cumplirla la perdí con él.

Esa noche dormí con él y tengo que decir que nunca me arrepentiré de lo que paso aquella noche, fue lo más maravilloso que me ha pasado nunca, es cierto eso que dicen, lo bueno se hace esperar y mereció la pena esperar, esos 5 polvos maravillosos merecieron la pena. Sé que tampoco mi historia puede parecer muy interesante pero yo cada vez que lo recuerdo se me pone el vello de punta y mojo mis braguitas, llevan razón cuando dicen que la primera vez nunca se olvida.

(9,24)