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(2) Cuestión de bragas

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Era normal que la discoteca tuviese poco ambiente. Era miércoles y mañana se madrugada para trabajar, pero no para Lucas Osorio, que se tomaba una copa en la barra del bar. A sus 21 años seguía siendo un nini y un vago. Estudios por mal camino. Relación con sus padres nula. Así que se pasó por la discoteca a ahogar sus penas en el alcohol. Pensó que sería una noche aburrida hasta que se sentó a su lado una jovencita de una belleza inigualable. Tenía algo que la hacía diferente, pero no sabía el qué, quizás toda ella marcaba la diferencia. Su escote insinuante o su falda excesivamente corta le cortó el aliento a Lucas.

-Hola, ¿me invitas a una copa? –enseñó ella sus dientes blancos y muy bien cuidados al sonreír.

-Claro. Pide lo que quieras.

-Por favor, camarero, un Bourbon con hielo picado.

-Marchando –la escuchó.

-Me llamo Ana Etxeberría.

-Yo Lucas Osorio, encantado.

-¿Qué haces por aquí solo? ¿Una mala noche?

-Algo así.

-Tienes un perfil muy simétrico.

-¿Y eso qué quiere decir?

-Que tienes buenos genes. Ojos azules. Pelo rubio. Musculado. Con bíceps. ¿Haces gimnasia?

-Sí, tres veces a la semana.

-Los tíos fuertes y chulos me fascinan.

-Yo soy fuerte, lo de chulo no sé yo.

Ambos rieron.

-¿Qué edad tienes? –siguió Ana con sus preguntas.

-21 años.

-¿Alguna novia? ¿Novio?

-No, yo paso de todo eso. Prefiero estar solo e ir a mi aire.

-Haces muy bien. ¿La última relación sentimental?

-Pues hará medio año. La muy puta me engañaba con dos o tres.

-Se tiraba a todo el vecindario, ¿no?

-Como poco.

Las risas volvieron.

El barman volvió con la copa de Ana.

-Ah, gracias. –Ana lo saboreó con gusto-. Mmmmm, esto rejuvenece diez años.

-Sí, y emborracha también.

Más risas.

-Oye, ¿te has ido de putas alguna vez?

-No, no soy un putero.

-¿Y strippers? ¿Gogós? ¿Alguna poligonera?

-Que va. No soy de esos.

-¿Crees en el amor o en el sexo?

-Creo que en follar, pasarlo bien y cada uno para su casa.

-¿Has cogido alguna vez una enfermedad venérea?

-Oye, ¿a qué viene tanta pregunta? ¿Eres una poli fuera de servicio?

-Respóndeme a esa pregunta y ya me callo.

-No, nunca he pillado nada.

-¿Ladillas? ¿Hongos?

-Que no, joder. Esto parece un interrogatorio policial.

-Vale, lo siento, pero es que me interesas mucho. Fue ver tu complexión y me atrajo.

-Oye, hablas muy raro, ¿sabes?

-Los jovencitos como tú eran muy codiciados por los nazis. Ellos entendían muy bien la genética y la pureza de la sangre.

-Pues quédate tranquila porque estoy sano como un roble.

-Me gusta escuchar eso. Este sitio es aburrido. ¿Nos vamos de aquí?

-¿Y adónde?

-Me gustaría que vieras mi casa.

-¿Me estás invitando a tu casa?

-Siento hacerte tantas preguntas pero busco a un chico con genes de alta calidad.

-Sin duda hablas muy raro.

-¿Te vienes conmigo? Prometo no hacer más preguntas. Ahora solo hablas tú.

-Eres guapa de cojones.

Ana rió maravillosamente.

-Me lo suelen decir. Sobre todo cuando se corren en mi cama.

-Venga, vámonos. Se te ve muy marchosa y fiestera. Es lo que necesito esta noche.

-Genial, venga.

Ana apuró su copa y abandonó junto con Lucas la discoteca.

-¿Está cerca tu casa? –quiso saber Lucas.

-A dos manzanas.

-Qué suerte. Te pilla el centro al lado.

-Bueno, lo comparto con dos amigas más. Pagamos el alquiler a medias.

-¿Qué amigas son?

-Universitarias. Nos conocemos de las clases.

-Ah, ¿y qué estudias?

-Medicina. Me encantaría ser cirujana.

-¿Y te va bien?

-Muy bien. Cuando suspendo un examen, me follo al profesor y me pone un sobresaliente.

-¿Hablas en serio? ¿Y si es profesora?

-Ahí me divierto más.

Ambos rieron con ganas.

-¿Eres bisexual? –se interesó Lucas.

-Tiro más para el coño, pero no me da ascos una polla dura y larga. ¿Y tú?

-Yo soy hetero.

-¿Te consideras muy macho?

-Mucho.

-¿Cuántas veces eyaculas seguidamente?

-No quiero presumir, pero aguanto tres o cuatro polvos sin parar.

-Cada vez me gustas más.

Más risas.

-Es por esa calle y llegamos –informó Ana.

-Hace una buena noche y más con buena compañía.

-¿Eso va por mí?

-No veo a nadie más a mi lado, ¿no?

-Tonto… -rió Ana y dándole un empujoncito con las caderas.

-Hey, no te pases.

-Denúnciame por acoso.

Más risas aún.

-Es ese portal.

-Vaya, es un edificio antiguo.

-Es lo más barato que pillamos. No hay ascensor, pero solo son tres pisos.

-Y vives en el tercero, ¿no?

-Las coges a la primera –rió Ana. Abrió el portal con sus llaves y accedieron al interior.

-¿No hay luz?

-Lleva averiada un mes. Podrías violarme y nadie se enteraría.

-No des ideas.

-Cómo eres –soltó Ana una carcajada larga-. Vamos, hay que subir.

Las escaleras, por suerte, no eran largas y llegaron al tercer piso con rapidez. Ana abrió la puerta C…

-Venga, no te quedes ahí.

… y entraron en un piso poco amueblado, pero muy decorado con alfombras, cuadros de Franco, símbolos franquistas y aguiluchos haciendo de estatuas.

-¿Qué es todo esto? –señaló Lucas un busto de Franco rigiendo la entrada.

-Mis amigas son muy fascistas.

-¡Coño!

-Y yo también un poco. ¿Te molesta? Franco hizo mucho por España. Fue todo un patriota.

-Si tú lo dices…

-Ven, sígueme –eligió Ana el pasillo de la derecha. En ese momento se cruzó Rocío Escalante desnuda y hermosa-. Hola, zorra guapa. ¿Una noche intensa?

-Y tanto. Tengo el potorro con hielo.

Ana rió y prosiguió el avance.

-Vaya, hola, rubiales –la gustó a Rocío-. Hey, Ani, cuando acabes con él me lo pasas.

-Y una mierda. Los clientes se respetan.

-Tú ni caso. Búscame –se insinuó Rocío mientras se alejaba. Fue cuando Lucas le vio una esvástica nazi tatuada en una nalga.

-Venga, Luces, se diría que te quieres follar a ese pendón.

-Voy, lo siento.

En ese momento doblaron una esquina y pasaron por delante de la puerta de una habitación. Él reposaba eyaculado en la cama y ella desnudita contaba las ganancias en un fajo de billetes.

-Wow –se frenó Lucas para recrearse en ella.

-¿Te gusta? Es Natalia Marazzo, mitad italiana, mitad puta.

-Ese del cuadro se parece a Mussolini.

-Y lo es. Bien captado. Natalia tiene dos costumbres: ir sin bragas y adorar a Mussolini. Según ella fue un líder adelantado a su tiempo y por eso nadie le comprendió. Lo que hizo lo hizo por Italia y sus ciudadanos.

-Sois la leche.

-Anda, tenemos el salón para nosotros solos.

El salón no era diferente al resto del piso. Más simbología fascista e incluso las fundas de los cojines eran con la bandera española y el aguilucho.

-Toma asiento en el tresillo. ¿Te apetece tomar algo? –se preocupó Ana.

-Me apeteces tú.

-¿Y cómo te apetezco?

-Desnuda.

Para complacerlo, Ana se fue quitando la ropa hasta quedar en cueros y preciosa.

-Eres de una belleza increíble.

-¿Te gusto? No tengo ni un vello de cuello para abajo. Todo depiladito y tonificado.

-Acércate.

-¿Así?

-Creí que tendrías algún tatuaje fascista como tus amigas.

-No, no llevo ninguno, pero tengo el clítoris anillado.

-Wow, es verdad, como las actrices pornos. Un momento, ¿lo eres?

-Actriz porno universitaria.

-¿Follas para pagarte la matrícula y los gastos mensuales?

-Follo para divertirme. El dinero me sobra.

-Quiero verte en uno de esos vídeos.

-Tendrás que ganártelo.

-¿Y cómo lo hago?

Ana respondió desabrochando los vaqueros a Lucas, se los bajó e hizo lo mismo con la polla, dura como una roca. Ana la examinó con detenimiento.

-¿Qué coño haces? ¿La chupas o no?

-La tienes firme y en un estado excelente.

-Claro que sí, joder. Eres la chica más rara que he conocido en mi vida.

-No te enojes que se te afloja.

-Parece que estás estudiándome médicamente.

-Mierda, se baja –Ana se arrodilló y la chupó con esmero.

-Esto está mejor –puso Lucas los ojos en blanco del gustazo.

-Tienes una polla muy obediente. Dura otra vez en 13 segundos.

-¿Es que lo has cronometrado?

-Quería saber lo que tardas en erectar y me has impresionado.

Ana dio un saltito…

-¡Allá vamos!

…y se subió encima de los muslos de Lucas.

-Bufff, eres tan carnal que no sé por dónde empezar –resoplaba Lucas de tanta excitación.

-Podemos empezar así –la cogió Ana y ella misma se penetró hasta encajarla en el fondo.

-¿Qué coño haces? No pienso follar sin condón.

-Tranquilo, me he tomado tres antibabis de una sentada.

-¿Cuándo? No te he visto.

Pero Ana empezó el proceso pélvico de arriba abajo.

-Ohhhhh, joder… -Lucas comprobó el movimiento perfecto de Ana. Sabía muy bien lo que hacía. Sin duda era la mejor. Ese meneo de culo electrizaba la polla de Lucas.

-¿Vas bien?

-De puta madre… -se relajó Lucas para que ella hiciese toda la labor.

El movimiento de Ana fue a más pero poco a poco. Cogiendo velocidad a medida que evolucionaba el coito. Lucas la miraba y parecía más hermosa a cada segundo. Sería el sexo que la sentaba muy bien.

-Oye, ¿crees que necesito cortarme el pelo? Lo tengo un poco largo.

-Que va… estás fenomenal…

Ana aligeró la marcha.

-¿Y ponerme tetas? Las tengo muy pequeñas.

-Que no… tienes unas tetas perfectas… ahhhh…

Ana pasó de la marcha al galope.

-¿Y botox facial? Quizá por aquí…

-Uuuuh… no necesitas ningún retoque… estás de puta madre…

-¿Tu crees?

-Que sí, joder. Te lo digo yo que soy un chico… ooooohhh… dale más, Ana, dale ahí…

-¿Así?

-OHHHHH joder… Qué bien lo haces… ¿Eres puta o qué?...

-Eso siempre –rió Ana a rabiar de hermosa-. ¿Ya viene? Avísame cinco segundos antes.

-Ohhhh… hostia puta… eres alucinante, Ana… más alto, salta más alto…

-Sí, amor… ahhhhh…

-Eso es… así… ¿me puedes dar luego tu whatsapp?

-Te doy mi whatsapp, mis bragas y un besito en el glande… uuuuhhhhhhhuu… ¿te parece?

-Me parece… uuuuy… perfecto…

Ana soltó la cadera y dio un golpetazo vaginal.

-¡AHHHH, COÑO!

-¿Ahí viene?

-Ohhhhhhhhh, síiiiiii… sigue, sigue, Ana… un poco más...

-Así me basta. –Y Ana se levantó del tresillo.

-¿Qué coño haces, Ana? ¿Por qué cojones paras? ¡Continúa, hostias!

-No me follarás a mí. La follarás a ella. Pasa, Camila.

Y Camila, de 21 años, hizo acto de presencia en el salón desnuda y con una hermosura endiablada.

-Lucas, te presento a Camila Ostos. Es lesbiana de pura cepa y como ves rica como pocas.

-Hola, amor –se aproximó a él Camila con unos gestos muy femeninos y delicados. A Lucas se le puso más amoratada y venosa que nunca.

-Camila y su pareja desean tener un hijo, pero la fecundación en Vitro cuesta cerca de 1000 euros cada inseminación y no hay una seguridad del cien por cien que funcione a la primera. Así que necesitan a un macho que preste su semen y, además, un macho sano, fértil y que genere una descendencia de calidad.

-Ah, por eso tantas preguntas.

-Así es. Camila está hoy ovulando y es el mejor momento para fecundarla. Tú tendrás libre acceso al niño cuando nazca y si estás dispuesto para dar una prole, Camila y su pareja lesbiana están conformes. Si eyaculas y el predictor da negativo, se intentará tantas veces como haga falta hasta que se consiga el óvulo fecundado. ¿Queda claro?

-No para de mirarme las tetas –rió Camila.

-No, no se ha enterado.

-No hay nada más que explicar –se subió Camila encima de Lucas-. La tiene chorizona. Buen trabajo, Ani. Choca.

Se dieron una palmada.

-Venga, ahora está totalmente receptivo –hizo ver Ana.

Sin más demora, Camila se clavó ella misma hasta meterla entera.

-Mmmmmm… bufffff… -esta vez el gusto de Lucas se duplicó.

-Este se corre en tres o cuatro saltos –calculó Ana.

-Eres la mejor, Ani.

-Venga, eyaculalo.

Camila propinó el primer brinco.

-Coñooooooo… -se tapó Lucas la cara de tanto placer.

-Otra vez, Camila.

Un segundo salto hizo gritar a Lucas.

-Ya lo tienes, Camila. Una vez más.

-Aquí viene seguro –el tercer salto fue más contundente y Lucas no pudo aguantar más. Eyaculó como un semental desbocado. Se agarró al culo de Camila mientras iba trasfiriendo su material genético.

-Eso es, Lucas… suéltalo todo… -lo animaba Ana.

-UUUUUUHHH… -seguía eyaculando como un jabato.

-No muevas el culo, Camila.

-Está echando un litro –lo dijo Camila con mucha ilusión.

Un poco más de gemidos y espamos, y Lucas terminó la eyaculada.

-Creo que ya –avisó Camila.

-Sácala despacio. No hay que derramar ni una gota.

Camila levantó la cadera y Ana comprobó que el glande estaba seco y limpio.

-Perfecto. Te lo ha pasado todo.

Camila se tapó con la mano por si acaso y se tumbó en una esterilla de espaldas y en posición fetal. Un ejercicio para asegurar el embarazo.

-Lucas, ¿estás bien? –se preocupó Ana. Su cara de satisfacción lo decía todo-. Buen macho. Lo has hecho genial.

-Bufff… -fue para Lucas la experiencia más alucine de su vida.

-Tiene una polla en condiciones, ¿eh? –no dejaba Ana de mirarla aún endurecida.

-Es la primera que me meto y la primera que da la talla –reía Camila.

-Viendo pollas así me paso a la otra acera.

Ambas rieron.

-Me hago el predictor y mañana te digo –informó Camila-. Si falla, quedamos con Lucas y lo intentamos otra vez.

-Hecho.

-Muchas gracias, Ani. Eres una amiga de las que ya no quedan.

-Hago lo que puedo. ¡Joder!

-¿Qué pasa?

-Mírale, este semental se ha quedado insatisfecho. No se le baja.

Camila rió sin moverse en su posición.

-Qué ganas me entran de chupársela, coño.

-Pues hazlo.

Sin dudar, Ana bajó la cabeza y se la metió entera en la boca.

-OOHHHHH… -Lucas sintió que el placer volvía.

Ana succionó con ímpetu. Más y más. Otra vez. Y una vez más. Las chupadas hicieron rugir a Lucas como un león. Agarró la cabeza de Ana y la obligó a llevar el ritmo que él quería.

-Así… así, joder… qué noche, qué noche…

La insistencia de Ana logró que Lucas eyaculara por segunda vez y esta vez entre convulsiones.

Camila aplaudió contenta.

-¡Eso es, Ani! ¡Así se hace, coño!

Lucas continuó eyaculando mientras Ana se lo iba tragando tal como llegaba.

Un minuto después, Lucas se relajó tanto que se quedó dormido.

-¿Sabe bien? –reía Camila.

-A batido de nata… mmmmm…

-Se te ha quedado un poco aquí.

Ana se relamió y limpió el resto que quedaba.

-Qué guarra eres –rió Camila con júbilo-. Voy a llamar a mi chica para tranquilizarla. Estaba muy nerviosa.

-Dile que todo ha salido muy bien y que ya tenéis a vuestro distribuidor de semen.

-¡Yeahhh! –se levantó Camila y salió corriendo en busca de su móvil.

Ana se saboreó el paladar.

-Joder, qué rico está, coño…

2

Al día siguiente, Ana recibió la buena noticia de que Camila quedó embarazada. Primera polla. Primer polvo. Y Lucas acertó en un óvulo. No se puede pedir más. Esto logró más followers en el facebook de Ana, el mejor regalo que pudiera tener.

(9,50)