-Ven aquí mi semental. Voy, -buen chico, así me gusta. Empieza a tocarme. -Me encantas, me encanta tener un semental como tú, y lo mejor es que eres solo mío. De repente empieza a rasguñar con toda su fuerza mi espalda, -grita todo lo que quieras nadie te escuchara. Toma mi cabeza y la lleva a uno de sus senos, -aquí tienes tu recompensa. Empieza a salir leche -bebe mi semental, no temas, este es un regalo de tu ama.
Al siguiente día despierto desnudo, con los ojos vendados y brazos atados. Donde estoy, pregunte, -estamos en el auto mi semental, regresamos a casa, pero primero haremos una parada. Empieza a ordeñarme, pero esta vez no con sus manos, sino con sus senos, - sé que te gusta mi semental, no seas tímido, déjalo venir todo, tu verga se ve gorda y llena de leche, no puedo aguantar más, déjalo venir en mi cara con toda tu fuerza. Me vengo en su cara, - con esto bastara hasta que lleguemos a casa.
Llegamos, me mete a la casa, empieza a besarme y tocarme. Le pregunto que pasa, -un semental como tu tiene que ser recompensado.