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Prenda viajera

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Buenos días queridos lectores, estuve un tiempo ausente por acá, sin embargo de vez en cuando y de cuando en vez visito la página, esta rica y morbosa página.

El siguiente relato que les contare a continuación sucedió a comienzos de este año, verán es una historia larga de contar pero bueno empezare por el principio. Resulta que conocí a una chica simpática y de bonito cuerpo, por internet (en mis relatos anteriores he comentado lo mucho que me gusta el mundo BDSM) pues bien la chica que conocí la vamos a llamar (J) por cuidar su reputación, pues ella buscaba una persona con quien practicar sesiones de BDSM y se dio a casualidad que yo también buscaba lo mismo. Nos conocimos mediante un chat de internet, al principio todo era lento lento o bastante frio frio jaja pero a medida que íbamos tomando confianza y adentrándonos en el mundo del BDSM todo empezó a ponerse caliente caliente jeje, y nos metimos en un mundo de morbo terrible.

Me acuerdo que siempre hablábamos por las mañana desde nuestros puestos de trabajo en las mañana, a través de Skype, cuando ella y yo teníamos tiempo libre aprovechábamos para conversar y textear jaja cuando no solo dejábamos la cámara prendida y solo nos veíamos. Aquí hago un paréntesis, era rico poder verla a través de la cámara, esa cara de niña buena que no rompe un plato, y con una mente tan morbosa y rica para mi gusto, me acuerdo que entre una de las tantas cosas le había puesto una penitencia ¿y saben cuál fue? por supuesto que no jeje, la penitencia era que cada vez que ella se parara del escritorio tenia de hacer disimuladamente que se acomodaba el pantalón y tenía que darse un buen auto-agarrón de cuca, ufffff, cosa que me daba un morbo terrible, ver por la cam como se acomodaba ese paquete que tenía entre las piernas, y como ella trabajaba en un escritorio jurídico se paraba a cada rato a buscar papeles y firmar papeles y cosas así por el estilo. Como ya teníamos bastante confianza se nos hacía muy fácil el excitarnos y calentarnos, me acuerdo que ella era muy obediente y acataba toda orden que yo le diese, sin embargo como ella es simpática y de buena figura tenía un montón de machos atrás de ella, cosa que me daba algo de morbo y celo al mismo tiempo, razón por la cual me veía en la obligación de marcar mi territorio, jeje como macho alfa que soy me gusta ser territorial más aun con las personas que considero son de mi propiedad, y se los hago saber.

Pues bien a veces cuando la veía por la cam podía ver cuando ella estaba ocupada en la computadora y de repente sonaba el teléfono y veía a ella leyendo mensajes, y podía ver la cara de pecar que ponía mi perra, al principio se lo toleraba pero como ya dije en lo que tomé confianza las cosa eran distintas. Me acuerdo que cuando eso pasaba o que la veía leyendo el teléfono enseguida le preguntaba “¡aja mi perra quien te está escribiendo?” y ella me mostraba por la cam los mensajes y me decía cosas como “mira este está loquito por mí”.

La verdad eran varios los hombres que estaban detrás de esa hembra pero su atención y su morbo, sus pensamientos me correspondían, eran para mí. Me acuerdo que una de mis penitencias favoritas era que agarrase un marcador y se escribiera la inicial de mi nombre debajo de su muñeca izquierda, me acuerdo que me decía lo mucho que sus compañeras de trabajo se reían con ella y le preguntaban con mucha curiosidad que quien era ese hombre con la letra A, que porque tenía esa letra “A” siempre escrita ahí, y ella les contó a sus compañeras una parte de la historia. Una vez me acuerdo que me hizo molestar y le puse de castigo que agarrara un lápiz labial y se lo pusiera dentro de la vagina en pleno día de trabajo, eran como las 10:30 am y le dije “anda al baño y te metes el labial en la vagina y vienes y te sientas nuevamente a ver si así se te quita lo contestona”, “pero señor...”, “nada, anda y haz lo que te dije...”, “está bien señor...”.

Pasado un tiempo breve de 10 minutos podía ver por la cámara cierta incomodidad en ella, su rostro lo reflejaba, entonces le dije “anda a sacarte eso”, y fue y se lo quitó. Días después le hice una propuesta indecente, le dije “mira lo que quiero que hagas, quiero que uses una pantaleta tuya todo el día y te la quites en la noche, y agarres y la metas en una bolsa, no sin antes masturbarte, quiero que te toques con ella puesta, en tu cama mastúrbate como lo que eres una perra en celo, y después cuando estés bien empapada te la quitas y me la guardas, métela en una bolsa y después me la envías”, me acuerdo que esas palabras que yo le dije le dieron a esa mujer un morbo terrible. Me confesó ella en la noche que trabajo todo el día en la oficina con la cuca echa agua, y cuando iba camino a su casa ella no agarro bus ni carrito por supuesto me dijo que prefirió caminar por el centro de la ciudad para poder drenar la excitación que tenía, me confeso que sentía como la pantaleta le chorreaba, y como se le empapaba. Cuando llegó a su casa tenia fuego entre las piernas, tuvo que masturbarse tres veces esa noche para poder bajar la calentura, después de eso me la envió. Recuerdo que mi encomienda llegó un jueves, tres días después de haberse masturbado rico por mí, apenas retiré el envío por mrw, la llamé y le dije “ya me llegó el paquete donde estás tú” le pregunté, “saliendo del trabajo” ella dijo, “ok cuando llegues a casa me avisas me voy a estacionar en un lugar seguro para poder hablar bien”.

La verdad los minutos se hacían eternos, me mataban las ganas de abrir el paquete, tres años después en mi mundo llegó el mensaje en la vida real eran 15 minutos jeje me llego el mensaje diciendo (“ya estoy en casa”) estas 4 palabras me pararon el guebo de forma automática, enseguida la llamé “alo alo, hazme el favor y vete a tu cuarto”, subí el vidrio del carro y prendí el aire acondicionado, para ver que tenemos aquí, las manos me temblaban producto de la excitación y morbo, finalmente abro el tan ansiado paquete, era una pantaleta rosada, muy parecida a una pantaleta de las que usan las niñas, y lo primero que dije fue uufff... “Te gusto señor?” “déjame ver a que huele... uuuffff. Que rica esta...”. “Me puedo masturbar señor”, “si anda perra mastúrbate, ya yo lo estoy haciendo...”, “primera vez que hago esto no sé porque me da tanto morbo...”, “Porque eres una perra en celo por eso es... ufff que rico huele esta cuca, está un poco tiesa déjame probarla, sabe divino puta, tiene todavía las marcas de flujos blanquecina...”, “si señor le hice como usted me ordeno la use todo el día y me masturbe con ella espero sea de su agrado mi olor...”, “ufff huele a hembra en celo, a puta uuufff me gusta”, “estoy sonadísima señor”, “perra y eso que no has probado mi guebo”, “lo deseo mi señor, quiero estar encima de su guebo y menearme rico...”, “así es que me gustan que sean bien puta como tú, me gustan cuando son bastante rebeldes después las pongo mansitas...”, “coño de tu madre tu sí que eres morboso y me gusta soy una perra...”, “te falto ser más específica, eres mi PERRA”, “perdón señor soy su perra... me tienes loca y eso que no pruebo aun tu guebo...”.

Cuando escuché eso me sobreexcité y solo alcancé a decir “la voy a decorar con mi leche tu pantaleta... uuuuffff que rico voy acabar mi puta”, “ay yo también quiero acabar señor”, y como si fuera una película porno acabamos los dos de manera simultánea... Minutos más tarde le pasé por whatsapp fotos de lo rico que acabé y de su pantaleta llena de mi leche y sus flujos. A los días de hoy todavía conservo dicha pantaleta.

Narrando este capítulo de mi vida tengo que confesar que me excito con solo recordar todo aquello, volviendo al cuento... con el pasar de los días todo ese morbo fue creciendo, más y más y ya era necesario el vernos en personas para matar las ganas, pero eso se los contaré en otra ocasión, espero les sea de su agrado, saludos.

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