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El padrastro de Alex (2) Lucas

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Paolo le había contado por teléfono que me había follado el culito en mi dormitorio, y el gustazo que le había dado correrse dentro de mi ano... sin dejar de mencionarle por supuesto, la habilidad que tenía yo con la boca chupando pollas. Eso le encantó a su íntimo amigo, porque una de las cosas que más le gustaba y más placer le daba a Lucas, era que le chuparan la polla sin descanso durante horas, y mirar la cara que ponía el niñato mientras se la mamaba.

Paolo: Ya verás nene, que bien te lo vas a pasar con Lucas, te va a encantar follar con él... y él contigo, porque no para de decirme el cabrón, lo guapo que eres, lo bueno que estás, y las ganas que tiene de pillarte y echarte un polvo... (Tocándose el paquete) ¿A qué te apetece?

Alex: Joder... Pues claro que me apetece papi. La verdad es que Lucas tiene un cuerpo tremendo, está bueno el cabrón, y siempre me ha puesto muy cachondo... ¿Sabes?... Me encanta poder hablar así contigo Paolo, abiertamente, sin tabúes, sin ninguna vergüenza... Joder, estoy flipando... por fin puedo ser contigo como realmente soy.

Paolo: Jejeje... y a mi también nene. Conmigo puedes hablar de sexo sin cortarte, y decirme lo que te gusta, lo que quieres que te haga... que yo te lo haré mi niño. Yo en cuestiones de follar soy muy claro, y no me corto ni un pelo en hacer lo que me apetece, cuando me apetece, y con quién me apetece. Además, no te puedes imaginar, las ganas que tenía de reventarte ese culito que tienes... ¡Y que gustazo chaval!

Alex: Y yo que me lo reventaras papi... Bueno, háblame de tu amigo Lucas, porque yo solo he hablado con él un par de veces y nada más.

Paolo: Verás... Lucas, es un puto vicioso. Todo lo que tenga que ver con el vicio le encanta, le apasiona y lo vive al máximo... alcohol, drogas, niñatos, etc... El tío es súper adicto al sexo, y es peor que yo si te digo... ya lo verás, te va a gustar mucho. Lucas es también bisexual como yo, pero a él le van más los tíos que las tías, aunque el colega no dice no, a un buen coñito si se le pone a tiro... pero le gusta más follárselo con otra polla pegada a la suya, y si es la mía, mejor. Sin ir más lejos, un par de veces hemos hecho un trio con tu madre, y se ve que le gusta bastante a la coñona, porque no hace más que pedirme que venga mi amigo el fin de semana, cuando no estáis en casa.

Alex: ¡No me jodas! ... Mira mi mamá, la mosquita muerta... y se traga las pollas de dos en dos la cabrona... Jajaja.

Paolo: Lo que yo te diga, chaval... En fin, lo de tu madre es otra historia que no viene al caso, y sigamos con Lucas. A mi colega lo que realmente le atraen son los chavales como tú, le encanta follar con niñatos jovencitos, y el gimnasio donde trabajamos, y que tú estás abonado también, sabes que hay muchos... tú ya me entiendes.

Alex: Joder papi... ¿Os habéis follado a muchos?... ¿Alguno que yo conozca?... Dime, por fa.

Paolo: Jajaja... que viciosillo eres nene. Mira, de tus conocidos me he follado con Lucas, a su sobrino Juan, a Fran, Diego, Javi, Armando, Gabi, Hugo... y yo solo, sin Lucas, a Toni, León, Roberto, Sandro, Hernesto, Felipe... y muchos más nene, que tu no conoces... y te he dicho los niñatos, pero en la lista también hay varias tías.

Alex: A mi me encanta Juan, el sobrino de Lucas... ¡Ufff!... está buenísimo el niñato... y que culo tiene el cabrón. ¿Sabes?... Una de mis fantasías más viciosa, es imaginarme que Juan y varios niñatos más me violaran el culo y la boca. Que me sometieran y me obligaran a tragar pollas sin parar... que me trataran como a una vulgar putilla come vergas... que me follaran el culo uno tras otro, y que se corrieran todos dentro, inundándomelo de leche caliente. ¡Joder!... Menudos pajotes me hecho en la polla imaginando y pensando en eso.

Paolo: ¡Mmmm!... Chaval, eres una caja de sorpresa... y yo tenía miedo para entrarte, y eres más puta que Rita... Jajaja. Todo se andará mi niño... todo se andará.

Alex: Bueno, sigue con lo de Lucas... ¿Qué más?

Paolo: Para concluir nene... Mi colega Lucas está loco por pegarte una buena follada, y abrirte el culo con su polla. Y no es que me lo ha dicho solo una vez, es a diario Alex, cada vez que se le calienta la polla y se pone cachondo el mamón.

Alex: Pues de él, nunca me lo hubiera imaginado papi. Tan macarra, súper varonil, y sin pluma ninguna, vamos... lo que se dice un tío macho. Y mira por donde el machote y el chulito, a escondidas se traga las pollas de dos en dos.

Paolo: Y te digo yo por experiencia propia, que se las traga que da gusto. Si por él fuera, estaría todo el puto día con una polla en lo más profundo de su ano, y una boca de niñato chupándole a todas horas la verga. Mira si es maricón chupa pollas, que cuando estábamos en el instituto de chavales, y yo no iba a clase, intercambiaba sus mamadas por los apuntes. Y él loco de gusto, por chupar una buena polla en los servicios... todos le llamaban piquito de oro, y no era por don de palabra... Jajaja.

Alex: ¡Coño!... Mira cómo se me ha puesto la polla, dura papi, imaginándome al tío chupando pollas en los servicios... ¡Ufff!

Paolo y Lucas se conocían desde que eran unos chavales, habían vivido en el mismo barrio, estudiado en el mismo instituto, y salían en la misma pandilla de amigos. Mi padrastro me contó por el camino, que Lucas también era bisexual, pero que le iban más los tíos que las tías, aunque no decía que no a un buen coñito, y que más de una vez se lo habían montado los dos con mi madre. Pero a Lucas, lo que realmente le atraían eran los chavales como yo, le encantaba follar con niñatos jovencitos, y según me dijo Paolo, le había comentado muchísimas veces, (casi a diario) las ganas que tenía de pegarme una buena follada, y abrirme el culo con su polla. La verdad, es que a mi la idea de follar con Lucas me encantaba, y el deseo era recíproco. El tío me ponía mogollón, sobre todo me ponía muy cachondo mirarle disimuladamente como le abultaba la bragueta, e imaginarme como serían las medidas de su pollón.

Lucas tiene 26 años como Paolo, no era muy alto como de 1´72 centímetros, y la verdad es que estaba bastante bueno el tío. Su cuerpo estaba bronceado y totalmente depilado, era musculoso, con unos brazos fuertes, y unas piernas gruesas y potentes. Muy guapo y morboso de cara, con unos labios gordos, carnosos, provocadores, y una mirada embaucadora y chulesca. Tenía una pinta de macarra que me ponía muy cachondo, y me calentaba mucho la polla, sobre todo cuando iba a mi casa y se sentaba espatarrado en el sofá, con todo el paquetón marcado en el chandal. Estaba dotado de un delicioso culo respingón, con nalgas grandes y redondeadas, como si las tuviera esculpidas el cabrón. Y un paquete desmesurado y notable, que guardaba bajo la tela del bóxer (como pude catar después) una polla larga, grande, y gorda, de al menos 25 centímetros.

Cuando llegamos al piso Paolo sacó de su bolsillo una llave, abrió la puerta y entramos dentro. Por lo visto, mi padrastro me llevó a un apartamento que tenían alquilado los dos, para sus fiestecitas privadas y clandestinas... vamos, un picadero, donde los cabronazos llevaban a los chavales para follárselos. Por supuesto mi madre de ese piso no sabía nada, y para ella, cuando Paolo estaba allí follándose a alguien, es que estaba viendo fútbol en casa de su amigo.

Lucas nos esperaba en el salón, sentado en un sillón todo espatarrado y con un cubata en la mano. El tío estaba SEMI desnudo, a pecho descubierto... ¡Y que pecho Dios!... con un bóxer blanco tapando su culazo y dejando a la vista un exuberante, pletórico, y marcado paquetón entre sus piernas. Estuvimos largo rato bebiendo, fumando, y hablando de tíos, sobre todo de niñatos que se habían follado los dos. Mientras Lucas hablaba, no podía apartar la mirada de aquel enorme bulto bien marcado entre sus piernas, y el colega que no era tonto, se dio cuenta enseguida, por qué me miraba fijamente a los ojos y se relamía el labio inferior con la lengua.

Paolo se levantó para preparar unos cubatas de ron cola para los tres, y de camino echarle algún regalito dentro del vaso. El regalito era un par de éxtasis dentro del cubata para ponernos caliente a lo bestia, y excitarnos al límite. A Paolo le encantaba darle drogas a su colega, así lo calentaba a tope y le estimulaba el hambre insaciable de pollas que tenía siempre. Cuando Lucas se colocaba se excitaba muchísimo, y se descontrolaba como un salvaje, A mi padrastro eso le encantaba, porque drogándolo ejercía sobre él un control total, y todo lo que le pedía que hiciera, Lucas obedecía sin rechistar.

Al cabo de un rato hablando de folladas, de culos, de pollones, y de dos cubatas cada uno bien cargados, tres porros, y varios éxtasis, ya estábamos los tres bastante ciegos. Lucas seguía sentado totalmente espatarrado, mostrando indecentemente sus atributos, y bien marcados en un espléndido paquete que coronaba su entre pierna. El tío guarro, se bajó el calzoncillo con la mano y me indicó con los ojos que mirara lo que tenía para mi. Rápidamente bajé la mirada y me encontré con una polla excepcional, con un tamaño exagerado y bastante generoso. Me arrodillé en el suelo y él tumbó su espalda en el sillón. Se bajó los calzoncillos hasta los muslos, y con la mano derecha se agarró la polla por la base, tocando con sus dedos los huevos gordos.

Me la mostró totalmente tiesa, con la piel del tronco oscura, y las venas muy marcadas, y un capullo rosado súper mojado de pre-cum. Acerqué mi cara cerca de su cipote, percibiendo el aroma que desprendía a sudor de macho, y lo agarré fuertemente notando su dureza, el calor que desprendía, y sus latidos en la palma de mi mano. Le miré a los ojos como pidiéndole permiso para mamársela, no aguantaba más, tenía que comerme aquella polla, y probar su sabor en mi boca. Llevé mi lengua hasta su glande, y comencé a recorrerlo suavemente en círculos. Lucas dejaba escapar de su boca gemidos de placer, al mismo tiempo que yo bajaba con la lengua por el tronco, y recorría toda la polla hasta llegar a los huevos. En ese momento le pude ver el boquete del culo, y me puse todo burro al ver que el muy vicioso llevaba dentro del ano unas bolas chinas... ¡Uffff... Joder!

Él separaba aún más las piernas para dejarme trabajar a gusto, permitiéndome succionar un huevo tras otro dentro de mi boca, y estrujárselos contra mi paladar. Volví a subir lamiendo por su tronco venoso, pero esta vez para abrir a tope la boca y meterme su pollón entero, hasta el fondo de mi garganta. Subía y bajaba mi boca por su polla, acompañada de una suave y delicada masturbación con mi mano. Lucas jadeaba de gusto y asentía con la cabeza, aprobando el buen trabajo que yo le hacía con la boca, en su enorme y delicioso miembro. Cuando lo tenía entero dentro, aprovechaba para mover la lengua y pasarla por el capullo, mientras dejaba que mi saliva se escurriera de mi boquino, y le mojara todo el pollón de babas.

Me he comido muchas pollas en mi vida, pero la de Lucas era una gozada mamarla, ese sabor que tenía, su dura textura, y la sensación que me dejaba en el cielo de la boca... era una pasada bestial. El cabronazo no paraba de segregar pre-cum por la raja del capullo, era un torrente de líquido que nunca terminaba de llenarme la boca, y a mi me ponía cada vez más caliente y súper cerdo. Como buen mamón que soy, lo único que quería era que el tío bueno gozara, darle gusto en la polla a ese macho tan morboso, y que se retorciera de placer en el sillón. Seguí chupando como una puta, bajando y subiendo la cabeza todo lo deprisa que podía, mientras Lucas me agarraba por la nuca y me follaba la boca a saco.

Lucas: Joder niño... si sigues mamándome la polla así, tan rápido... me voy a correr de gusto en tu boca cabrón... ¿Quieres que me corra en tu boca, y te la llene de semen?

Yo lancé un gemido sin sacarme su polla de la boca, y lo miré a la cara dándole a entender que quería que se corriera, que me escupiera dentro de ella toda su leche caliente. Estaba deseando sentir su semen en mi boca, y verlo jadear de gusto mientras me inundaba de esperma cremoso el hocico. Aceleré las chupadas sin dejar de mirarle la cara de gozo que ponía Lucas, al mismo tiempo que el tío veía la mía de zorra mamona, y comenzaba a salir una incontinencia de jugo cremoso por la rajita de su capullo.

Lucas: Cómetela toda... Trágatela, putón chupa pollas… ¡Ahhh! ... Dios como la comes… ¡Uffff, que gustazoooo!... Venga putito… Haz que me corra... Hazlo... Siiiii... Aaahhh.

Empecé a notar su semen en mi boca, y como el cabrón me la iba llenando toda a chicatazos. Yo apretaba fuerte los labios sin dejar de mamar, no quería que se me escapara ni una sola gota de su leche, quería tragármela toda y saborearla a gusto. Me daban arcadas cuando Lucas me oprimía la nuca con fuerza, haciéndome sentir como la cabeza de su pollón golpeaba sin cesar mis amígdalas, y provocándome náuseas por la falta de aire. Cuando por fin dejó de soltar chorros de esperma por la polla, y me soltó la nuca de su mano, separé mi cabeza mirándole a los ojos, y le enseñé mi boca abierta llena de su semen, y repleta de su cremosa leche... y como una guarra viciosa me tragué toda la lechada ante su perversa mirada.

Lucas: ¡Joder con tu hijo! ... ¡Que gustazo de boca!

Paolo: Te ha gustado la mamada... ¿Verdad?... Ya te dije por teléfono, que mi Alex chupa la polla que da gusto, y que te iba a encantar su mamada... ¿A que es alucinante mi niño?

Lucas: Uffff... ha sido una delicia amigo mío... no exagerabas para nada cuando me dijiste, que su boca era maravillosa y que me iba a correr de gusto... te has quedado corto Paolo... ¡Joder!

A esas alturas, Paolo ya se había desnudado completamente y andaba detrás de mi, con la polla empalmada y dura como una barra de acero. En ese momento pude sentir, como la lengua de mi padrastro empezaba a lamer mi hambriento culo, y como me penetraba el boquete, mientras yo volvía a engullir de nuevo el pollón de su amigo. Pero esta vez me coloqué encima de Lucas, haciendo un rico 69 y dándole a probar mi polla. De esta manera clavé mis rodillas en el apoyabrazos del sofá, y como no era muy alto, podía rellenarle perfectamente con mi polla la boca a Lucas, y a Paolo le regalaba todo mi trasero, bien levantado y el orificio anal súper abierto.

La boca de Lucas no perdía el tiempo con mi pollón... ¡Que mamada joder... Que delicia de lengua!... El tío se metía mi polla hasta el fondo de su garganta, mientras me agarraba las nalgas con sus manazas, y aupaba su cabeza presionando su boca contra mi abdomen. Y con los dedos, me separaba y me abría los cachetes del culo, para que su amigo Paolo pudiera empujar con su lengua, y metérmela entera por el ano. Así estuvo un buen rato, bombeando incansablemente con su lengua, y mi esfínter se rindió... se dilató por completo... preparándose para recibir y albergar lo que venía a continuación... todo su pollón.

Paolo se levantó con la mano agarrándose la polla, y apoyó la cabeza en la entrada de mi culo. Fue penetrándome hasta empalarme por completo, muy suave y lentamente para que su amigo que tenía la cabeza debajo de mi culo, pudiese ver en condiciones como mi ano se comía poco a poco todo su pollón, y lo devoraba hasta los cojones. Sentí un placer inmenso, tanto que dejé de chupar la polla de Lucas, para soltar unos cuantos gemidos y pedirle a mi padrastro que me follara más duro... más fuerte... más salvaje. Mi excitación llegó al límite cuando Paolo empezó a follarme el ano a lo bestia, metiendo y sacando su polla como un animal, como un puto salvaje, mientras le decía a su amigo Lucas... "Tío, chúpale bien el pollón a mi chaval, y sácale la leche de los huevos, esa leche caliente que te gusta tanto beberte."

Yo tenía el agujero del culo súper abierto, así que me la metía y me la sacaba entera de golpe, bombeando con su polla sin parar. Al mismo tiempo, (como si fuera un baile ensayado) Lucas seguía follándome la polla con su boca, y con su mano me agarraba de los huevos y me los estiraba con fuerza. Entonces noté un gustazo grandísimo, y un placer enorme e indescriptible que no me dejaba ni hablar. El cabronazo de Lucas, me había metido los cuatro dedos de su otra mano por el culo, conjuntamente con el pollón de Paolo, todo junto, dentro del boquete, y me jodían sin piedad como sádicos los dos. Joder... Joder... Joder... Me iba a correr sin poder contenerme, y no podía articular palabra, estaba petrificado por el gusto y por el gozo que me estaban dando mis dos machos.

Alex: ¡Ahhhhh!.... ¡Siiiiiii!... ¡Grrrrrr!

Paolo: Siiiii, neneee... correte en la boca de este maricón chupa pollas... Asiiiii... Sigueeee... Más... Como a él le gusta... ¡Traga mamón... tragaaaa!

Lucas: Mmmmm... gluppp... gluppp... Que lechada del niñato cabrón... Que lechada más deliciosa y rica, joder.

Paolo: Saboréala bien, amigo mío... y ve preparando ese culazo que tienes colega, que te lo vamos a follar a tope como a ti te gusta.

Continuará...

PD: Gracias por vuestros comentarios, y espero que en este nuevo capítulo de la historia, me dejéis alguno.

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