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La kiosquera

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Hola de nuevo a todos, hoy les traigo más para compartir con todos ustedes, otra vez se dio una nueva oportunidad para relatar. Esto lo que relatare sucedió ayer a la siesta, cuando fui a comprar del kiosko de al lado; casi todos los días voy a comprar ahí. En el mismo atiende Rosario (34), que es la dueña del kiosko (ella es una linda mujer, morocha con buen cuerpo y atlético linda cintura lindas nalgas), con ella siempre tuvimos buena onda, un buena amistad desde hace muchos años, cada vez que voy siempre charlamos y nos quedamos charlando un largo rato, y charlamos de todo un poco. Pero ayer cuando fui, Rosario estaba algo desanimada, porque se había disgustado con su esposo, y me quede ahí con ella un rato para animarla. De tanto tratar de animarla, se le ocurrió la idea de tomar unas cervezas, saltó y me dijo:

-Che te prendes así compartimos unas cervezas aquí en mi casa?

-Si, porque no hay drama, sería un gusto!

-Dale, entonces nos vemos en un par de horas más, tengo que bañarme primero

-Bueno, luego vengo

Más tarde fui a verla, ya me estaba esperando, estaba muy sexy con una minifalda negra y un escote rojo sensual que se le marcaba todo. Después comimos algo y pusimos nos charlar y tomar cerveza, hablamos de todo hasta que tocamos temas de relaciones, de parejas, de sexo. Charlamos por un rato largo de sexo sobre todo hasta que ambos nos imaginábamos cosas, ella ya estaba algo alegre por las cervezas que tomó, se acercó a mi oído y me comenzó a decir cosas y yo entonces me puse algo caliente y le agarre la pierna y mientras le besaba en la boca le comencé a subir mi mano cada vez más arriba hasta que me detuve cerca de sus partes íntimas, entonces ella se calentó también y agarro mi mano y la llevo directo a su concha, ella se paró para sentarse en mi piernas y aproveche para subirle la falda y vi que se puso un rica tanga gris que se le metía en su culito y se le re marcaba la conchita. Ella muy excitada como yo, ya estaba muy húmeda, luego le baje un poco la tanga y comencé a lamerle un poco la concha (muy rico), ella muy agitada e hice que se apoye en la mesa, le quite la tanga y la falda, me baje el pantalón saque mi pene y así sin protección, comencé al penetrarla tan fuerte por la excitación que tenía. Fue una de las pocas conchas ajustada que daba placer lamer y penetrar; ella muy caliente, me decía:

-Me gustaaa... Ayyy Ayy me duele mucho bebe

-Sos muy linda… me gusta culearte

-Acabame donde quieras bebe estoy ardiendo

-chiquita rica... grita... quejate que me encanta...

-ya voy a terminar bebe pero no pares (15 minutos después)

Después de que acabamos todo, ambos quedamos agotados pero satisfechos. Luego nos cambiamos y le dije:

-la pase bien hoy con vos

-yo también podríamos volver a hacerlo

-cuando quieras linda, será un placer metertela de nuevo

Desde entonces quedamos en volver a coger de nuevo cuando queramos.

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