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Las capacidades de Luis (IV)

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Luis y Marta ya llevaban 1 semana saliendo juntos. Eran felices. A pesar de que en un principio Luis quería que Marta fuese una perrita obediente, él empezó a enamorarse profundamente de ella.

Luis trataba con cariño a su Marta, como lo haría cualquier chico enamorado de su chica. Pero las cosas empezaron a cambiar. Luis empezó a cambiar. Él sabía que Marta era una buena novia, que lo satisfacía en todo: era simpática con él, era detestable con los demás (como siempre), y en la cama, era toda una tigresa insaciable. Era la Marta que él había deseado, pero Luis quería más.

Sus capacidades mentales funcionaban, eso estaba muy claro. Podía manipular a cualquier persona y hacer con ella lo que fuese. No había ningún tipo de límite.

De nuevo, pensó lo siguiente: por qué conformarse con una chica (una novia perfecta, eso sí), si podía tener a 2 o más? La idea le excitó muchísimo. Luis había convertido a una chica terriblemente difícil como era Marta en una novia muy cariñosa y sensual. La verdad es que no le fue muy difícil provocar ese cambio en ella.

La idea no parecía muy difícil de llevar a cabo, porque Luis podría manejar a Marta a su antojo. Amaba a Marta, eso era cierto, pero tener a dos chicas a su lado, sería mucho mejor. La idea le hizo sonreír.

Así que ahora tenía varias tareas pendientes: pensar qué candidata sería la perfecta, y ‘persuadir’ a Marta para que la idea de compartir a su novio con otra chica le resultase tentadora. Luis pensó en estas 2 cuestiones un largo rato. Quería con él a otra chica que fuese muy guapa y que tuviese unos pechos generosos, ya que le encantaban las tetas grandes (las tetas de su novia Marta recibían de él muchos besos y tocamientos). Con esas características tan concretas, la candidata era evidente: Paula.

Simplemente con imaginarse a Paula desnuda, Luis tuvo una gran erección. Las tetas de Paula eran realmente maravillosas. Debían de ser de la talla 105 o 110, porque eran muy grandes. La cara de Paula también era muy bonita y sus ojos verdes eran encantadores. Luis se imaginaba a Marta y a Paula, juntas, trabajando en equipo, para satisfacerle a él (Luis vibró de placer al pensar en esa posibilidad).

Lo curioso del asunto, es que Claudia era la segunda chica que más le gustaba a Luis (por detrás de Marta). Pero Claudia era demasiado inocente. Además, Marta era muy amable y cariñosa con él, así que Paula también lo sería.

Luis vio otro problema bastante grave, muy grave en realidad: sus compañeros de clase. No era nada normal que un chico o chica tuviese 2 parejas al mismo tiempo. La gente iba a sospechar. Había demasiadas personas en el instituto como para poder manipularlas una por una. Eso era inviable. Con tristeza, Luis pensó que Marta y él tendrían que estar con Paula a escondidas de todos.

Mientras pensaba en todo esto, Marta, su querida novia, estaba durmiendo a su lado. Luis manipuló un poco a sus padres, así como a los padres de Marta, para que ella se pudiese quedar a dormir con él cuando ella quisiese.

Luis miró a su novia: era realmente preciosa. Sonrió al imaginarse a Paula en el otro lado de la cama y él en medio de las dos. Era una idea demasiado tentadora como para no hacerla realidad, y así lo haría. Llegó el momento de actuar.

Luis hizo lo siguiente:

Primero: conseguir que Marta quisiera compartirle con otra chica y después, enamorar a Marta de Paula. Luis influenció a su novia de forma muy intensa para lograr ese objetivo. Lo consiguió.

Segundo: hacer que Paula se enamorase de él y de Marta. Paula tenía su carácter, mucho más blando que el de Marta, pero lo tenía. La influenció durante varias horas para poder conseguir ese cambio en ella. Paula fue manipulada del todo sin que ella sospechase nada de nada.

Tercero: hablar con Marta para poder sacar con delicadeza (Luis aún temía un poco que Marta se pudiese rebelar contra él) el tema. El tema surgió con naturalidad y Luis quedó impresionado, muy impresionado, al ver lo dispuesta que estaba Marta ante la posibilidad de tener una novia para los dos.

Todas las cartas estaban sobre la mesa. Y Luis jugó muy bien sus cartas, las jugó con inteligencia. Después de la manipulación, la cosa quedaba así: Marta prefería a Luis que a Paula y Paula prefería a Luis que a Marta. Luis quería sentirse la persona más deseada del trío.

Al día siguiente, Marta y Luis fueron al instituto. Paula estaba en la entrada, y cuando los vio, se dirigió hacia ellos. Estaba muy nerviosa. Era lo normal. Muy normal. La chica quería proponer a Marta y a Luis la posibilidad de sumarse a su relación amorosa. Paula tenía miedo de Marta, todo el mundo en su sano juicio lo tenía. Paula estaba muy desesperada como para querer proponer semejante ‘locura’.

En un principio, Paula intentaba hablar de temas sin importancia. Poco a poco, empezó a ser más directa y finalmente se lo propuso:

- Sé que parece una locura, chicos, pero los dos me gustáis. Me gustáis mucho y, aunque suene raro, me gustaría estar con vosotros dos a la vez… - Paula intentaba mostrar confianza y seguridad, pero en realidad estaba bastante asustada. Marta le daba miedo.

- Paula, nos estás hablando en serio? - Luis quería aparentar que se había sorprendido mucho al oír esa declaración.

- Sí, Luis. No me atrevería a hacer un comentario así si no fuera verdad. Te crees que quiero que tu novia me arranque la cabeza sin un buen motivo? - Paula sonrió a Marta.

Marta le devolvió la sonrisa. Luis estaba muy feliz, increíblemente feliz. Marta aceptaba la invitación amorosa y sexual de Paula. Sorprendentemente, Marta dijo a Paula lo siguiente:

- La idea de agregar a una tercera persona nos gusta, Paula. Pero una cosa te tiene que quedar muy clara, Paula, y va muy en serio: yo soy la preferida de Luis y siempre lo seré. Luis y yo tenemos algo especial, eso lo sé desde que estoy con él. Si eres buena con nosotros, te vamos a querer. Pero ni se te ocurra intentar quitarme mi puesto preferente en el corazón de mi Luis o me verás enfadada de verdad, Paula. - Marta hablaba con seriedad, no con enfado.

- Acepto, Marta. No creo que pueda aspirar a nada más, sinceramente. - Paula parecía un poco triste al pronunciar estas palabras.

- Paula, hay una cosa muy importante: en el instituto deberemos ser cautelosos. Una pareja de tres es una cosa muy rara, espero que lo comprendas, guapa. - Luis le sonrió.

- Lo entiendo, Luis. - Paula le devolvió la sonrisa.

Luis le dio a Paula su dirección y los tres entraron en el instituto.

Las clases se hicieron muy largas, larguísimas. Luis se follaría a sus dos preciosidades dentro de pocas horas. Estaba muy excitado, apenas se podía concentrar en las clases que impartían los profesores. Marta también esperaba ese momento, aunque con bastante menos intensidad.

Las clases finalizaron a su hora (aunque para Luis le pareció que habían transcurrido 2 semanas), y la gente se iba a sus respectivas casas.

La pareja llegó a casa de Luis. Los dos comentaron que estaban bastante nerviosos por lo que sucedería dentro de poco tiempo.

Al cabo de 35 minutos, llamaron a casa de Luis. El gran momento, había llegado. Luis hizo pasar a Paula a su casa, después de darle un beso en la boca. Las lenguas de Luis y Paula jugaron un buen rato.

- Cariño, deja un poco de Paula para mí, no seas egoísta… - Marta sonrió.

Marta cogió a Paula de la cabeza y la acercó hacia ella. Se besaron apasionadamente. Marta iba sobando las tetas de Paula con total descaro. Paula gimió un poco.

- Paula, cariño, Marta y yo somos muy pervertidos. Nos gusta mucho el sexo, muchísimo. Si quieres estar con nosotros, debemos saber si serás sexualmente provocativa. - Luis hizo el comentario muy seriamente.

- Seré todo lo provocativa que quieras, amor mío. Quiero estar con vosotros dos, ya lo he dicho antes. Quiero daros placer, todo el placer que pueda. Quiero que me deis placer, quiero hacer realidad todos vuestros deseos sexuales. Y para ti, mi Luis, te tengo un regalo: mi virginidad. - Paula sonreía con dulzura.

Marta y Luis se acercaron a su nueva amante y la besaron con dulzura. Paula cerraba los ojos y disfrutaba de ese momento. Luis, Marta y Paula empezaron a desvestirse, ayudándose entre todos. Cuando Luis vio a Paula, completamente desnuda, se puso a temblar.

Tembló de puro placer visual. Decir que Paula era realmente sexy era ser muy injusto: era simplemente perfecta. Sus pechos, deliciosamente grandes, invitaban a Marta y a Luis para que jugasen con ellos. Paula también se excitó mucho al ver a sus dos amantes desnudos ante ella.

Marta no pudo evitar sentir algo de envidia. Tenía que admitir que Paula era más guapa que ella. Pero quería hacer feliz a su Luis y nada la pararía. Además, acostarse con una chica tan guapa, también tenía su morbo.

De nuevo, Marta tomó la iniciativa: cogió a su amado Luis, así como a su nueva novia, Paula, y los condujo al dormitorio de este. Era el momento de la verdad. Ahora iba a arder Troya!

- Paula, querida, qué te parece si juntamos fuerzas y, como un equipo, ‘luchamos’ contra nuestro Luis? - Marta sonreía mucho.

- Me parece una buena idea, preciosa - Paula también sonreía.

El momento que tanto había deseado Luis se empezaba a materializar. Ante él tenía a dos de las chicas más guapas que jamás había visto, dispuestas a darle placer. Él tendría que dar la talla y darles placer a ellas también. La ‘lucha’ iba a empezar.

Paula empujó a Luis a la cama. Lo hizo tan salvajemente que Luis se sorprendió. Algo le decía que Paula sería mucho más salvaje que Marta. Luis pensó que tener a esas dos chicas juntas era como ganar el premio gordo de la lotería.

Paula se puso encima de Luis y empezó a besarle con pasión. Marta subió también a la cama y se dedicaba a mordisquear las orejas a Luis. Luis estaba en el Paraíso.

Paula y Marta se iban turnando para besar a su novio. Lo hacían con muchas ganas. Luis se acercó a los pechos de Paula y los besó. Los besó con pasión. Esas tetas le tenían loco. Paula se puso a gemir mientras Marta empezaba a masturbar a Luis.

Con la mano derecha, Luis empezó a masturbar a Paula. La chica soltó un gemido intenso. El coño de Paula estaba chorreando como una catarata. Presa de la lujuria, Paula puso el pene de Luis en su interior y le dijo:

- Fóllame, Luis. Quiero que me hagas tu mujer. - Los ojos de Paula eran la viva imagen de la pasión y la lujuria.

Al igual que en el caso de Marta, el himen de Paula no tardó mucho en romperse. Paula también emitió un pequeño grito, pero no tardó mucho en gemir de placer.

Marta y Luis se estaban besando mientras este iba penetrando a Paula. Luis masturbaba a su Marta con los dedos y, viendo con que pasión usaba la lengua al besarle, ella estaba muy excitada.

Paula y Luis estaban copulando salvajemente. El placer que sentían los dos era muy intenso. Paula sentía a su Luis dentro de ella, eso la hacía muy feliz. Paula estaba tan excitada, que gran parte de la humedad de su vagina iba saliendo al exterior, mojando los testículos de Luis.

Paula alcanzó el orgasmo en solitario. Era tanta le excitación que sentía, que tuvo el orgasmo antes de que su Luis pudiera eyacular. Su orgasmo fue intenso, muy intenso. Duró 20 segundos. Los gritos y gemidos que producía Paula eran muy obscenos. Marta alcanzó el orgasmo poco después, provocado por la masturbación de Luis y por los gemidos lascivos de Paula. Esos gemidos la excitaron mucho.

- Ha sido maravilloso, amor. Pero tú no has podido culminar. Nosotras te ayudaremos. - Paula miró a Marta.

- Sí, te ayudaremos con ese ‘problema’, cariño. - Marta se levantó y se puso al lado de Paula.

Paula y Marta se pusieron a ‘mimar’ la polla de su Luis. Las dos a la vez. El pene y testículos de Luis estaban empapados de los fluidos vaginales de Paula. Cuando una le lamía el glande y el tronco del pene, la otra le lamía y le chupaba los huevos. Luis estaba que se moría de placer. La mamada que estaba recibiendo de sus dos novias era simplemente apoteósica, maravillosa. Luis estaba a punto de correrse.

Se puso de pie encima de la cama y empezó a masturbarse para poder llegar al orgasmo rápidamente. Las dos chicas lo miraban con lujuria.

Luis eyaculó. Eyaculó en el orgasmo más grande que había tenido hasta entonces. Grandes cantidades de semen iban saliendo a borbotones de su estimulado pene. El semen fue a parar casi en su totalidad a la cara y boca de Paula.

Lo que pasó después, fue la escena más sensual y erótica que había visto en toda su vida:

Marta se acercó aún más a Paula y le empezó a lamer la cara, para poderse beber el semen de su amado. Paula también lamía a Marta, para poder recuperar parte del semen, que ella le había ‘robado’ con la lengua. Las chicas, abrazadas y sudadas, no dejaron ni una sola gota de semen a la vista. Lujuriosas y contentas, miraron a Luis como tigresas en celo.

Luis había encontrado a las novias perfectas. Cada una, por separado, era genial. Pero juntas, eran simplemente perfectas. Luis era el hombre más feliz de la tierra.

CONTINUARÁ…

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