Nuevos relatos publicados: 13

La nana de mi sobrina

  • 5
  • 30.934
  • 8,75 (24 Val.)
  • 0

Este relato así como los que he contado y los próximos que contaré, son 100% reales y me sucedieron en diferentes etapas de mi vida.

Tenía una sobrinita a quien mi hermana tuvo que contratarle una nana para que cuidara de ella, era una joven de 19 años, delgada, sin ser flaca, pero con unos senos, yo los catalogaría con la palabra, voluptuosos, grandes pero sin exagerar, con unos pezones que cuando se le ponían erectos, se podían notar a través de las playeras de lana que acostumbraba usar.

A veces jugando con ella y mi sobrina, la abrazaba por la espalda, rodeándola con mis brazos a la altura de los senos, y ella se quedaba muy quieta, no se movía, ni intentaba quitarme, tal vez podía sentir como mi pene reaccionaba al contacto con su cuerpo, no lo sé.

Un día, que la verdad no recuerdo ni como fue, le toque un seno, nunca lo había hecho directamente, sinceramente no sé porque lo hice. En respuesta ella me dio mi castigo, me tomo de la mano con la que la había tocado y me dio una serie de golpecitos, como castigo por haberme portado mal, al ver esta poca resistencia, la hice que me diera más golpecitos, me pregunto que por qué lo hacía, y le conteste que porque iba a hacer algo más y me iba a merecer el castigo, enseguida me acerque y metí mi mano por la parte superior de su playera y le toque un seno por encima de su brassier (ese día si llevaba, frecuentemente le gustaba andar por la casa con su playera pero sin él) ella inmediatamente se levantó y trato de salir de la habitación, pero no la deje, la abrace por detrás y volví a meter mi mano por la parte superior de su playera, pero esta vez debajo de su brassier, así que toque su seno al desnudo, levante mi otra mano e hice lo mismo, quede abrazándola por detrás con mis manos cruzadas y bien metidas en su playera tocándole los senos, oprimiendo sus pezones.

Después de un rato de sentir esos senos, la solté, esa noche y los días siguientes anduve que no me lo podía creer, había tocado esos senos, tan no lo podía creer que hasta tenía ganas de preguntarle a ella misma si realmente había pasado aquello.

Un par de días después, estamos solos en casa, primera vez que pasaba esto después de aquel día, estaba anocheciendo, ella me llama, está en la misma habitación donde había sucedido aquello, escuchaba un walkman y me pregunta si me gusta la canción que oye en ese momento, me pone los audífonos y escucho, le digo que si me gusta, en eso ella se toca el estómago y se queja de un dolor, yo le pregunto que si le duele mucho y le comienzo a tocar y dar masaje por debajo de su playera, después de un rato ella me pregunta que porque le estoy tocando el estómago, le respondo que tiene razón, que no sé porque lo estoy haciendo si puedo tocar algo mejor, y subo mis manos a sus senos y se los comienzo a tocar, ella continua escuchando su walkman y no me dice nada, continuo un rato así, hasta que ella hace a un lado el aparato y me dice que le quite la playera, en ese momento me doy cuenta de un detalle, a ella le gustan mucho los pantalones de mezclilla y siempre los usa, incluso cuando la vi llegar esa tarde los llevaba como siempre, pero ahora tiene puesto un vestido corto, que deja sus piernas al descubierto, pero bueno, mis manos ya están ocupadas zafando su playera, con la poca luz que aún queda, observo esos senos, realmente parecen dos sabrosos melones, coronados por un par de fresas, comienzo a acariciarlos, los aprieto, bajo mi cabeza y me los comienzo a comer, los chupo, abro mi boca tratando de meter un seno dentro, iluso, no cabe, la recuesto en la cama y sigo acariciando un seno mientras le chupo el otro, después de un rato, comienzo a bajar mi mano, por su estómago, por su ombligo, trato de meterla bajo su vestido por arriba, está demasiado apretado y no puedo, entonces la bajo y la coloco en sus rodillas, y comienzo a subirla, le acaricio los muslos, y sigo, ahora si alcanzo mi objetivo, le toco sus panties, ya están húmedas, las hago a un lado y me aboco a tocarle su vagina, no tiene mucho vello, pero tiene unos labios vaginales gruesos, la comienzo a acariciar, paso mi mano por encima, meto mis dedos, toco su clítoris, yo estoy que ardo, me estorba su ropa así que termino de desnudarla, mi pene quiere salir, necesita libertad, le tomo sus manos y las llevo a la hebilla de mi cinturón, ella entiende el mensaje y comienza a desabrocharlo, sigue mi pantalón, me incorporo un poco y me lo acabo de quitar, quedo con mi pene a todo lo que da, hago que me lo toque, ella lo agarra y me desentiendo de aquello para continuar acariciándola, comienzo a besarle el cuello, las orejas, mientras acaricio con una mano unos de sus pechos, con la otra su vagina, y mi pene entre sus manos, el placer es intenso, después de un rato, me subo sobre ella, quiero meterle mi pene, pero no me deja, respeto su deseo, ya tratare de convencerla, mientras tanto ella se coloca la cabeza de mi pene sobre su vagina, presiona un poco y comienza a acariciarse, poco a poco noto como se va poniendo más caliente cada vez más, por una lado, acariciándose con la cabeza de mi pene su vagina, yo, besando su cuello, sus orejas y chupando sus senos, yo ya estoy que me quemo, vuelvo a intentar meterme en su vagina, me lo vuelve a impedir, yo ya estoy a punto de venirme, y quiero venirme dentro de ella, pero no me deja, se da cuenta que estoy a punto de explotar y retira mi pene de su vagina, no aguanto más y me dejo ir, comienzo a expeler chorros de esperma que caen en su estómago, sus piernas, la embarro toda. Se levanta y se va al baño a limpiarse, yo me voy a mí recamara y por esa noche ahí queda la cosa.

(8,75)