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Cuando sobrino y tía explotan

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Este será mi primer relato y para ello cambiaré el nombre de los dos personajes principales, mi tía -a la que llamaré Roxana- y yo.

Para contextualizar, desde que nací mi tía y yo hemos sido muy unidos, era su consentido. Ella siempre ha sido muy guapa, estatura mediana, blanca con unos pechos medianos y unas nalgas bastante respetables; después de tener a mis dos primos pues si, perdió un poco de esa figura de Diosa pero tuvo un incremento de tamaño en su pecho que me dejaba estupefacto.

Cuando empezaron mis años de adolescencia fue que la empecé a ver ya con otros ojos, me llamaba la atención de manera física. Para ese entonces ya había nacido mi prima pero a pesar del embarazo mi tía no perdió mucho de esa figura que arrastraba las miradas por las calles de los demás hombres que la veían en las calles.

La cosa dio comienzo un día que ella fue a lavar a la casa de mi abuelo, ella aún vivía con sus suegros y no se sentía cómoda lavando su ropa en esa casa. En esa ocasión ella se encontraba un poco enferma y es tanta la confianza que me tiene que en aquella ocasión me dijo que le pusiera a lavar la ropa que traía en el bote. Eso sí, especificó solamente que la ropa blanca.

Mientras separaba la ropa blanca de la demás vi que cayó un pequeño pedazo de tela al piso, en su momento no le presté tanta atención pues pensaba que solo de eso de trataba, un simple pedazo de tela. No fue así. Al bajar la mirada me di cuenta que era un hilo dental de color azul cielo, con unos pequeños vivos en blanco y naranja. Inmuebles tuve una erección, monumental; y es que para entonces ya me masturbaba y debo admitir que en ocasiones la fuente de mi inspiración era mía tía Roxana y era la primera vez que tenía una prenda de esas ante mis ojos, y dejen ustedes ante mis ojos, en mis manos.

Comencé a temblar, estaba muy nervioso -imagino que por la adrenalina del momento-, dejé la tanga en el bote y le puse la tapa, rápidamente fui a ver qué estaban haciendo mi tía y mi abuelo y vi que ambos estaban acostados, pensé que ambos estaban dormidos pero mi tía (ya más dormida que despierta) me preguntó que si había puesto a lavar la ropa y le dije que si, después se olvidó del mundo. Mi abuelo roncaba.

Regresé al patio y volví abrir el bote de la ropa, agarré la tanga y cuando me disponía a irme al baño a masturbarme me dio curiosidad si tenía más prendas como esa. No la pensé dos veces y me sumergí y ¡oh sorpresa! había cuatro más, un más provocadora que otra. No eran tangas como tales, pero si prendas que calientan cuando se les ve puestas a las mujeres, uno cachetero negro de encaje, una tanga beige con vivos en negro y un bóxer femenino guinda, eran majestuosos.

Los tomé y me fui al baño, los olía y dentro de mi mente imaginaba como tenía a mi tía en diversas posiciones hasta que eyaculé sobre lmtnga beige, nunca había sacado tanta leche como ese día, las piernas me temblaban y mi grito lo tuve que ahogar porque seguro los habría despertado.

Con el cachetero negro me limpié pensando que ni cuenta se daría, igual lo iba a lavar.

Los años pasaron, fui creciendo y de la misma forma mi deseo hacía a ella (a pesar de ya tener novia).

Una ocasión me dijo que le cuidara su casa por un fin de semana porque saldría de la ciudad. Entré a su cuarto y comencé a buscar su ropa interior y voilà, encontré su cajón.

Grande fue mi sorpresa al ver la cantidad de lencería que ella tenía, mi fin de semana sería 'perfecto', tener ese material para mis autocomplacencias, fueron increíbles las eyaculaciones que tuve, hasta que me quedé totalmente seco.

Pero el deseo por mi tía se consumó hasta diez años después, recuerdo bien ese día porque jugaron México y Brasil en el mundial de 2014.

Ella había salido a llevar a mis primos a la escuela, yo -al modo- me fui a su cuarto y descubrí nueva indumentaria para sus noches de pasión con su esposo, una tangas rojas, otras negras con encaje, ligueros, baby dolls, batines, incluso los brasieres eran demasiado sugerentes.

Mientras ella llegaba, tomé una de las tangas rojas y comencé a masturbarme, obviamente quería que todo terminara los más rápido posible porque la escuela no estaba tan lejos y si, terminé mi chorro cayó en la parte delantera de la tanga, en eso escuché que la puerta se abría, metí la tanga al cajón hasta el fondo para que no la viera.

Regresé a la sala y me preguntó que si dónde estaba, la había dicho que en el baño.

No me había limpiado bien y en esa ocasión traía un short y de repente siento que se escurre un poco de leche sobre mi pantorrilla, en cuanto me di cuenta quise limpiarlo pero como ella estaba junto conmigo viendo el juego se daría cuenta, me levanté diciéndole que iba a tomar agua pero ahí fue donde me descubrió, vio el chorro que escurría.

Tía Roxana: ¿Qué es eso?

Yo: Creo que la gota traicionera

TR: Las gotas traicioneras no son babosas, ¿qué estas haciendo?, y dime la verdad.

La veía a los ojos nervioso, pero también volteé la mirada hacia sus pechos y vi sus pezones, traía una playera blanca pero no me había dado cuenta que no traía brassier

Yo ¿L... la verdad?

TR: Si, contéstame...

Pensé en todas las consecuencias que esto traería, pero seguí viendo cómo sus pezones se iban poniendo duros bajo la playera, creía que se excitaba al pensar que me había estimulado pensando en ella.

Al de todo le dije la verdad:

Yo: digamos que me estaba estimulando...

Mi tía me vio con una cara de provocación (sinceramente no creí que esa sería su reacción), con su dedo que quitó la gota de esperma que caía por mi pierna y la chupó.

TR: ¿Hay más de dónde esto salió?

Quedé petrificado, mi tía, casada y con dos hijos, mayor que yo 19 años me pedía algo que desde hace mucho alucinaba y fantaseaba con darle ahora me lo estaba pidiendo.

No desaproveché la oportunidad.

Yo: Claro que hay, espere a que se acumule otra vez.

Si hay algo que me encanta de mi tía es que cuando se le mete una idea a la cabeza no se la sacas, y además que es directa para todo.

TR: iré a ponerme algo más cómodo, tú lávate porque te voy a dejar seco.

Ella se fue a su cuarto, confiaba en que no se daría cuenta de la tanga que había bañado en mi intensidad unos minutos antes; las palabras de ella fueron suficiente motivo para volverme a provocar una erección. Me metí al baño y opté por lavarme de la cintura hacía abajo.

En cuanto salí del baño ella estaba allí, bajo el arco que conecta el comedor con la sala, traía un baby doll negro, con la parte trasera separada, y un liguero que no tapaba su hermosa y recién depilada ingle. De verla me sorprendí, no creía que de verdad tuviera a mi fantasía erótica más grande frente a mi dispuesta a ser mía.

Se volteó y le vi sus nalgas paradas, a pesar de los años y los embarazos las mantenía muy bien formadas, botaban con cada paso que daba; con su dedo índice me dijo que la acompañara a la sala.

Se sentó en el sillón y se echó hacia atrás, abriendo las piernas y sacando el pecho.

TR: ¿Desde cuándo que esperabas verme así?

Yo: no sabría decirle exactamente

TR: ven y tócame, eso siempre lo has querido, ¿no?

Me acerqué a ella y rápidamente, como movimiento de serpiente, se hizo hacía el frente y con su mano me tomó de mi pene, lo agarró y lo apretó y no lo soltó, me veía con cara de lujuria diciendo "de esta no te salvas".

Me bajó el short y deslizándose sobre sus muslos se bajó del sillón y quedó hincada en el piso, vio mi falo con lujuria...

TR: La última vez que lo besé estaba pequeñito, estabas de meses...

No sabía que decir y después, me devoró. Sentí su lengua rodear mi glande y sus manos jugar con mis huevos como si fueran de esas bolas de metal para controlar los nervios.

Yo la veía hacía abajo, y ella no me despegaba la mirada, se saca mi pene de ella y me masturbaba con una sonrisa de oreja a oreja.

TR: ¿Crees que no sabía lo que hacías con mi lencería, creíste que me ibas hacer tonta?

En cuanto escuché eso me quedé petrificado, pero ella siguió...

TR: Si nunca dije nada es porque me excita sentirme deseada por alguien más joven, y no tienes ni idea lo que me prende que hayas sido tú... MI FAVORITO

Dicho eso se volvió a meter mi pene en su boca y succionaba con fuerza, yo pegaba uno que otro jadeo porque la verdad me encantaba la forma de mamar de mi tía. Todos esos años de experiencia con su marido los estaba dejando en mi.

Se levantó y me recorrió el cuerpo a besos hasta besarnos apasionadamente, me mordía los labios, me chupaba el cuello y también me mordía las orejas mientras me masturbaba, y en su cara aún seguía esa cara de felicidad demoniaca, y hasta entonces entendí lo que quería, sexo salvaje.

Por unos momentos estuve sin hacer nada, me perdí dentro de mis pensamientos esperando que saliera de mi un personaje malévolo, abrí los ojos y la frente a mí nunca le sonreí de la misma forma.

Con una mano le tomé la suya con la que me la jalaba y con la otra la empujé al sillón, ella solo siguió riendo de esa manera:

TR: Ya entendiste, diablo

Me fui directo a su vagina y comencé a meterle los dedos, se sentía un poco húmeda, al mismo que me comía sus labios y lamía su clítoris, ella solo jadeaba. Me abrazó con sus muslos y aprisionó mi cabeza hacia ella, al tiempo que meneaba su cadera, sus gemidos eran espectaculares.

Su vagina iba mojándose más y más y sus fluidos pronto comenzaron a salirse, mi lengua los recogía como si fuera vino lo que emanaba de ese hoyo. Mientras rápido deseaba a mi tía más se excitaba, me comenzó a jalar el pelo, sentí sus muslos temblar y ella a gritar hasta que abrió las piernas y su cadera pegó un abrupto movimientos hacía arriba. Se había venido. Entre su respiración agitada exclamó:

TR: Ya hiciste algo que tu tío no ha hecho en 12 años de matrimonio...

Yo: Y aún falta que te la meta

Tomé de la parte media de su baby doll a mi tía, se lo quité y la puse de espaldas hacia mi persona contra el respaldo del sillón, comencé a masajearle el pecho y aplaste sus pezones con mis dedos, al mismo tiempo que puse mi verga entre sus grandes nalgas y frotarme con ellas me hice hacia adelante y comencé a chuparle sus senos, se pezones estaban duros, y morderlos nos causaba excitación a ambos. Yo ya tenía ligeras fugas y ella las sentía porque sus manos me limpiaban mi glande y veía como se chupaba los dedos.

Mientras seguía comiéndole sus pechos ella me chupaba el cuello.

Ella pasó una de sus manos por debajo de su entrepierna y puso mi glande en la entrada de su ano, se frotaba allí con mi glande, ella volteó pero en esta ocasión ya no tenía esa mirada demoníaca, sino una de sumisa, esperando que entrara por allí, no la desairé.

Con sus fluidos, que cada vez eran más, los tomé como lubricante y comencé a estimularle su ano, poco a poco este se fue abriendo y una vez que quedó abierto puse mi pene allí, de repente recuperó esa mirada malvada y en cuanto la vi entré en ella. Pegó un enorme grito pero veía como se deshacía de placer con cada embestida que le daba.

Se sentía delicioso estar dentro de mi tía, sintiendo esas nalgas frente a mi, esa calidez y estrechez de su ano además de estar apretando sus grandes tetas y también masturbarla, ella solo se dedicó a jugar con mis huevos.

Así mismo fue como terminamos, yo cada vez con una rabia enorme, dejándole ir hasta el fondo de su culo lo que tengo y cada vez me fui pegando más ella, y cada vez más y cada una de mis embestidas más fuerte que la anterior, la rodeé con mis brazos y la fui empujando cada vez más al respaldo del sillón y yo aplastándola detrás de ella. Mis piernas comenzaron a temblar, yo jadeaba, le jalaba el cabello.

Mis jadeos eran cada vez más y más fuertes hasta que terminé dentro de ella, mis gritos la excitaron tanto que pocos instantes después de haberlo terminado, y aun bombeándole, ella terminó y además tuvo una enorme fuga de fluidos.

Me salí de ella y nos quedamos en el sillón frente a frente, frotándonos con los fluidos de cada uno y besándonos.

TR: ¿Quieres que se vuelva a repetir? Síguetela jalando con mis tangas

Se levantó, me pegó una ligera mamada sacando el esperma que había quedado dentro de mí y se fue.

Hay más que contar sobre esto, obviamente que ni su esposo, ni mi familia sabe... pero cada vez que nos vemos y nos saludamos sentimos que se prende algo dentro de nosotros, esperando la hora de volvernos a quedar solos.

Espero que les haya gustado.

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