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De compañero de carrera a amante (Parte 1)

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Debo confesar que tras mi primer relato me gustó esto de hacer relatos con las experiencias sexuales que he tenido, es bastante excitante, además de recordar muy buenos tiempos.

Esta es una historia real, por lo que -una vez más- tendré que cambiar el nombre de la involucrada conmigo, le llamaremos 'Paola'.

Esto sucedió mientras estudiaba mi carrera universitaria en una ciudad al norte de México (no, no es Monterrey y tampoco Tijuana); apenas comenzábamos el sexto semestre de la carrera de comunicación. Una de las clases era la de Producción Audiovisual y cada viernes determinado equipo tenía que producir un programa de TV a través de internet. Debo de añadir -solo para especificar- que los tres grupos del turno vespertino estaban a cargo del mismo profesor.

Ese viernes, dos amigas harían su aparición con unos personajes bastante 'particulares', que arrancaban la carcajada de cualquiera que las estuviera viendo, yo llevaba una cámara para grabarlas, y me quedé a su programa para hacerlo. De lo que no me había dado cuenta es que Paola se encontraba allí.

A esta muchacha ya la había visto antes, desde el cuarto semestre (que comencé a llevar clases en la tarde porque por las mañanas trabajaba), era chaparrita, 1,55 mt., morena, pelo largo, con unas tetas enormes y un culo de iguales condiciones, no tenía la figura clásica, era llenita y muy bien moldeada, pero definitivamente llamaba la atención de varios hombres por el tamaño de sus senos y sus nalgas; también tenía una linda sonrisa y mirada. Lo que también tenía era novio, es más, ya estaban comprometidos.

Durante la emisión del programa de mis amigas apenas cruzamos palabra, no fue la gran cosa.

Al poco tiempo un grupo de amigas me 'invitaron' a una cena por el 14 de febrero, di la cuota estipulada para comprar la comida de esa ocasión. Pues llega el 14 de febrero y mientras hacía una salsa, Paola llegó con su novio a la cena, me saludo de beso y comenzamos a platicar como si nos conociéramos de años, después se fueron. Todos en la cena preguntaban por ella y quiénes sabían solo respondían "fue a un mandado".

Por Dios, era 14 de febrero y estaba con su novio ¿quién iba a creer eso 'del mandado'?

El tiempo pasó y un día me encontraba sentado afuera del salón ver clases esperando, jugaba en mi lap un juego de baseball, de repente ella me saluda pero lo que pasó en ese diálogo hizo que se destapada ella sola:

Paola: Hola, ¿qué haces?

Yo: Nada, jugando, esperando clases

P: Ah ok, uhm, ¿puedo sentarme contigo?

Justo después de esa pregunta lo deduje, a esta tipa le gusto, y es que cuando alguien se quiere sentar no pide permiso, se sienta y ya, bueno, al menos eso pienso yo.

Seguí jugando y cuando terminé me preguntó

P: ¿Quieres una limonada?

Yo: Sí (saqué dinero para dárselo)

P: No, no, no, yo te la compro, no te preocupes

Yo: ¿Segura? luego no quiero que me digan que ando de mantenido.

Ella rio, me dijo que no había problema, mi sorpresa fue grande cuando vi que me trajo del tamaño grande, hasta eso que no le especifiqué del tamaño, en fin; después me ofreció un cigarro, no traía una cajetilla pero se levantó para volver a comprar, una vez más se repitió lo anterior, no aceptó que lo pagara y ella compró para ambos.

Esa noche, aunque no fue algo significativo, me quedé pensando en la situación, esa misma noche me prendí pensando en ella, me masturbé a su salud pensando en sus enormes tetas y sumergiendo mi cara en sus nalgas.

Unos días más tarde una amiga me pidió ayuda para grabar y editar un vídeo en croma, no olvidaré ese día porque ese día sucedería nuestro primer encuentro, y eso estuvo lleno de adrenalina que platicaré en breve.

En el estudio, mi amiga comenzó a grabar, me pedía ayuda sobre los planos y tipos de tomas a usar; Paola estaba allí, sentía su mirada de admiración al verme sobre mis conocimientos de producción.

Mis amigas siguieron grabando y en ese momento se apareció un tipo alto, atlético y lo reconocí, era el novio de Paola. El tipo le hizo un gesto a lo que ella reaccionó de manera negativa, iba renegando, yo me quedé un tanto extrañado.

Platicaban afuera del salón, nada acalorada, solo normal, pero por una de las cámaras que estaban encendidas y enfocando a ese lugar me di cuenta que el tipo me señalaba, hasta ese entonces no había sucedido nada entre ella y yo, ella se molestó y regresó al estudio, él le dijo que estaría abajo esperándola.

Terminamos de grabar y las compañeras que habían grabado comenzaron a cambiarse, apagaron el foco mientras yo apagaba la laptop de mi amiga. En ese momento sentí una mano rozar mi pierna, la reacción automática fue hacerme hacia atrás. La mano me siguió. Nunca se separó de mi pierna y con el ligero destello de la pantalla vi la cara de Paola como me deseaba, en cuanto se apagó la pantalla la abordé, nos abrazamos y nos comenzamos a tocar, ella me tocaba el pene, que poco a poco se endurecía y yo sus majestuosas nalgas, la volteé y me frotaba con sus nalgas mientras exprimía sus senos y tocaba su entrepierna por encima del pantalón, nos dimos un beso apasionado y nos separamos justo a tiempo ya que habían encendido las luces.

Fue algo maravilloso, tenía mi pene bastante parado y solo ella lo sabía, además de no haber contenido las ligeras fugas de líquido seminal. Me senté y me hice hacía el frente tratando de ocultar mi erección, Paola se acercó a mí oído y me dijo que quería terminar lo que habíamos comenzado, eso no ayudó en nada a lo que quería, que era reducir la erección, al contrario, solo solté un poco más de líquido seminal.

Paola comenzó a guardar mis cosas mientras que mis amigas me preguntaban qué pasaba, yo les respondí que tenía un pequeño dolor en el estómago. Paola solo sonrió.

Una vez terminado, salimos del estudio, situado en un tercer piso, mis amigas bajaron mientras que a paso más lento bajé con Paola platicando:

P: ¿Entonces...?

Yo: ¿En dónde? porque en mi casa no puedo, está mi tío.

P: Podemos ir a mi casa, mis papás regresan mañana en la mañana y mi hermana está en viaje escolar.

Yo: ¿Y de tu novio cómo nos libramos?

P: Eso déjamelo a mí.

Ella aprovechó el pequeño disgusto con su novio cómo pretexto e invitó a las otras tres amigas a cenar, la cena fue un previo necesario que para mí fue eterno.

Al llegar a la planta baja, el novio de Paola seguía allí, le preguntó algo y ella se limitó a decir que no se podría, que iba a ir a cenar con nosotros; él, molesto, se fue y se perdió; mis amigas y yo fuimos al carro de Paola y fuimos a cenar.

Terminamos y nos despedimos, el novio de una de mis amigas es taxista y le habló para que fuera por ellas, vivían para el mismo rumbo de la ciudad, igual yo, pero esa noche iba a otro lado.

Paola les dijo que me iba a llevar a mi casa y una de ellas dijo que a ella también, yo exclamé que eso no se podría, mi amiga puso una cara de extrañamiento y luego volteó a ver a Paola que también hizo un gesto con la cara a lo que ella rápidamente entendió.

Nos subimos Paola y yo al carro:

P: Esta noche vas a ser mío, chiquito.

Yo: Vale más que aproveches porque no siempre tendrás esa suerte.

Me miró con lujuria, se mordió sus labios y mientras conducía comenzó a tocarme mi pene, en ese entonces no sé encontraba 'despierto' pero con el toqueteo se fue haciendo más grande, metió la mano por debajo de mi pantalón y comenzó a sobarme mi pene y a jugar con mis huevos, tomaba mi pene de su cuerpo y con su mano lo exprimía y jalaba hacia arriba, me salía líquido seminal el cual tomaba con su dedo y lo chupaba, me excitaba ver sus labios carnosos como hacían su trompa.

P: Me gusta tu leche, me gusta más que la de mi novio, aunque no estás su tamaño.

Yo: Eso lo compenso con otras cosas, ya verás, pequeñita.

Llegamos a su casa y nos pasamos a la parte trasera de su carro, nos seguimos besando y acariciando hasta el punto de casi estallar, metí mi mano bajo su pantalón y sentí su florecita mojadísima, abundantes flujos salían del interior de su vagina que su calzón también ya los escurría. Estaba empapado. Eso me excitó que la besé apasionadamente y con mis dedos recogí una buena cantidad de sus fluidos y los chupé mientras me veía como lo hacía, me tomó de la cabeza y me jaló hacía ella y me comenzó a besar, yo quedé encima de ella y ella se empezó a frotar conmigo, igual yo. La tallaba tan fuerte que empecé a sentir como sus muslos comenzaban a temblar, me aprisionó con sus piernas y ella se movía hacia arriba y hacia abajo hasta que explotó -literal-, toda la parte media de su pantalón quedó mojada, ella jadeaba y gritaba, tenía una sonrisa de oreja a oreja, después me confesó que apenas era la segunda ocasión que tenía contacto sexual con un hombre pero los que me dijo después me dejó atónito:

P: ¿Te acuerdas que el día de la cena me fui temprano? había sido la primera vez que sostenía relaciones sexuales y pensé en ti en todo momento

Yo: ¿Qué? A ver, explícame eso.

P: No sé cómo, desde que te vi en el estudio de TV me gustaste, quería seguir platicando contigo pero siempre traes cara de enojado, pero me encanta verte así, no te dejaba de ver, esa noche me toqué pensando en ti.

Yo: Y tú con novio...

P: Bueno, él también tiene lo suyo, y es mucho, pero no me ha llenado de placer como tú, y eso que aún no entras en mí.

Yo: Te volveré hacer explotar.

Bajamos de su carro, entramos a su casa y nos fuimos a su cuarto, allí ocurrió la magia, se desbordó la pasión tanto la de ella como la mía.

Nos vimos, juntamos nuestras cabezas por la frente y nos comenzamos a besar, la rodeé con mis brazos y la apretaba de las nalgas; ella me emuló, pero metió sus manos por debajo de mi pantalón y comenzó apretar mis nalgas.

Me quitó la camisa y comenzó a besarme el pecho, me mordía mis pezones, me encantó. Siguió bajando hasta llegar a mi pantalón y con sus manos volvió a sobar mi falo. Tomé sus manos y la levanté, alcé sus brazos y le quité su blusa y quedaron a mi vista sus grandes y hermosos senos, aunque bueno, estaba su brassier de por medio pero era bastante lindo, color púrpura de una tela brillante y suave al tacto con unos bordados negros.

Comencé a besarle el cuello y soltó un pequeño gemido, ella también comenzó a besarme el cuello, a morderlo y a chuparlo, la volteé y comencé a besarle su espalda, la fui recorriendo a besos hacia abajo y al llegar al borde de su pantalón lo desabroché y lo comencé a bajar y ¡oh por Dios! allí estaban sus nalgotas, morenas, enormes, duras. Traía una tanga que hacía juego con su brassier, como si ella hubiera planeado que esa noche.

Mientras bajaba su pantalón me fijé en la parte media de él, estaba empapado de ella, mojadísimo, con delicadeza lo fui bajando hasta que quedó solo en su lencería. Me quedé agachado y comencé a besarle sus nalgas, con mis manos las acariciaba y apretaba.

Metí mi mano por la parte media de su tanga y sentí como escurría de ella, me excité tanto que me coloqué debajo de ella y sin quitarle la tanga la comencé a chupar, ella se excitó también de verme haciendo eso que siguió soltando abundante fluido, yo seguía comiéndolo.

Me levanté y nos acostamos en su cama, me quité el pantalón y solo quedé en bóxer mostrando a ella lo 'emocionado' que encontraba. La puse boca abajo, le quité su tanga y me la puse alrededor del cuello, quería seguirla oliendo mientras le daba un pequeño masaje en la parte interior de sus muslos, la masajeaba también por fuera de su tesoro y su clítoris, Paola seguía drenando sus flujos y eso me excitaba hasta que no pude más, me quité el bóxer, puse una almohada debajo de ella para levantar su gran culo y me puse sobre ella, con mi glande le punteaba la entrada a su vagina, me frotaba fuera de ella y sentía sus nalgas en mi ingle, era algo maravilloso.

Ya no soporte más la tentación y entré en ella, fue una sensación mágica estar dentro de esa vagina estrecha, prácticamente virgen pero mojada a más no poder además de sentir el bamboleo de sus nalgas en mi ingle.

Ella se levantó y se quitó el brassier de manera lenta, lo primero que hice fue sujetarme a ella de sus enormes senos mientras le seguía dando amorna su tesoro.

Sentí que iba a venirme y me salí, no quería que solo fuera un momento, sino una noche tremendamente inolvidable. La recosté boca arriba y comencé inmediatamente a masturbarla para no quitarle la inspiración, mientras mis dedos estaban dentro de ella comencé a besarla y también sus senos, los cuales eran hermosos, pezones negros y unas aureolas enormes que ocupaban una buena parte de sus senos. Los lamía y mordía cariñosamente.

Mis dedos se deslizaban libremente y con facilidad dentro de su vagina, estaba muy mojada, de pronto volví a sentir como sus piernas volvían a temblar, tenía espasmos hasta que volvió a tener un orgasmo y una vez más ella explotó de su entrepierna, me puse más duro de lo que estaba y ella lo sintió, me sonrió y mientras recuperaba la respiración comenzó a jugar con pene hasta que lo llevó a su boca, no sabía que era más excitante, si su mamada o sentir sus pechos en mis muslos, pero lo más hermoso eran sus nalgas al fondo, sudadas y que brillaban con la poca luz que entraba de la calle a su cuarto.

Me mamaba, me masturbaba y lo veía, sabía que no era del tamaño de su novio, pero que incluso sin haberlo usado mucho tiempo hablé había provocado dos orgasmos.

El momento de adrenalina se volvió hacer presente justo en cuanto me disponía nunca vez más volver a meterme dentro de ella, de misionero, cuando entra una llamada de su novio, increíblemente ella contestó y sumergida en gemidos le dijo que se estaba masturbando pensando en él, entonces me metí su tanga a la boca para disminuir el volumen de mis jadeos, ella ya solo se venía automáticamente, volvió a tener un orgasmo solo tres minutos después de haberle comenzado a bombear, creo que su novio le preguntó si quería que fuera a su casa porque ella le contestó que no porque y quería despertarse temprano para irse a trabajar; no sé qué la excitó más: mentir a su novio o por verme comer su tanga, la cual seguía húmeda.

Colgó, saqué la tanga de mi boca y comencé a darle más rápido, aumenté la fuerza de mis embestidas, ella se vino como unas cuatro o cinco veces más, sentía sus labios vaginales más hinchados pero yo aún no sentía esa chispa.

Me levanté, me sujeté de la cabecera de su cama, ella gritaba mi nombre, eso me excitaba y me prendió mi pene, la punta de la cabeza de mi glande comenzó a sentir un cosquilleo acompañado de una sensación de choque eléctrico, yo la veía con cara de enojado, jadeaba y gemía, mis embestidas eran cada vez más fuertes y más placenteras, aumenté el ritmo, ambos gritábamos, ambos nos retorcíamos, ella empujó sus pechos hacia arriba, esa forma de separarse un pecho del otro fue muy excitante; yo vi eso y fue suficiente para mí, yo hice mi cabeza hacia atrás al momento de soltar mi primer chorro de semen mientras gritaba, al segundo chorro volví va sentir que ella tuvo un orgasmo mientras también gritaba.

Perdí la fuerza de mis brazos y sus enormes pechos amortiguaron mi caída sobre ella, seguía bombeando su vagina lentamente mientras más semen me salía, ambos jadeábamos al oído del otro, me levanté para verla y me sonrió, me tomó con sus brazos y me apretó hacia ella, nos besamos locamente, ella exclamó:

P: Tenemos que repetir esto

Yo: Cuando quieras, siempre y cuando no te vaya embarazado.

P: Tomo pastillas, no te preocupes.

Yo: ¿Tomas pastillas, de verdad es está tu segunda vez?

P: Si, pero me ayudan para otras cosas, por ellas tengo estas (agarrándose sus senos)

Yo sonreí y la besé. Minutos más tarde mi tío me habló por teléfono, me preguntó mi ubicación y le dije que estaba haciendo tarea, me volvió a tirar el sermón de siempre, que le avisará cuando saliera noche.

Mientras hablaba con mi tío, Paola se bajó a mi pene y lo comenzó a mamar, estaba tan sensible que tuve que ahogar mis jadeos, mi tío me preguntó que si iba a dormir esa noche, al sentir que ella tenía bien agarrado mi pene con su boca le dije que no, que dormiría en la casa de mi amigo (si, tuve que mentir).

Ella solo me mamó para amarrarme, no quería dormir sola. Nos quedamos totalmente mente desnudos sin taparnos en su cama, yo me quedé con su tanga en el cuello.

A la mañana siguiente, antes de despertarme, sentía un cosquilleo en mi pene, cuando despierto veo que me estaba haciendo otro oral, le tome la cabeza y acariciaba su cabello, después empecé a embestir su boca hasta que terminé dentro de ella, ninguna gota de semen salió, se lo tragó todo.

Le devolví el favor, se mojó casi inmediatamente que empecé a meter mis dedos en ella y lamer su clítoris, sentí que se estaba viniendo y justo antes de que ella terminara tomé la tanga de mi cuello y la puse en su vagina, sequé toda su humedad con ella.

Nos bañamos juntos, pero esta vez sin insinuaciones, salimos y tomé su tanga y su brassier y los metí a mi mochila.

P: ¿Qué haces?

Yo: Nada, un souvenir de esta noche

P: Pero habrá más, ¿qué no?

Yo: Si, pero la primera siempre será la primera.

Con la sonrisa aprobó mi acto, esa noche y otras más llené de semen esa tanga y ese brassier, los mismos que hasta la fecha conservo.

Hubo otros encuentros más con Paola, después de ese fue en un viaje escolar cuando hicimos un cortometraje en un pueblo ubicado en el sur del estado, pero eso será material de otra historia, probablemente la siguiente que publique.

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