Estrella, una jovencita de familia bien, a punto de cumplir los 18 años, muy bella. 1.79 cm de estatura, rubia, de ojos azules, de tetas grandes, largas y moldeadas piernas, que solía mostrar con sus cortas minifaldas, estaba en la terraza de un bar con su amiga Beatriz, una joven morena de 18 años, hermosa y con todo muy bien puesto. Beatriz, le preguntó a Estrella:
-¿Ya lo hiciste con Miguel?
-¡No!
-¿Y sigues sin masturbarte?
-No me interesa saber que se siente.
-Sigues sin tener curiosidad.
-Soy católica practicante ¿Responde eso a tu pregunta?
-Pues no.
-Mira, Bea, yo no soy como tú, que lo mismo te acuestas con Nuria, que con Sonia, que con Tatiana que con Jaime, que con dos, con tres o con cuatro.
-Si me calientan...
-A mi no me calentaría ninguna mujer ni ningún hombre. En eso soy de hielo.
-El hielo se derrite con el calor, amiga mía.
-No este hielo.
-Eso me gustaría verlo.
-Pues no lo vas ver, nunca, pero nunca jamás.
-Nunca digas nunca, y menos, jamás... Bueno, vamos al tema. Mañana es tu cumple. ¿Qué quieres que te regalemos?
-Un IPhone 7 Plus Apple 256 GB.
-No sales barata.
-Sois 16. Os toca a menos de 100 euros por cabeza.
Poco después se despedían y cada una se fue para su casa.
Al día siguiente, por la tarde, Estrella iba a reunirse con la panda, cuando al dar la vuelta a una esquina, salieron dos encapuchados de la parte trasera de una furgoneta. Uno la durmió con cloroformo y entre los dos la metieron en la furgoneta. Cerraron la puerta y se fueron.
Estrella, despertó en una nave abandonada. Estaba desnuda, atada de pies y manos a una silla plegable, mostrando aquellas grandes, redondas y duras tetas, con bellas areolas rosadas y pequeños pezones y su chochito peludo, abierto, enseñando sus rojos labios.
Un encapuchado, sentado en otra silla plegable a un par de metros de ella, con la voz distorsionada, le dijo:
-Hemos pedido un rescate por ti. No te preocupes, paguen o no paguen dentro de un par de horas te soltamos, a no ser que te pongas a gritar... ¿Vas a gritar?
-No.
Estrella, temblando, preguntó:
-¿Por qué estoy desnuda?
-Para evitar sorpresas. Así no intentarás soltarte y escapar.
Llegó una encapuchada, y se sentó en otra silla plegable enfrente del encapuchado, que le preguntó:
-¿Nos divertimos mientras no hay noticias?
La encapuchada asintió con la cabeza.
El encapuchado se bajó los pantalones y sacó su gran polla, flácida. Se comenzó a masturbar. La joven, se quitó la falda y las bragas y comenzó a jugar con sus tetas y su chochito depilado... Se miraban a los ojos y a sus sexos... Estrella, que ya no temblaba. Bajó la cabeza. Hacía que no miraba pero vio como al encapuchado se le ponía dura y como la encapuchada metía dos dedos en la vagina...
Minutos más tarde, cuando ya los dedos de la encapuchada comenzaron a chapotear en su chochito y sus gemidos subieron de tono, la encapuchada, le dijo a Estrella:
-¡Cómo me gustaría correrme en tu boca!
Estrella, colorada como un tomate, mordió su lengua y lamió sus labios mirando para el sexo de la encapuchada... Si se la diera a comer, se la comía, fijo...
El encapuchado, al correrse soltó un chorro de leche que cayó a los pies de Estrella... luego, el resto de la leche fue bajando del glande hasta los huevos. Viendo como bajaba la leche, de la garganta de Estrella salió un gemido, que se confundió con los gemidos de la encapuchada que, encogiéndose, se corrió con una fuerza brutal.
Estrella estaba ardiendo, Tenía los labios del chochito hinchados y la silla mojada con el flujo que salía y saliera de su virginal chochito... Por primera vez en su vida necesitaba ser penetrada.
Pero la cosa iba ir a peor. Llegaron tres encapuchados más, dos hombres y una mujer. Uno de los hombres se quedó de pie, al lado de Estrella, la mujer fue junto al encapuchado que se acababa de masturbar, que le preguntó:
-¿Hay noticias?
La encapuchada asintió con la cabeza.
-¿Va el palomo a recoger la pasta de la paloma?
La encapuchada volvió a asentir. Después, cogió la polla de su interlocutor, flácida de nuevo, la metió en la boca, y masturbándola, la comenzó a chupar. El otro encapuchado, sacó la polla, erecta, se arrodilló delante de la encapuchada que se acababa de masturbar y, mientras se masturbaba, comenzó a mamarle el coño empapado de flujo...
Unos minutos más tarde, el encapuchado que estaba al lado de Estrella sacó su pequeña polla, de unos 12 centímetros, empalmada, y se la acercó a la boca. Estrella apartó la cabeza. El encapuchado se agachó y le acarició y chupó las tetas. La cara de Estrella era un poema.
El encapuchado se arrodilló y lamió el flujo de la silla que saliera del sexo de Estrella. Estrella, movió su pelvis para que la lengua del encapuchado tocara su gran clítoris, que estaba erecto fuera del capuchón. El encapuchado se levantó sin lamérselo.
De repente, a Estrella se le encendió la luz… "Nunca digas nunca, y menos, jamás"
-¿Bea?
La chica a la que se la estaban mamando, la miró, y esto le confirmó sus sospechas.
Era Bea y la panda los que fingieran el secuestro, y el que estaba a su lado era Miguel, su novio. Al volver a darle la polla a chupar, se la chupó, y después le dijo:
-Cómemela.
El encapuchado le desató sus largas piernas y le comió el dulce y húmedo chochito... Cuando Estrella estaba a punto de correrse, le desató las manos, la tumbó en el suelo de la nave, y la fue penetrando muy lentamente, hasta llegar al fondo... Al llegar al fondo empujó con fuerza, repetidas veces y Estrella, con los ojos en blanco tuvo su primer orgasmo.
Llegó el último encapuchado con la pasta. Los otros encapuchados dejaron para otro momento lo que estaban haciendo.
A Estrella la dejaron a un kilómetro de su casa.
Una hora más tarde, Estrella, llegaba al bar donde estaban los de la panda. En el canal 24 horas estaban dando una noticia. "Detenidos hace media hora los miembros de una banda que se dedicaba a los secuestros exprés. La banda la formaban dos chicas y cuatro jóvenes.
A Estrella le sonó el móvil. Era su madre:
-¿Estás bien, hija?
-¿Por qué no lo iba a estar, mamá?
-¡¡Hijos de puuuuuta, me limpiaron 12.000 euros!!
FIN