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Adoptado (cap.3)

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Se encontraron en el mismo bar, Damián no podía esconder su entusiasmo, tomó entre sus manos el resultado de los análisis y los guardó en el bolsillo interno del saco, se quedó pensando un instante y los volvió a sacar para devolvérselo.

-Ya los vi, para que me los voy a quedar?  … esto es tuyo, guárdalo.

Pidieron un café y Damián le dijo:

-Bueno, te cuento como seguimos, la idea es que las reglas las pongamos nosotros, eso implica que puedas no estar de acuerdo y lo volvamos a charlar, pero la última palabra es nuestra.  No estás obligado a nada y si estas incomodo la podemos cortar.

-Todo bien! - dijo Pedro- totalmente de acuerdo.

-Bien –siguió Damián- Primero tendremos un encuentro en casa, puede ser este sábado, a cenar, quiero que Vero te conozca y vean si hay afinidad, por mi lado está más que bien, pero somos tres en esto. Si todo va bien, de entrada vas a estar unos días en la pensión hasta que acomodemos una habitación para vos en la casa.

Te cuento que desde hoy vas a ser, para todo el mundo,  el hijo de una prima mía que vive en el interior y que viniste a casa para estudiar

Nosotros vamos a hacernos cargo de darte casa y comida. Te interesa un trabajo de medio día?

-Si! Dijo Pedro

-Bueno, me hace falta un cadete para la tarde, de una a cinco,  no es un gran sueldo, pero como no tenes gastos te va a rendir.

-Perfecto! Dijo Pedro sin dar crédito a todo lo bueno que le estaba pasando.

-Ya nos iremos acomodando – siguió Damián- y en cuanto al sexo, no te preocupes, todo tiene que ser natural…tampoco nos vamos a pasar todos los días cogiendo….pero hay algo muy importante, quizás la regla número uno: Siempre que haya sexo con vos debemos estar los tres presentes, o los tres de acuerdo…. No podes tener sexo con uno de nosotros si no está el otro…entendido?

-Si, y está bueno que pongamos las cosas en claro –confirmó Pedro-

La charla siguió distendida, arreglando detalles, hablando del trabajo, haciéndose amigos. A Pedro se le notaba la alegría en la cara, la cosa iba más que encaminada y así sus problemas estarían resueltos. Trabajaría por las tardes, antes de ir a la facultad y tendría las mañanas libres para estudiar, algo que Damián se encargó de hacerle saber, era más importante que rinda en los estudios que en la cama.

-Vamos y mostrame donde vivís –Dijo Damián, que tenía intenciones de romper la estricta regla que él mismo había puesto…solo sexo de a tres.

Lo acompañó hasta la humilde pensión y le dio la razón, no era un lindo lugar para vivir.

-Tenes razón, es feo vivir acá –le dijo- vamos a hacer todo lo posible para que te vengas con nosotros la semana que viene…. Así que el sábado te tenes que esmerar y darle una buena impresión a Vero..

Pasó su mano por la nuca de Pedro y comenzó a besarlo, este lo dejó hacer, se estaba excitando, la tibia lengua de Damián lo calentaba lo mismo que la de una mujer.

Damián lo sentó en la cama y le dijo:

-El otro día me quedé con las ganas de saborear el gusto de tu leche…pero hoy quiero probarla..

Desabrochó su pantalón y se lo bajo un poco, lamió su dura pija y le dijo:

-Como verás soy bisexual ( apreso su cabeza entre los labios mientras con la lengua recorría la punta) y lo bueno de serlo es poder disfrutar tanto de un hombre como de una mujer ( abrió la boca se tragó lentamente su tronco… succionando… apretando con los labios… lentamente lo sacó de su boca)disfruto de lamer una pija como de lamer un clítoris ( lamió sus huevos, subió lamiendo muuyyy lentamente por su tronco hasta la cabeza…la recorrió con la lengua… en círculos…Pedro suspiraba con los ojos cerrados y su cabeza echada para atrás)…la libertad de estar con quien quiera sin importarme su género…( volvió a abrir su boca y a tragarse esa dura verga, hasta el fondo… a subir y bajar sacando gemidos  del muchacho)… no es hermoso tener sexo cuando hay onda? ( volvió a tomar su cabeza con los labios y con la lengua la recorrió en círculos haciendo delirar a Pedro)…te sentís pleno… te sentís que no discriminas a nadie….no sentís eso en este momento? ( a Pedro le brillaban los ojos, estaba a punto de acabar, Damián abrió la boca y apoyó la cabeza sobre su lengua, con la boca abierta dejó que el muchacho viera como entraban con fuerza sus chorros de leche caliente. Después de juntar todo su néctar en la boca se puso de pie y se lo tragó)

-Bienvenido al mundo bisexual pendejo!   ….   La vamos a pasar muy bien juntos.

Pedro se quedó pensando seriamente en lo que le había dicho Damián…. Podría sentirse bisexual?...lo era realmente?....

Había disfrutado mucho de ese encuentro, y de la vez anterior….y con Willy también…. Eso lo convertía en bisexual?

Pensó que lo mejor sería por el momento no ponerle etiquetas a lo que había vivido y a lo que había sentido.

Su vida siguió normal hasta el sábado. Se dedicó mucho a estudiar, quería estar tranquilo y al día con los estudios para poder disfrutar de sus tiempos libres, sentir que se estaba organizando para su nueva vida.

No frecuentó a sus amigos, aunque los visitó un par de veces en el súper, se había hecho cliente de aquel comercio y solía ir a verlos y charlar un rato, los hermanos estaban ávidos de saber cómo le estaba yendo en su nueva aventura y esperaban el evento del sábado para que les cuente como le fue, se habían encariñado con Pedro, en especial Doris…y a Willy no le disgustaba  la idea.

Llegó el sábado, y Pedro estaba nervioso preparándose para el encuentro. Damián lo pasaría a buscar para llevarlo a su casa.

Se bañó y se puso la mejor camisa que tenía, un blanca que había dejado para una gran oportunidad, era sport pero delicada, no tenía ropa muy fina. Su jean era nuevo, comprado en el Chaco antes de venir. Miró su único par de zapatillas y sus mocasines…optó por ellos, le pareció así estar mejor vestido.

Mientras se ponía perfume, aquel que le regalara hace tiempo su primera novia, no pudo dejar de recordar con una sonrisa su vieja vida en su pueblo, y toda su inocencia….tan distinto a lo que estaba viviendo ahora y tan distinto a lo que se enfrentaba a vivir.

Damián fue puntual, los dos fueron en su lujoso auto hacia el barrio de Devoto, en la capital argentina, bastante alejado del ruido del centro, pero a mano de su lugar de trabajo.

Llegaron a un barrio muy tranquilo y muy lindo, muchas casas, grandes, un panorama muy distinto al Buenos Aires que él conocía, lleno de edificios y oficinas.

La casa le resultó extraña, una construcción muy moderna y sofisticada para él. Un gran portón de un gran garaje que ocupaba la mitad de la planta baja que Damián abrió de forma automática desde el auto, dejando ver el espacioso lugar ocupado por otro auto, un scooter y un montón de cosas más.

Bajaron del auto mientras se cerraba el portón detrás de ellos, una puerta comunicaba el garaje con la casa y al entrar se sintió pequeño ante el gran espacio que lo recibió.

La casa tenía tres plantas,  y el espacio donde entraron llegaba hasta arriba, unificando las tres plantas y dando una impresión de volumen aún mayor.

Escaleras y pasillos comunicaban a las plantas y grandes ventanales iluminaban el espacio, cosa que no pudo apreciar porque era de noche.

Estaba tan absorto con lo que veía que no sintió la llegada de Verónica y al darse vuelta y verla enmudeció y no solo por su timidez, Verónica era una bella mujer, más o menos de su altura, rubia, unos ojazos celestes y una cara angelical.

Buen cuerpo enfundado en un vestido entallado con falda corta color beige. Un buen escote dejaba imaginar un buen par de tetas, no exageradamente grandes pero para él perfectas y muy firmes, evidentemente echas, pero él no estaba acostumbrado a las cirugías y por eso no lo notó.

Su pequeña cintura exaltaba una cola pequeña y redondita y su corta falda mostraba un par de hermosas piernas que de haber sido un poco más alta serían el monumento a la perfección.

Vero le dio la bienvenida y lo saludó con un beso, su exquisito perfume lo embriagó y de solo pensar en tener sexo con ella su pija se puso muy dura, tanto que le molestó para caminar cuando Damián les propuso mostrarle la casa.

La planta de abajo tenía un recibidor, unos sillones y una mesa ratona, algunos cuadros en las paredes, pocos muebles y un gran espacio, grandes ventanales hacia el fondo, algunas puertas  que daban a un baño y a las habitaciones de servicio.

Las paredes eran de bloques de cemento rustico, la iluminación provenía de grandes lámparas que colgaban del techo, los pasillos y escaleras parecían pasarelas de una fábrica….ese era el estilo de toda la casa y a Pedro le parecía divertido, parecía estar en una gran y lujosa fábrica.

En el piso siguiente estaba la cocina, grande y espaciosa, siempre en el mismo estilo y con los mismos faroles de fábrica, de aluminio sin pintar, colgados con cadenas.

Un comedor con una gran mesa de cedro y muchas sillas con tapizado blanco. Todas estas salas daban como a un balcón interno hacia el recibidor de la planta baja.

Del otro lado, una sala también muy grande con sillones muy mullidos y una gran tv de plasma apoyada en un mueble bajo donde también había un equipo de música, parlantes y otras cosas que Pedro desconocía.

En la planta alta estaban los dormitorios, el principal enorme, muy amplio, siempre con el mismo estilo sobrio, pisos de madera flotante, paredes de los mismos bloques de cemento, un plasma en la pared enfrentada a la cama, le divirtió ver, a modo de velador, dos de los mismos faroles colgados del techo bien bajos, hasta la altura de la cama. Un pasillo que daba a dos vestidores, uno para cada uno y al fondo el baño…con jacuzzi, ducha y hasta un frigobar!!!  El baño era más grande que su pieza de la pensión!!!

Del lado de en frente, dos habitaciones más chicas. La segunda en tamaño era la destinada para él, amplia, en el mismo estilo, también tenía un baño pero mucho más chico, había un escritorio pequeño y una cómoda silla.

Las dos habitaciones tenían puerta balcón que daba a una terraza no muy amplia donde pudo ver alguna reposera.

La tercera habitación era mucho más chica siempre con el mismo estilo y sin salida a la terraza.

Bajaron al comedor porque ya estaba lista la cena. Damián llamó a Liliana, la empleada de la casa y le presentó a Pedro como su sobrino del interior,  Liliana era morocha y bajita, un poco gordita y muy simpática.

Se sentaron a cenar una carne con papas y una salsa que Pedro desconocía pero que le pareció muy rica, bebieron vino tinto, aunque también bebió agua, no quería pasarse y estropear la velada.

Después del postre fueron a la sala a tomar café, Liliana se retiró a su habitación en la planta baja y entonces  Damián y Verónica se sintieron libres de hablar sin problemas.

Damián hablaba un poco más sobre lo que ya habían hablado en el bar, sobre lo que querían de él y sobre las reglas que él mismo se había encargado de romper minutos después de contárselas por primera vez.

Pedro no podía quitar la vista de las piernas de Vero, y además su dulzura lo había cautivado, en ese momento no pensó que eso podía ser una máscara, era muy ingenuo, y justo en ese momento ocurrió el accidente que tanto quería evitar, volcó café en su impecable camisa blanca!  Se puso pálido, dejo la taza y intentó limpiarse con la servilleta  pero la mancha de café estaba ahí presente. Vero le dijo:

Uh, no te hagas problemas, Amor, porque no  le traes una remera tuya? Así no se queda con la camisa manchada

Mientras Damián subía a buscarla ella se acercó a Pedro y comenzó muy sensualmente a sacarle la camisa, botón por botón, su boca entreabierta, muy sensual a pocos centímetros de su cara, su mano suave acariciándole el pecho, sus dos manos sacándole la camisa y volviendo a acariciar…

La verga de Pedro pujaba por salirse del jean y en la última caricia Vero pasó su mano por encima de ella, separándose porque ya llegaba su marido con la remera para Pedro.

Esa Verónica se parecía aún más a la que le mandara la foto con los dedos en su mojada concha y no la dulce y angelical que lo recibiera en su casa. El juego comenzaba y cada uno mostraba ya  sus cartas.

Después del café Damián se pegó a su mujer, acarició su cabello, besó su cuello, ella gemía y miraba al muchacho con cara de perra. Damián la besó en la boca mientras su mano recorría su pierna y se perdía por debajo de la falda, Vero abrió sus piernas y Pedro pudo ver como los dedos de Damián habían corrido la tanga blanca y se habían metido dentro de la jugosa concha.

Después sacó la mano, muy mojada y llamó al muchacho que estaba desparramado en el sillón fregándose la verga por sobre su pantalón, este se acercó y Damián le dio a chupar los dedos.

Lamió cada uno de los dedos, saboreando el néctar de Vero, mientras la miraba con deseo, Damián pasó las manos por atrás y fue bajando el cierre del vestido, corrió los hombros y se lo bajó hasta la cintura dejando sus hermosas tetas libres.

Un punto débil de Vero era la zona detrás de sus orejas. Damián lamió suavemente justo ahí, detrás de su oreja derecha e hizo seña a Pedro para que haga lo mismo con la otra, el muchacho fue suave, como le habían enseñado sus amigos, Vero gemía de placer de tener a sus dos machos lamiéndola como a ella le gustaba.

Fueron bajando por el cuello, muy lentamente, Vero enloqueció cuando cada uno tuvo su duro pezón en la boca.

Vero gemía fuerte y esto excitaba mucho al muchacho que lamia, mordía y chupaba ese pezón que lo volvía loco.

Ella estaba en éxtasis, con los ojos cerrados y su cabeza para atrás, totalmente entregada.

Después de mucho jugar en sus tetas Damián bajo, besando y lamiendo y Pedro lo siguió, se encontraron en el camino y se besaron por un instante, luego la lengua de Damián se detuvo en el ombligo. Lo lamió con pasión casi como si se tratara de su concha, Pedro seguía embriagado por su suave y rosada piel…jamás había tenido contacto con una piel tan suave y delicada.

La dama gemía fuerte, tirada para atrás, con sus manos acariciaba sus cabezas, jugaba con sus pelos…. Damián tomo su vestido junto a su tanga y tiró para abajo, ayudado por ella, hasta sacarlo por completo. Pedro tomó su puesto en el ombligo y sintió como le gustaba lamerlo…luego los dos llegaron a su concha y Vero no aguantó más y explotó en un fuerte orgasmo tirada para atrás y agarrando fuerte de los pelos de sus amantes, se sacudía entre espasmos intentando que ninguno de los dos se retirara de allí.

La corrida de Vero era abundante en jugos que entre los dos bebieron, sus caras mojadas les dio risa y enseguida comenzaron a lamerse entre ellos, así todo el jugo fue bebido, pero esto recién comenzaba, siguieron lamiéndola y lamiéndose, besándola y besándose, ella tuvo dos orgasmos más, el ultimo tan intenso que entre los sacudones tiró fuertemente de sus pelos haciéndoles doler.

Se pararon y se desnudaron, Damián sentó a Pedro en el sillón y Vero se subió sobre el tomándolo de la verga y metiéndosela bien adentro, pasó su mano detrás del  cuello al muchacho y lo besó apasionadamente hasta que se frenó en seco cuando su marido le entraba por el culo de manera poco suave, sin más lubricación que la que había fluido de su concha.

Emitió un sordo quejido, suspiró fuerte y luego, en un alarde de habilidad, comenzó a menear la cadera para adelante y para atrás cogiéndose a los dos frenéticamente, los tres estaban como poseídos, gritando fuertemente… ella volvió a acabar y esto hizo acabar a los muchachos. Quedaron rendidos y se fueron aflojando y cayendo por el sillón.

La leche recibida comenzó a correr hacia afuera, juntándose entre su culo y su concha, Damián bajó a lamerla e invitó a Pedro a hacer lo mismo.

Fue muy fuerte para el muchacho, jamás había sentido el gusto de la leche, lamió un poco y su fuerte sabor inundó su boca, no le disgustó, lamió un poco más y siguió limpiando…

-No la tragues! -dijo Damián-

Después de juntar toda la leche Damián beso al muchacho compartiendo el néctar de ambos en sus bocas bebiéndoselo de a poco, disfrutándolo.

Se recostaron uno a cada lado de ella y acariciándose reposaron un poco. Mientras descansaba, Pedro pensaba en Liliana, la empleada… tendría que haber sentido los gritos… pero había historias en la casa que aún desconocía

-Ya descansaron?  -les dijo Vero- porque quiero más!!!

Se levantó y corrió hacia la habitación, los muchachos se levantaron y corrieron detrás de ella, los tres desnudos corriendo por las largas pasarelas de la casa, zambulléndose en el amplio somier y comenzando de nuevo.

Los dos agarraron a Pedro y poniéndolo boca arriba en la cama, comenzaron a lamerle la pija, por turnos se metían su verga dentro de su boca, luego entre los dos lamían sus huevos, su tronco, hasta llegar a la cabeza y besándose cuando llegaban a la punta.

Estuvieron un largo rato con este jueguito pero después pararon, no querían hacer acabar al muchacho. Llegó el turno de Damián, ahora le tocaba recibir las dos lenguas a él.

Esa noche sería de muchos aprendizajes para Pedro, por primera vez tendría una verga en su boca, Primero la lamió como ella, sentirla suave y caliente le gustó,  fue el turno de la boca de Vero, era un gusto ver con que pasión la chupaba… ahora le tocaba a él, recordó el consejo de Willy y se dedicó a hacerlo como le gustaba que se lo hicieran a él, esto no fallaría y no falló…le gustaba sentir esa verga en su boca, no se le cruzó n ningún momento estar perdiendo su masculinidad, después de lo que estaba viviendo se sintió bien hombre aunque estuviera saboreando una pija y si esto era el comienzo de su nueva vida….bendito el universo que le daba esta oportunidad!!!

Siguieron turnándose para chupársela y luego a lamerla desde el tronco hasta la cabeza. Al lamerle la punta entre los dos y volver loco a Damián, cruzaron sus lenguas, siguieron el juego besándose y dejando a Damián para volver a cambiar…ahora le tocaba a ella las dos lenguas.

Damián dispuso a Vero de costado y se instaló como para un 69, puso su cabeza entre las piernas de su mujer y comenzó a lamerle la concha. El muchacho hizo lo mismo pero por atrás para lamerle el culo.

Vero tenía un culo verdaderamente rico, su piel era muy blanca y su agujerito rosadito, apretadito como una frutilla, lo lamió con mucha saliva en la boca, metió la punta de la lengua en él, mordisqueó sus cachetes y volvió a lamerlo.

Cuando ella estaba por acabar Damián le hizo seña para que la dejaran., la puso boca arriba e instó al muchacho para que la cogiera. Pedro se acomodó entre sus piernas y la comenzó a coger muy suavemente besando su boca, acariciando sus tetas…. Sintió la lengua de Damián en su propio culo y supuso lo que vendría…..No quedaría nada virgen esa noche.

Dilató el ano del muchacho muy suavemente con su dedo, lubricándolo con un gel, pedro trataba de no pensar y disfrutar de la hermosa cogida que le estaba dando a Vero.

Damián plantó su pija en la entrada y despacito comenzó a meter su cabeza, el muchacho no pudo disimular el dolor y se detuvo. Vero meneó su cadera para excitar más al muchacho y hacerlo olvidar del dolor. Pedro le sonrió, aún con gestos de dolor, para que ella viera que estaba todo bien. La verga de Damián fue entrando toda, lentamente, hasta el fondo, se la dejó un rato adentro para que se acostumbre y luego comenzó el vaivén que Pedro aprovechó para imitar dentro de Vero… así, abrazados, muy apretados cogieron un buen rato hasta acabar casi juntos.

Quedaron desparramados en la gran cama, muchas cosas pasaban por la cabeza de Pedro pero él las dejaba ir…solo le quedaba un sentimiento de gran gozo y un poco de dolor de culo…

Se durmió con la seguridad de haber pasado la prueba.

(9,60)