Ya son las 23:00 nuestros protagonistas ya no pueden más y en el cuarto de él se dejan llevar por las divertidas manos del deseo. Laura se estremece mientras las manos de él acarician todo su cuerpo lenta y apasionadamente a la vez.
Sus labios se conocen por fin, muy tímidamente las primeras veces aunque con más confianza según va trascurriendo el tiempo.
El comienza a deshacerse de toda su ropa mientras deleita sus ojos con la irresistible belleza de su cuerpo y la tumba cariñosamente sobre la cama. Comienza a besar sus labios, su cuello mientras con una mano va acariciando todo su cuerpo hasta llegar a sus partes más íntimas y deseadas, lo acaricia cariñosamente e introduce sus dedos orgulloso de ver como ellas se retuerce de placer.
Son sus labios ahora los que recorren todo su cuerpo, deteniéndose a exprimir sus senos y continuando hacia abajo hasta meterse entre sus piernas y su lengua decidida, juguetona comienza a lamerlo, insistiendo cada vez más, provocando que ella explote a gemir agarrada a su cabello.
Con sus cuerpos ya ardiendo quieren comenzar quizás la parte más divertida y placentera de su noche. El de rodillas sobre la cama con su miembro apuntándola, duro muy duro y ardiendo que casi puede quemar al tocarlo.
Ella muy caliente también sin pensarlo se coloca a cuatro patas abriendo sus piernas, pareciendo que suplica ser penetrada...
Sin dudarlo responde a sus suplicas y la penetra, muy suavemente pero aumentando cada vez más la fuerza y velocidad de sus envestidas a medida que ella pidiéndole que no se detenga grita más y más.
Completamente absortos en una noche de lujuria y placer perderán el control y llegaran hacer cosas que nunca imaginaron, cosas como tumbarla bruscamente boca abajo en la cama y adentrarse en su bello trasero cada vez más caliente de ver como ella lo disfruta y lo agarra contra si con fuerza para impedir que se detenga.
Y así entre duras envestidas de él, estremecimientos de ella y gemidos de placer de los es como llegan a un dual y maravilloso orgasmo.