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La granja: ¿Premio o castigo? (2) Tío Albert

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Ya resignado a pasar unos meses en aquel lugar descendimos del auto para entrar a la casa con la familia, todo había cambiado, la casa era sencilla pero estaba mucho más arreglada a comparación de años atrás cuando era un niño, todo estaba hecho de muy buena madera nada más entrar se podía visualizar una bonita sala con sillones rancheros de color marrón que estaban perfectamente alineados a una chimenea y con un televisor de esos cuadrados que parecen una caja enfrente de los sillones, a un costado estaba un juego comedor rustico descolorido, por otro lado se podía ver la entrada a la cocina y por otro las escaleras al segundo piso, a pesar de la falta de tecnología del lugar, se sentía muy acogedor por lo sencillo que era.

La tía Patricia entro un momento a la cocina y nos trajo limonada mientras nos sentábamos a los muebles para iniciar con la respectiva plática y ponernos al día de todos los años que no nos habíamos visto –la tía siempre fue una persona muy buena, nunca guardaba rencor por nada, no tenía maldad en el corazón, es una mujer delgada y guapa, ojos color café, con buena estatura aunque no llegando a ser alta, siempre se le notaron unos buenos atributos, y de seguro por eso mi tío no la dejó escapar.

Cuando ya más a gusto me encontraba con ellos, más pude reparar en su apariencia física:

Mi tío Albert es un hombre de 49 años que estaba próximo a cumplir 50, de apariencia ruda y seria pero en realidad era muy buena persona también, de muy buenos sentimientos – tiene la misma edad que mi padre, pues son mellizos –alto, de un buen cuerpo formado por las duras jornadas en el campo, bajo su vestimenta se podía notar brazos musculados, buenos pectorales y unas piernas gruesas y grandes, aunque con una ligera panza cervecera pero aun así no le quitaba lo atractivo pues su rostro aún se mantenía joven, su cabello era ondeado muy corto y negro, pero principal es que se le notaba un buen paquete sentado – eso es lo principal –.

Mi primo mayor Erick de 35 años era muy parecido a su padre en todos los aspectos, su apariencia también era ruda y tosca, era alto como todos, tenía una barba recortada de color café al igual que su cabello, un cuerpo nada envidiable pues era similar al de su progenitor pero sin la panza, y una mirada muy penetrante que te desnudaba el alma, y su bulto muy prominente que dejaba ver a través de su pantalón corto.

Mi primo menor Cristopher de 30, al contrario, era más parecido a mi tía, sin ningún solo pelo en el su cara, pero su cabello color café era más intenso que el de su hermano, su cuerpo tenía menos volumen que el resto de hombres de su familia pues como ya dije era más parecido a su madre, aunque el color de sus ojos eran verdes totalmente distintos a los demás, e increíblemente lo que tenía entre las piernas era idéntico a los anteriores –parece que todos tienen buenos atributos pensé.

–Sobrino por lo que veo estas muy bien, ya estas grande y todo un hombrecito muy guapo –dijo Patricia.

–Gracias tía, ustedes también por lo que veo están muy bien, me alegro de estar aquí y darme un poco de vacaciones –conteste yo

–La verdad primo nos pareció un poco extraño que mi tío te haya mandado a decir verdad, dice que eres muy malcriado pero en fin nosotros estamos muy contentos de tenerte aquí –Erick dijo sonriendo.

–Si hijo – dijo esta vez Albert –además nos caes como anillo al dedo porque aquí hay trabajo que hacer y también como apoyo por los momentos que estamos pasando.

–¿Cómo así? ¿Qué cosa sucede? – dije yo

Esta vez Cristopher tomo la palabra y dijo:

–Primo mi mujer está teniendo un embarazo delicado, tiene que estar todo el día en cama y no moverse más que para ir al baño, mi hijo está corriendo peligro y eso nos tiene a todos muy preocupados.

–No sabía que tenías mujer, ni mucho menos que esperaban un bebe, lo siento mucho, pero lo que sea que necesiten todos estoy dispuesto a ayudar – solo atine a decir.

–Gracias Dancito, pareciera que hay una maldición con las mujeres de esta familia, primero yo pase partos difíciles, después la esposa de Erick que no resistió su ultimo parto y ahora Camila – que así se llamaba la mujer de mi primo – dijo Patricia.

–Bueno, bueno, no estemos abrumando al muchacho con los problemas y ahora si vamos a la mesa que muero de hambre y además Pat se acordó de la comida que te gustaba cuando eras pequeño y te la preparo – dijo eso el tío levantándose del sofá.

–Bueno vamos – dijimos todos

El almuerzo transcurrió fenomenal, todos comimos el pollo relleno al horno con garbanzos que tanto me gustan, conversamos mucho rato y todos lucían contentos con mi llegada, eso me hacía sentir que era muy querido en esta casa, muy distinta a mi familia, que son un tanto especiales.

Después del fantástico momento en la mesa llego la hora de alojarme completamente en la casa, desafortunadamente no habían más habitaciones en la casa así que me dieron a elegir entre dos opciones:

–primo puedes dormir en la habitación de los niños allí te podemos acomodar una cama y un armario o si no, puedes dormir conmigo en la mía, lamentablemente es lo único que te podemos ofrecer por ahora– dijo Erick.

–Prefiero dormir en tu cuarto, porque no me gustaría escuchar a los niños gritar – ambos reímos.

–Entonces no se diga más, pero eso si espérate hasta mañana para acomodarte una cama pues como fue de último minuto tu llegada no tuvimos tiempo de ir a la ciudad y comprártela.

–No te preocupes no tengo problema, gracias por recibirme – dije yo con una voz como afligida.

–No seas bobo, para eso estamos la familia – dijo eso dándome un fuerte abrazo con mucho cariño que nunca había experimentado ni de mis padres.

Llegada la noche cenamos y por lo ajetreado del día, nos disponíamos a dormir temprano pero ya en la habitación:

Erick: Primo no te molesta que duerma en ropa interior, la verdad siempre duermo desnudo pero por respeto esta vez lo hare en bóxer y además en esta casa hace demasiado calor por estas épocas.

Yo: No Erick no me molesta para nada además esta es tu habitación.

Erick: Excelente, tú también puedes dormir en calzoncillos si gustas, no me molestaría para nada.

Yo le tome la palabra muy enserio, el hecho de dormir en interiores con mi primo me producía un morbo total.

Cuando Erick se despojó de su ropa que fascinado con su anatomía, hermoso cuerpo sin ser de gimnasio, vello por todos lados y su bulto era lo que más me llamaba la atención, sí que estaba muy bueno mi primo, yo también hice lo mismo que él y nos metimos a la cama.

Pasaron las horas y no podía dormir, estaba de espaldas a él y de la nada siento a mi primo posar su pierna encina de la mía, su paquete en el culo y su respiración en mi espalda, se me acelero el corazón, gire un poco mi cabeza y vi a mi primo que aún seguía dormido, fue un acto reflejo por el hecho de tener a alguien a su lado, pero aproveche la situación y me quede así toda la noche, no sé en qué momento me abre quedado dormido, pero me levante cuando mi primo me hablaba.

Erick: Primo levántate ya es hora de trabajar, hoy es tu primer día, ponte alguna ropa vieja que tengas.

–Ya voy – dije y mi primo salió de la habitación – me quede pensando lo de anoche – se habrá dado cuenta en la posición en que estábamos, espero que no.

Inicie el día, nos reunimos mis primos mi tío y yo en la zona de arado, pero nada más ni bien llegue se empezaron a reír de mí, y es que no tenía la ropa adecuada porque no tenía nada viejo y mi pantalón era un poco pegado a las piernas.

–No te preocupes sobrino trabaja hoy así, ya te conseguiremos algo apropiado y de tu talla – dijo Albert

En cambio ellos llevaban un vaquero algo holgado, zapatos de trabajo y un bividi que se le pegaba al cuerpo, ya pasadas las horas y el intenso calor obligo a aquellos tres hombres sacarse lo que llevaban encima, dejando ver su hermosa anatomía, yo los imite, aunque mi cuerpo no es como el de ellos tampoco estaba mal, era como una visión en el desierto sus cuerpos.

Llego la hora del almuerzo, comimos, descansamos un poco y volvimos al trabajo, ya para las 6 pm ya habíamos terminado, muertos de cansancio fuimos a casa, nos aseamos y cenamos, luego de un rato por fin pude conocer a la mujer de Cris que era menor que el, tenía 25 años y estaba muy demacrada, pero a pesar de ello se podía notar que era una chica atractiva.

Ya había pasado una semana desde mi llegada, y aún seguía durmiendo con mi primo, si bien la cama era grande, ya me era incomodo por la situación porque me excitaba demasiado, pero no teníamos tiempo de ir a la ciudad por una cama.

Era martes en la madrugada, y me levante para ir al baño, por suerte mi primo seguía en su lugar, saliendo de la habitación para dirigirme al baño que estaba al fondo del pasadizo escucho una pequeña discusión en la habitación de mis tíos:

–Por favor Pat mi amor aunque sea la puntita, me muero de ganas – dijo el tío casi como un ruego.

–Albert por favor tu sabes que no la aguanto y sangro demasiado ya lo hemos hablado – dijo la tía con voz de desesperación.

–Tan solo los hemos hecho dos veces Pat y solo para tener hijos, no es justo dos veces en todo el tiempo que tenemos de casados – dijo mi tío indignado.

–Amor tu sabes que incluso esas dos veces me costó, ¡tú pene es muy grande Albert!, y peor ahora que parece que mi vagina no quiere dilatar, hemos intentado de todo – dijo mi tía pidiendo comprensión.

–Ya entonces chúpamela un ratito o por atrás que dices, no hemos intentado eso aun – mi tío dijo con esperanza.

La tía indignada por su petición le dio un rotundo no, y todo se puso en silencio, me disponía a seguir mi camino, cuando se abrió la puerta, mi tío salía del cuarto en calzoncillo, su verga parecía morcillona.

–Disculpa tío, solo quería ir al baño y me pareció que estaban discutiendo, no quería escuchar de verdad – dije un poco incómodo.

–Descuida, ve a lo que tenías que hacer, y si quieres vas a hacerme compañía, dormiré abajo – dijo el tío acongojado –.

Salí del baño, me dirigía a la habitación pero lo pensé dos veces y me dirigí a la sala, estaba mi tío sentado solo iluminado con la luz de la luna que entraba por la ventana, se le veía frustrado, me senté a su lado, la situación era incomoda, hasta que hablo.

Albert: Por favor sobrino, no comentes nada con nadie, es vergonzoso para mí y peor para tu tía, puedes imaginar solo dos veces en 35 años, me siento frustrado, profundamente herido en mi orgullo de hombre, todos creen que soy un semental, sobre todo las mujeres que conozco pero en realidad no tienen idea, fácil para mi es ir y acostarme con cualquier mujer, pero quiero y respeto mucho a tu tía.

Yo: Tío la verdad no sé qué decir, lo siento, te comprendo es frustrante cuando quieres tener sexo pero no se puede – dije yo tratando calmar la situación.

Albert: Gracias sobrino, solo el poder hablar de esto me hace bien.

Me dieron tanta nostalgia sus palabras, mi tío como dije parecía rudo y tosco pero en realidad era muy buena persona, nada en comparación con mi papa que si él hubiera estado en su lugar se hubiera acostado con cualquiera, pero en un impulso me arrodille entre sus piernas separadas.

–Dan hijo que haces – dijo mi tío nervioso y sorprendido.

–Tío no importa de verdad, quiero ayudar para eso estoy aquí – salieron de mi boca esas palabras

Acto seguido saque su verga y sus huevos por encima de la tela, eran unas bolas gordas hermosas y peludas con una verga larga y gruesa – la tía no mentía- todo estaba recubierto por pelo púbico apenas recortado – me encantan los hombres que se dejan eso al natural – mire a mi tío a los ojos y lentamente me introduje a la boca su pene, primero el grande en el cual pasaba mi lengua en círculos, mi tipo recostado en el mueble no se movía ni decía nada, tome un poco más, su verga ya estaba reaccionando, y finalmente me la comí toda, mi tío dio un suspiro que indicaba su disfrute.

Su verga creció por completo, ya no cabía del todo en mi boca por más que la metía hasta el fondo, era grande, gruesa y estaba hirviendo, chupaba y chupaba, mi tío solo gemía ahogadamente, me turnaba entre sus bolas y su verga, me gustaba sentir lo áspero de sus vellos en mi nariz, olían a macho, mi tío puso una mano en mi cabeza y guiaba la mamada de guebo que le estaba dando.

La chupaba hasta lo que cabía en mi garganta pero podía sentir una leve presión que mi tío me hacía, lo mire a los ojos y el los mantenía cerrados pero supe lo que quería que haga, así que hice el máximo esfuerzo para controlar las arcadas, tome aire y me la trague hasta el fondo, sentí como mi garganta se amplió más, mi nariz choco con su pubis peludo, aspire fuerte y sentí su olor, esta vez mi tío tenia las dos manos haciendo presión sobre mi cabeza, no dejaba separarme y mi saliva escurría por sus testículos mojando su ropa interior.

Solo cuando Albert se dio cuenta que me empezaba a faltar el aire, retiro sus manos y se disculpó por eso – no era mi intención dijo – no dije nada y seguí, ayude a que se deshaga del estorbo que se había convertido su bóxer y me retire el mío, lo había manchado con liquido pre seminal ya que mi pene estaba al límite.

Me volví arrodillar y tome mi saliva de su pene para usarla como lubricante para dilatarme el ano, mi tío Al observo con detenimiento lo que hice, iba a hablar pero lo calle cuando me volví a meter su pene en la boca, mientras chupaba me iba metiendo uno por uno mis dedos en la cavidad anal para dilatar lo suficiente y que esa enorme verga entre, chupaba y lamia una y otra vez, me atoraba y montones de babas corrían por sus enormes y grandes pelotas.

Cuando por fin dilate lo suficiente y mi ano estaba preparado, me dispuse a montar sobre las piernas de mi tío, pero me detuvo:

Tío Al: Hijo que haces, por favor detente que yo no puedo, además te puedo lastimar.

Yo: Tío no te preocupes, de verdad, tu no hagas nada que yo lo hare solo.

Mi tío asintió con la cabeza, me monte completamente en él y posicione su pinga en mi ano, lentamente baje y gracias a la abundante saliva que su pene tenia pudo entrar primero el glande sin problemas, fui bajando he hice una mueca de dolor, mi tío me miro preocupado pero yo seguí, baje un poco más y ya la tenía metida hasta la mitad, di un suspiro, las piernas ya me temblaban pero no podía parar, estaba dispuesto a todo, hice mi último esfuerzo y con las gotas de sudor que caían de mi frente al dorso de mi amante, pude introducirme tremendo pollon de semejante tamaño por completo, aproximadamente 20 cm de inmenso placer entraron en mi recto, cuando por fin pude sentarme en las gruesas pierdas de ese macho peludo, descanse un momento.

–Tío déjame que descanse un ratito – dije - ¿puedo besarte? – pregunte con timidez pensando que se negaría.

–Claro bebe que puedes, y descansa todo el tiempo que quieras estás haciendo demasiado hoy, esto te lo agradeceré eternamente – dijo mi tío excitado.

Ni bien termino mi tío de hablar lo bese, al principio fue un beso tímido, pero luego fue con más confianza, intercambiábamos fluidos, nuestras lenguas se enredaban y nos devorábamos la boca con lujuria y pasión.

Empecé a mover mi cintura y podía sentir como esa verga que estaba adentro chocaba con las paredes de mis entrañas como si quisiera atravesarlas, movía mi cintura de arriba abajo, primero lento y después más rápido, mi verga rebotaba y chocaba con el abdomen de mi tío mientras que sus huevos chocaban con mis nalgas y su sonido se escuchaba por la toda la casa, solo esperaba que no se escuche hasta arriba.

El pasaba sus manos por toda mi espalda, ya para ese momento el temor o algo que impedía realizar el acto habían desaparecido, amasaba con sus manazas mi trasero, mientras que el ayudado con los movimientos de sus pelvis envestía y realzaba el placer de la penetración, yo parecía un muñeco con la cabeza hacia atrás mientras era penetrado, al mismo tiempo de ello mi tío se lanzó y recorrió todo mi cuello con su boca, me besaba con locura y yo seguía empalado con su polla adentro.

Ese hombre que tanto placer me estaba dando sujeto bien la cintura y me levanto, yo como reflejo me agarre de su cuello, camino unos cuantos pasos y chocamos con la columna de la chimenea, podía sentir como su falo entraba y salía, en esa posición me envistió varios minutos hasta que se cansó.

Me bajo al suelo y me volteé mirando hacia la columna, saque el culo un poco y sentí como metía su pene otra vez lentamente evitando que me hiciera daño al parecer, una vez toda adentro me sujeto de la cintura y me empezó a envestir, yo para no caerme me agarre como pude de la columna, y solo disfrutaba.

Ese macho que hasta hace unos minutos había olvidado que cosa era el sexo, se estaba dando uno de los mejores momentos conmigo, me penetraba como quería, yo evitaba gemir pero era incontrolable, así que no tuvo mejor idea que darme a morder su mano, mientras más duro me daba más fuerte le mordía, pude sentir como su pene chocaba plenamente mi vejiga por dentro, aunque sentía un ligero dolor, el placer recorría mi cuerpo.

Mi pene rebotaba y yo con una mano me lo empecé a manosear, me masturbaba lentamente y después al rato lo volvía a liberar, mientras mi ano era atendido por aquella monstruosa herramienta la cual sentía como entraba y salía de mi ano, estaba concentrado cuando mi tío dijo:

Al: Hijo ya me voy a correr.

–Aguanta un poco tío que ya mismo lo hago yo – dije con espasmos.

Mi tío aguanto un poco más y yo por fin eyacule en la piedra de la columna, mi tío con un grito de macho que está eyaculando dijo:

–Bebe, ya no aguanto – y hundiéndome la verga más adentro termino por eyacular.

Estábamos todos sudados y pegajosos, nos quedamos pegados y mi tío abrazándome así como estábamos recostó su cabeza en mi espalda y dijo:

Albert: Gracias Dan, hijo de verdad te lo agradezco mucho, esta noche sin ti me hubiera terminado por hacer una paja como todas las noches.

Yo: Enserio tío no me agradezca, yo también lo deseaba.

Nos separemos y su verga flácida salió triunfante después de haber sido atendida como se debe, salió húmeda y con restos de semen, me arrodille y la volví a chupar hasta dejarla limpia, mi tío retrocedió un poco por el glande aun sensible y así terminamos la noche, habían pasado ya 2 horas y eran 4 am.

Albert: Sobrino quisiera que esto se repita, claro si tú quieres, prométemelo por favor.

Yo: Te doy mi palabra, cuando quieras, puedes cogerme.

Albert: Esto será un secreto entre tú y yo, ah y otra cosa, ¿Puedes también echar una mano a tu primo Erick?, la verdad él está pasando por un momento muy difícil, no lo veo salir con ninguna chica, y sé que quiere tener sexo urgente también.

Yo reí y acepte, limpiamos juntos el desorden y nos pusimos nuestros calzoncillos.

–Gracias dijo otra vez, y me dio un último beso, subimos a las habitaciones, compartimos una sonrisa cómplice y fuimos a descansar, nos esperaba un día arduo.

Gracias por haber llegado hasta aquí, por favor si algo que quieran saber escribir a mi correo [email protected] se lo agradecería un montón.

Gracias y por favor protéjanse en todas sus relaciones sexuales, hasta la próxima.

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