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El mejor apoyo que pude encontrar

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Aquella noche había decidido separarme, después de 10 años de relación y 3 de matrimonio ya estaba harta de soportar las pendejadas de mi marido, pero donde iría? nos habíamos mudado al sur por el supuesto nuevo trabajo de él que tan solo le duró 6 meses y no había querido volver a la ciudad por vergüenza y porque creí que algún día se comportaría como el hombre de la casa, lo que jamás pasó. Sin dinero, sin amigos, con la rabia y con la vida deshecha salí con un bolso y mi auto, que era lo único que me quedaba.

Conduje por más de una hora pe ro no me alcanzaría la gasolina ni el dinero para llegar a la capital y recordé a un tío de mi marido, ex a estas alturas quien lo había convencido de irnos allá, la verdad yo lo conocía muy poco, ni siquiera me caía bien, siempre sentí que me miraba con cara de depravado. Pero no tenía muchas opciones además estaba comenzando a llover.

La distancia entre mi auto y la puerta fue suficiente para quedar empapada, y eso él lo notó inmediatamente, ya que no despegaba sus ojos de mis pezones realzados por el frío y la ropa mojada.

- Pasa niña!, que haces tan tarde y con esta lluvia por acá, y sola?, como permite eso el bruto de mi sobrino?

- La verdad no sabe dónde estoy, y no me interesa que lo sepa! - contesté con la cabeza agacha tratando de contener las lágrimas.

- Comprendo, lo dicho mi sobrino es un bruto! bueno para nada! mira que dejar ir a una mujer así, tú te mereces más, un hombre de verdad, no un pendejo idiota!

Trató de abrazarme, pero notó mi incomodidad.

- Pero pasa, pasa! estas empapada ocupa la pieza de Aurora (su hija que vivía en la capital) ahí puedes cambiarte yo pediré que te preparen algo para que calientes el cuerpo mientras conversamos, si es lo que quieres claro.

Solo atiné a dar las gracias y seguir hacia la habitación, la verdad estaba muy aturdida y no sabía bien que hacer o decir, pero al menos me sentí más segura y acogida.

- No te quedes ahí, pasa al comedor, que prefieres comer algo, una sopa, un café??

- Por mi algo más fuerte! para anestesiarme un poco!

- Ah ya veo! está mal la cosa parece, fuerte no tengo, pero te puedo ofrecer un buen vino, y todo lo que necesites para sacar fuera del pecho eso que traes!

La verdad en ese momento, no le tome asunto al ofrecimiento, pero luego lo entendería.

Así puso sobre la mesa de centro una botella de vino, que se notaba cara, un par de copas y una pequeña cajita metálica

- Ven siéntate aquí - golpeando con la palma de la mano el lugar en el sofá junto a el - Vamos parece que me tuvieras miedo.

- No, no es eso, solo no sé si esto es una buena idea, Ud. es el tío de...

- Primero, no me trates de Ud., dolo llámame Aníbal, lo otro considérame un amigo, mira yo siempre supe que eras mucha mujer para ese pendejo, ese idiota nunca cambiara, si lo recomendé con mis amigos asa en la zona fue por mi pobre hermana y por ti.

- Por mí??

- Si por ti, siempre supe que lejos de su papi ese pelele no sería capaz de mantener a un mujeron como tú, discúlpame mi cielo, pero yo soy un hombre hecho y derecho y se lo que quiero y como obtenerlo.

No sé qué me asombro más si sus palabras cínicas o lo que saco de su cajita...

- Fumas hierba? me imagino que sí, con un tipo como mi sobrino demás que la probaste, ven vamos a relajarnos un poco - y me sonrió mientras terminaba de enrollar el cigarro de marihuana.

- Un poco sorprendida aun accedí, total ya estaba ahí, no tenía donde ir y un poco de relajo no me venía mal.

- Eeeso! viste si no muerdo... a menos que me lo pidas! y me cerro un ojo.

Conversamos por horas, reímos, llore, hasta cantamos, y después de 2 botellas vi la hora y ya eran las 6 de la mañana, así que decidí irme a dormir.

- Gracias por el apoyo t... Aníbal! te debo una! - y no sé porque le cerré un ojo, le estaba coqueteando?? Mejor me retiraba rápidamente, pero me tomo de la mano

- Y si me cobro ahora mismo? quieres apoyo? yo quiero apoyarte, pero sobre ese sofá y demostrarte lo que es un hombre y cogerte como nunca lo han hecho!

En ese momento, no sé si fue el vino, la hierba o la seguridad que emanaba de ese hombre que lo vi como nunca, sentí un palpitar entre mis piernas y lo mire fijamente mordiéndome los labios, lo había logrado, lo deseaba, deseaba ser cogida por ese hombre que pisaba los 50.

Me acerque, me pare frente a él y desabotone los primeros botones de mi blusa dejando entrever mi busto sin sostén con los pezones erguidos pero ya no por culpa de la lluvia. Se bebió el último sorbo de su copa y me tomo por la cintura me beso la frente y bajo hasta mi boca, yo sentía que las piernas se me deshacían el aliento a vino me excitaba aún más, sentía su mano desabotonar con expertis el ultimo botón que lo separaba de mi pecho desnudo, se separó un momento, y se quitó la camisa, sorpresa para mi encontrar un físico bien cuidado un torso firme cubierto por vello semi cano, mientras su boca bajaba de mi pecho a mi ombligo sus manos me despojaban del resto de ropa, de pronto sentí sus dedos introduciéndose entre mis labios vaginales abriendo paso a su lengua experta, sentía que las piernas me flaqueaban, sentía mis fluidos bajando por mis muslos, sentía la llegada de ese primer orgasmo, el primero en mucho tiempo. Cuando notó que su primer cometido ya estaba logrado se levantó y tomo mi mano...

- A ver date la vuelta, déjame observarte, eres hermosa!! Mira esas caderas, esos pechos, no solo sabes exquisito, lo eres por completo, yo nunca me equivoco, huevon de mi sobrino, yo ya te habría hecho un par de hijos, para que me salieran igual de bellos que tú.

- Por favor Aníbal, no lo nombres, el sobra aquí, ahora sigue con lo nuestro, muéstrame como ama un hombre de verdad!- Se paró tras de mí y empezó a besarme el cuello los hombros mientras con una mano presionaba mi pezón, no muy suave, no muy fuerte, suficiente para hacer correr una electricidad por todo mi cuerpo, y con la otra hacía lo propio en mi clítoris. De pronto sentí su bulto erectarse y posicionarse entre mis nalgas, era dotado, al parecer una característica familiar, en un momento tomo mi nuca e inclino mi cuerpo sobre el sofá, sentí la punta de su pene rozar la entrada de mi cueva húmeda y hambrienta y al instante lo tenía completamente dentro, o eso creía yo...

- Estas lista?

- Lista para qué?

- Supongo que sí, ahí te va toda pequeña zorrita!

Así era solo había introducido la mitad, de pronto tenía toda esa enorme verga llenado mi interior que ardía, que se adaptó rápidamente, él sabía perfectamente lo que hacía, cuando lo confirmo comenzó con un incesable y bestial bombeo, tenía razón, me estaban dando la cogida de mi vida, estaba gozando a mil, sentía como se chorreaban mis muslos y el gozaba viéndome estrujar el respaldo de aquel sofá donde hace solo una o dos horas había estado llorando el final de mi matrimonio, pero eso ya no importaba solo quería que siguiera penetrándome una y otra vez, luego se sentó en el sofá, y me puso sobre él, yo gemía como nunca, mientras me decía - eso mi niña, ahora sabes lo que es montar a un macho grita, grita, deja salir la hembra que hay en ti - y succionaba mis senos como si esperara que saliera algo de ellos, así después de dos orgasmos más llegó el suyo, nunca me sentí más feliz de que me llenaran de leche, la leche de un hombre, de un verdadero macho.

- Ahora me toca a mí, para que veas, que no soy la pendeja que tú crees! - baje lentamente y comencé a pasar mis uñas suavemente por sus huevos, hasta que volvió a erguirse, y comencé a darle la mejor mamada de su vida, le escupí, y empecé a lamer, cambiando de ritmo, sentía como se retorcía del placer, gemía, y bramaba

- De verdad sabes lo que haces pequeña! eres maravillosa!...

Hasta que acabo y yo disfrute hasta la última gota de ese precioso liquido blanquecino.

Desde ese día me convertí en su mujer, él me tiene como su reina, y yo le devolví la vida... con el accedí a hacer cosas que con mi ex... jamás y descubrí el valor de tener un verdadero hombre en mi vida y entre mis piernas.

(9,00)