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La sub-directora (2) El viaje en autobús

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Los días transcurrían igual que siempre para todo el mundo, excepto para Carmen y Ramón "los jóvenes amantes" se decía a si misma Carmen.

A pesar de sentirse halagada por los actos y comentarios del joven muchacho, no podía evitar sentirse un poco avergonzada, incluso si nadie lo sabía, su conciencia de vez en cuando hacía presencia, pero no podía negar que una vez él cruzaba esa puerta, todo lo malo se le olvidaba.

A diario durante la hora del receso, Ramón iba a la oficina de su sub-directora, por lo general sólo tenían una plática, un poco coqueta o simplemente intentaban conocerse aún más, ambos querían hablar menos y hacer más, pero las circunstancias aterraban a Carmen y el muchacho también se preocupaba, pues Carmen, podría tener muchos inconvenientes de ser encontrada con un chiquillo entre las piernas y más aun estando en su oficina.

Sintiéndose más guapa por los comentarios de Ramón, Carmen se animó a cambiar un poco su atuendo diario, usando ahora una falda a la altura de las rodillas, de color negro, también comenzó a maquillarse con más cuidado y a asegurarse de usar un buen perfume a diario, tal vez estaba exagerando, pero las visitas diarias la empujaban a esto.

A una semanas de culminar el primer lapso, los padres de los estudiantes de último año, junto con la sub-directora tuvieron la idea de darle una sorpresa a los chicos, y Carmen decidió contarle a Ramón está primicia, sabiendo que él no le diría a ninguno de sus compañeros.

No obstante, esa mañana el chico estaba más caliente de lo común y luego de cerrar la puerta de la oficina, simplemente sacó su dura verga a través de la cremallera de su pantalón.

El coño de Carmen, reaccionó con viveza ante esa excitante vista, la boca se le hacía agua al ver como Ramón se jalaba su verga mientras se acercaba a ella, en medio de su excitación, halló un poco de cordura en sí misma, y no dudo en hablar, aunque lo que quería era abrir las piernas allí mismo.

- Ramón, por favor, no es el lugar.

- Cálmate, solo quiero que veas cómo me pones- dijo guiñando un ojo-.

- Si, si veo muy bien, y lamento no poder haber terminado mi trabajo aquella vez.

- No te preocupes, de todas formas hoy sólo tengo ganas de comerte yo a ti.

- Ay qué cosas dices niño- dijo ella ruborizada-.

Ramón se arrodilló frente a su sabrosa madurita, con su mano alcanzó los botones que comenzó a quitar y con un poco de esfuerzo sacó al aire las dos tetas que tanto le apetecían.

En un abrir y cerrar de ojos, Carmen sólo era capaz de ver una parte de su teta, ya que el resto era engullido, mientras que ella misma se encargaba del pezón de su otra teta.

La mano de Ramón acariciaba sus piernas y muslos, poco a poco llegó a su sexo el cual frotaba a través de la suave tela de sus pantaletas.

Definitivamente este alumno tenía también una A en lengua, sabía cómo usarla de maravilla, los lametones que le pegaba al duro pezón marrón eran muy excitantes, se sentía cálido y a la vez húmedo, lo cual la hacía gemir suavemente y hacía que su chocho se mojara aún más.

- mmm, mmmm si - decía Carmen, mordiendo su labio inferior-.

Finalmente Ramón comenzó a masturbar a su madurita, acariciando su clítoris con movimientos lentos pero eficaces, sus labios seguían empeñados en chupar la teta de Carmen, era tanta la persistencia que parecía que intentaban sacar leche de esa enorme bola de carne.

- sí sácame la leche, sácala, chupa bien, así, aaah uuuh así, chupa.

Esto incentivó a Ramón a seguir, haciendo más bruscos sus movimientos en su chocho, lo cual la llevó al borde del orgasmo.

- Me corro, me corro mi amor.

Los gemidos de Carmen aumentaron demasiado, lo cual llevó a que el joven callara a su amante con un apasionado beso de lengua, el cual se intensificó a medida que Carmen se preparaba para correrse, los jugos de la madura cubrieron la mano de Ramón una vez más.

Su respiración estaba alterada, debido al gran placer recibido, para calmarla un poco más Ramón siguió besándola dulcemente, y le dio un mordisquito en su labio inferior.

Luego de unos minutos, ya ambos estaban calmados nuevamente, habiendo saciado su sed sexual temporalmente.

- Ramón, gracias por esto.

- No hay nada que agradecer, sabes que me encantas.

- La verdad es que desde el día que casi nos pillan siento que te debo algo, y la verdad es que quiero probar esa verga de nuevo.

- ¿Estás segura? Podrían atraparnos.

- No, no será aquí, la verdad es que debo darte una noticia, a ti, y a toda la clase.

- ¿Que sucede?

- Pues - dijo colocando su mano en su entrepierna - Sucede que, tú y todos tus compañeros, saldrán de viaje conmigo, iremos a la capital, este fin de semana.

Ese día más tarde, la noticia fue oficialmente anunciada a toda la clase, todos se emocionaron de golpe, y comenzaron a armar alboroto.

- Iremos a la capital, será un viaje en autobús de 6 horas, partiremos el jueves en la noche a las 10 pm.

Dicho esto, la sub-directora se marchó a su oficina nuevamente, todos se encontraban ansiosos y más aún Ramón, a quien se le había prometido algo más, pero no tenía idea de cómo lo conseguiría, pues de seguro no dormiría en la misma habitación que Carmen, aun así se dejó llevar y espero pacientemente el día de partida.

Ese mismo día antes de salir de clases, Ramón fue solicitado en la oficina de Carmen, para su decepción no lo llamaba para atender un asunto interesante. Ella le entregó una boleta de autorización, la cual debía llevar a sus padres para que la firmaran y poder así asistir al viaje.

El chico hizo lo que se le pidió, y al siguiente día ya estaba todo en orden, Carmen visitó a la clase nuevamente ese día para aclarar otros puntos del viaje.

Les explicó que se quedarían en una pequeña residencia cerca del centro de la ciudad, habrían 5 casas disponibles para ellos, una para la sub-directora, su hermana que la acompañaba para ayudarla a controlar a todo los chicos; y la cocinera que contrataron para esos días, la cual llevaba a su marido como acompañante, las otras 4 para los estudiantes, dos casas tenían capacidad para 9 estudiantes y las otras 2 para 10 estudiantes.

Eran 19 chicas en total y 20 chicos, claramente no había espacio para alguien, pero nada se dijo acerca de ese tema.

El día del viaje llegó, y todos los padres llevaron a sus hijos al terminal para despedirse de ellos, ya cuando se acercaba la hora pautada, Carmen les dio una pequeña charla acerca de cómo comportarse en el autobús y de no hacer mucho ruido, también les advirtió dormir un poco, pues al día siguiente no podrían descansar sino hasta después del almuerzo.

Antes de entrar al autobús ya todos se habían organizado, cada quien había elegido a su compañero de viaje e incluso habían decidido quien estaría del lado de la ventana.

Ramón estaba solo en uno de los últimos asientos de atrás, pero unos minutos después, Carmen llegó a hacerle compañía.

Ya todo estaba organizando y todo el mundo estaba en su asiento, no había nada de qué preocuparse, así que vino a relajarse por el resto del paseo.

Debido a que habían comprado todos los boletos del autobús, las últimas 3 filas estaban vacías, los más cercanos a Ramón y Carmen eran Rosa (la cocinera) y Lucho, (su esposo).

- Que bueno verte al fin - dijo Ramón con una sonrisa-.

- Digo lo mismo- Respondió Carmen- ¿Sabes?, Pronto apagarán las luces.

-Bueno entonces déjame aprovechar mientras aún pueda verte.

Ramón posó su mano sobre la cintura de Carmen, ella sonrió y le correspondió posando la suya en la polla que este fin de semana gozaría.

Él la besó en los labios dulcemente y acarició su cabello.

Sus lenguas se unían y bailaban con pasión, Carmen sentía que la estaban devorando, aunque quería dejarse llevar, se contuvo para mantener un ojo sobre todos los demás pasajeros.

- Calma, calma, ya pronto apagarán las luces y allí comienza lo bueno- aseguró ella-.

- Está bien, esperamos con ansia- dijo susurrando a su oído y agarrándose el duro paquete entre sus piernas-.

Carmen río suavemente y Ramón aprovechó la ocasión para besar la oreja de su amante y chupar su lóbulo unos segundos.

- Me quieres tener bien caliente siempre, chiquillo.

- Oye oye, que la que siempre me tiene caliente eres tú, y sin intentarlo.

Ambos rieron y en ese momento las luces se apagaron.

- ¡Enhorabuena! - dijo Ramón-.

Aún se escuchaban las voces de los estudiantes, pero nadie se levantaba de su asiento, Carmen aprovechó para reposar su cabeza en el pecho de Ramón, él acarició su largo cabello negro, cerró sus ojos y continuó con su labor con una sonrisa en sus labios.

Habría podido pasar 1 minuto o 2 horas, había perdido la noción del tiempo hasta que sintió como el botón se su jean azul se salía de su lugar.

Cuando abrió los ojos, se encontró con la sub-directora sintiendo su paquete a través de sus blancos boxers.

- Ya has despertado, todos están dormidos, es la hora - anunció ella-.

- Estoy listo.

Carmen le bajó el jean hasta los tobillos, e inició un largo recorrido con su lengua por todo el paquete de Ramón a través de sus boxers.

Ese pedazo de carne, le hacía agua la boca, al rato ya tenía ese bóxer mojadito, ella lo miró a los ojos con lujuria y se decidió a sacarle esa pieza de ropa que comenzaba a estorbar.

La verga dura salió dando un brinco contra el estómago de Ramón, sin perder tiempo Carmen la sujetó entre su mano para pajearlo suavemente.

- Que bien lo haces - suspiró Ramón-.

No sólo lo decía con palabras, pues de su glande salía líquido preseminal, la boca tragona de la sub-directora no se aguantó y recogió cada gota con su lengua, dejando el glande brillante y más inflado aún.

- Que cabezota tiene esta verga, mmm, está rica Ramoncito, mmmm.

- Chúpala, vamos- dijo Ramón colocando su mano sobre la cabeza de Carmen-.

Ella aceptó esa señal y tomó la mitad de ese pito en su boca, sus labios presionaban con fuerza ese palo, era una delicia y estaba calentito, que gustó daba chupar una verga tan bien parada.

Habiendo degustado ya con mucho detalle ese palo, Carmen se fue a por las bolas del chico, eran carnosas y redonditas.

- Uuuy que bueno, comete mis bolas-.

Carmen iba de una bola a otra, metiéndola en su boca y lamiendo a gusto, luego con su lengua marcó el trayecto desde esos ricos testículos hasta el hinchado glande, una vez allí, tomó toda la pija que pudo en su boca, subía y bajaba con un ritmo algo rápido, y se notaba su determinación a tragarla entera.

- Que mamada, aaah me tienes loco, voy a acabar pronto.

Una vez tuvo esa verga hasta la garganta se quedó estática, saboreándola, con sus potentes ojos clavados en los de Ramón quien estaba a punto de correrse.

- Uuuf me corro, me corro.

Carmen ni se movía.

- Me vendré fuerte en tu boca, aaaah- dijo mordiendo su labio inferior para callar sus gemidos- aa-a-a-h-ahh

Los chorros de semen comenzaron a salir y golpeaban fuertemente el paladar de Carmen, ella lo trago con gusto y saboreó hasta la última gota.

Carmen se acomodó de nuevo junto a Ramón, él se acomodó en sus jeans y una vez listo, le robó un beso a su amante.

- Tienes esa lechita muy rica mi niño- dijo ella, apoyando su cabeza en el pecho del joven-.

La polla de Ramón quedó satisfecha por el momento, pero este fin de semana traería mucho más...

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