Nuevos relatos publicados: 11

Natalia (Segunda parte)

  • 9
  • 11.547
  • 9,14 (21 Val.)
  • 0

Su frase "Sé lo que hiciste el verano pasado" me dejó boquiabierto y con la verga en trance en ese extraño estado que aunque no está en esplendoroso estado de todos modos mantiene una dureza estática y constante que comienza a salivar inminente placer autonomamente. Me subí a mi coche y regresé a casa rápidamente para masturbarme con furia en la misma silla donde ella había posado su hermoso y sexual culo de colombiana en brama. Me pasó por la mente una locura: Saqué el celular y me tomé una foto con la verga bien tiesa cuidando que pudiera apreciarse perfectamente la silla y la oficina donde ella había estado hacia unos momentos y le di click, compartir, Natalia y coloqué el dedo en el botón de Enviar. Un chispazo de adrenalina recorrió mi cuerpo y pulse Enviar, de inmediato la imagen de mi verga en pie de guerra apareció como imagen enviada debajo de nuestros chats de trabajo. Estaba hecho. Lo había hecho. Un minuto después apareció esto debajo de mi verga:

????

- Traviesa escuincla - me dije, se le antojó mi verga a la chiquita.

Eyacule un delicioso orgasmo y me quedé desnudo todo el resto de la tarde masturbándome compulsivamente pensando en Natalia. En la noche tomé el celular y le marqué sin pensarlo. Su voz contestó cachonda:

- Estoy con mi novio Don Jorge, ahora no puedo hablar.

- Te lo vas a coger pensando en mi cariño? - le pregunté a bocajarro.

- Claro que si mi amor - me contestó con voz temblorosa de caliente.

- Dímelo mi amor, dime que te lo vas a coger pensando en mi.

- Don Jorge, me voy a coger a mi novio pensando en usted.

- Es una promesa?

- Si, prometido.

Me escupí la verga con exceso de saliva y puse mi celular al lado de mi verga mientras me la jalaba con fiereza. Quería que escuchara cómo me la jalaba pensando en ella.

- Los mismos sonidos que hoy en la tarde don Jorge, mmhh - dijo cachonda. Está usted en su oficina masturbándose en la silla donde me sentó? - preguntó con voz cachonda, entrecortada, sudorosa. Me está usted poniendo bien cachonda don Jorge.

- Si cariño, estoy jalándomela en el mismo lugar donde te sentaste hace unas horas.

- Y su esposa don Jorge, qué va a decir de esto?

- No va a decir nada, estoy divorciado y nadie me ha sacado la leche en un año, más que yo.

- Un año don Jorge? Falto de confianza don Jorge, pudo habérmelo pedido hoy en la tarde. En la siguiente entrevista lo puedo ordeñar yo si usted me lo ordena, para eso soy su empleada, no?

Me encantaba la forma que estaba tomando la plática.

- Me tengo que ir don Jorge, no puedo seguir hablando, mi novio anda por aquí rondando.

- Está bien cariño, sólo repíteme lo que le vas a hacer a tu novio ahorita.

- Jajajaja, qué travieso, me encanta. Está bien, "Me voy a coger a mi novio pensando en usted".

- Ahorita? le pregunté insistente.

- Si, en menos de dos minutos, me tiene usted muy húmeda don Jorge.

Besos cariño, me despedí feliz sabiendo que en algún lugar de la ciudad una hermosa colombiana se estaba cogiendo a su novio pensando en mi y en mi verga humeante.

Después de venirme anote en mi calendario del móvil la siguiente cita:

Jueves 14 de septiembre: Cogerme a Natalia.

La cité para "exámenes psicométricos" al día siguiente: Señorita Natalia, felicidades por una exitosa primera entrevista. Haga el favor de presentarse el día de hoy para exámenes psicométricos, atentamente, yo".

Preferí no salir en todo el día y recibirla desnudo sólo con mi bata de baño puesta y todavía mojado saliendo de la ducha. La campana sonó alegremente y yo me encamine silencioso hacia la puerta. Quería verla por el pestillo de la puerta sin ser visto. Quería desearla y abrirle la puerta con una semi-ereccion oculta detrás de mi bata. Se veía radiante, sus espectaculares ojos miel eran como una luz interior y sus labios amplios y carnosos invitaban una deliciosa mamada.

- Adelante señorita Natalia.

- Gracias don Jorge - me dijo mientras pasaba a mi lado dirigiéndose hacia la oficina un poco tímida.

- Siéntese señorita, le dije mientras le señalaba la misma silla donde ella había puesto su culo ayer y donde yo me había tomado la foto que le envié masturbándome.

- Llene estos exámenes. No hay respuestas correctas ni incorrectas, sólo conteste lo primero que le venga a la mente - dije muy profesionalmente.

Acto seguido ella tomó lápiz y empezó a contestar los exámenes con cara de no saber por dónde se estaban desenvolviendo los asuntos. La dejé concentrarse en los exámenes por un rato y entonces me senté en el escritorio, justo al lado de su cabeza cruzando una pierna sobre la otra y asomando uno de mis muslos desnudos bajo la bata. Se puso nerviosa pero intentó reconcentrarse por un momento y continuó. Un par de minutos más tarde abrí un poco la bata, lo suficiente para asomar mi virilidad mostrando una semi-ereccion in crescendo. Mi verga es un delicioso pedazo de carne blanca (háganme saber queridas lectoras si quieren una foto) de 23 cms de deliciosa carne. Tiene un casco perfecto color carne envidia de cualquier bombero y un tronco venoso que se inclina un poco hacia la izquierda. Es una monada, un manjar para las chicas. Y no sólo eso, me dicen que su leche es apetitosa y dulce con textura de yogurt cremoso aunque a veces es transparente y mocoso. Cuando la erección se notó esplendorosa no resistí y comencé a pajearme frente a ella, lenta y delicadamente, cuidando que ella pudiera apreciar a muy corta distancia el falo que pronto se comería y tendría en sus entrañas.

- Continúe trabajando señorita, no se desconcentre. Estoy viendo si es susceptible de trabajar bajo presión - le dije.

Me puse de pie y dejé caer la bata al suelo quedando totalmente expuesto a ella. Con movimientos lentos caminé rodeándola, tallando delicadamente mi glande ya babeante sobre su cuello, mejillas y ojos dejando gotitas de semen en su rostro angelical.

- Hizo usted su tarea señorita? le pregunté.

- Cuál tarea? - preguntó dubitativa.

- Se cogió usted a su novio pensando en mi? - le inquirí mientras me la jalaba ya soez enfrente de sus ojazos de miel.

- Si don Jorge - contestó abriendo un poco sus labios acercándose instintivamente a mi glande inflamado.

Lo retiré dándosela a desear pero después con un movimiento rápido pegue mi glande en sus carnosos labios dejando un hilo de semen colgando entre la punta de mi verga y sus labios ya vencidos. Su respiración era ya apresurada y por la boca, señal de que estaba más que lista para iniciar la lucha corporal del mete-saca.

- Cójame ya don Jorge, ya no aguanto.

- Póngase de pie señorita y desnúdese completamente - le ordené tajante.

Natalia se desnudó sin timidez y me obsequió una vista total de su desnudez.

- Ahora siga trabajando en sus exámenes señorita Natalia.

Intentó sentarse nuevamente pero se lo prohibí con un no rotundo.

- Quédese de pie e inclínese mientras sigue contestando sus exámenes - le dije.

Con ella en total desnudez y reclinada sobre el escritorio intentando llenar los exámenes, me acomode detrás de ella y le restregué el glande sobre sus esplendorosos glúteos de colombiana. Cuide bien de dejarle la mayor parte de ellos húmedos de mi hombría caliente y pegajosa y de repente alojé la totalidad de mi tronco alojado entre sus piernas mientras que por fin así con toda la palma de mano la totalidad de su empapado coño.

- Así don Jorge - dijo con voz que se deshacía de deseo. Así, cójame con su vergota. Por favor.

La incline un poco más, coloqué mi glande en su entrada vaginal, puje para meter solo el glande dentro de ella, forzar un ruego suyo para que me la cogiera ya y de repente y sin avisar le dije mientras se la clavé entera hasta el fondo dejando mis huevos balanceándose en sus nalgas:

- Tú novio te coge igual de rico chiquita?

La embestida de 23 cms y la pregunta referente a su novio la hicieron venirse apenas la penetre.

- Dios!! No, Rolando no me coge así! - respondió fogosa.

Me acople a su espectacular lo más que pude mientras con ambas manos le asia ambas tetas por detrás llevándola a un vaivén pervertido de dos bestias dándose placer intercambiando sudores, saliva, jugos vaginales y semen en una orgia de infidelidad de parte de la señorita.

Al cabo de unos minutos la voltee, la abrí de patas y recostada sobre el escritorio donde trabajaba, la poseí salvajemente mientras le decía:

- Ya ve señorita, cómo cogemos los divorciados?

- Si señor divorciado, cójame como mi novio no me coge ni nunca me cojera!

- Ay perrita, qué delicia de cuerpo tienes, eres una sucia, una guarra. Tu novio sabe lo que estás haciendo ahorita chiquita?

- No, no sabe nada don Jorge.

- Háblale chiquita, háblale por teléfono mientras te cojo - le dije mientras tomaba su celular y se lo puse en la mano. Háblale, prometo no hacer ruido.

- Qué?

Me incorporé del escritorio y la jale hacia el centro de la oficina, justo frente al espejo de cuerpo completo. Me arrodille frente a su coño voltee a verla y le dije: Háblale mientras te como la panocha. Y me fundí en un beso que simulaba comerme su panocha como un ostión lleno de limón y salsa valentina mientras ella coqueta saludaba a su novio viéndose en el espejo de cuerpo completo desnuda con un hombre maduro arrodillado ante ella cometiendo un delicioso adulterio adulterado y temerario.

La llamada fue breve pero terminó de convertirnos en dos animales buscando gozo.

Nos tiramos al suelo y allí mismo continué chupándole el clítoris y metiéndole dos dedos de forma vertiginosa mientras su concha hacia agua y yo le culeaba la boca salvajemente con la verga diciéndole: "Sácame la leche colombiana, sácame la leche!

Estallamos al mismo tiempo en un ultra orgasmo que me sacó del planeta por varios segundos expulsando abundantes grumos de placer por su linda cara, cuello, cabello y hombros.

Minutos más tarde nos incorporamos ya a doloridos del suelo. Le pedí no limpiarse mi semen y bajamos a la cocina desnudos para que le preparara un espagueti boloñesa y nos tomaremos una botella de un buen vino tinto. Su cara de satisfacción sexual adornada con gotas de abundante esperma sobre piel y cabello agasajaron mi vista durante la comida.

Terminando de comer la poseí nuevamente sobre la mesa del comedor dejando gotas de su venida sobre la mesa.

Nos dieron las 5pm, hora de fin de labores, y me ofrecí nuevamente a llevarla a la estación de tren.

Antes de bajarse le dije: "Te puedo pedir un favor?"

- Claro - dijo.

- Quiero que esta noche te cojas a tu novio, pero antes de hacerlo llámame por teléfono. Te quiero escuchar gozando estando en soledad.

(9,14)