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Travesuras entre dos: Primera vez

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Era un reciente matrimonio, de aproximadamente medio año y todo seguía siendo de maravilla para ambos, Karina y Alberto. Ambos compartían muchos gustos como el de mantenerse en forma, algo muy conveniente ya que ambos tenían un físico que acaparaba miradas tanto de chicas hacia Alberto como de chicos hacia su esposa, Karina.

Ambos se habían conocido en un curso que llevaron en la universidad y desde ahí empezaron su relación. Al principio Karina era muy religiosa y tímida por lo que rechazaba el sexo prematrimonial, apenas aceptaba algunos gestos y cariños de parte de su entonces novio. Alberto pasó a duras penas hasta que ella cedió. Una tarde, los padres de Karina habían salido a otra ciudad por una reunión urgente, pero ella no pudo acompañarlos por los exámenes en la universidad así que se quedó sola ahí. A sus padres no les gustó dejarla sola un par de días pero aceptaron y partieron.

Saliendo de sus exámenes, Alberto fue a recogerla y llevarla a su casa, algo muy común en ellos. Cuando llegaron estaban tan cansados que decidieron entrar a sentarse unos minutos. Alberto supo que no había nadie en su casa así que aprovechaba cada oportunidad en acercarse más y más a su novia. Ella se dio cuenta y le dijo:

- Ya te dijo que no lo haremos

- Pero no hay nadie y no tiene nada de malo. Ándale.

- No es no.

Aunque por fuera parezca estricta, ella se moría de ganas de hacerlo en ese momento. Toda su vida el tema de las relaciones sexuales era tabú y no sabía mucho de eso hasta que con la ayuda del internet iba descubriendo su intimidad y su lujuria. Estar en su casa, sin sus padres observándola y su novio al costado con una notable erección le hicieron efecto en sus bragas mojadas. Su novio pudo notarlo y le dio la señal de seguir insistiendo.

Con una mano la rodeó y contorneaba su figura. Iba subiendo y le dio un tierno beso. Ella le respondió y sus labios de juntaron por un gran momento. La mano derecha de Alberto ahora bajaba y tocaba los senos de su novia. Estaba con brasier y eso le impedía el contacto directo con su piel así que decidió bajar más sobando cada parte de su cuerpo hasta llegar al final de su blusa la cual levantó dejando al aire los maravillosos pechos. Karina estaba enrojecida y volteaba a ver otros lados.

Él tiró su blusa al piso y procedió a lamer la parte superior de los pechos de Karina. Ella dejó escapar un suspiro, nunca había sentido algo tan placentero en su pecho. Alberto, a pesar de ser la primera vez que lamía los senos de su novia, no era la primera vez que lo hacía por eso sabía algunas técnicas que podrían volver loca a Karina. Ahora desabrochaba la última prenda que los separaban y lo tiró encima de la blusa. Pudo ver los pezones ya duros de su novia, era una gran vista y se abalanzó a chuparlos. Karina se echó en el sofá cediendo más espacio. Sus respiraciones iban aumentando y ella lo abrazó acercándolo más apretando sus senos. Se notaba que le gustó la sensación.

Desde ese momento ella empezó a desinhibirse también, fue ella quien le sacó la camisa a su novio para rozar sus cuerpos desnudos. Alberto no dejaba ningún lugar libre y con sus manos masajeaba el seno que no estaba lamiendo. Fue demasiado hasta que ella ya no pudo resistir un orgasmo. Se avergonzó ya que su pantalón lucía mojado. Alberto la consoló y le dijo:

- Parece que tendremos que lavarlos

- Mmm… creo que sí ¿Me das una mano?

Y comenzó a quitárselos junto a sus bragas empapadas. Su novia quedaba echada boca arriba, sus senos erectos y lamidos con sus piernas abiertas sin ninguna prenda en frente de él, era muy excitante para cualquiera, pero no podía avanzar demasiado rápido por ahora así que empezó a lamerle el coño.

Karina no esperaba sentir tales cosas ahí abajo, era estar en el paraíso y dejaba escapar más gemidos que excitaban a la vez a su novio ahí abajo. Poco a poco, su vagina iba empezando a mojarse más y escurrían líquidos blanquecinos de ella que rápidamente su novio los chupaba. Así siguieron hasta el siguiente orgasmo. Esta vez ella se arqueó, no podía controlarse y lanzaba más líquidos mientras gritaba de placer por toda su casa. Cuando recuperó la compostura le dijo a su novio:

- Lo siento, te empapé todo. Ahora lo limpiaré

Alberto quedó sorprendido como cambió la actitud de su novia, pero no se quejó para nada. Ella se puso a cuatro patas y ahora él se recostó sobre el sofá y la dejó hacer lo que tenía que hacer. Empezó a quitarle sus pantalones quedándose en ropa interior con un marcado pene ahí. Ella le dio una mirada traviesa y acercó su mano abajo. Lo acariciaba encima de su ropa, pudo notar un poco mojado por partes así que decidió quitarle esa prenda también. Ahora ambos estaban desnudos. Karina vio el gran pene de su novio por primera vez, inmediatamente quiso saber a qué sabe así que acercó su boca y empezó a lamerlo despacio. Comenzó con la cabeza y poco a poco iba engullendo más y más el tallo del miembro de su novio. Dejó de lamer y empezó a chuparlo con todas sus fuerzas, a pesar de ser bastante grande y ser su primera vez, lograba chupar la gran parte de su pija. Seguía jugando con su nuevo juguete hasta que su novio la apartó.

- ¿Qué pasó? ¿No te gustó como lo hago?

- No es eso, si eyaculo ahora será difícil continuar

Karina aceptó, pero con su orgullo herido, seguía pensando que era porque no sabía chuparlo bien. Pero de inmediato su novio la hizo recostarse otra vez y abrió sus piernas. Ahora era el momento más esperado para Alberto e introdujo la cabeza de su pene en su novia. Ella dio un pequeño gemido, pero lo animó a seguir.

- Sigue, sigue no te quedes

- No te quiero lastimar

Iba introduciendo y sacando su pene poco a poco hasta que metió todo su pene dentro de ella con una gran embestida, eso le gusto demasiado a ella.

- Sí, así… Más, más…

Ahora empezó a embestirla más rápido ahora ya que su novia ya estaba acostumbrada a tenerlo adentro. Se la metía y volvía a meter con todas sus fuerzas. Karina gritaba de placer con cada embestida. Alberto aprovechaba para agarrar uno de sus senos que rebotaban de la acción. Estuvo metiéndoselo hasta que ella lo interrumpió:

- Dime algo sucio, rápido…

Eso descolocó a Alberto, no esperaba eso de su novia.

- ¿No escuchaste? Dime algo sucio

No la pensó más y le empezó a seguir el juego.

- Ya lo haré maldita perra

- Si…. Soy tu perra…

Eso les encendió más así que Alberto levantó a su novia y la apoyó en una mesa grande. En esa posición las penetradas iban más profundas y Karina disfrutaba más.

- Sí a eso me refería

- ¿Te gusta que te follen así perra? Gime más puta

La penetró así hasta que llegó el punto de acabar. La tomó de los brazos, la bajó de la mesa y la puso de rodillas frente a él. Ella supo lo que quería hacer y abrió la boca.

- Ábrela así perra

Y acto seguido disparó su semen hacia la boca de su novia. Ella trataba de lamer todo lo que podía y cuando acabó de lanzar semen volvió a chupar el pene exprimiendo todo lo que quedaba de ese líquido que anhelaba.

Alberto pensó en qué había convertido su novia o siempre se había controlado. Karina lo vio pensativo y le dijo:

- No te preocupes, eso querías que haga, no?

- Sí aunque no lo esperaba de esta forma

- No pienses en eso y mejor piensa que ahora me tienes a tu merced para hacer toda clase de guarradas. Ni se te ocurra decirme que no, ya empezamos ahora necesitaré encontrarme con tu amiguito más seguido.

Esa fue su primera vez. Próximamente se verá lo que es el ahora de ellos dos.

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