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Mis vecinas (3)

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Hola, hace tiempo que estoy tratando de continuar con mis relatos, pero por una cosa u otra siempre lo posponía.

Gracias por sus votos, me han mantenido en lo más alto, espero que les siga gustando esta vida entreverada que tuve.

Luego del encuentro con Paola, a escondidas de Patricia, la cosa estuvo bastante bien llevada, saliendo con las dos sin que una lo sepa. Pero todo tiene un final, Paola se cansó de andar de trampa y se ennovió con un flaco con el que años más tarde se casó y tuvieron un hijo. Con Pato seguimos viéndonos medio a escondidas por sus problemitas pasados y eso provocó que conociera a Lorena.

Volvía una noche de visitar a mi madre, cuando veo caminando una mina que tenía un terrible culo, pero terrible de verdad. Los jeans que llevaba parecía que iban a explotar, aunque de arriba no tenía mucho, no se la veía nada mal. Mientras ella caminaba varios autos se detenían a decirle cosas pero ninguno bajaba a encarar, cosa que me pareció una buena idea. Anduve un par de cuadras más y estacioné, me bajé y la esperé. Cuando estaba llegando a mi altura sencillamente le dije un "hola" y me acerqué a decirle que por lo visto todos paraban pero nadie era tan valiente para encararla, que eso me tenía que dar algunos puntos, y se rio y me contestó que era todo un valiente!! jaja, así que le pregunté si iba muy lejos, que la podía alcanzar y me respondió que le quedaban unas cuadras nomás y aceptó que la llevara. Ya en mi camioneta me dijo su nombre (Lorena) y antes de bajarse me pasó su número de celular. Nos dimos un beso en la mejilla y me fui pensando que tendría que haberla apurado un poquito para lograr algo más.

Pero, increíblemente antes de llegar a mi casa me llaman al celu y era Lorena, que tal? Me agradeció que la alcanzara y me dijo que iba a esperar mi llamado para hacer algo el finde. Golazo, realmente impensado que tremenda mina me hubiera dado bola así en la calle.

Dejé pasar un par de días y el viernes la llamé en la tarde para ver si quedábamos, a lo que me contestó que creía que ya no la iba a llamar. Y arreglamos para vernos esa noche; la pasé a buscar a un par de cuadras de su casa y fuimos a jugar pool al centro de mi ciudad. Ya con una cerveza encima arrancamos a los besos y después de ganarle 3 partidos de pool nos fuimos a casa a tomar la última... estaba que paraba todas las pijas, más de una mina la miraba celosa porque sus parejas no podían controlarse de mirarla. Divina, y le gustaba explotar al máximo el hecho de saber que su culo estaba alucinante. No me dormí en ningún momento, siempre la tuve para mí, comiéndole la boca y cuando podía le metía mano. Hasta que no aguantamos más y nos fuimos. Ya en casa, le serví una cervecita especial, receta de un amigo (base de vodka, y llenar el vaso con cerveza) no saben cómo pega, y ahí más la calentura que teníamos la ropa empezó a sobrar. Puse algo de música y a la cama, le abrí las piernas y cuando ella pensaba que me la iba a coger, le metí la lengua abriendo los labios menores y saboreando lo mojada que iba. Se desesperaba, me apretaba la cabeza contra ella y pedía que no parara. Con lo que siempre me gustó chupar conchas seguí en mi juego hasta que sentía como le bajaba ese juguito que buscaba y que llegó entre temblores de sus piernas y vientre. Al levantar la mirada veo su cara roja y con una sonrisa de oreja a oreja, y mientras ella pretendía devolverme el favor, me puse un condón y se la mandé toda adentro de esa cueva mojada. Hervía, y eso me daba más ganas de bombearla, cada vez con más ímpetu hasta que pensé que no iba a soportarlo más. Se la saqué y la puse en cuatro al borde de la cama así yo parado en el suelo tenía mejor resistencia y fuerza y le di con todo, ella se quejaba y pedía más. Se mojaba nuevamente hasta que casi no sentíamos nada de la abundante acabada que tuvo. Hicimos un parate, tiré el condón y ahí sí, me chupó la pija con muchas ganas. Estuvo dándole un buen rato y no le avisé nada y me acabé llenando esa boca lujuriosa. Le apreté la cabeza para que no pueda zafar y le obligué a tomarse todo. Y no anduvo con chiquitas, me dejó sequito y bien limpito. Luego un poco de charla, que por qué no le avisé que me acababa que igual se la iba a tomar ya que le encantaba hacerlo. Tomamos otra cerveza y empezamos de nuevo, solo que esta vez ella se puso arriba y cabalgó un rato hasta que sentía que me mojaba la base de la pija, que manera de acabarse que tenía, me encantaba. Le pedí la cola y me dijo que tratara pero si le dolía lo intentaríamos otro día. Y bue, mojé todo con gel, le fui abriendo el culo con un dedo y luego dos hasta llegar a meterle tres, mientras ella me acariciaba la pija que estaba bien dura y con mucho gel. Se puso ella en cuatro y de a poco empecé a metérsela; cuando se trancaba la sacaba para poner más gel y así fui metiendo todo el tronco hasta que mis huevos pegaron contra esas nalgas poderosas. Esperamos unos segundos y ella empezó a moverse adelante y atrás y yo empecé a entrar y salir primero lento y de a poco fui acelerando hasta estar a full los dos gimiendo y disfrutando de tan lindo agujero. Le di hasta que me cansé y en posición de misionero se la mandé de nuevo por esa concha caliente. Ahí aprovechaba a lamerle y morderle los pezones y las tetas, que como dije antes no eran del otro mundo pero estaban muy bien. Cuando estaba por acabar le avisé y ella me dijo que volviera a dejarle todo en la boca, que quería verme a los ojos mientras se tomaba todo. Casi sin tiempo fui hasta su boca y le dejé todo, y ella no dejaba de mirarme mientras saboreaba mi leche. Cuando terminó de limpiarme la pija nos fuimos al baño y nos dimos una ducha. Se quedó en casa el resto de la noche y por la mañana se fue a su casa.

En algún momento de la noche me comentó que trabajaba en un mini mercado, pero no quiso darme datos concretos de su ubicación, cosa que me llamó la atención pero no por eso dejé de darle mucho amor, jajaja.

Pasó el tiempo y seguí viéndome con Pato y también con Lorena aunque esta última era muy misteriosa, hasta que descubrí que su verdadero trabajo era en una casa de masajes, o sea amigos, que era prostituta, pero por alguna razón me dejaba que me la clavara gratis, y yo no iba a perder eso por lo que me mantuve sin decirle que sabía a lo que se dedicaba.

Tiempo más adelante me comentó que conmigo se acababa lo que no lograba con sus clientes por lo que quiso seguir viéndome sin decirme a lo que se dedicaba.

Años más tarde se fue a vivir y trabajar a España, y un día mirando en Facebook veo una Natalia que era ella, pero con tremendas tetas operadas, que en el conjunto con su hermoso culo quedaba espectacular. Así que investigué un poco en su perfil y por lo visto nunca se llamó Lorena, sino que era Natalia e incluso buscando en la web por su número celular aparecía una publicación como chica escort. Y pensar que yo me la cogía gratis...

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