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Silvia una pasión de adolescente

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Esto sucedió cuando tenía 26 años. Pero antes quiero hablarles sobre ella; Silvia, vivía al lado de casa, ella es 2 años menor que yo y nos criamos juntos. De chicos parecíamos hermanos, nos cuidábamos mutuamente y estábamos siempre juntos; a tal punto que el comentario del barrio era que con el tiempo terminaríamos casados, pero no fue así.

Ella se casó embarazada. Estaba enamorado de ella, pero no me animé a decírselo nunca, tal vez porque yo también la tomaba como mi hermana.

Después del casamiento nos veíamos de vez en cuando, dos o tres veces al año. Silvia fue madre de una nena y 3 años después de un nene. Hacia 3 años que me había mudado, con lo cual se distanció aún más nuestros encuentros porque vivíamos un tanto lejos y porque mis relaciones eran otras, mucho más cuando uno asume que mi tiempo con ella había pasado.

Un mes antes que esto pasase charlamos por teléfono, en la charla hubo algunas menciones de su parte comentando que las relaciones con su marido estaban algo distanciadas, que querían recomponerlas por ellos y los chicos

Un mes después, un sábado por la mañana, pasé cerca de su casa me desvié para saludarla, ella estaba por entrar a su casa cuando yo estacioné mi auto en la puerta. Nos saludamos efusivamente y entramos a su casa, al tiempo que decía:

S- Menos mal que me encontraste en la puerta, porque estoy sin luz, me dieron el teléfono de un electricista para llamarlo

G- Tenés algún desperfecto?

S- Si aquí hubo un fogonazo…

G- Déjame que lo vea…

Lo revise hubo un cortocircuito pero era de rápida solución, en la casa había cables, cinta pasa cables, en fin todo lo necesario para hacer el arreglo. Antes de empezar a hacer el trabajo eléctrico ella comenzó a cebar mate y me contaba su situación sentimental, su marido Marcelo se había llevado a los chicos de vacaciones, me dijo que estaban hablando con su marido para intentar recomponer la relación entre ambos, que él quiso que Silvia fuese de vacaciones también, pero ella prefirió quedarse para pensar bien que actitud tomarían.

La madre de Silvia vivía con ellos pero en esos días se había ido a la casa de Cris su otra hija, para ayudarla un poco.

Mientras hablábamos mis ojos no dejaban de mirarla, yo la quería y la deseaba de siempre, ella era hermosa y muy bien dotada físicamente así como estaba vestida se la veía sexy, sensual y provocativa.

Llevaba su cabello largo, revuelto y suelto de color castaño claro, ojos marrones, vivaces y grandes , cara redondeada, boca de labios carnosos y sensuales, llevaba aros y un vestido color salmón que me enloquecía, finos breteles, brazos al descubierto, el vestido entallado y apretado, con un escote generoso por el que asomaban las nacientes de sus senos redondos y de excelente tamaño, su espalda al descubierto hasta unos diez centímetros arriba de su cintura, llevaba además un pequeño volado de unos 5 cm a la altura de sus senos, con un largo de falda que finalizaba a unos 5 centímetros por encima de sus rodillas.

Silvia tenía muy buenas piernas, por detrás podía notarse su cola redondeada y paradita y que además marcaba su pequeñísima bombacha, tenía puesto sandalias de color salmón abiertas con un pequeño taco. Silvia media 1,65 m y sus medidas 97- 70- 93. Silvia estaba un par de kilitos por encima de su peso pero esto la hacía más seductora y atractiva.

A Silvia en nuestra adolescencia la había visto vestida, semi vestida, en bikini en fin de todas las maneras imaginables, sin embargo nunca la vi tan apetecible, tan sexy y tan deseada por mi como aquella vez.

Dejamos de tomar mate, yo hacía un rato que había empezado a trabajar, ella me pregunto qué quería almorzar y yo dije que nada, que hacía mucho calor para eso, por lo que comimos unos sándwiches de jamón y queso con cerveza.

Después del almuerzo, yo seguí con la instalación eléctrica y ella entró en la habitación, salió de ella y dijo:

S- Voy a regar las plantas, si no lo hago mamá me mata

G- Bueno (tartamudeando)

En ese momento sentí que el mundo retrocedía unos siete años, Silvia estaba vestida como en esa época, con una remerita celeste de finos breteles, que le quedaba tan ajustada como antes, sus senos parecían a punto de reventarla, sus pezones se marcaban en ella, la pancita un poco libre y un shorcito blanco muy ajustado y corto que no podían ocultar en su totalidad los cachetes de su cola, y sus magníficas piernas.

Ella fue al jardín y comenzó a regarlo, yo la miraba a través de la ventana, cuando se agachaba tomaba su short intentando bajarlo y tapar lo que el shorcito mostraba y lo que mis ojos veían y degustaban.

Estar con ella a solas, verla así vestida como en la adolescencia, hizo que sintiese que el paso del tiempo no hizo disminuir mis deseos por Silvia, todo en ella me atraía y me seducía, sus miradas, su cuerpo sus caprichitos, su dulzura y su manera dulce de provocar

Un rato después salí al jardín y dije:

G- Te queda muy bonita esa ropa, es la que usabas cuando eras soltera

S- Si… antes no me apretaba tanto... señal que engorde un poco

G- Para mí estas perfecta, sexy, hermosa y apetecible como siempre como cuando estabas con esa ropita en la vereda, volvías loco a los chabones que pasaban con el auto, te piropeaban y te comían con la mirada

S-En estos momentos tu piropo me levanta la autoestima… te acordes cuando en el barrio todos decían que íbamos a ser novios y nos íbamos a casar…

G- Te acordás cuando estábamos en la camioneta de Rosi y te tiraste sobre mí y me besaste en la boca

S- por supuesto como me voy a olvidar lo que pasó ese día

G-No sé porque no me animé a decirte que te amaba

S- Si fuimos dos chiquilines idiotas

G- Nos creímos eso que decían tu mamá y la mía de que éramos como hermanos.

S- No nos rebelamos, si lo hubiésemos hecho todo tal vez sería muy distinto Tal vez ahora sería tu esposa.

La tomé por detrás, sujetándola por la cintura, apoyé mi cuerpo contra el suyo y mi pene endureció por completo, mi cuerpo se estremeció al tomar contacto con el suyo, su boca gimió profundamente, y dijo:

S- Ay Gaby…

Su cola se refregaba por mi pene, mi boca besaba su cuello, su oreja y la pellizcaba con mis labios, mientras con suave voz le decía cuanto la deseaba, cuanto la amaba.

Luego mis manos dejaron su cintura y la sujete tomándola por los senos mis manos sentían sus pezones firmes y erguidos, la chuponee en el cuello, ella gemía excitada.

Y entonces, mientras no dejaba de besarla, baje los breteles de su remera, para luego bajarla liberando sus senos, mis manos sentían y gozaban su firmeza, su redondez, sentir su piel suave y tersa me excitó aún más, y la besaba en el cuello con más deseos.

Después giró, paso sus manos por mi cuello me miró con dulzura y dijo:

S- Siempre te desee, siempre quise estar así en tus brazos y unir mi boca con la tuya, como aquella vez cuando te besé en la boca.

Nos besamos con inmensa pasión, la sujete tomándola por la cola, me excitaron sobremanera la redondez y la firmeza de sus nalgas, mientras ella se frotaba sobre mi pene endurecido debajo del pantalón, mientras esto sucedía ella con su respiración entrecortada y sus gemidos desabotonaba mi camisa, y empezó a besar, acariciar y lamer mi tórax, y yo vibraba de placer.

Luego ella giró y se quitó la remera dándome la espalda, a la que besé y chuponee suavemente, mientras mis manos acariciaban sus adorables senos me senté en el borde de la pequeña piscina, la giré y chuponee su vientre de manera suave y apasionadamente mientras la tenía por las caderas.

Silvia no paraba de gemir y de repetir que me amaba, ella tomó mi rostro con sus manos y me beso desesperadamente en la boca, mientras tanto yo bajaba su short, me arrodille delante de ella , acariciaba su cuerpo y al mismo tiempo que bajaba su short besaba cada centímetro de piel que desnudaba, así hasta que mis labios besaron apasionadamente sus labios vaginales y un concierto de gemidos nació de su boca, luego mi lengua se deslizó por ellos para luego introducirse dentro de su vagina para saborear los líquidos de su vagina depilada luego de eso sus manos aferraron mis cabellos y su cuerpo se sacudió en un apoteótico e interminable orgasmo, luego subí en busca de sus carnosos labios y nos besamos con pasión.

Luego ella se agachó y se arrodilló, la ayudé a bajar mi pantalón, como no llevaba ropa interior mi endurecido pene quedó expuesto, ella lo acarició con sus manos, mientras su lengua lo lamia. Mi boca gemía, mi mano acariciaba su cabello y su lengua ardiente recorría mi pene, lo sujetó con una de sus manos y lo introdujo en su boca y comenzó a lamerlo, con mucha pasión y con muchos deseos hasta apoderarse totalmente de él, lo tuvo en su boca saboreándolo varios minutos hasta que su boca recibió el torrente de cálido semen tan deseado por ambos.

Luego me acomodé al borde de la pileta de natación, abrí mis piernas, ella abrió las suyas y lentamente su vagina fue adueñándose de mi pene, que se introdujo fácilmente en ella ya que su vagina estaba súper lubricada, se sentó sobre mí, yo la tome por las caderas y nalgas, ella con sus manos en mi cuello y mi boca saboreaba con lamidas y chupones sus senos, sus pezones erguidos, mientras su boca decía:

S- Ay Gaby jamás me hubiese perdonado no animarme a esto, es lo más hermoso que me pasó en la vida, nunca me sentí así.

G- Vos sos hermosa te amo Silvia

La sujete firmemente por la cintura y ella en medio de alaridos de placer empezó a cabalgarme, mientras yo saboreaba con mi boca sus endurecidos pezones, ella no paraba de gemir y gritar, nuestros cuerpos estaban poseídos por el deseo y la pasión, y no se pudieron contener, su cuerpo estalló en miles de convulsiones, mientras mi pene lanzaba dentro de su vagina torrentes de semen, y nuestras bocas se unían en un interminable y apasionado beso de lengua.

Cuando nos calmamos ella salió de mi pene, lo besó y dijo

S- No voy a desperdiciar ni una sola gota de este delicioso semen, lo quiero todo para mí

G- Es todo tuyo

Se agachó y lo lamió, lo besó y chupo todo el semen que había en él, nos besamos en la boca, se acomodó mejor y siguió lamiendo mi pene, me miró y dijo

S- Adoro esta pija, ahora viviría chupándola a cada rato

G- Todas las veces que quieras, sos maravillosa, hoy es el mejor día de mi vida… te amo Silvia.

Y la siguió lamiendo un tiempo más. Luego nos incorporamos, nos entrelazamos y ella dijo:

S- Vamos

En el camino sacó un tallón y lo extendió sobre el césped donde comenzaba a dar sombra la pared del vecino.

Silvia se acostó sobre el tallón, yo sobre ella, nos besamos con deseo y pasión, luego bese su cuello, sus senos, sus pezones, su tórax, y por último su concha, en medio de sus gritos y gemidos de placer, mientras su ardiente cuerpo se contorsionaba bajo mis brazos.

Ella abrió sus piernas y yo volví a entregarle mi pene, su vagina estaba muy excitada, y mi pene entraba y salía de ella con suma facilidad, ella gemía constantemente, luego de varios minutos ella se puso en 4, yo me arrodillé y me ubique detrás y volví a introducir mi pene en su caliente vagina, mis manos la sujetaron por la cintura y caderas y la penetre con mayor enjundia, ella gritaba, gemía y su boquita casi como una súplica dijo:

S- No doy más, quiero volver a acabar junto a vos… dame tu lechita

G- Enseguida va a ser tuya

Bombee con más fuerza yo también deseaba volver a acabar dentro suyo, me volvía loco sentirla tan putita, y volvimos a tener un orgasmo juntos, nuestros cuerpos convulsionaron al mismo tiempo y su vagina se inundó con mi ardiente semen.

Cuando nuestros cuerpos se aquietaron, volvimos a besarnos y acariciarnos, yo me quede en su casa ese fin de semana, volvimos a tener sexo varias veces.

Nuestras relaciones sexuales fueron cortas, duraron apenas 10 días, ella volvió a rehacer su vida con el marido, yo me aleje sentimentalmente de ella, nos seguimos viendo pero lo que paso esos días quedo en algo íntimo, pero que nunca más se volvió a hablar del tema, casi a punto tal que pareció como si nunca hubiese ocurrido, pero ambos sabemos que si pasó y que fue maravilloso, porque además cumplimos nuestro deseo reprimido. Cada tanto nos vemos pero todo quedó en eso

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