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Mi tía y yo (primera parte)

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Mi tía se llama Daneline, es una mujer muy hermosa, blanca, cabello castaño, con pechos pequeños pero unas nalgas muy firmes y lindas.

Mi tío y ella tenían muchas discusiones en su relación, algo normal que pasa en todas las parejas pero ella no lo soportaba. Cada vez era más y más fuerte, ella se deprimía mucho y yo no me metía en nada, hasta que un día tuvieron una discusión muy fuerte y mi tío se fue y dejo a mi tía sola. Yo estaba en la casa así que pude escuchar todo, ni siquiera les importo que yo estuviera ahí. Dane se encerró en su cuarto, yo veía tele en la sala y la verdad me sentía mal por ella así que fue a verla. Toque y abrí la puerta, y ahí estaba ella, quería llorar pero trataba de no hacerlo, no quería que la viera llorar. Me senté a lado de ella, abrazándola y besándole la mejilla mientras le decía:

-¿estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo?

-no, estoy bien. Gracias.

Claramente note que no quería hablar, pero no podía dejarla así, entonces le dije:

- Tranquila, yo estoy contigo. No quiero que te sientas así.

Me abrazo mientras las lágrimas le caían de los ojos. Realmente me sentía mal por ella, y no la consolaba para poder acostarme con ella, aunque si quería. Sin embargo pensé que tal vez, al ayudarla lograría que tuviéramos sexo. Días mas tarde, ellos seguían discutiendo, pero a mi tía parecía que ya no le importaba tanto, cada vez que mi tío salía y mi tía y yo nos quedábamos solos ella trataba de acercarse a mí. Ella después de bañarse solía ir a su cuarto a vestirse y no en el baño o bueno eso podía notar cuando yo estaba con ella, prácticamente estaba desnuda, solo se ponía una toalla en la cabeza y en su cuerpo, que apenas le cubría de los senos hasta la mitad de las piernas. No le tomaba mucha importancia, ya que todo eso lo hacía aunque hubiera otras personas en la casa, como mi abuela o mi primo, pero cuando solo estábamos ella y yo a solas se ponía más intenso. Un día, mientras yo jugaba videojuegos ella se bañaba, pero yo no me había dado cuenta. Fui al baño, quería orinar y justo en ese momento había terminado de bañarse y abrió la puerta, pero esta vez no tenía la toalla, apenas se la estaba poniendo. Pude notar su hermoso cuerpo, sus pechos y su vagina perfecta con un poco de vello. Me sorprendí y le dije:

- Lo siento tía, no sabía que...

- aaahh! no, no, no... No importa...

Ni ella ni yo sabíamos que decir, así que simplemente me di la vuelta y me fui. Estaba tan excitado, mi pene estaba completamente duro, tenía que masturbarme así que apenas ella entro a su cuarto yo me metí al baño, hasta las ganas de orinar desaparecieron. Desde ese día sabía que tenía que hacer algo para que ella estuviera a mi disposición, para darle algo que mi tío nunca le dio. Darle placer y hacerla sentir como una verdadera mujer.

Continuara...

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