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Un nuevo vecino en el barrio (7)

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-Sí, me parece que quedó perfecto, a ver, leelo… -le pidió el señor Abelardo…

-“Chico pasivo, 18 años, para señores mayores de 60. No es arancelado.”

-Genial… Y agregamos mi mail para que escriban ahí…

-Dale y ahora le tomamos un par de fotos al nene para agregarlas…

-Ya mismo… Vení, Jorgito… -me dijo el señor Genaro mientras preparaba su celular para fotografiarme…

Decidieron que en una foto se me viera la cara hasta los hombros, en la segunda que yo estuviera en cuatro patas, exhibiendo el culo de espaldas a la cámara y mirándola por sobre el hombre izquierdo… La ultima fue conmigo de pie, mostrando mi cintura, caderas y piernas…

-Poné cara de lo que sos, nene, poné cara de putito… -me indicó el señor Genaro… -A ver, entorná un poquito los ojos… ¡Eso, así!... Entreabrí los labios y sacá un poco la lengüita… ¡Muy bien, Jorgito!... Quedate así…

Posé muy excitado, imaginando que un montón de viejos se calentaban con las fotos y empezaban a llamar…

-Bueno, Genaro, subamos el aviso con esas fotos y esperemos que haya muchos viejos bufarrones como nosotros… -se esperanzó el señor Abelardo y los dos lanzaron una carcajada…

Cuando terminaron de mandar el aviso se lanzaron los dos sobre mí y empezó una nueva sesión de sexo…

En cuatro patas mamé la verga del señor Genaro mientras el señor Abelardo me penetraba… Tragué toda la lechita sintiendo en el fondo de mi culo los varios chorros de semen del señor Abelardo…

¡Son cogedores formidables!...

Los resultados del aviso no se hicieron esperar… Qué alegría sentí cuando llevado por la ansiedad fui al día siguiente a lo del Señor Abelardo directamente desde el colegio, sin pasar por mi casa…

Ahí estaba también el señor Genaro y ambos me recibieron entusiasmados:

-¡Ponete contento, Jorgito!

-¡Sí, ya escribieron varios!

-Hay uno que dice que se le pone la pija dura de solamente mirar tus fotos…

-Uno de ochenta años dice que ya no se le para pero que igual quiere que se la chupes…

-Ay, sí… dije sintiendo el intenso morbo que me daba pensar en chupar una verga muerta de un viejo de ochenta… “También le voy a lamer los huevos”, pensé…

-Ya empezamos a dar turno, putito, porque son muchos, unos diez por ahora… Mañana vienen dos, así que sumados a nosotros te vas a comer cuatro vergas…

-¡Sí, sí! ¡Cuantas más sean, mejor! –dije muy excitado y cada vez más putito…

-Venite directamente desde el colegio, porque al primero le dimos turno a las dos de la tarde…

-Sí, señor Genaro…

-Compré una pera para enemas. –me sorprendió el señor Abelardo. –A partir de ahora antes de que empieces a tragar vergas te vamos a limpiar bien el culito. No quiero sorpresas.

-Lo que usted diga, señor Abelardo… -dije y me pregunté cómo sería la sensación de que el culo se está llenando de agua… Además, me encantó darme cuenta de que cada vez más sometido a las decisiones de ellos, que me dominan cada vez más y que eso me excita… ¡Soy muy sumiso! ¡tan sumiso como putito!... Adoro que me den órdenes y obedecer… Adoro eso tanto como una buena verga que me suelte su lechita en la boca y en el culo…

No sé cómo haría para vivir sin eso… ¡No! ¡no podría!...

Esa noche casi no dormí pensando en el día siguiente, cuando me pusieran la enema, cuando empezaran a llegar esos viejos… ¡Soy una perra en celo!...

(continuará)

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