Nuevos relatos publicados: 13

Noche fatal

  • 14
  • 9.681
  • 9,36 (14 Val.)
  • 0

Hola quiero disculparme por este tiempo de ausencia pero he tenido algunos inconvenientes que me hicieron alejarme de la escritura, espero que les guste la continuación de mis traumáticas experiencias.

El día de hoy les contare un poco de lo que pasó después de aquella noche cuando me inicié en esa difícil vida de tener que cobrar por sexo, mientras que muchas veces lo hice por placer, desde esa primera noche tuve que pasar por muchas situaciones donde me sentí usado y sin más valor que el monetario, mientras que aquel señor que fingía ayudarme conseguía tantos clientes que en pocos días me sentí arto del sexo.

Pocas noches disfruté, pero muchas otras solo padecí la falta de humanidad de aquellos hombres que solo buscaban con quien saciar sus deseos sin importarles si me dolía o sentía algún placer, mientras que aquel señor que decía ayudarme solo quería más y más dinero, poco cambió mi situación yo seguía muy limitado de dinero apenas juntaba un poco para enviarle a mis padres, algunos días salía a buscar empleo pero siempre con el mismo resultado.

No había algo bueno para mí por mi falta de estudios académicos, al llegar a casa lo primero que escuchaba solo era que ya no perdiera el tiempo buscando empleos, que ya sabía cuál era mi trabajo y que mejor me preparara para mi cliente de la noche en turno, aquel hombre bondadoso que conocí aquella mañana en el metro poco a poco fue desapareciendo, quedando en su lugar uno al cual solo le importaba cobrarme su parte de cada cliente,

Mas todo lo que consumía estando en su casa, quedándose con más de la mitad de lo que yo ganaba cada noche, además de que cuando él quería yo tenía que entrar a su cama sin recibir nada a cambio, me sentía atrapado por un lado recordaba lo que fue pasar aquella noche en la calle y me juraba no volver a pasar algo así otra vez, mientras que por otro al no encontrar ningún trabajo sentía que no tenía otra opción más que aguantar mi situación.

Pasó medio año en el cual perdí la cuenta de los hombres con los que tuve que estar, poco a poco contra todo lo que tenía que aguantar logré ahorrar algo de dinero sin dejar de enviarle a mis padres ni dejar de pagarle a ese hombre sus excesivos cobros, mientras que el vestía bien y hasta un carro se compró, algunas noches tuve que ir a hoteles o casas donde me esperaban los clientes pero donde tenía que soportar golpes e insultos.

Pero una noche todo cambió para mi, una vez más tuve que volver a una realidad que yo creía superada, esa tarde llegó el señor como le decía para decirme que me arreglara para esa noche que tenía que ir con un cliente muy especial, que me esmerara más de lo normal y que a las ocho de la noche llegaría un taxi por mí para llevarme a su casa, que me iba a pagar mucho dinero pero que tenía que pasar toda la noche allá que me llevara un cambio de ropa.

Así lo hice me arreglé lo mejor que pude siguiendo las instrucciones del señor, para mi era una noche más donde pasaría lo de siempre, ya nada me asustaba o eso creía yo al menos, llegó el momento de irme, el taxi llegó puntual no era la primera vez que él iba por mi, era amigo del señor así que él ya sabía a dónde me llevaría cosa que yo ignoraba pero ya era normal, se me hizo muy extraño que después de un rato en el taxi se dirigió a las afueras de la ciudad.

Pero no dije nada ya iban casi dos horas cuando tomó rumbo a un camino en muy mal estado donde al carro se le complicaba mucho pasar pero siguió, no había ni una casa solo bosque y oscuridad, hasta que unos kilómetros adelante empezaron a aparecer algunas casas una tan alejada de otra que no creo que se conocieran mucho entre los que vivían ahí el taxi siguió un rato más hasta llegar a la última casa diciéndome ahí es la puerta está abierta.

Entra yo vengo por ti mañana a las once de la mañana, no había más luz que la del taxi que esperaba a que entrara para irse, era muy extraño que esa era la única casa que no tenía luz eléctrica, entré despacio solo diciendo buenas noches pero no tuve respuesta, la casa estaba alumbrada con velas era una gran cabaña de madera solo con algunos muebles, volví a repetir buenas noches y una voz tras de mi me dijo no me mires.

Yo instintivamente giré la cabeza a donde escuché la voz pero un grito de que no me mires me hizo regresar la mirada al frente, no alcancé a ver quién era pero tenía una voz grave, se acercó asía mí y me ordenó cerrar los ojos, yo no entendía nada pero el de un grito me hizo reaccionar, mi corazón empezó a latir muy rápido cerré los ojos mientras sentía como se me acercaba, de pronto me cubrió los ojos con algo mientras que mi corazón estaba a punto de salirse.

Me tomó de la mano casi a jalones para llevarme a no sé dónde solo se escuchaba el viejo piso de madera rechinar mientras avanzábamos, unos metros después se detuvo diciéndome quédate aquí, mientras se escuchaban como cadenas después me tomó una mano y sentí como me sujetaba la muñeca con algo como una correa, después la otra mientras que yo no sabía ni que hacer tenía mucho miedo pero no dije nada.

Él tampoco decía nada hasta que rompió el silencio diciendo abre la boca, yo ya sabía para donde iba todo esto ya una vez lo viví y fue una de las noches más tormentosas de mi vida, los recuerdos volvieron a mi cabeza pero antes de poder decir algo el metió en mi boca una especie de bola sujetándola por atrás con una correa, casi de inmediato sentí un jalón en mis manos asía arria y mis pies se levantaron del piso dejándome colgado.

No era mucho pero si lo suficiente para no tocar el piso, sin decir más me quitó lo que cubría mis ojos, poco a poco los abrí aunque la luz solo eran muchas velas me lastimaban los ojos, lo primero que vi me sorprendió mucho era el con una máscara de cuero negra un pantalón y botas igual con el torso desnudo, solo se miraban sus ojos brillantes pero al verlo mejor me aterró ver que tenía gran parte del pecho y cuello con quemaduras.

El notó mi reacción al darme cuenta preguntándome de inmediato si me daba asco pero al ver que no reaccionaba me lo volvió a preguntar con un grito, con la cabeza le dije que no pero no me creyó, se detuvo un rato a observarme para luego despacio comenzar a quitarse la máscara, no pude evitar mirarlo con horror era impresionante verlo quemado hasta la cabeza, se acercó a mi cara mientras yo intentaba no mirarlo.

Empecé a temblar mientras el comenzó a lamer mi cara, su aliento era desagradable mi miedo era más fuerte cada segundo, de pronto se alejó hasta una mesa donde tenía varias cosas, tomando un cuchillo muy grande, pensé que era mi fin mientras él se acercó hasta mi, con mucha habilidad tomó mi chamarra para comenzar a cortarla en partes donde se sostenía a mi cuerpo, después siguió con mi playera dejándolas inservibles ahora entendía el cambio de ropa.

De pronto se agachó para clavar el cuchillo en el piso incorporándose de inmediato para desabrochar mi cinturón luego mi pantalón que cayó hasta mis rodillas, después me desamarró los tenis para quitármelos, después tomó mi bóxer bajándolo de un jalón sacándolo junto con mi pantalón por ultimo me quitó los calcetines dejándome totalmente desnudo frente a él, se puso de pie para recorrerme con la mirada de arriba abajo.

Se volvió a acercar a la mesa para tomar una vara delgada de madera diciendo, ahora si me vas a tener miedo, se acercó a mi dio una vuelta a mi alrededor y sin más me dio el primer golpe en mis nalgas, yo sentí más ardor que dolor pero no tuve ni tiempo de pensar en lo que sentí cuando llegó el segundo, tercero hasta que perdí la cuenta, mis gritos se ahogaban con la mordaza mientras que no podía dejar de llorar como un niño.

Se detuvo hasta que se cansó mientras yo me sacudía del dolor, de pronto acercó su cara a mis nalgas para lamer mis heridas provocándome más dolor, después se puso frente a mi con esa misma vara me dio dos golpes más en las piernas que me hicieron retorcer del dolor pero el solo se reía, me sentía destrozado con mil recuerdos en mi mente preguntándome porque a mí porque tuve que pasar por todo esto.

Pero él no me daba tiempo ni de pensar en las respuestas, por cierto él era un hombre de 1.70 más o menos un poco gordo muy fuerte en fin lo demás ya lo dije, se quedó frente a mi mirándome un rato mientras yo lo miraba con lágrimas en mis ojos, pero el parecía muy contento al verme ya que se reía al verme en esa situación, mientras yo no podía dejar de llorar y temblar, él se acercó una vez más a esa mesa donde tenía todos esos artículos del dolor.

Tomó unas pinzas como las que se usan para poner la ropa a secar, se acercó a mí con esa sonrisa burlona, de inmediato me di cuenta lo que pretendía así que cuando se acercó a mi intenté patearlo pero de inmediato detuvo mi pie derecho con su mano apretándolo con fuerza, me sujetó con fuerza casi en su axila y sin dejarme reaccionar puso una de las pinzas en mis testículos, el dolor fue insoportable, me hizo retorcerme del dolor mientras un grito se ahogaba en mi boca.

Sin perder tiempo puso otro en mi pene mientras yo aún no me recuperaba del dolor, ya no sabía que me dolía más, si mis nalgas, mis piernas, mis testículos o los brazos por estar colgado tanto tiempo, con gusto hubiera preferido volver a pasar esa primera noche con don José a cambio de no pasar lo que estaba pasando, el me soltó para de nuevo volverme a observar como planeando su siguiente paso mientras yo moría de dolor.

De nuevo se aceró a esa mesa donde tenía todas esas cosas mientras yo miraba aterrado lo que iba a tomar, al ver que tomaba una cadena me quedé expectante y aterrado sabía que era capaz de cualquier cosa, pero se acercó al mecanismo que levantaba la cadena que me sostenía para bajarme, pensé que si me soltaba intentaría escapar pero al tocar el piso me di cuenta que mis pies no me sostenían sino hubiera sido por la cadena que me sostenía hubiera caído en el piso.

Él se acercó a mí para desengancharme de la cadena sin quitarme las correas que ataban mis manos las enganchó a la otra cadena, casi caía al piso pero él me sostuvo, me dijo que caminara hacia otra mesa vacía que tenía ahí pero me era muy difícil moverme, casi cargado por el me fui acercando hasta llegar ahí, me deje caer en la mesa mientras intentaba sostenerme con las piernas para no caer mientras el aseguraba la cadena a la pared.

Quedando atravesado a lo largo de la mesa el jaló un poco de la cadena haciéndome despegar los pies del piso, quedé inmóvil prácticamente expuesto a él y sin poder observar lo que iba hacer, sin esperarlo sentí algo muy caliente sobre mi espalda, era la cera caliente de una vela que caía por toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas donde me hizo revolcarme de nuevo por el dolor, la mesa se movía con mis movimientos.

Mientras su risa se escuchaba con tanta malicia que me hacía pensar que no iba a salir con vida de ahí, después de un rato de no hacer nada empecé a sentir algo frio recorrer entre mis nalgas, lo movía de arriba abajo muy lento hasta que lo empezó a meter con fuerza provocándome dolor, sentía como entraba cada vez más mientras él se reía, cuando él pensó que ya era suficiente empezó a moverlo de adentro a afuera cada vez más rápido.

Estuvo así por un largo rato tal vez esperaba que yo sintiera algo pero la verdad ni cuando el dolor desapareció sentí algo, sin que me lo esperara el sacó ese artefacto que más tarde supe que era una vela, después de un rato sin hacer nada volví a sentir que algo recorría entre mis nalgas pero esta vez era algo caliente, no había dudas de que esta vez era su pene el que buscaba entrar en mi interior, lo acomodó y tomó mi pierna izquierda para levantarla.

Mientras empecé a sentir como iba entrando en mí, tomó mi otra pierna levantándola justo en sus caderas comenzó a empujar suave muy lento, hasta introducirlo por completo sin provocarme ningún dolor, empezando sin detenerse en ningún momento a meter y sacar cada vez con más ritmo, siguió así por un rato pero la verdad yo estaba aún muy concentrado en el dolor como para intentar sentir algo mas con sus movimientos.

De pronto él se detuvo sacándolo sin que me lo esperara de un solo movimiento me hizo girar boca arriba, al verlo así con esa cara de placer no sé qué sentí, de nuevo volvió a mí una vieja costumbre de quererme poner en su lugar y pensé que debía ser muy difícil para el vivir así sin podérsele acercar a la gente por su aspecto así que decidí tratar de hacerlo sentir bien, intenté sonreír como si aprobara todo lo que él hacia pero él ni se sorprendió.

Levantó mis piernas haciendo que casi mis rodillas tocaran mi pecho volviendo a acomodar su pene para de un empujón meterlo hasta el fondo haciéndome dar un gemido de molestia, sin darme cuenta las pinzas se habían caído con tanto movimiento mientras el volvió con su mete y saca que hacían que sus ojos se perdieran siguió así por un largo rato mientras yo seguía tratando de encontrar la manera de que pensara que no me desagradaba.

Pero así sin poderme mover ni hablar era imposible así que solo seguí atento a lo que hacía se detuvo un instante solo para pasar mis pies a sus hombros, este era el momento perfecto para intentar hacerlo sentir que no me desagradaba, con mi pie izquierdo comencé a acariciar despacio su cara, no sabía que esperar de él pero su reacción fue de aceptación a ver que el mismo tomó mis pies con sus manos y recorrió desde su cara hasta su pecho con ellos.

Estoy loco lo sé, pero me sentí con un poco de alegría al verlo que le agradaban mis acciones cada vez intensificaba su ritmo empezando a gemir cada vez más rápido, yo no logré sentir nada pero me sentía bien no se ni porque al verlo sentirse bien, casi de inmediato se vino dentro de mi dando fuertes gemidos que más bien parecían gritos, no sé cuánto tiempo estuve ahí pero al ver entre la madera entraba un poco de luz de la mañana.

Aun no estaba seguro si todo había terminado pero tenía la esperanza de que así fuera, sacó su pene se subió al pantalón para después ir por su máscara, salió de la habitación dejándome solo ahí amarrado y sin saber que pasaría conmigo, por mi mente cruzaban miles de ideas como que tal vez el ya no me dejaría ir o tal vez no salía con vida así hasta que el volvió soltándome de inmediato sin decir nada, como pude me levanté.

Me sentía débil, cansado, adolorido, busqué mi mochila que no sabía ni donde quedó saqué ropa limpia con mucho dolor me acomodé el pantalón para luego terminar de vestirme, ya ni volví por la ropa que me quitó al fin que no llevaba nada, él se asomó solo para lanzarme un fajo de billetes mientras el taxi llegó a la hora acordada me subí para alejarme sin mirar atrás.

Ya en el camino el señor del taxi me dijo perdón si me meto en lo que no me importa pero ya deberías de dejar a ese viejo que solo te está explotando, mira cómo te dejaron y el solo recibiendo dinero, hasta que te maten te va a dejar en paz, solo dije si gracias sin volver a hablar todo el camino llegamos a la casa, al entrar vi que no había nadie así que decidí tomar el consejo del taxista escribí una carta de despedida que más bien fue de reclamos.

Guardé mis cosas con mucho trabajo me di una ducha para luego salir a tomar un taxi e irme, me fui a tomar el primer autobús a mi pueblo y al llegar me recibió mi madre muy contenta, más de un año lejos me hizo ver lo difícil que es vivir en la ciudad que una vez más me volvió a comer entero.

Mi historia con el quemado como le diré no terminó esa noche pero esa la contaré otro día.

Gracias por leerme espero no decepcionarlos y perdón por la espera.

(9,36)