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Mi vecina tentadora

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Soy estudiante, tengo 21 años, y no sabía que un día iba a tener una vecina que viviría en frente de mi casa, ella vestía pequeños shorts o falditas, tenía un enamorado conviviendo, pero a mí eso no me interesaba, sólo soñaba con penetrar esas nalguitas, y correrme en esas tetitas redondas, era flaca y alta, de hermosas piernas y un trasero de modelo, su carita era hermosa y angelical, pero sus pies me mataban al ponerse esas sandalias, con su minifalda.

Su novio venía una vez a los cuatro meses, pero al parecer, no le cumplía, porque ella todo el tiempo paraba coqueta, ella sabía que yo la espiaba, y se agachaba de espaldas con sus leggins al verme.

Yo esperaba el momento correcto para salir con ella juntos al paradero de buses, para ir a follarmela a otro lado, pero eso jamás ocurrió.

Un día ella vestía una minifalda guinda oscura, y un polito negro que parecía sostén, llevaba unas sandalias negras, y un sujetador de cabello con una flor en un lado. Salía a comprar, y justo yo salía a estudiar, un día antes su novio había viajado nuevamente a trabajar, ella me miró, y empezó a caminar lento.

Llegamos al paradero de buses, ella sube y yo tras de ella, el bus estaba lleno, y nosotros íbamos de pie, ella estaba sujetada del manubrio en el techo, yo estaba tras de ella, había demasiada gente, y estaba demasiado ajustado en el bus, ella empezó a mover su trasero como para excitarme, yo no lo creía, pensé que estaba alucinando, pero no pude contenerme al sentir esas nalguitas jugar con mi pene, ella seguía, y con los saltos que daba el bus al caer en bache, golpeaba su culo en mis piernas, estaba demasiado excitado .

-¿Hola, sabes dónde puedo comprar unas pastillas? es que tengo dolor de cabeza. -dijo ella.

-Si claro, te acompaño -dije.

-Muchas gracias -dijo ella mordiendo su labio.

Estaba ella jugando con su cabello, y me miraba de rato en rato, y estaba detrás de ella y en eso el bus frena bruscamente y ella se cae contra un asiento, se había golpeado su pie, y no podía caminar.

-Que tienes imbécil, aprende a conducir, ayúdame por favor -dijo ella gritando al conductor y pidiéndome ayuda.

Bajamos del bus, y ella no podía caminar.

-Vamos a un hospital -dije.

-No, vamos a la farmacia, y nos vamos a mi casa para que me cure, porque en el hospital me harán esperar mucho, y si es clínica va a ser muy caro. -dijo ella.

Compramos las pastillas y pomadas para su pierna, no podía resistir el dolor ella, y terminamos entrando a un hospedaje para que le aplicará la pomada, pagué el hospedaje, y entramos a una habitación, yo la cargaba, y ella se quejaba. Entramos y la recosté en la cama, saque los medicamentos y empecé a leer como aplicarlos, había una crema o pomada que tenía que aplicarle en la zona del golpe, ella se levantó la faldita y me autorizó para que le aplicará la pomada en las piernas, me puse a pensar que el golpe era en una sola pierna, pero ella quería que le aplicará en las dos, se sentó, y empecé a acariciar sus piernas, eran extremadamente suaves y bellas, morenas, ella me miraba con una mirada tentadora, mi pene quedó erecto al instante.

-Quiero que me acaricies más, el golpe es más arriba -dijo ella tomando una mano mía.

Me condujo acerca de su vaginita, ella quería que le empezará a frotar más rápido y se recostó piernas abiertas, yo seguía acariciando sus piernas, estaban calientes y suaves, pero mi pene ya no podía soportarlo.

Ella estaba con las piernas abiertas, su calzoncito era decente, de color blanco, era tela o algodón su braguita.

Ella empezó a deslizar su braguita, y se la empezó a quitar, me vine en mis pantalones al instante, su vagina estaba bien cuidada, y no poseía pelos, estaba súper cerrada, no lo pensé dos veces, le baje los calzones, y le empecé a besar los labios, ella me correspondía, y me metía su lengua, me comía su cuello, ella empezaba a desabrochar mi cinturón, y me quito el pantalón, de un salto se paró y se puso de rodillas, sonriente tomó mi pene, le dio un besito, y lo empezó a meter en su boquita, dentro de ella era fascinante como jugaba ella con la lengua, y trataba de coaccionar mi leche, lo sacudía y masturbaba para hacerlo más grande, ella lo lamia y se lo metía dentro, le quite su polito y arranque su sostén, vi por fin aquellas indefensas tetitas, redondas y grandes, que estaban buenísimas, la cargué y recosté en la cama, puse mi pene entre su senos, y ella hizo el resto al atrapar mi pene entre ellos y empezar a acariciarlo con aquellos bombones, ella quería ya su oral, me bajé hasta llegar a sus piernas y entre ellas, empecé a degustar su rajita, estaba algo salado allí, pero olía muy bien, era exquisita toda ella, me jalaba los cabellos al masajearla. Me puse de pie, y ella me miraba a los ojos, mordió sus labios, y respiraba rápido.

-Hazlo cariño, penétrame, dame que quiero -decía ella sosteniendo sus piernas abiertas.

Tome mi pene, y lo puse sobre su vagina, ella quería hundirse ya, pero yo empecé a pocos, ella se estremeció al sentir mi pene entrar, y le di cada vez más rápido, ella gemía y empezaba a arañarme la espalda, gemía como una virgen, y se movía para recibir más.

-Dame duro papi, húndeme tu polla... uhm uhm ay ay ay -decía ella.

Yo le daba más y más, ella gemía, y gozaba abrazarme para que le diera más por su vagina, me recordé con ella y le daba por la vagina levantando su pierna, estaba súper bien dentro de ella, y ella se puso de cucharita, pero no contó de que podía ver su anito cerrado y cafecito por lo que ella era morena, le escupí en ese asterisco, y le metía de a pocos nuevamente, pero ella se dio cuenta, era súper cerrada, se la metía más y más y ella gritaba del dolor.

-Sigue por favor, rómpeme el culo cariño, quiero que lo rompas, dame por la cola... mmmm... aaaayyyyy... -suplicaba ella.

Le di más y más, y ella pedía más también, le encantaba el dolor, yo aprovechaba y me corría dentro de su culito, sus nalguitas aplaudían al darle bombeada, se puso en cuatro, allí si pude ver mejor su culazo, estaba todo rojo su anito, pedía más ella, le di por la vagina por toda la tarde ella quería de todo, pedía más y más, le tome los brazos, la abrace y cargué, una vez cargada le di por el ano, duro con cada caída que daba ella sobre mí, ya no podía más ella por el ano, pedía que me masturbaba con sus pies y dame la metía a la vagina cada vez que quería, al terminar, ella me pidió volver hacerlo, ahora ella terminó con su novio, y ahora puedo cogerla en su casa.

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