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Vicio y perversión. Soy Jonathan

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¿A quién no le gustaría follarse al tío, que le gusta y le pone la polla cachonda?... A quién no se le ha pasado por la mente mientras se masturba la polla a solas, esa fantasía tan viciosa de raptar a ese tío que te pone super caliente, y amarrarlo a una cama y abusar de él hasta que te hartes... ¿Eh?... Por qué a mi si, pero a diferencia de algunos de vosotros, yo si lo he hecho, y no solo una vez, si no muchas.

Me llamo Jonathan, Joni para los colegas, y soy mecánico de coches. Tengo 28 años, mido 1´80, el cuerpo robusto y fuerte, y bastante guapo de cara. Soy bisexual, me gusta follarme a las tías delicadamente, y hacerlas disfrutar como ellas se merecen... como reinas. Pero con los tíos es diferente, y más los niñatos, a ellos me encanta follármelos en plan salvaje, a lo bestia, como un puto sádico, y reventarlos a saco por detrás. Sobre todo disfruto haciéndoles sufrir, follándomelos a veces sin que se enteren, cuando los tengo bien drogados, y violarles esas bocas y esos culitos de machote que tienen. Cuando le meto mis 22 centímetros de polla a uno de esos chavales chulitos, ¡Ufff!, alucino en colores del gusto colegas, y me tengo que contener para no correrme en seguida.

No puedo negar, que también me encanta sentir un buen pollón abriéndome el ano... y si ese pollón es enorme, formidable y exquisito como el de Ruben, ya flipo, y me corro como una cerda. Ruben, es el clásico niñato de 20 años que siempre está alardeando y presumiendo de polla, y de las tías que se lleva a la cama y de la follada que les pega en el coñito. Además, es que el niñato no escatimaba en detalles, te contaba el polvo con pelos y señales, como si estuviera allí con ellos, y ya podéis imaginaros como se me ponía la polla de dura al escucharlo. Hace un par de meses me contó en secreto, que él y dos colegas suyos le echaron a una tía en la bebida burundanga, y se la llevaron en el coche hasta el polígono, y allí se la follaron los tres. Uno tras otro la violaron por el coño, la obligaron a chuparles las pollas, y hasta me dijo que le metieron por el culo dos del tirón.

El niñato está hecho una buena pieza, es un violador de mucho cuidado, pero la verdad es que yo no puedo decir nada, porque yo soy igual que Ruben o peor, pero con los tíos. Yo la he usado con niñatos, y sé perfectamente, que la tía que se follaron los tres hizo todo lo que le pidieron y más, porque cuando tomas burundanga te anula la personalidad y la conciencia. Es perfecta para los violadores, porque te convierte en un muñeco a las ordenes de tu agresor, sin voluntad ninguna y sin poder controlar tus actos. La víctima colabora de forma voluntaria, sumisa ante cualquier orden que le den, y haciendo todo lo que le pidan... le guste o no.

Ruben no es muy alto, 1´73 más o menos, blanquito de piel con varios tatuajes, y de cuerpo fibroso de trabajárselo en el gimnasio. El pelo muy corto y castaño, los ojos marrones, y una cara super morbosa de chulito de barrio. Su polla me encantó al verla, era tal y como me la había imaginado... grande, gruesa, y venosa, con un capullo regordete, rosado, y brillante por el incesante pre-cum que lo mojaba. El culo es otra historia... ¡Joder que culazo!, unos glúteos robustos y macizos... un culazo imponente y morboso que te calienta la polla con solo mirarlo, bien marcado en esos vaqueros desgastados que siempre lleva puestos. Como os digo era una verdadera delicia, y tenía que ser mío como fuera.

El sábado por mañana a eso de las 8:30, me dejó el coche en el taller para que le hiciera la revisión y el cambio de aceite. Se presentó con una camiseta blanca de tirantas pegada al pecho, que le marcaba perfectamente los pectorales, y unos pantalones cortos de deporte muy ceñidos que me dejaban apreciar su realzado paquete.

- ¿Donde vas tan deportista chaval? -

- Esta mañana tengo un partido de fútbol con los colegas del barrio, Jugamos contra los de la barriada de la palma, y le vamos a meter una goleada que se van a cagar. ¿Me tendrás el coche listo para las 14:00? -

- Si, pero no te retrases Ruben, que siempre me haces lo mismo y después me tienes aqui esperándote una hora. Ya sabes que los sabados cierro a las 14:00, así que si no has llegado antes chaval, el coche se queda dentro hasta el lunes, y te jodes. -

- Venga tío, no me hagas eso Joni, que he quedado esta noche con una chavala y necesito el coche. -

- Pues ya sabes chaval, con más razón para que llegues a tiempo. -

- Ok, no te preocupes que llegaré antes de que cierres. -

Mientras se alejaba andando, y le miraba ese culazo sabrosón moverse tan vigorosamente, sabía perfectamente que ni de coña estaría a las 14:00. Desde que conozco a Ruben, jamás ha llegado puntual a recoger su coche y hoy no iba a ser diferente.

Cuando terminamos Adri y yo los coches que teníamos esa mañana, le dije que ya se podía ir, y aparqué el coche de Ruben en la acera de enfrente. Adri es un chaval que estudia mecánica, y los sabados se viene al taller y me echa una mano para ganarse un dinerillo. Al muchacho se le ve que le gusta el trabajo, es limpio en lo que hace y aprende muy rápido... pero de Adri os hablaré otro día más detenidamente. Mientras estaba dentro del coche de Ruben, estuve registrando un poco y mirando lo que tenía guardado en la guantera. Encontré todo un arsenal de opiaceos, que seguramente usaría con sus colegas esa noche con alguna tía, y la violarían como hicieron con la otra. Pero hoy, sería yo el que abusaría de él y lo violaría a lo bestia.

(Por WhatsApp) - Oye tío, el coche te lo he aparcado enfrente del taller y las llaves las tengo yo. Avisame cuando vengas para dártelas. -

(Por WhatsApp) - Gracías Joni, cuando llegue te escribo... y perdona tío. -

A eso de las 16:30 me llamó al móvil y me dijo que estaba en la puerta del taller. Le dí la dirección de mi casa y le dije que viniera a por las llaves, que estaba en calzoncillos tirado en el sofá y descansando un poco. No tardó mucho en llegar a mi casa. Cuando le abrí la puerta en ropa interior, ni se inmutó lo más mìnimo, entró dentro y con un escueto saludo se sentó en el sofá. Venía empapado, todo sudoroso, y muy acalorado. La ropa se le pegaba al cuerpo como si formara parte de su piel, y a través de la camiseta mojada podía verle perfectamente el pecho, los pezones, las costillas, y los músculos de su abdomen. Hubo un momento que quise abalanzarme contra él y secarle todo el sudor del cuerpo con mi lengua. Verlo allí sentado con esas piernas fuertes y bien abiertas, ese paquetón destacando en medio de ellas como una enorme montaña, y que me estaba abriendo el apetito a más no poder. Y para colmo, y para ponerme más cachondo, al cabrón se le veía un huevo que se le había salido un poco del pantalón corto. Pero me contuve y me relajé un poco, porque mi entre pierna cada vez abultaba más.

- ¿Te apetece una birra chaval? -

- Claro tío. -

- ¿Y que, habéis ganado el partido? -

- Que va tío, nos han metido 5 a 1. Hoy hemos jugado de puta pena, una mierda colega, y para colmo el árbitro ha expulsado a dos tíos de los nuestros, y hemos jugado el segundo tiempo con dos menos... Vamos, lo que te he dicho, una mierda. -

- Bueno, no te cabrees Ruben, ya ganaréis la próxima vez. -

- Eso digo yo todas las semanas, y vamos en la clasificación de puto culo... en fin. ¿Oye tío donde tienes el váter?, que me estoy meando desde que terminé el partido, y tengo la vejiga que me va a reventar. -

- Ahí mismo chaval, esa puerta que tienes al lado. -

Entró en el cuarto de baño, se bajó los pantalones cortos hasta los muslos dejando al descubierto el culo y la flácida polla, y se puso a mear mientras seguía hablando conmigo. Desde el sillón donde yo estaba sentado, el cuarto de baño quedaba a pocos centímetros, y como Ruben no cerró la puerta, podía ver perfectamente como expulsaba por la rajita del capullo el caño de orina. No era de extrañar, por que entre tíos es normal que a veces orinemos al lado de otros colegas, o en servicios públicos junto a otros tíos, y no estamos pendientes de la polla del tío que tenemos al lado. Bueno yo si, por qué no podía apartar la mirada de aquella verga, y su culazo me tenía hipnotizado.

- ¿Y esta noche qué?... Sales de marcha, ¿No? -

- Si tío, por eso quería el coche listo. Voy a tomarme unos cubatas con los colegas. -

- Pero... ¿No me has dicho antes que has quedado con una chavala? -

- Con la tía he quedado a las 23:00 en la discoteca "Edem", que está a las afueras, pero mis colegas Lolo y Jairo también vienen... Espera que ya voy. -

Soltó las últimas gotas de meado, y se sacudió varias veces la polla antes de volver a meterla dentro del pantalón. Después de lavarse las manos, salió del baño y se sentó de nuevo frente a mi en el sofá.

- Siempre salimos juntos de marcha, los tres tenemos muy buena onda y nos lo pasamos de puta madre. -

- ¿Y la tía con la que has quedado en la discoteca, es un ligue tuyo o es para compartirla entre los tres, como aquella que me contaste?... La chavala que violaste con tus colegas en el polígono. -

- Jajaja, que cabrón eres, te gustó lo que te conté... ¿Eh? -

- Jejeje, la verdad es que si tío... Me puso muy cachondo escucharte. -

- Pues todos los sabados que salimos de copas, nos follamos a una. Primero elegimos a una guarrilla que esté buena y nos guste a los tres, y después de tontear un poco con ella, le echamos un poco de burundanga en la bebida sin que se entere. Luego nos la llevamos a un sitio apartado que no haya nadie y nos la tiramos uno tras otro, hasta que le reventamos el coñito a pollazos. -

Mientras escuchaba a Ruben de hablar, me levanté y fui a la nevera a coger otro par de cervezas. Pero esta vez la suya, llevaría una buena dosis de lo que a él le gustaba echarle a las tías para violarlas, y abusar de ellas. Se la pasé y se bebió más de la mitad de la birra de un solo trago. No pasaron ni dos minutos y ya se le trababa la lengua al hablar, se le aceleró la respiración y los goterones de sudor le caían por la cara abajo. El magreo que se daba con la mano en el paquete mientras relataba sus hazañas, ya era super descarado, sin ningún pudor, y estaba muy claro que le importaba un huevo que yo lo viera o no. Ahí supe Ruben... que ese niñato violador de mierda, ya estaba listo para hacer lo que yo quisiera, para obedecer todas mis ordenes y darme un festín de placer a costa de él.

- ¿Te gustaría volver a comerle el coñito a esa tía que me está hablando cabrón? -

- Siiii... ¡Mmmmm!... ¡Que rico ese coñito todo húmedo! -

- Está aquí tío... ¿No lo ves?... Mira colega, mira que coñito para ti, para que te lo comas todo entero y le metas toda la lengua dentro. -

Le puse mi culo delante de su cara y me bajé los calzoncillos hasta los tobillos. Me separé las nalgas con las manos, estirando la piel a tope y mostrándole bien mi orificio anal. Luego me senté literalmente encima de su boca, enterrándola por completo entre mis glúteos, y presioné con fuerza hasta que el niñato sacó la lengua y empezó a lamer. Era una gozada sentir su lengua desplazándose, acariciando, y mojando de saliva cada milímetro de piel. Notar como sus labios se amoldaban al diámetro del agujero cada vez que lo besaba, y acto seguido, percibir como me penetraba el ano con la sinhueso e intentaba meterla toda dentro, y todo lo que podía. Como yo estaba inclinado dándole el trasero y Ruben sentado en el sofá con las piernas abiertas, veía perfectamente desde mi posición su estupendo paquete bien gordo, y su pollón super señalado en el pantalón. Latía y se movía por debajo de la tela, como queriendo romperla y salir de su prisión, y dejando con el roce de la lucha una mancha grandísima de pre-cum en la parte que reposaba su capullo.

- Bajate los pantalones mamón, y enseñame esa polla que tienes entre las piernas, y de la que tanto presumes... Pero no pares de chupar... no pares hasta que yo te lo diga cabrón de mierda. -

Se bajó los pantalones de deporte hasta las rodillas, y yo continué tirando de ellos hasta abajo, ayudándole a quitárselos entero. Ruben ya tiene el pollón durísimo y a punto, el cabezón se le había salido por encima del elástico, y le estaba empapando de pre-cum todo el abdomen. Se le transparentaba todas las venas del tronco y los hinchados huevos, a través de la mojada tela de los calzoncillos. Estaba loco por arrancarle y romperle a mordiscos los slip, y comerme esa polla hasta saciar mi hambre... pero quería jugar un poco con Ruben, y calentar más la situación. Era el momento propicio para sugestionarle la mente, y hacerle creer lo que se me antojara.

- ¿Sabías que tu coleguita Lolo es maricón y le encanta chupar pollas?... Ruben, dice que quiere mamártela... (cambiando la voz) Déjame que te la chupe tío... Estoy loco por metérmela en la boca y mamártela hasta que te corras dentro, hasta que me llenes la puta boca con tu delicioso semen... ¿Quieres colega?... ¿Quieres correrte en mi boca? -

- Siiii... Lo que tu quieras tío... Chúpamela si quieres. De Jairo me lo esperaba porque ya me la ha chupado un par de veces, pero de ti no colega... Al final, sois los dos unos putos maricones chupa pollas de mierda. -

Aquello me dejó helado, la sangre se me congeló en las venas al escuchar aquello, y al mismo tiempo me pegó un calentón y un vicio que aluciné en colores. No quise preguntarle sobre su colega Jairo y lo dejé para después. Ahora quería centrarme solo en su pollón, así que me arrodillé entre sus piernas, le abrí el calzoncillo con la mano izquierda y con la derecha le agarré el tronco, al mismo tiempo que acercaba mi boca a su miembro. Rodeé su riquísimo capullo con mis labios, y lo apreté fuerte, al tiempo que succionaba y me tragaba el líquido pringoso que soltaba por la rajita. Lentamente me tragué toda su polla hasta los huevos, provocándome unas cuantas arcadas por mi ansía de metérmela entera, pero era tan grande el gustazo de sentirla gorda y dura en mi garganta, que me daba igual hasta vomitar.

Me la saqué de la boca y me restregué el capullo por los labios, llenándomelos con su pringoso líquido preseminal. Después le deslicé la lengua por todo el tronco, palpando con ella cada centímetro de piel, cada pliegue, y cada vena, al mismo tiempo que se lo empapaba entero con mi saliva. Bajaba y subía una y otra vez, degustando el sabor tan delicioso que tenía su polla. Era una rica mezcla de sudor, orina y pre-cum salado, que combinado con mi saliva hacía que me pusiera como un toro, como una bestia desmandada sedienta de vicio y lujuria. Mientras se la chupaba le miraba la cara, el niñato estaba gozando con mi mamada, la tenía desencajada por el placer y muy colorada por la excitación. No paraba de jadear, de resoplar, y de morderse el labio de abajo mientras yo succionaba con fuerza y vigor. Ruben me presionaba la cabeza con las manos, al mismo tiempo que levantaba la pelvis y arremetía contra mi boca, clavándome su estaca hasta el fondo... ¿Estaba Ruben gozando y disfrutando como un loco, porque se creía de verdad que su colega Lolo le estaba chupando la polla?... Claro que si.

- ¿Te gusta cómo te chupo la polla colega? -

- ¡Uffff!... Si tío, me encanta. -

- Ahora me la tienes que comer tú a mi tío, y chupármela como un buen colega. -

Me puse de pie, y le indiqué con la mano que se pusiera de rodillas en el suelo. Mientras Ruben se colocaba con la cara a la altura de mi entre pierna, cogí el móvil y le di a la cámara para grabar. Quería filmar como le restregaba mi polla por toda esa cara de chulo que tiene, y como se la metía poco a poco y hasta la garganta, por su morbosa boca. Le agarré de los cabellos y presioné mi pollón con fuerza, posando el tallo venoso entre sus labios gordos, frotándolo de arriba abajo, y masturbándome suavemente mientras me descapullaba la piel al máximo.

- Abre la boca y metetela dentro... Asiiii... ¡Ohhhh!... Si, chupa mamón... ¡Que gusto colega! -

Abrió la boca como le ordené y se metió mi polla entera hasta la garganta. Noté su nariz pegada a mi abdomen, y la respiración caliente que soltaba por las fosas nasales. Comenzó a chupar muy suave y con delicadeza, lentamente se sacaba mi pollón de la boca y volvía a metérsela hasta el fondo. Lo repetía una y otra vez hasta que fue cogiendo velocidad mientras yo le ayudaba apretando su cabeza y meneando mis caderas. Me agarraba los huevos con la mano apretándolos y estirándomelos hacía abajo, para que mi polla quedara tensa y recta, y así poder insertarla mejor en su boca. Quise darle un punto más de excitación a la escena, y sin sacarle la polla de la boca me lo llevé arrastrando hasta el mueble del salón. Abrí uno de los cajones y cogí un tarrito de poper´s, le quité el tapón y se lo puse al lado de la nariz, para que lo oliera al mismo tiempo que me mamaba la polla.

Cuando olió aquello y le dio el subidón del poper´s, el niñato se descontroló y su boca se convirtió en una puta aspiradora. Me follaba la polla que daba gusto, devorándomela como un puto animal, como un salvaje feroz y hambriento. El mamón me tenía apoyado contra el mueble con la boca aferrada a mi pollón, dándome unas chupadas de vértigo en el capullo, succionándolo con fuerza mientras me lo apretaba con los labios, exprimiéndolo y tragándose los goterones de pre-cum. Yo le pegaba una oliscada al tarrito de poper´s y rápidamente se lo ponía a Ruben cerca de la nariz, obligándole a oler cada vez que respiraba e intensificando cada vez más su calentura y su vicio.

- ¡Uffff!... Para mamonazo, que me voy a correr como me des un chupetón más en la polla. Ven colega, y vámonos a la cama, que te voy a comer entero ese cuerpo que tienes tan delicioso. -

Le ordené que se sentara en la cama, con la espalda apoyada en el camecero y con las piernas totalmente abiertas, y las rodillas flexionadas hacía arriba. Me puse frente a él a los pies de la cama, y con la cámara del móvil empecé a grabar mientras Ruben se tocaba la polla.

- Quiero que te toques la polla, y que te pases la mano suavemente de arriba abajo, mientras te vas masturbando muy despacio... Asiiii... Mmmm... Con la otra mano tocate el boquete del culo, siente como tus dedos lo acarician... Siii... Sigue... Goza y nota el gustillo que te da en el ano... Y ahora, para que yo te vea cabrón, métete poco a poco un par de dedos por el culo, que te entren hasta el fondo... Siiii... Así, cascándote la polla y metiéndote los dedos... ¡Ohhhh, que gusto verte! -

La escena era digna de la mejor pelicula porno que hayáis visto. Parecía que a Ruben le gustaba eso de meterse los dedos por el culo, porque ya no eran dos, si no cuatro los que se había metido, y la paja que se estaba haciendo en la polla cada vez era más acelerada. Dejé de grabar y me fui directamente para su pollón, y después de luchar un poco con su mano, conseguí arrebatárselo y metérmelo en la boca. Ruben no podía ni respirar de la excitación tan grande que tenía, se asfixiaba al jadear sin parar mientras me obligaba a chuparle la polla, agarrándome de la cabeza y embistiéndome la boca con ella como un poseso. Aproveché su viciosa calentura, para sacarle sus dedos del ano y cambiárselos por los míos. Al cabrón del niñato parecía que le gustaba, por qué contra más dedos le metía por el ojete de culo, y más fuerte le bombeaba el culo con ellos, más salvajemente arremetía contra mi boca con la polla.

- Fóllame colega... Méteme tu polla por el culo. -

Me situé encima de él y agarré su polla con la mano para que me sirviera de asiento, y de una sola estocada me la metí por el culo. En ese momento sentí mi ano lleno de carme gorda y dura, y aunque me dolió un poco porque tengo el boquete bastante estrecho, no me importó lo más mínimo, por qué me estaba follando al tío más bueno que iba al taller, y el culpable de hacerme tantas pajas. El niñato, con las oliscadas del poper´s, arremetía contra mi culo sin ninguna compasión, como un puto bestia, con extrema crueldad y sin descanso. Varias veces me tuve que volver a meter su polla en el culo, por qué se me salía de la velocidad que llevaba el cabrón, y la fuerza con que me pegaba las envergadas. El hijo de puta me estaba violando el culo a lo bestia, como un puto animal salvaje... seguro que así se violaba a las tías por el coño, y lo más fuerte es que a mí me encantaba que me violara con esa polla, por qué me tenía la verga babeando pre-cum sin parar del gustazo.

- Siii... Así fóllame... Fóllame cabrón... ¡Uffff!... Córrete dentro de mi culo... ¡Ohhhh! -

Fue decirle esas palabras y Ruben aceleró aún más las embestidas, más duras, más fuertes, y muy rápidas. Poco tardé en sentir, un chorro de líquido caliente que me inundaba todo el boquete y que me quemaba las paredes anales. Mientras Ruben se corría y me soltaba la lechada en el recto, no dejaba de empujar fuerte hacía arriba con su pollón, metiéndomelo más adentro todavía. Al mismo tiempo, yo presionaba hacía abajo contra su pelvis, para que no se me saliera su polla del culo, y gozar sintiendo los chorros de semen que entraban a borbotones en mis intestinos. En el furor del éxtasis y a punto de eyacular la leche de mis huevos, pegué mi boca a la suya y comencé a comérsela. Nuestras lenguas se buscaron y se unieron al momento en un baile de rica saliva, al mismo tiempo que yo sentía mi semen brotar de mi polla y salir disparado sobre sus prefectos abdominales.

Continuará...

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