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Fiesta de bienvenida en la universidad

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Habíamos asistido a la fiesta de bienvenida que da cada año la universidad; mis amigas Karla, Miriam y yo, no hemos faltado a una de ellas desde que ingresamos en el año de 2014 y creo lo seguiremos haciendo hasta finalizar nuestra estancia aquí; pero la fiesta de este inicio de cursos fue diferente en todos los aspectos y sobre todo por los acontecimientos que se dieron esa noche.

En esta ocasión la fiesta se tuvo que realizar en un salón que queda a las afueras de la ciudad por la cantidad de alumnos que iban a asistir, ese salón de eventos es el más grande con el que cuenta la ciudad, por eso es que el regreso se iba a ver un poco afectado por el transporte que en ocasiones no hay, lo bueno, es que mi amiga Karla vive a escasos 10 minutos a pie y que mejor para poder pasar la noche en su casa y así tener el permiso por tiempo más prolongado y que mis padres no se quedaran angustiados por el horario en que fuera a llegar a casa.

Mi amiga Karla es una mujer de 25 años de muy bonito cuerpo, piernas bien torneadas por el deporte que practica y una cintura que en lo personal podría envidiarla cualquiera, es una mujer amante del deporte, que siempre trata de mantenerse en forma, tiene un grupo de seguidores que morirían por andar con ella, desgraciadamente para ellos a Karla no le atraen los hombres; mi amiga Miriam es una chava de 21 años y pronto cumplirá los 22, vive al máximo la vida, no se preocupa de nada y siempre anda diciendo que en esta vida hay que arriesgarse, hay que probar y hacer de todo porque no sabemos cuándo dejaremos de existir; físicamente es una chava de cuerpo llenito, los hombres la consideran como la clásica "gordibuena", tiene unas caderas tremendas y su trasero no le pide nada al de la chica que da los deportes en la tv; y yo que tampoco me quedo tan atrás de ellas, soy una mujer de 22 años, de cuerpo no sabría cómo describirme pero se puede decir que tengo de todo un poco y bien acomodado, sin pecar de vanidosa.

El día de la fiesta nos la pasamos muy bien porque el evento fue versátil, pudimos bailar, cantar, concursos de porras y la clásica novatada a los de nuevo ingreso; mis amigas y yo nos dimos una divertida de aquellas que no olvidaré; cuando comenzaron a poner las clásicas rolas para bailar románticamente en parejas, tomamos la decisión de salirnos del lugar y dirigirnos a casa de Karla para continuar la party, en el camino nos topamos con Mauricio que era amigo muy allegado a Karla, nos preguntó hacia dónde nos dirigíamos, pregunta que mi amiga Karla contestó sin dudar, mencionando que nos dirigíamos a su departamento a seguir la fiesta, ella era una chava que rentaba y vivía sola por provenir de un lugar ajeno al nuestro; al escuchar esto Mauricio no dudó ni un segundo en preguntar si podía acompañarnos para seguir la fiesta, Karla asintió con la cabeza y con un "Si quieres".

Esa acción a mí en lo personal no me pareció adecuada porque yo pensaba seguir pasándola bien pero entre amigas, al haber un hombre entre nosotras hacía que me cohibiera y no pudiera ser yo misma; cosa que se me fue quitando al calor de los tragos; entre risas y el "salud" al brindar entre nosotros; fuimos liberando una forma de ser diferente a como somos estando en nuestros 5 sentidos, nos volvimos más risueñas, más atrevidas y fue ahí donde recuerdo que Mauricio comenzó a lanzar comentarios un poco subidos de tono por no decir "Cachondos", comenzó a lanzar retos con el juego de la botella; por ser el único hombre él tomó la batuta del juego y comenzó a ponernos a prueba a cada una de nosotras.

La mecánica del juego era de reto o castigo, si los retos que él nos establecía eran fuertes, no queríamos imaginar cuáles serían los castigos; así que accedíamos a hacerlos. La primera en perder fue Miriam, a ella le tocó que aguantara la sensación que desata la pluma de una ave al pasarla en las piernas y espalda, comenzando en la pantorrilla, subiendo en los muslos, las nalgas y finalmente la espalda de ida y vuelta en ambas piernas, si se movía o hacia algún gesto perdería y se haría acreedora a un castigo.

La encargada de hacer este reto fue Karla, creo que de eso pedía su limosna; de hecho, al principio cuando comenzábamos a ser amigas, me confesó que yo le gustaba demasiado y que su fantasía o su sueño era que yo fuera igual a ella para poder andar juntas y tener una relación, le contesté que yo solamente podía brindarle mi amistad y nada más; por eso era que yo sabía sus intenciones de querer aprovechar estos momentos con mi amiga Miriam, eso le ponía todavía más intensidad porque todas sabíamos cómo éramos personalmente.

Comenzó a pasar la pluma despacio por la cara trasera de las piernas de Miriam, a leguas se notaba que le provocaba excitación o nervios porque su piel se erizaba conforme le pasaban la pluma por su cuerpo, había logrado aguantar las caricias sobre una pierna y ahora iba con la segunda, Karla comenzó de nueva cuenta en la otra pierna, ahora la fue subiendo poco a poco pero la comenzaba a pasar en la parte interna hasta casi llegar a la zona vaginal de Miriam, siguió aguantando esa sensación hasta que llegó a la espalda cumpliendo con el reto.

En el siguiente tiro, me tocó a mí lanzar la botella tocando ponerle un reto o un castigo a Mauricio, la verdad no sabía que ponerle como reto, no me sentía todavía en confianza con él y fue que solamente lo reté a que confesara por lo menos 1 fantasía sexual que estaría dispuesto a llevar a cabo con alguien; inmediatamente comenzó a decirnos que a él le gustaría hacer un trio con 2 mujeres o estar con 3 mujeres a la vez, tener sexo con 1 de ellas mientras las otras 2 los observan y se masturban, Karla lanzó una sonrisa y comentó en voz alta que para esa fantasía ella quedaba descartada porque no le gustaban los hombres y que en la segunda podía intervenir pero ella teniendo sexo con la otra mujer en lugar de masturbarse y que si era así le gustaría hacerlo conmigo.

Lanzamos algunas risas nerviosas por los comentarios que se habían hecho, yo sentí una ligera excitación por lo que Mauricio había dicho pero lo extraño fue que cuando Karla insinuó en querer hacerlo conmigo por mi mente pasaron las escenas de ese acto sexual con ella, dentro de mi dije que estaba loca y que no debía de pensar en eso; el calor de las copas, los retos y pláticas cachondas con tintes de terminar teniendo sexo ya habían hecho que algo dentro de mí comenzara a ponerme inquieta; mi amiga Miriam no tardó mucho en destaparse y reto a Mauricio a que le enseñara cómo empezaría a cumplir su fantasía, yo me mantenía sentada en el sofá de mi amiga viendo que era lo que se podía presentar en esa noche, ya no me sentía dueña de mis actos por el nivel de alcohol que tenía.

Mauricio se acercó a Miriam y comenzó a frotarle su coño de manera sutil, como quien acaricia a un muñeco de peluche suave y acojinado, al mismo tiempo besaba sus labios, les mordía la comisura suavemente y la punta de su nariz la frotaba por el largo de su cuello, estos movimientos los repetía constantemente hasta que pudo sentir como Miriam comenzaba a relajar su cuerpo y accedía voluntariamente a esta seducción.

Mi amiga Karla me observaba como queriendo insinuarme algo, como queriéndome decir "Mira, porque no intentamos hacer algo así nosotras"; yo comenzaba a excitarme con el simple hecho de ver cómo mi amiga estaba siendo cortejada por Mauricio, comenzaba a darme ligeras palmaditas en mi sexo para sentir la palpitación de mi clítoris y empezar a excitarme viendo ese acto; Mauricio continuo fajándose a Miriam, ya le había quitado la blusa y comenzaba a desabrochar el pantalón para retirarlo completamente, mientras él hacía eso, tomó la mano de Miriam y la colocó en aquel paquete que ya se veía más abultado que en un principio, ella lo acariciaba con una desesperación queriendo sacarlo de ese pantalón y comérselo, la respiración de ambos estaba en aumento y eso me puso todavía más excitada, Karla se pasó a lado mío y colocó una mano en mi pierna y la otra en su coño invitándome a hacer lo mismo.

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