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Fiesta de bienvenida en la universidad (Segunda parte)

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Estando Karla y yo en el mismo sofá y viendo las acciones entre Mauricio y Miriam, comenzamos a toquetear nuestro coño, cada quien tocaba el suyo, lo acariciaba y se dejaba llevar por ese rico placer, de repente, comencé a sentir como la mano de Karla iba subiendo poco a poco hasta llegar ahí a mi entre pierna, desplazando mi mano y comenzando a frotar mi coño, fue una experiencia diferente y rara a la vez, porque yo me sentía excitada por lo que estaba presenciando y el sentir que otra mujer me estaba explorando hacía que mi adrenalina corriera aún más rápido; no tuve intenciones de quitar la mano de Karla porque me estaba gustando, sabía lo que hacía y eso era excitante, cerré los ojos por completo y con mis manos comencé a frotar mis pezones por encima de mi ropa.

Mauricio y Miriam ya estaban totalmente desnudos en la cama y realizando un rico 69, Karla ya me había puesto bien mojada de mi coño, yo estaba totalmente caliente y entregada a ese rico placer que decidí bajar mi pantalón con tal desesperación para continuar recibiendo el placer de las manos divinas de mi amiga, estaba muy caliente, Karla también comenzó a desvestirse y me invitó a que yo también le hiciera lo mismo que me estaba haciendo, comencé sin titubear, al principio fui algo torpe y brusca en mis movimientos por nunca haberlo hecho pero después ella me fue guiando con su mano hasta que logré encontrar el modo y la forma de hacerlo, seguí con mis ojos cerrados, no quería abrirlos porque así podía imaginar que lo estaba haciendo con un hombre; cuando el placer fue más allá de lo que mi mente podía imaginar fue que abrí los ojos y le pedí a Karla que se comiera mi coño, que me hiciera un oral.

Ya estábamos los 4 en la misma cama, Mauricio se había acostado en una orilla y arriba de su cara tenía el culo de Miriam, ella se movía de manera circular simulando una penetración y él se estaba comiendo su sexo, con uno de sus dedos también frotaba el ano de Miriam porque sus intenciones eran comerse ese enorme trasero que tenía, no pensaba perder esa oportunidad, Karla seguía proporcionándome placer, estaba completamente roja de mis pómulos, mi rostro totalmente caliente, me pidió que me diera la vuelta y me posara en su rostro tal y cual estaba Miriam en el rostro de Mauricio; accedí a hacerlo pero me coloqué en una posición que pudiera hacerle un oral a Mauricio.

Nunca imaginó que yo le fuera a hacer sexo oral porque cada quien estaba con su respectiva pareja, Karla me estaba comiendo a mí, yo me estaba comiendo el pene de Mauricio y Mauricio se estaba comiendo el coño de Miriam, habíamos hecho ya un trenecito de sexo oral, ese momento ha sido de los más placenteros que he tenido.

Continuamos así por algunos minutos, nunca estuve consiente del tiempo que duramos en cada acto sexual, estábamos más preocupados por disfrutar ese momento que en ver la hora y los modos de cómo lo hacíamos; después de haber hecho ese trenecito de sexo oral, Mauricio comenzó a comerse los pechos de Miriam y a la vez la penetraba con sus dedos para continuar poniéndola más caliente, le besaba el cuello, los oídos y sus labios, lo hacía de una manera tan excitante que el seguir viéndolos en la posición en la que estaba con Karla y sentir lo que Karla me hacía me prendía cada vez más.

Nunca pensé que yo fuera capaz de hacer un acto lésbico con alguna mujer, esta ocasión lo estaba haciendo y me estaba gustando, era excitante sentir las caricias de Karla, me imagino que por ser mujer, sabe qué es lo que le tiene que hacer a otra mujer, todo era placentero y excitante, se comía mi coño con una suavidad que ni un hombre lo había hecho antes así de rico conmigo, acariciaba mis pechos, se comía mis pezones, sus besos en los labios eran muy ricos, sabía besar muy bien.

Llego el momento en que yo ya no aguantaba más las ganas y quería ser penetrada, fue entonces que sacó de su buró un dildo con el que me penetró con suavidad, haciendo el movimiento pélvico de un hombre, mientras me penetraba, frotaba con su lengua mi clítoris; cuando logré abrir los ojos después de estar disfrutando este acto, me pude percatar que Mauricio y Miriam nos estaban observando a nosotras dos; Miriam me preguntó si estaba gozando lo que me estaban haciendo porque tenía una cara de placer que no me la podía contener; inmediatamente dije que sí pero de una manera que no se logró entenderme, nos preguntó que si podía integrarse a nuestro acto, Karla respondió que si tenía ganas de disfrutar pues que lo hiciera.

Karla seguía frotando mi clítoris con su lengua y penetrándome con el dildo mientras que Miriam comenzaba a morderme suavemente los pezones con sus labios y me acariciaba con sus manos haciendo siluetas en la aureola de mis pechos, las bajaba hacia la parte de mi vientre y de ahí volvía a subirlas hasta mis pechos, estaba hecha un manojo de nervios y de excitación, mi adrenalina corría al mil por hora, todo era muy excitante; Mauricio comenzó a masturbarse al vernos interactuar a nosotras tres, decía que eso era lo más excitante que había podido ver en su vida y que así era como lo había soñado.

Después de mantenernos haciendo eso por fin logre terminar lanzando un fuerte gemido de placer, mi piel se erizó completamente, mis piernas se entumieron, me quedé sin fuerzas y ligeramente me dio un escalofrío de placer; nunca pensé terminar de esa forma; has hecho conmigo lo que quisiste y como lo quisiste, eres una malvada sexual Karla, me he quedado sin fuerzas; Miriam estaba a punto de terminar también y fue que se dirigió a donde estaba Mauricio, se montó en él y comenzó a cabalgarlo haciéndolo en una silla pero él prefirió hacerlo sobre la cama, la colocó en la orilla y levantó sus piernas colocándoselas en su pecho y así comenzaba a darle unas fuertes embestidas.

Karla también quería terminar y fue que colocó su coño en el rostro de Miriam y le pedía que se la comiera con su lengua, ella se colocó en la posición de perrito para poder acercarle su vagina a la cara de Miriam y comenzó a realizar movimientos pélvicos simulando también que era penetrada, se ayudaba con sus dedos frotándose su clítoris, los tres estaban muy calientes y a casi nada de llegar a un orgasmo colectivo, yo solamente los observaba de lejos frotándome ya de manera ligera mi vagina, yo había llegado primero que ellas y solo me quedaba observarlos.

Karla por fin termino desplomándose en la cama y al oír el gemido que ella lanzó de placer Mauricio hizo lo propio con Miriam terminando al mismo tiempo los tres; todos quedamos rendidos sobre la cama, cansados y satisfechos por todo lo que ahí habíamos hecho; Mauricio recobró fuerzas en unos minutos y me comenzó a excitar de nueva cuenta, no podía perderse esa oportunidad de comerme también a mí, era el momento de poder desatar nuestro deseo, lo hicimos con la misma intensidad con la que lo habían hecho él y Miriam y así también logre sacar esa adrenalina de sentir ahora si un pene de verdad.

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