Nuevos relatos publicados: 13

Cómo dominar a tu hermano

  • 8
  • 11.478
  • 9,15 (20 Val.)
  • 3

Ser mujer nunca ha sido fácil. Nosotras, el llamado “sexo débil”, hemos estado desde siempre sometidas a la voluntad de otras personas. Por suerte, siempre hemos tenido un arma con el que contraatacar en un mundo en el que no teníamos ni la fuerza ni las leyes de nuestro lado: nuestra sensualidad, y con ella la capacidad de doblar la voluntad de los hombres y someterlos a nuestros deseos.

¿Por qué someter a tu propio hermano?

La pregunta debería ser: ¿Por qué no someterlo?

En primer lugar, nuestro hermano es un enemigo con el que hemos de compartir los recursos disponibles: el cariño de nuestra familia, el dinero de nuestros padres, los regalos de Navidad… Dominarlo significa, entre otras cosas, poder manipularlo para disponer de esos recursos como nosotras prefiramos.

Además, el proceso de dominarlo puede llegar a ser tortuoso para nuestro él, y no puedo imaginarme una mejor venganza para aquel que tantas veces se creyó mejor por el simple hecho de ser un chico.

Finalmente, sojuzgar a tu hermano puede ser una experiencia muy agradable. No solo te sentirás sexi, sino que tendrás a tu disposición a una persona para satisfacer tus necesidades en cualquier momento y en cualquier lugar. Porque es posible que tu familia no vea bien que entres con tu novio o tu amigo en tu cuarto, ¿pero quién va a escandalizarse porque tu hermano “duerma” una siesta en tu cuarto o quiera pasar más tiempo contigo?

El Síndrome de Osiris: por qué tu hermano te desea y no lo sabe

En la mitología egipcia, el dios Osiris se casó con su propia hermana, Isis. Lejos de ser un dios malvado o pervertido, los egipcios le tenían muchísimo cariño y los faraones lo imitaban, casándose de ese modo con sus hermanas.

En el fondo, los egipcios no tenían nuestros prejuicios y sabían que dos personas de diferente sexo y edad similar podían sentirse atraídos fácilmente. A fin de cuentas, tú eres para tu hermano uno de los referentes femeninos que tiene más cerca, las posibilidades de que te vea ligera de ropa es bastante común y el roce que tenéis es mucho mayor que el que se tiene con una compañera de clase o una amiga.

¿Pero por qué tu hermano no es consciente de ello? Porque en nuestra sociedad se ha reprimido esa idea, porque sigue pensando en ti como la niña pequeña que un día fuiste y, para ser sinceros, porque se reprime por miedo a lo que tú podrías pensar de él. De hecho, si lo piensas bien, la única crítica al sexo entre hermanos es que genéticamente supone un riesgo, pero yo sé que tú no eres una chica lista y no vas a quedarte embarazada de un idiota como tu hermano.

Etapa 1: Creando interés

* La primera norma para someter completamente a alguien es que esa persona no sienta que ha sido dominado. Por ello, nuestro primer paso es un poco incómodo pero imprescindible: debemos ser amigables con nuestro hermano, ceder habitualmente a sus argumentos y demostrarnos algo más afectuosa de lo habitual. En otras palabras, que te vea como una aliada y una amiga, no como una rival.

* Todas sabemos que tu hermano es un perfecto desastre y un inútil, pero el pobre es muy posible que se crea un Don Juan solamente porque alguna muchacha con pocas luces accedió a besarse con él o incluso a tocarse mutuamente. Interésate por sus aventuras, escúchale con fingida atención y no te rías al escuchar sus exageradísimas aventuras. Aconséjale, pero siempre como si fuera imposible que una chica no quisiera estar con él, por ejemplo, señalándole: “Esa chica debe de estar amargada para no querer estar con alguien como tú”.

* Demuéstrale que eres una mujer adulta. En verano, paséate por casa más ligera de ropa, sobre todo cuando solo esté él. Antes de salir con tus amigas, ponte lo más guapa que puedas y pregúntale qué le parece, y acepta siempre sus consejos (obviamente te cambias tan pronto como llegas a casa de tus amigas, porque si tuvieras que seguir cada idiotez que se le ocurre…).

RESULTADOS: Al final de esta etapa (que puede durar entre 3 y 6 meses), tu hermano se sentirá más ligado a ti, confiará en tu criterio y, al mismo tiempo, habrá bajado la guardia. Poco a poco se habrá ido fijando en tu cuerpo y en tu belleza, pero aún no lo concibe como algo erótico.

Etapa 2: Encendiendo el deseo

* Ahora que hay confianza, cuéntale tus encuentros con otros chicos, igual que él te hablo de otras muchachas. No tienes que contar mucho, pero sí explicar cómo te sentías tú y cómo disfrutaba el otro muchacho. Es posible que tu hermano se muestre celoso (fingirá, y quizá incluso creerá sinceramente, que es por protegerte), pero al mismo tiempo se le irán marcando en la mente los placeres que encierra tu cuerpo. Por ejemplo, yo a mi hermano le expliqué que simplemente me besaba con mi novio, le comía el cuello y nos frotábamos con la ropa puerta, pero lo describí con tal viveza que pude contemplar cómo le creía una erección.

* Si compartís cuarto, espérale a medio cambiar de ropa y finge que te ha sorprendido. Cuando se muestre apurado, le quitar hierro al asunto: “¿Cómo me va a importar que tú me veas desnuda?”, como si eso fuera lo más natural del mundo. Si cada cual tiene su propia habitación, puedes esperar en el baño fingir que estabas a punto de entrar en la ducha.

* Pídele que te saque unas fotos sensuales diciéndole que siempre has querido tener unas pero que no confías en nadie más para que te las haga. Empieza por algo sencillo, como ropa sensual, pero luego salta a lencería (medias, sujetados, etc.) y pídele que te dé ideas: deja que piense que es él quien te está convenciendo.

* Duerme abrazada a él. Por ejemplo, una noche que hayáis visto una película de terror, te introduces en su cama y le abrazas porque estás “aterrada”. No hagas nada, simplemente procura estar pegada a él y, si puedes, rózate “casualmente” para que sufra.

RESULTADOS: Tu hermano se empezará a sentir obsesionado por ti a estas alturas (que puede durar entre 1 y 3 meses). Se empieza a plantear sentimientos que tiempo atrás le resultaban impensables, pero que ahora le persiguen cada noche. Sin embargo, tu naturalidad hace que se sienta mal porque piensa que es algo que solo siente él.

Etapa 3: Seduciendo al idiota

* Acostumbra a tu hermano a dormir contigo. No todos los días, pero sí algún día concreto a la semana. Al principio eres tú la que debes buscar ir a su cama, pero lo ideas es que sea él quien poco a poco quiera ir a la tuya. Un momento ideal para atraerlo a tu lecho es cuando vuelve de salir con sus amigos los fines de semana: seguramente vuelva excitado por las chicas que haya visto y un poco desinhibido por lo que haya tomado, por lo que buscará tu abrazo e incluso será él quien se roce “casualmente”.

* Descubre cuándo suele masturbarse (dejar una web grabando en su cuarto es bastante sencillo, simplemente no se lo espera) y entra por sorpresa. Cuando se sienta apurado, le indicas que es totalmente natural. Según cómo reaccione, puedes sugerirle quedarte a ver con él la película o incluso plantearle que termine, puesto que nunca has visto a un chico tocarse.

* Entra en el baño cuando esté duchándose y entra a lavarte junto a él, indicándole que tienes muchísima prisa. Por supuesto, eso quiere decir que necesitas que te ayude a enjabonarte para acabar antes. Si se cortara, que no lo va a hacer a estas alturas, le indicas algo así como: “¡Pero si hasta dormimos juntos! Si no me fío de ti, ¿de quién?”.

* Finalmente, procura que cada vez paséis más tiempo en casa juntos. Al ver una película solos en el salón, le pones los pies encima, tocando “sin querer” su entrepierna, para que te haga un masaje. También le puedes enseñar a hacer masajes y ofrecerte a hacérselos.

RESULTADO: Tu hermano es un idiota, pero hasta él se ha debido de dar cuenta a esas alturas de que vuestra relación no es la habitual (depende de cómo vaya todo, pero entre 1 y 2 meses bastarán). Cada vez se siente más atraído hacia ti y empieza a plantearse seriamente que tú también sientes interés por él.

Etapa final: Dominando al pervertido

* Vuestros encuentros por la noche deben de ir derivando lentamente hacia el petting, es decir, hacia un magreo muy poco fraterno. Es importante, no obstante, que no le intentes dar besos en la boca si él no los busca primero, pues eso suele ser un elemento que confunde bastante a los hombres: si no hay beso, se engañan pensando que no hay sentimientos. Lo que sí puedes darle con besos en el cuello, y por supuesto puedes incitarle a que te los dé él.

* Tras algún tiempo, los roces deben llevar hacia algo más. Cada vez lo notarás más excitado, y ahí es donde deberás darle todo el placer que puedas sin llegar a la penetración. Masturbarlo con la mano es lo más habitual, pero si él se deja, darle sexo oral también está bien. Al acabar, no obstante, haz pucheros, échale la culpa de todo y haz que se sienta fatal. Al mismo tiempo, le debes dejar claro cuánto le quieres, lo cuál hará que se sienta aún peor.

* Al día siguiente, le buscas como si estuvieras en celo y te aseguras de hacerlo. Al acabar, vuelves a fingir que te sientes fatal, pero menos que la vez anterior. A partir de este momento, ya es cuestión de jugar con las emociones de tu hermano: hacerle pensar que él es quien te sedujo, que es él quien lleva la ventaja en esta relación, que tú solo le das placer para verle feliz, etc.

RESULTADO: Tu hermano tendrá buen sexo y en casa, pero al mismo tiempo se sentirá incómodo por cómo te sientes, estando más dispuesto a complacerte. De hecho, si logras mantener unos encuentros de forma periódica, como una vez cada quince días, podrás entrenarlo para que te satisfaga, mantenerlo alejado de otras relaciones y jugar la carta emocional para que se pliegue a tus deseos. Simplemente hazlo con disimulo, que no se dé cuenta de quién lleva la voz cantante.

(9,15)