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Mi historia (cambio de roles)

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Tenía 20 años, hacía ya más de un año estaba de novio con Carla, quien después de tantas idas y vueltas sigue siendo hoy mi novia.

Teníamos buen sexo y mucho. Se la metía por delante y por detrás, por lo que acostumbré a comprar preservativos extra lubricados, de esos que vienen con sobre de gel lubricante extra para hacerle la cola.

Una tarde como cualquier otra escuchábamos música mientras fumábamos y nos empezamos a besar, manosear, mano va, mano viene.

Me levanté a cerrar las cortinas y apagar la luz, para pasar a la acción.

Estábamos desnudos en la cama, yo ya muy excitado con ganas de cogerla y ella me daba vueltas.

Comenzó a bajar su mano por mi espalda acariciándome, mientras con la otra me sujetaba el pito.

Su mano llegó hasta mi culo, yo la seguía besando y acariciando toda.

Lentamente fue acercando sus dedos hacia mi virgen agujero y comenzó a acariciarlo. Yo sorprendido me dejé hacer, si tantas veces le di yo por el culo a ella como mínimo tenía que dejarla a ver hasta donde quería llegar. Además me estaba gustando.

Después de acariciarme un poco comenzó a hacer presión, queriendo meterme un dedo.

No entraba, pero yo tenía curiosidad por seguir.

-Si usamos los gel lubricantes? - Le pregunté.

-Dale, tráelos- me contestó con su hermosa sonrisa.

Se puso lubricante en los dedos y yo en la entrada del culo.

-Hacelo despacio- Le pedí.

Acostados en la cama de costado uno frente al otro levanté la pierna dejando expuesto mi virgen agujero y suavemente me metió un dedo, abriendo no solo mi culo, sino también mi cabeza a un nuevo mundo.

Jugó un rato con un dedo en mi culo y yo volaba de placer.

-Te gusta?- me preguntó.

-Me encanta, seguí, meteme uno más- Le contesté.

Metió un segundo dedo y no pude evitar gemir como tantas veces lo hizo ella conmigo.

Me metió los dedos un buen rato haciéndome delirar de placer hasta que me pidió que la coja. En menos de unos segundos ya la tenía en cuatro metiéndosela con todo, un par de embestidas y acabé.

-Perdón que acabé rápido - le dije- lo que me hiciste me gustó mucho y no pude aguantar.

-No hay problema, después tenemos más. Me alegro que te gustara - Me dijo riendo.

Seguimos escuchando música, boludeando y volvimos a coger. Esta vez solo la cogí yo a ella, pero por dentro deseaba que volviera a jugar con mi cola.

Durante los siguientes días repetimos la secuencia, primero me metía un poco los dedos y después yo la cogía, llegábamos a tener sexo dos veces o tres veces por día. En mi mente solo daba vueltas el que ella me penetrara a mí.

Una noche estábamos viendo una película cómica en que hacen una tira porno, en una escena una mujer salía cogiendo a un hombre con un arnés y un consolador.

-Quiero que me hagas eso- Le pedí.

-Bueno compralo- Me contestó.

Y seguimos viendo la película en silencio. Después de la película me volvió a meter los dedos y le insistí con el tema del arnés. Después de jugar con mi culo un rato la cogí mientras me imaginaba estando yo en cuatro y ella detrás rompiéndome bien el culo.

Pasaron los días y busqué en internet un sex-shop con envío a domicilio, moría de vergüenza por ir a comprarlo.

Llegó y yo estaba solo. No pude evitar la tentación y me lo metí un rato. Al principio me incomodó, era bastante grande. Jugué un buen rato con él y terminé haciéndome una paja con el consolador metido.

Esa misma noche las cosas fueron diferentes, después de meterme los dedos un rato para prepararme el culito me puso en cuatro, se acomodó arrodillada detrás de mí y me apoyó la cabeza de ese consolador en la entrada de la cola. Suavemente fue empujando, invadiendo totalmente mi interior, tomando oficialmente mi virginidad anal hasta que estuvo todo dentro y se detuvo.

-Te duele?- me preguntó.

-No, me incomoda un poco pero quedate así quieta para que se me acostumbre- le dije.

Luego de varios segundos comencé a tirar mi culo y mi cuerpo hacia atrás, con lo que ella empezó a moverse y literalmente cogerme. En ese momento fui pasivo, fui la hembra en la cama, ella me estaba cogiendo como tantas veces yo a ella.

Me cogió un buen rato mientras yo gemía como una puta, pero no podía evitarlo, los gemidos me salían solos.

-Ahora cógeme vos - me dijo.

-Dale, pero me lo puedo dejar metido?- le contesté.

-Si, dale. Metetelo- me dijo mientras se lo quitaba y me lo daba.

Me metí el consolador en el culo y me acosté boca arriba. Ella se subió sobre mí metiéndose mi pito y comenzó a cabalgarme. Sentía como el consolador se clavaba en mí mientras ella subía y bajaba.

Tardé poco en acabar y acabé muchísimo jajaja.

Así fue como mi mente se abrió en lo sexual.

Desde ese día tengo la fantasía de hacer un trio y que me cojan mientras yo la cojo a ella. Se lo confesé a Carla, pero no quiere saber nada con hacer un trio.

Menos con una trans, ya que a mí los hombres no me gustan, no me atraen sexualmente, pero si me amo que me cojan, quizá algún día lo hagamos con un hombre, uno nunca sabe.

También comencé a usar sus tangas, me regaló algunas. Sentir la tirita metida en la cola es algo que me vuelve loco.

Cuando estoy solo a veces uso algunas ropas de ella, lo sabe pero no le gusta que lo haga cuando estamos juntos. Dice que así no le atraigo, pero si me hace feliz lo haga.

Este finde estuve solo, Carla viajó. Así que acá me encuentro, sentado en la pc vestido con una tanga de lycra, una calza y una remerita de ella, fumando y escribiendo totalmente excitado.

Muero de ganas por que vuelva y me haga la cola como tanto me gusta.

Lo que hice el finde, si les interesa se los cuento otro día.

(9,22)