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Por amor a la familia (día dos)

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Día dos

A la mañana siguiente me levante y lo primero que vi fue el brassiere sobre el buro, lo cual me emociono mucho, lo toque, quería sentir el encaje, pero ya era tarde, tome mi ropa del suelo. Fui a la recamara de mis primas, como por nostalgia de la noche anterior y vi el desorden que había dejado, varias cosas tiradas, entre ellas estaban las panties que había usado, pero estaban llenas de semen seco, eso me provoco emoción y preocupación al mismo tiempo, ya lo solucionaría más tarde

El día transcurrió con normalidad, salvo que mi mente todo el día estuvo ocupada en los pensamientos de lo que acababa de vivir, no pude ir a comer a casa, porque tuvimos un trabajo que hacer en equipo, lo que me provocaba más ansiedad por regresar al lugar de mi nueva vida, de vez en cuando me distraía de mis pensamientos y volvía a la realidad, hasta que finalmente logre regresar a casa, como a las 8 pm.

Llegue corriendo y avente todas mis cosas en la sala, subí corriendo las escaleras directamente hasta mi recamara, me quite la ropa y quede totalmente desnudo, tome el bra y fui a la recamara de mis primas nuevamente. Me pare frente al espejo y comencé a colocarme el sostén, cuando luchaba por abrocharlo, mi mirada quedo directamente hasta el cajón abierto, lo que me hizo pensar: ¿Por qué volver a usar lo mismo si tengo todo esto a mi disposición?

Solté el bra de encaje y tome uno más inocente, pero sensual a la vez, era sólido, con un poco de relleno, otra vez tarde varios minutos en ponérmelo, y busque las panties del mismo, pero no eran panties, era una tanga del mismo color. La tome, la observe y me causaba mucha excitación, me la puse y acomode mi miembro, pero la sensación era muy diferente, me sentía desnuda pero vestida al mismo tiempo, era como estar vulnerable. Me volví a ver en el espejo y volví a ver a la chica de la noche anterior, pero algo pasaba, ya no era la misma, necesitaba más, me di la vuelta hacia el closet, lo abrí y sentí como si hubiera abierto la bóveda de un banco, tantas cosas!!! Vestidos, blusas, shorts, pantalones, faldas, overoles, sweaters, todo eso para mi solita!!!

Tome un vestido bonito, y trate de ponérmelo, pero al intentar cerrarlo no lo logre, a pesar de que yo soy muy delgada, parece que ese vestido no quería estar en mi cuerpo, entonces me percate que el closet estaba dividido, una mitad para cada una de mis primas, y era precisamente la de la pequeña la ropa que estaba queriendo ponerme. Me lo quite y tome otro precioso vestidito del lado de mi prima mayor, era azul claro, con vuelo. la sensación era maravillosa, sentí la tela suave pegada a mi cuerpo, y cuando subí lentamente el cierre lateral, me di cuenta que me quedaba perfecto, mi prima y yo teníamos el mismo cuerpo, pero yo era un poquito más alta, lo que hacía que el vestido quedara más corto de lo que debía ser.

Me sentía increíble, todas estas nuevas sensaciones por primera vez, caminaba en la recamara y sentía la tela del vestido tocando mis piernas, me veía al espejo y daba vueltas, era una princesa, pero una princesa atrapada en la torre del castillo, aunque… Pensándolo bien, no había dragón, no había guardián alguno... Así que decidí dar un paseo por la casa, camine por el pasillo de la parte de arriba, era un poco más de libertad, y al pasar por el espejo que había ahí, me di cuenta que no era una princesa, era una cenicienta, algo faltaba, claro!!! Las princesas no andan descalzas.

Volví a la recamara y tome unos zapatos de mi prima mayor, pero por más que intente no pude entrar ahí, algo curioso de ellas era que sus pies eran sumamente pequeños (no es que yo los tuviera muy grandes), me probé varios y en algunos entre, pero el dolor era insoportable aun con la excitación, me senté en la cama frustrada, como una niña que no había obtenido su capricho, entonces me vino la iluminación. Mi glamorosa tía.

Corrí a su recamara, abrí su closet, un aroma mezcla de muchas cosas emergió como al abrir una tumba egipcia, olor a piel con olor a viejo y perfume, y como toda tumba ancestral, era una nueva maravilla, muchos zapatos, de todos tipos, y al parecer… Todos de mi talla!!! Observe mi atuendo y decidí tomar unas sandalias hermosas con tacón alto grueso. Me las coloque y me quedaron perfectas, me puse de pie y era increíble la sensación, no era tan difícil caminar en ellos como decían.

Ya estando ahí, por que no hurgar un poco entre sus cosas? Abrí los cajones, y aunque la mayoría de su ropa era de buena calidad y bonita, reflejaba totalmente su estilo anticuado y de señora, a excepción de los zapatos, los cuales tenia de todo. Y es precisamente ahí, entre los zapatos que encontré unas cajas grandes, obviamente tenía que ver que había, abrí la primera y sentí que algo bajaba de mi estómago por dentro, eran sus pelucas!!!

Yo creo que era por la situación tan veloz que estaba viviendo que no me había percatado que esa parte faltaba en mi, abrí todas las cajas y saque una hermosa peluca larga lacia, con fleco, era una especie de cabello al estilo caricatura japonesa. Me la puse y otra nueva sensación venía a mi cuerpo, me vi en el espejo, es impresionante como una larga cabellera cambia totalmente la apariencia de una persona, como afina o engruesa un rostro. Salí del lugar y camine hacia la recamara de las “niñas”, ahora el sonido era el encargarme de darme placer. Cada paso hacia su particular ruido al chocar el tacón contra el suelo, una voz sin sonido decía “traes puestos unos tacones” cada detalle hacia que mi excitación creciera. Ya en la recamara, tome un broche de moño pequeño que hiciera juego con mi atuendo, era ahora si una hermosa chica, de esas niñas de familia que se ven en los centros comerciales.

Estaba completa, camine por toda la casa, me gustaba escuchar los tacones en el piso, baje y subí las escaleras muchas veces, me encantaba sentir la falda volando en cada paso, imaginaba que tenía que tener cuidado al subir las escaleras porque soy una dama y había gente que podía estar fisgoneando bajo mi vestido.

Después de mucho rato, empezó a ser normal para mí, esa era mi realidad, esa chica era yo, siempre había vivido disfrazada de hombre.

Seguí así vestida, y recordé las panties de la noche anterior que estaban sucias, subí corriendo y las tome, pero me percate que ahora estaba ensuciando esta tanguita, me la quite y mi miembro quedo liberado, pero… No tenía una erección, por qué? Aunque la verdad, no le di mucha importancia, esa parte era lo que menos me preocupaba ahora.

Tome ambas prendas y baje al patio trasero, pensé mucho para abrir la puerta, era un paso más, todo era tan rápido, ahí, aunque dentro de la casa, era el exterior, y en mi mente paranoica pensaba que un vecino podía asomarse y verme. Finalmente, vencí mi miedo, abrí la puerta y un soplo de aire fresco toco todo mi cuerpo, sentí como me recorría, como agitaba el cabello de la peluca y rosaba mis oídos, hasta ese mínimo detalle fue maravilloso para mi, tenía mis ojos cerrados, y aunque fue solo un par de segundos, para mi fueron maravillosos, fue tan simbólico, fue una pequeña probada de libertad. Me puse a lavar el par de panties, era increíble la sensación del exterior en mi, el viento ligero que mi piel sentía bajo la falda, refrescando la humedad de mi pene. Puse a secar las prendas y rápidamente entre nuevamente a la casa, vi el reloj, la 1:00 am!!! Otra vez había perdido la noción del tiempo.

No quería quitarme la ropa, pero era hora de dormir, fui a la recamara de mis primas, y al entrar, vi que estaba más tirado que el día anterior, había olvidado recogerlo, me quite el vestido, pero me deje el bra, los tacones y la peluca, lo puse en un gancho y lo colgué en el closet, entonces ahí seguí viendo toda la ropa, moviéndola un poco, recorriéndola de aquí para allá permitiéndome apreciar cada prenda, era mucha y unas ocultaban otras. Entre esos movimientos, se cayeron algunas cosas, al levantarlas no podía creer lo que veía, un baby doll my sexy!!! Pero como es que mi prima podía tener esto a su edad? Para que lo quería? Como lo consiguió? Es obvio que era un secreto, era obvio que mi tía no tenía idea de que esa prenda existía en el closet de su hija.

No pude resistirme a probármelo, y al igual que el vestido, me quedaba perfecto. Esa noche decidí dormir sensual, ni siquiera me quite el bra para simular más senos, esa sensación de dormir con esa prenda rosándome entre las sabanas no podría explicarla, sobra decir que dormí excitada.

(9,11)