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Amargo despertar

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Hola este es mi primer relato en el cual les quiero compartir como fue mi triste despertar al mundo del sexo, primero que nada me describo, mi nombre es Sandra vivo en una ciudad al norte de México, tengo 20 años, mido 1.74 de estatura, ojos color miel, cabello rubio claro, mis senos son algo grandes desde muy chica se desarrollaron lo cual me avergonzaba y me hacía usar ropa holgada, mi piel es muy blanca.

Aunque nunca he tenido el mejor cuerpo siempre he tratado de cuidarme, aunque no me obsesiona tener un cuerpo de modelo, crecí con mi mamá ya que mi padre se fue cuando se enteró que yo iba a nacer por lo cual mi mamá siempre me culpó, ella siempre me decía que por mi culpa ella está sola ya que por cuidarme nunca pudo buscar a un buen hombre, ella es enfermera por lo que casi nunca estaba en casa lo que hacía que yo siempre estuviera sola.

Desde muy pequeña me tuve que acostumbrar a cocinar, lavar mi ropa o limpiar la casa, en la escuela tenía que tener buenas calificaciones para mantener la beca que tenía y para evitar que mi mamá se molestara, ya que siempre me decía que yo tenía que terminar una carrera para que cuando creciera le pagara todo lo que me había dado, desde muy pequeña siempre tuve a la que hasta hoy siempre ha sido mi mejor amiga a la cual quiero como la hermana que nunca tuve.

Al entrar a la adolescencia mi cuerpo se transformó rápidamente, como ya dije antes mis senos crecieron bastante lo cual fue herencia de mi madre que también tenía senos muy grandes pero yo exageré un poco lo cual me creaba inseguridad, ya que sentía que todos me miraban, además de que provocaban que la chica más pesada de la clase me pusiera sobrenombres como la vaca lechera u hacían que muchos chicos incluso mayores se acercaran a mí.

Al ingresar a la nueva escuela con 18 años, los compañeros eran prácticamente los mismos pero lo que más me importaba era que mi amiga siguiera conmigo, para mi fortuna así fue, aunque las cosas no cambiaron demasiado, puesto que la chica pesada también siguió molestando y los chicos tratando de enamorarme, pero yo nunca les hacía caso ya que mi mamá se encargó de que yo tuviera pavor a los hombres, ya que desde que yo era muy pequeña ella me repetía que los hombres solo querían una cosa.

Un día se me ocurrió preguntarle ¿qué era eso que ellos querían? a lo que respondió pues que va a ser, meterte a la cama para luego desaparecer, eso hacía que yo no quisiera ni acercarme a ellos, pero en la nueva escuela algo cambió, ahí conocí a un chico que desde el primer momento me gustó mucho, pero él ni me volteaba a ver, yo culpaba al hecho de que tenía que usar lentes desde los siete años lo que nunca me agradó y menos después de conocerlo a él.

Pasaron algunos meses en los cuales el seguía sin mirarme mientras yo nunca me atreví a decirle nada, un día estábamos platicando mi amiga y yo cuando ella me interrumpió para preguntarme ¿ya viste como te mira el conserje? Le dije no a mí no creo, es a ti pero ella me dijo no yo me he dado cuenta como se la pasa mirándote y más en la clase de educación física, le dije que estaba loca que yo no creía que ese señor iba a perder el tiempo mirando a las chicas que aparte podíamos ser sus nietas.

Ella sonrió diciendo claro que si, en la clase de educación física se la pasa viéndote las bubis junto con todos los tarados que se acercan a ver cuándo estamos jugando voleibol, pero de nuevo le dije que no era a mí, a lo cual respondió diciéndome que además yo no me veía de la edad que tenía, que me veía más grande y era verdad yo era la más alta de la clase además de que ese uniforme me quedaba muy entallado lo que no me gustaba.

El conserje se llamaba Carlos, tenía en ese entonces como 54 años. Un poco gordo, cabello con algunas canas, media como 1.63 de estatura, gordo, con un bigote pronunciado, era muy feo y desagradable, con el paso de los días me di cuenta que si era verdad que él se la pasaba mirándome, lo que me daba miedo, incluso a la hora de educación física intenté usar una chamarra pero la profesora no me lo permitió argumentando que hacía calor.

Entonces tuve que seguir como cada vez que tocaba educación física, los días siguieron pasando y los profesores eran cada vez más exigentes pidiendo tareas que requerían de internet, pero cuando le dije a mi mamá que necesitaba una computadora con internet para las tareas me dijo que estaba loca, que ella no tenía para esa clase de lujos, que ella en sus tiempos tenía que investigar en los libros, que si quería internet yo viera como le hacía.

Sin más remedio tuve que aguantarme e irme a mi habitación a pensar en cómo le iba hacer y se me ocurrió pedirle permiso a la directora de la escuela para que me dejara usar una de las computadoras de la escuela, al otro día a la hora del descanso me fui a la dirección para hablar con la directora, ella comprendió mi situación aceptando de inmediato mi petición pero que tenía que ser después de clases, le dije que sí, le di las gracias para luego irme.

A la hora de la salida mi amiga me esperaba como siempre para irnos juntas, aunque no vivíamos cerca una de la otra aprovechábamos lo más que se podía para platicar pero le dije lo que tenía que hacer y ella se ofreció a acompañarme pero le dije que no pero insistió varias veces hasta que ya un poco molesta le dije que no que ya se fuera, se despidió para luego irse, de inmediato me fui al salón de computación para hacer la tarea.

Empecé con todo el montón de tarea que tenía, estaba muy concentrada hasta que un ruido me hizo dar un salto del susto, era don Carlos que iba hacer la limpieza, discúlpeme señorita no quise asustarla, muy seria le contesté que no se preocupara y seguí con mi tarea, sin darle importancia solo quería terminar pero no podía dejar de sentirme observada, de pronto él se salió dejando su equipo de limpieza ahí pero seguí sin darle importancia.

Terminé después de un rato más tomando de inmediato mis cosas para irme, no quería llegar tan tarde a casa, iba algo distraída y alguien me sorprendió por detrás tapándome con ambas manos la boca, mientras me decía no grites o te ira muy mal, jalándome para atrás, yo intentaba soltarme pero sus fuerzas eran mayores a las mías, hice de todo para liberarme pero fue inútil mientras me seguía diciendo que no me resistiera o sería peor.

La voz obviamente era la de don Carlos quien me arrastró prácticamente por varios metros hasta llegar a un pequeño cuarto, me lanzó sobre una cama pero de inmediato me levanté intentando escapar pero él me detuvo dándome un golpe en el estómago haciéndome caer de rodillas sacándome todo el aire, aprovechó para quitarme la mochila que aun llevaba en la espalda, me tomó del cabello para levantarme y arrojarme a la cama.

Yo llevaba el uniforme de la escuela el cual consistía en una falda que me llegaba hasta las rodillas, una blusa con botones al frente, calcetas que me llegaban a la rodilla y de ropa interior llevaba unas pantis con el brasier, él se abalanzó sobre mi tomando mi blusa con mucha fuerza para abrirla arrancándole algunos botones, yo intentaba resistirme pero me amenazó con darme otro golpe, lo que me hizo dejarme de resistir un poco.

Me dijo ahora si voy a tener el privilegio de comerme ese par de melones que todos se saborean, tomando mis senos para sacarlos del brasier, yo intenté evitarlo pero con violencia terminó por dejarlos libres, intenté cubrirlos con mis manos pero él las agarró poniéndolas a los lados de mi cabeza con sus manos, sin soltarme se lanzó con sus labios sobre mis senos para besarlos, lamerlos y morderlos provocándome mucho dolor.

Por un gran rato estuvo haciéndome lo mismo mientras yo intentaba soltarme pero todos mis intentos eran inútiles, cuando por fin se detuvo pensé que sería el final de la pesadilla, pero fue bajando poco a poco hasta ponerse de rodillas quedando su cara a la altura de mi vagina, levantó mi falda para luego empezar a oler mi vagina diciendo que olía a bebé, tomó mis pantis con sus dos manos para con mucha fuerza bajarlas quitándomelas por completo.

Yo intenté tapar mi vagina con las manos mientras apretaba las piernas con fuerza, el intentaba separarlas pero al no poder me volvió a amenazar con darme otro golpe, mis ojos estaban totalmente llenos de lágrimas mientras le pedía que me dejara ir pero él no escuchaba, dejé de apretar las piernas y el sin perder tiempo las separó lo más que pudo, lo primero que dijo fue que le encantaban peluditas para luego con ambas manos separar los labios vaginales.

Al verme con detenimiento dijo eres virgencita, yo te voy a dejar ese hoyo bien abierto, lanzándose con su boca a mi vagina, sentía su lengua caliente recorrerla de arriba abajo mientras que su bigote era lo más incómodo para mí, intentaba empujarlo con mis manos pero él me tomaba con fuerza de las piernas para no alejarse de mí, después de un rato mis mejillas se empezaron a sentir calientes mientras comenzaba a sentir ganas de orinar.

Al sentir eso le pedí que me dejara ir al baño pero él no hacía caso siguiendo con su lengua en mi vagina, yo no sabía lo que estaba sintiendo pero muy agradable. Hasta que ya no pude más y una especie de cosquilleo se apoderó de mi vagina al tiempo que sentía como algo salía de ella mientras mi columna se arqueaba, pensé que me había orinado en su cara pero al verlo no fue así, yo no comprendía lo que había sentido pero la poca lucidez que tenía me hizo reaccionar empujándolo con los pies cuando se quería levantar.

Me levanté como pude para luego salir corriendo aun con los senos al aire corrí lo más rápido que pude hasta donde me sentí a salvo, me acomodé los senos viendo que nadie me mirara solo me abotoné el suéter para luego salir corriendo hasta llegar a mi casa, al llegar ahí estaba mi mamá que había llegado temprano porque iba a tener guardia esa noche, me regañó mucho y le tuve que inventar que había ido a la casa de mi amiga hacer tarea.

Pero no se calmaba me preguntó dónde estaba mi mochila, fue cuando caí en cuenta que la había dejado por salir corriendo, le tuve que decir que la dejé en casa de mi amiga y que ella me la iba a llevar a la escuela, me dijo que si perdía algo ella no quería saber le dije que no se preocupara, después me fui a mi habitación aun sin comprender que había pasado me puse a revisar mi vagina que tenía algo blanquecino pegajoso que yo pensaba que era saliva de él.

Decidí meterme a bañar para quitarme todo eso pero al ver mis senos en el espejo estaban muy irritados, entré a bañarme aun sin ser consciente de lo que había pasado estuve un buen rato analizando lo sucedido pero no llegaba a ninguna conclusión, hasta que mi mamá entró a despedirse, esa noche no pude dormir pensando cómo iba a recuperar mi mochila y cuando empezaba a dormirme soñaba lo ocurrido.

A la mañana siguiente me levanté, me preparé para salir apurada a la escuela pensando todo el camino como iba a recuperar mi mochila, pensé en pedirle a mi amiga que me acompañarla a pedírsela al viejo ese pero sabía que ella me preguntaría porque estaba ahí, al llegar a la escuela una profesora me dijo que fuera a la dirección que la directora me necesitaba para algo, al llegar vi mi mochila mientras la directora me decía que don Carlos se la había encontrado.

Sentí un gran alivio pero la directora me regañó por no cuidar mis cosas, me sentía muy enojada diciendo algunas malas palabras en mi mente contra ese viejo enfermo, me fui a clases pero no me pude concentrar en todo el día y ahora ya no me iba a poder quedar hacer la tarea así que esta vez sí le dije a mi amiga que si podía ir a su casa hacer la tarea, desde luego dijo que si así que fui a mi casa a avisarle a mi mamá para que no me regañara.

A mi mamá parecía no importarle mucho lo que hacía, siempre me decía que estaba bien pero que no llegara tarde, así que solo le avisé y me fui, al llegar a la casa de mi amiga estaban comiendo sin preguntarme si quería comer su mamá ya me había servido, sin perder tiempo solo le agradecí casi con un bocado en la boca, eran una familia unida como la que me hubiera gustado tener, solo eran ella con su hermano obviamente sus papás.

Al terminar de comer nos fuimos a su recamara a hacer la tarea, pero más que tarea nos poníamos a jugar o platicar, en eso ella me preguntó ¿que se sentía que todos los hombres me miraran? Le dije que para mí era incomodo pero ella seguía con la lluvia de preguntas, hasta que de la nada me preguntó ¿Cómo me imaginaba que sería mi primera vez? Me sonrojé un poco y le contesté que no sabía.

Ella se levantó para ir a cerrar la puerta con seguro, lo cual me pareció muy raro ya que ella nunca hacia eso, guardó la tarea que estábamos haciendo y abrió el navegador, casi me desmayo al ver que había entrado a un sitio porno, la miré a los ojos como preguntándole ¿qué estaba haciendo? pero ella siguió, abrió un video donde comenzaban besándose una pareja, poco a poco se comenzaron a desnudar mientras se besaban con pasión.

Cuando ella le bajó el pantalón a él salió disparado su gran pene, era la primera vez que veía uno en mi vida, ella se lo metió a la boca varios minutos hasta que el la detuvo para acostarla en la cama, después él le empezó hacer lo mismo que el conserje me había hecho a mí y ella gritaba como loca, me preguntaba a mí misma ¿si yo había gritado así? ya que no recordaba ni lo que hice, por último él se detuvo para meterle su pene a la chica.

Mi amiga como si fuera toda una experta me describía como se llamaba todo lo que estaban haciendo, le pregunté ¿desde cuándo veía ella esas cosas? Me dijo que ya tenía como un año pero que le daba miedo contarme, en eso tocaron la puerta y ella cerró todo para ir de inmediato a abrir, su mamá le cuestionó ¿por qué cerró la puerta? pero ella le dijo que no se dio cuenta, pero su mamá como que no le creyó ya que al parecer no era la primera vez.

Me preguntó a mí que estábamos haciendo pero cuando le dije que solo platicar, ella se fue no muy convencida, cuando se fue le pregunté más a mi amiga sobre el sexo oral pero ella me empezó a molestar preguntando ¿si yo quería que me hicieran eso? O ¿Qué si acaso ya me lo habían hecho? Le conteste muy nerviosa que estaba loca y le pedí mis hojas para irme porque ya era muy tarde, imprimió la tarea para dármela saliendo muy apresurada me despedí para irme a casa.

Al llegar a casa mi mamá estaba por irse pero antes me esperaba un gran regaño por llegar tarde, como se le hacía tarde casi no me dijo nada y se fue, esa noche tampoco pude dormir, pues se venían a mi mente las imágenes de aquel video más lo ocurrido con el conserje inquietándome hasta el amanecer, me levanté con mucha pereza y salí corriendo como siempre para llegar a tiempo, ese día no dejaron tarea llegué a mi casa a lavar mi ropa y arreglar mi blusa.

Mi mamá estuvo en casa todo el día pero me dijo que el día siguiente iba a hacer doble guardia para cubrir a una amiga que le pidió el favor, no era la primera vez que lo hacía así que no era novedoso para mí, al día siguiente salimos de casa juntas pero cada quien por su camino, me dijo nos vemos mañana cuídate y no andes en la calle, le dije que no se preocupara luego me fui corriendo como siempre ya era una costumbre para mí.

Ese día era como cualquier otro pero el conserje estaba más pesado que de costumbre, me sonreía, luego pasaba su lengua por sus labios de forma desagradable, todas las chicas decían que era un pervertido pero nadie lo había querido acusar así que él seguía con sus locuras, por fin llegó la hora de salir, recuerdo que era un viernes, me despedí de mi amiga ya que sus padres habían pasado por ella para irse de fin de semana a la playa, ellos se ofrecieron a llevarme a mi casa pero me negué ya que no quería que se les hiciera tarde.

Me fui lo más rápido que pude, ya me urgía llegar a mi casa a descansar de la semana tan difícil que había tenido, al llegar me senté en el sillón a ver televisión mientras pensaba que iba a comer, de pronto el timbre de la puerta interrumpió mi descanso, era muy raro que alguien nos visitara, al instante me levanté a abrir pero la visita era la más inesperada, era don Carlos y lo primero que hice fue tratar de cerrar la puerta pero él la empujó con más fuerza que yo entrando al instante.

Yo me alejé lo más que pude de él mientras le preguntaba ¿Qué hacía ahí? Me respondió que ¿sino lo adivinaba? Le dije que se fuera o gritaría pero él me retó a hacerlo, muerta de miedo solo se me ocurrió correr para mi habitación y encerrarme pero el salió detrás de mí alcancé a cerrar la puerta con seguro, pero él la empujaba con mucha fuerza mientras yo rezaba para que el no pudiera entrar, pero tanto insistió que con un gran empujón la abrió.

Yo grité asustada pidiendo ayuda pero nadie llegó a mi rescate, él se me fue acercando despacio mientras yo me hacía cada vez más para atrás hasta chocar con la pared, sin más que hacer solo me quedaba suplicarle que no me hiciera daño pero él no respondía nada, solo me miraba como hipnotizado, me dijo que lo había dejado muy caliente y que esta vez iba a ser suya así fuera lo último que hiciera en la vida.

Me tomó de los brazos para luego lanzarme a la cama con mucha fuerza, yo llevaba el uniforme escolar aun pero sin el suéter, él se echó sobre mí para besarme el cuello con mucha furia, mientras yo trataba de empujarlo pero era muy pesado, mi último recurso fue arañarle la cara lo cual lo enfureció mucho haciendo que me diera una cachetada que casi me deja inconsciente, sentía que todo me daba vueltas y se oscurecía.

Fue cuando el aprovechó tomando mi blusa como la vez pasada para abrirla con violencia, en cuanto empecé a sentirme mejor volví a forcejear con él para que me soltara pero era inútil todo intento, lo golpeaba con todas mis fuerzas pero él seguía besándome el cuello y acariciando mis piernas, con todos mis movimientos lo único que logré fue que el quedara entre mis piernas, después de un rato se detuvo incorporándose de inmediato.

Lejos de terminar el me amenazó con que si volvía a intentar algo me iría muy mal, mi mejilla aun me ardía por el golpe así que no volví a intentar nada presa del miedo, me pidió que me sentara y sin perder tiempo así lo hice, el solo quería quitarme la blusa y desabrochar mi brasier, yo me sentía impotente con ganas de golpearlo pero sabía que eso empeoraría más la ya tan difícil situación así que solo observaba como mis senos quedaban al descubierto.

Con fuerza me volvió a empujar para acostarme, mis lágrimas no paraban de salir mientras el desabrochaba mis zapatos quitándolos con rapidez, desabrochó mi falda y tomándola junto con mis pantis los bajó dejándome desnuda frente a sus ojos, no podía ocultar la alegría de tenerme así frente a él, por ultimo tomó mis calcetas con ambas manos retirándolas al mismo tiempo, yo por instinto me cubría con una mano los senos y con la otra mi vagina.

Sin decir nada se quitó la playera que llevaba, no sé si estaba nervioso o era la situación pero le costó trabajo desabrochar su cinturón, cuando por fin lo logró desabrochó con rapidez su pantalón, al ver que se lo iba a bajar cerré los ojos para no mirar lo que a él le causó gracia, con ambas manos me tomó de los tobillos y puso mis pies en su pene lo que me hizo abrir los ojos provocándole una sonrisa no podía ni quería mirar bien pero sentía algo muy caliente en mis pies.

Lo puso en medio de ellos para luego moverlos apretándolo con fuerza, estuvo haciendo eso por un buen rato, cuando por fin se detuvo levantó mis pies a la altura de su cara para luego lamerlos, haciéndome cosquillas lo cual era contrastante ya que no podía dejar de llorar, estuvo otro rato haciendo lo mismo, metía mis dedos en su boca los lamia hasta cansarse, yo no entendía porque hacia eso pero cuando por fin se detuvo acercó su cara a mi vagina.

Pensé que iba hacer lo mismo de la otra vez pero solo la escupió lo cual me desconcertaba un poco, abrió mis piernas lo más que pudo y ahí fea cuando vi por primera vez su pene, no se parecía en nada al del chico del video, ya que estaba lleno de bellos, escupió su mano para luego impregnar todo su pene de saliva, después empezó a frotarlo en mi vagina de arriba abajo, en ese momento vinieron a mi mente las palabras que tanto repetía mi mamá.

Los hombres solo quieren una cosa y luego te dejan embarazada sin que los vuelvas a ver, mi miedo creció cuando me puse a pensar en ¿qué iba a pasar si me embarazaba? Entonces le supliqué que no lo hiciera porque no quería quedar embarazada, pero él se rio burlándose de mí y me dijo que si eso pasaba nos casábamos provocando más mi llanto devolviéndome las ganas de luchar pero él me detuvo con una fuerte nalgada.

Sin dejarme reaccionar ni preparar el empezó a empujar su pene contra mi vagina haciéndome dar un grito de dolor, le pedí que se detuviera pero él seguía empujando, en un momento sentí como él se preparó y de un fuerte empujón me hizo dar un gran grito de dolor, mis lágrimas salían sin parar mientras el de inmediato se lanzó a besar mi cuello, después bajó a mis senos besándolos, mordiéndolos sin piedad para luego empezar a mover su pene.

Poco a poco el dolor fue pasando pero un ardor quedó en su lugar, cada vez se movía más rápido pero no dejaba de arder, mi cama se movía como si estuviera temblando después el intentó besarme en la boca pero luché con todas mis fuerzas para que no lo hiciera, su respiración era muy agitada y de repente empezó a gruñir muy extraño, unos segundos después de eso sentí como algo caliente llenaba mi vagina.

Sin decir nada se levantó muy apresurado tomó su ropa para vestirse, yo lo único que pude hacer fue tomar las sabanas y cubrirme, antes de irse me advirtió que si yo decía algo iba a volver para hacernos lo mismo a mi mamá y a mí, se fue mientras yo no podía dejar de llorar, así estuve toda la noche hasta que me quedé dormida, pero la mañana siguiente un grito me despertó, era mi mamá preguntándome ¿Por qué estaba desnuda?

Lo primero que hice fue abrazarla pero ella me rechazó preguntándome ¿qué había pasado? Pensé mucho si debía contarle pero ya me había visto así, sin más opción le conté todo pero le dije que no sabía quién había sido que traía una máscara y no pude verle la cara, pero mi mamá lejos de ayudarme me culpó de todo diciéndome que seguramente yo me le había insinuado a alguien que por eso me había pasado todo esto, no sé qué me dolió más.

Si todo lo que pasé o las palabras de mi madre, me dijo que no quería que nadie se enterara que no quería que supieran que tenía una hija puta, le pedí que no me tratara así pero siguió insultándome hasta cansarse, en ese momento solo quería morir pero nunca me atreví a hacerlo, lloré hasta sentirme sin lágrimas, desgraciadamente ese no era el fin de la historia con ese enfermo pero eso se los cuento luego con más calma hasta pronto.

(9,50)