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Mi gusto por las jovencitas... y los jovencitos

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Las cosas comenzaron a desbocarse en mi vida. La rutina y monotonía en mi matrimonio fraguó el germen de la separación, eso y mis continuas escapadas libidinosas con Nuria y sus amigas. Lo que ahora os voy a relatar ocurrió un fin de semana en la playa. El caso es que Nuria insistía en pasar conmigo un fin de semana en su "casita" de la playa, la verdad es que hasta ultima hora no pude confirmar mi asistencia y ella ya había echo sus planes. Pasó a recogerme a la oficina y mi gozo en un pozo, entre la sorpresa y el cabreo comprobé que Nuria venia acompañada por un chico, Daniel, uno de los bailarines de su grupo.

-Alegra esa cara tío que nos vamos a pasar un finde de muerte –terció la chica

La "casita de la playa" era un chalet bastante moderno, con jardín y una piscina limpia y cuidada, cuatro habitaciones con sus baños y un precioso salón, era la hora de la cena y nos dirigimos al paseo marítimo a comer pescado regado con vino blanco. Durante la cena Daniel se animo con el vino, nos bebimos tres botellas, yo bebí con alegría pero también con moderación, Daniel fue el que, de largo, mas se paso con el trago, hasta el punto que Nuria le dio un toque:

-¡No te pases con el vino que después no respondes en la cama!

A Daniel la observación de su amiga le hizo gracia, a mi no me hizo ninguna. La posibilidad, sospechosa posibilidad, de dormir solo oyendo como en la cama de al lado Daniel y Nuria follaban como descosidos no era precisamente mi ideal de un fin de semana playero. Tomamos una copa en una terraza, Daniel seguía bebiendo a un ritmo superior al nuestro.

-¡Te estas pasando con el alcohol! –advirtió Nuria de nuevo.

-¡Es para darme ganas!

Nuria rompió en una carcajada:

-¡Ja ja ja ja! ¡ganas te sobran mamonazo!

No le vi gracia a la broma, sobre todo porque me encontraba descolocado y fuera de lugar, ajeno a la complicidad y guiños entre Daniel y Nuria. A la una de la madrugada decidimos volver a casa. Nuria se fue a cambiar y Daniel saco una botella de Moet del frigo. A pesar de conocer toda la geografía del cuerpo de la chica, su exotismo, su tipazo y en especial sus tetas me seguían impresionando. Llevaba un ligero y cortisimo vestido de tirantes sin nada debajo. La ostentosa marca de sus pezones bajo la tela era una inspiradora visión. Daniel descorchó la botella. Llenó las copas y brindamos:

-¡Por nosotros!

Me retiré a ponerme cómodo, me quité los pantalones y me puse unas bermudas y una camiseta, cuando volví Nuria tenia un disco dvd en la mano, Daniel porfiaba, sin mucho entusiasmo, para arrebatárselo.

-¡Que no tía que me da corte!

-¡Venga ya tío que corte ni que leches! –zanjó la chica la cuestión introduciendo el dvd en el reproductor.

La cinta, grabada en el apartamento de Nuria, era un punto. Nuria y Marisa, una de sus amigas se morreaban, se comían los pechos y los coños mientras alguien las grababa, llegado un momento las chicas animaron al que grababa a participar, el tipo se acerco y las chicas, de rodillas, comenzaron a jugar con su verga mientras el seguía grabando, una mamada a dos bocas con todo el morbo que estas chicas le dan a sus devaneos venéreos, el tipo se desconcertaba y perdía el plano, las chicas mamaban y reían. Mi verga empezó a montar la correspondiente tienda de campaña bajo mis bermudas, Nuria miraba impávida y sonriente la escena mientras Daniel miraba, alternativamente, a la tele, a su amiga y a mi con una sonrisa nerviosa y algo tonta.

Nuria, sentada junto a mi en el sofá, comenzó a sobar mi paquete. Daniel se excusó:

-Voy al baño un momento.

Nuria subió el volumen de la tele que había estado al mínimo hasta el momento, las chicas reían, Marisa le quito la cámara al chico, la puso sobre un mueble, ajustó el plano y la dejo grabando, ahora pude ver al chico de cuerpo entero, era Daniel. Desnudo, con la polla bien empalmada y el pubis totalmente depilado, delgado, con el cuerpo fibroso, Nuria seguía mamándole la polla, Marisa se incorporó a la escena y comenzó a jugar con sus dedos en el trasero del chico que daba grititos realmente femeninos. Dos dedos de Marisa ingresaron en su esfínter mientras Nuria mamaba rico:

-Este es mas puta que nosotras dos juntas –bromeó Marisa mientras penetraba al chico. Nuria le señaló su mesita de noche, la chica abrió el cajón y saco un fino vibrador color violeta que procedió a meter por el culo de Daniel, Nuria seguía mamando, Marisa manipulaba el dildo en el esfínter del muchacho que se retorcía de placer y soltaba grititos y risas agudas y nerviosas

Marisa procedió a meterle el consolador todo lo que daba de si:

-A ti lo que te gustaría es tener una polla de verdad bien metida.

El chico no contestó, estaba corriéndose en la boca de Nuria.

Daniel apareció en el salón con una fina bata, tomo el mando a distancia y apago la tele:

-Me dijiste que eso no lo ibas a poner –reprendió a Nuria que se partía de risa

Lo que había visto y los sobeteos de Nuria en mi paquete me tenían bastante caliente. El chico se sentó nervioso en el sillón junto al sofá, Nuria bajo mis bermudas, mi verga quedo al aire, enhiesta, dura, la chica se agacho y comenzó a lamerme la punta de la polla, el chico no perdía detalle, yo estaba nervioso, no sabia, como siempre que estaba con Nuria que papel tenia que asumir. Nuria le hizo señas al chico para que se acercara a nosotros, el chico se sentó en el sofá junto a ella, Nuria ya tenia toda mi verga metida en la boca, la pajeaba y chupaba alternativamente, las manos del chico acariciaban la espalda de Nuria, las mías sobaban las tetas de Nuria cuyos pezones respondían con su dureza impresionante, es que las tetas de esta chica eran, son, unos pedazos de tetas.

-¡Vamos a la cama chicos! –invitó Nuria.

Les seguí a la habitación, delante mía Daniel desnudo movía su trasero como si fuera una chica, en la cama Nuria me invitó a penetrarla de lado mientras se la chupaba el chico, Daniel me miraba y se mordía el labio inferior, poniendo los ojos en blanco, pura cara de gusto y vicio. La mano de la chica se perdía bajo las pelotas de Daniel, no podía verlo pero por el movimiento estaba claro que sus dedos hurgaban en el hoyo trasero del muchacho, yo follaba tranquilo a la chica y le daba tirones y pellizquitos a sus pezones, cuanto mas fuerte pellizcaba mas fuerte era la presión del coño de Nuria en mi verga.

Nuria dio una sonora palmada en las nalgas de Daniel:

-¡Venga puton que te toca! –le dijo al chico

Daniel se puso en cuatro, la chica se lubrico los dedos en su propio coño empantanado y le penetro mientras me miraba con una cara de vicio enorme.

-Aquí tienes mi regalito del finde, el trasero virgen de este puton.

Me tomó de la polla y me acerco al chico que hundía su cabeza avergonzado en la almohada y levantaba su trasero, la verdad es que parecía la cola de una chica, solo la evidencia de un par de pelotas blancas y duras colgando certificaban la evidencia, era un chico quien me estaba ofreciendo su culo. Yo jamas había estado con un hombre, es mas, ni siquiera me lo había planteado, pero invadido por el morbo y la calentura me deje llevar por el momento y accedí a los requerimientos de Nuria, me sitúe tras el chico, Nuria orientó la cabeza de mi verga en el agujero, empujé, el chico dio un gritito, la cabeza de mi polla entro en su culo, estaba caliente y apretado:

-¡Clávasela entera! –me ordeno mientras masturbaba al muchacho y le apretaba las pelotas. Tenia el culito bastante cerrado y la penetración era dificultosa, Nuria me invitó a sacarla, tomo un tarro de crema y me enfangó la verga con ella, también la aplico en el ojete del muchacho. Ahora la penetración fue mas fácil, se la pude encajar hasta las pelotas sin atender las quejas del muchacho, me quede quieto, la presión del esfínter de Daniel en mi polla se acrecentó:

-¡Vaya corridon que te has pegado! –dijo Nuria enseñando su mano rebosante de lefa, Daniel había eyaculado justo cuando mis pelotas topaban en sus nalgas –ahora relájate y goza la enculada –le ordenó la chica mientras lamía los restos de semen de su mano con una cara de vicio tremenda. Después me besó, estaba probando, por primera vez el sabor de un semen que no era mío, aunque fuera a través de la boca de Nuria. Esta chica conseguía que para mi fuera normal lo que jamas me hubiera planteado. Mi verga permanecía dura incrustada en el angosto agujero de Daniel, comencé a culearle mientras Nuria me daba de mamar de sus tetas, el chico gemía cada vez que mi polla le atravesaba hasta las pelotas, Nuria me alentaba para que la penetración fuera mas fuerte:

-¡Sera cabrona la zorra, se acaba de correr y ya se esta empalmado otra vez!

Con la habilidad de una anguila se situó bajo el muchacho lo atrajo hacia ella y se penetro con su verga, yo también me vi atraído por la nueva posición, Nuria boca arriba con las piernas abiertas era follada por Daniel a quien yo empalaba:

-¡Ahora dale duro! ¡que se entere de lo que vale un peine! –me dijo Nuria

-¡Si si! ¡Follame vivo! –corroboró el chico

Mi verga ya entraba y salía del culito de Daniel sin apenas obstáculo, la profundidad y fuerza de mi penetración aumentaba. Le estaba dando duro, los gemidos y las respiraciones agitadas de los tres se confundían en una sinfonía de vicio y perversión. Palpitando en el esfínter de Daniel mi polla comenzó a escupir leche en sus entrañas. Caí inerte sobre la espalda del muchacho que a su vez se dejo caer sobre Nuria.

-¡Cabrones me vais a aplastar! –se quejó

Trabajosamente saque la polla del agujero de Daniel, cuando mi capullo se libero sonó el clásico ¡flop!, Daniel grito de dolor, la punta de mi polla quedó coronada por unas gotas de leche y un hilillo de sangre, Nuria hurgó en el abierto agujero del muchacho llenándose los dedos de leche y dándoselos a probar al muchacho que se quejó de que le escocía cuando Nuria le manipulaba, eso si, se quejó con una amplia sonrisa.

Acababa de encular a un jovencito como si fuera lo mas natural del mundo. Quizás lo sea.

Me metí en la ducha, en la habitación se oían las francas risas de Daniel y Nuria. Daniel entró al baño, se metió en la ducha y me dijo:

-¡Me has roto el culo chulazo! –acto seguido me dio un beso de lengua, me cogió de sorpresa pero mi lengua bailo al ritmo de la suya.

Me solicitó ayuda para lavarle el culo, aun seguía abierto y tenia restos de leche, suavemente le unté con gel y abundante agua, me volvió a besar y me dio las gracias, Nuria apareció en el baño en ese momento:

-¡que bonito es el amor! –bromeo

Salimos del baño, Nuria saco una papelina del bolso y mando a la cocina a Daniel:

-Hay pastelitos en el frigo, tráelos que tenemos que recuperar fuerzas y que me tenéis que agradecer lo que hago por vosotros, todavía no me he corrido aunque estoy caliente como una perra. La polla del muchacho aun seguía dura y desafiante, la mía dormía el sueño de los justos.

Comimos pastelitos, tomamos otra copa de Moet y nos esnifamos una rayita, ya Nuria estaba en la cama llamándonos, me tumbé junto a ella que rápido dirigió su cabeza hacia mi polla, lamía mis pelotas y levantaba el trasero, Daniel se puso en posición, enfilo su verga entre los labios del coño de Nuria y la penetró, mi verga comenzó a reaccionar de nuevo, el chico follaba a Nuria con energía mirándome a los ojos. Me incorporé y me levante a por el tarro de crema, tome un buen pegote en los dedos y embadurné el trasero de la chica, el chico saco su polla empalmada del coño, también le unté lubricante a el, era la primera vez que tocaba una polla que no era la mía. Aunque no me resulto desagradable tampoco me estremecí, aun hoy la única polla que me interesa es la mía. El chico apuntó su verga en el orto de Nuria y se la metió de a una, sin contemplaciones, Nuria se quejo:

-¡Cabron que me partes!

Pero Daniel no paró hasta clavársela hasta la raíz:

-Ahora métemela tu por el coño –bramó Nuria.

Sandwich, bocadillo, bombo y caja, doble penetración, llámalo como quieras, era la primera vez que participaba en algo así, un hilillo de saliva rebelde se escapaba de los labios de Nuria que estaba como ida, podía sentir la dura verga de Daniel separada de la mía por la estrecha y fibrosa pared que separan el recto de la vagina. Nuria no paraba de emitir sonidos roncos de placer. Abandonó la iniciativa que había llevado hasta el momento para dejarse hacer, dominar, follar. A todas las mujeres que he visto con posterioridad expuestas en la misma situación a todas las he visto igual, idas de placer y morbo en un charco de zumo de coño.

Yo estaba boca arriba en la cama, Nuria me montaba, Daniel la enculaba, el chico estaba a punto:

-Si no cambiamos de posición me corro ya –anunció

Cambiamos.

Daniel se tumbó al borde de la cama, Nuria apunto su polla en su ojete y se empaló sin contemplaciones, bien abierta de piernas me dijo:

-¡Venga cabron dame caña!

Mi polla entraba y salía como un pistón del coño de la muchacha, en cada metida sentía las palpitaciones de la polla de Daniel y del coño de la chica. Daniel comenzó a dar grititos de puton desaforado, yo apresuré el ritmo para que las corridas coincidieran. Nos corrimos al unísono, el coño y el culo de Nuria fueron regados con leche de cabron y la chica torció la boca, puso los ojos en blanco y predio el conocimiento, ganó el coñocimiento, digo yo.

Le saqué la polla y me tumbe en el sillón de bambú de la habitación, como pudo Daniel se quito de encima a Nuria que no reaccionaba, el cabronazo no se cortó y lamió toda la leche que salía del culo y del coño de la chica. Acabamos totalmente exhaustos pero aun así nos pegamos algunas folladas mas durante el fin de semana, fue un fin de semana apoteósico.

Lo chungo llegó el lunes, una abogada con tono hijo de puta me llamó al despacho, mi mujer proponía una separación amistosa. No puse ninguna objeción.

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