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Sexo mutuo con una sexy transexual muy lasciva

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Yo tenía una follamiga muy morbosa que vivía no muy cerca de una calle donde tres sexys transexuales vendían sus lascivos cuerpos de zorras transexuales en celo al mejor postor. Era de obligado paso, cada vez que iba a ver a mi muy querida follamiga, pasar junto a estas tres lascivas zorras transexuales y que rara vez no se me acercaban pidiéndome compañía y algo más y yo nunca las hacía caso, porque casi siempre iba con prisa. La verdad es que eran atractivas y tenían buenos cuerpos pues se las veía que poseían sugestiva apariencia y vestían sexy y eso ya me daba cierto morbo y de vez en cuando las miraba con vicio y hasta las deseaba secretamente. Una noche más que fui a joder con esta lasciva y sexy follamiga, una de estas viciosas y depravadas sexys transexuales, le dio por espetarme un lascivo y libidinoso requiebro que me puso especialmente cachondo y muy salidorro

— ¡que no me entere yo que ese culito pasa hambre! — soltó una de las zorras transexuales

Miré hacia atrás y una de las tres que me sonreía fue la que me soltó ese depravado halago sexual y entonces le eché intrepidez e ímpetu y le pregunté

— ¿has sido tu quien me ha soltado esa lujurioso halago? — inquirí examiné un poquito cabreado

— ¡si, he sido yo!, ¿qué pasa? — afirmó rotunda la sexy y morena trans

Nos miramos con vicio libertino, pues sabía que por allí había mucha clientela y que por lo que me soltó es que algún cliente la dejó mal.

— ¿tanto te gusto, zorra, que deseas a toda costa joder conmigo? — traté de averiguar

La golfa trans me puso una cara de no entender bien lo que le estaba soltando y sin más la muy libidinosa me largó:

— pues sí, eres de lo poco potable que pasa por aquí y me he decidido a "tirarte los tejos" — confesó la zorra trans

La verdad es que tenía buena apariencia y vestía sexy y muy procazmente con un par de sandalias de charol negro con tacón de aguja, unos vaqueros muy cortos y una blusa blanca con tirantes muy finos que acentuaban y sobresalían sus fantásticos y estupendos melonazos de zorra transexual en celo

— ¿cómo te llamas? — investigué

— Jessica, pero puedes llamarme Jess — proclamó la zorra trans

— ¿cómo te llamas tú, cariño? — sondó la zorra trans

— Me llamo Marco, ese es mi nombre — revelé

— Bonito nombre y muy sexy — alegó Jessica

Nos dimos dos besos y comenzamos a charlar para romper el hielo y Jessica me dijo que ella pasaba por aquí muy a menudo y que no se le daba nada mal, ya que vivía dos calles más abajo de donde ella ejercía la prostitución.

— ¿porque me has dicho eso antes? — pregunté

— Como no pasaba nadie y no ligábamos, pues me he decidido a "echarle morro" a ver qué pasa y has parado tu — confesó Jess

— ¿tanto te gusto como para lanzar a un desconocido semejante piropo? — curioseé

— es que no "pillaba cacho" y me dije a mi misma que el primer tío que pasase por aquí y estuviera bien, me lo tiraría — comunicó Jess

— bueno, ¿y que te parezco?... —dudé

— ¡psé!, pero hay buenas perspectivas... — dejó caer Jess

La conversación seguía por sexuales derroteros y yo babeaba por hacérmelo con esta fulana transexual que me estaba poniendo libidinoso y procaz

— creo que estás muy buena, Jess. Te deseo. Quiero joder contigo, zorra — descubrí lascivamente

— No querido Marco, quién te va a joder voy a ser yo a ti. Por eso te he dicho todo esto... — sugirió Jess

— Mejor uno un rato y luego el otro después, ¿qué te parece mejor? — sonsaqué

— ¡uhmm!... déjame pensar... — paró Jess

—... Bueno, ¿qué te parece?, ¡me tienes en ascuas! — volví a interrogar

— ¡está bien, será un encule mutuo, no quiero ser una zorra egoísta. Nos daremos los culos hasta reventar y ponernos ambos el uno al otro los ojos en blanco de placer — afirmó con rotundidad Jess

Tomó mi mano y me llevó en dirección a su apartamento que estaba bien cerca del lugar donde me acababa de ligar la muy cerda. La mutua cachondez, hizo que nos mirásemos con vicio, lujuria, desenfrenada obscenidad y disoluta impudicia

— ¡hijo de puta, te voy a volver loco de vicio lascivo! — profirió Jess lascivamente

— No me acojones, perra. Pero yo te voy a dar mucho rabo hasta marearte de placer y que te salgan grumos por el ojete, ¡golfa! — corté

Me pegó Jess un lascivo beso con lengua mientras me magreaba con vicio desmedido mi rabo que ya estaba duro y me hacía la "tienda de campaña" dentro del descaradamente obsceno tanga que llevaba

— ¡que duro se te ha puesto el cipote, canalla!, ¿todo eso va a ser para mi, cariño? — investigó Jess lúbricamente

— ¡si, querida Jess, todo eso y más! — aseveré

— ¡ah, vale! — cortó Jess viciosamente

Fuimos llegando al apartamento de esta guarra trans de Jess y mi lascivia iba en aumento y me ardía el rabo dentro del tanga y la lefa dentro de los cojones. Penetramos al ascensor y nada más cerrar las puertas, nos amarramos lascivamente e iniciamos un lujurioso manoseo que aumentó las ganas de poseer el uno al otro

— ¡que perra me pones, canalla!, ¡quiero joder ahora! — gritó Jess lujuriosamente mientras nos dábamos la paliza

— ¡qué buena estás, puta! ¡Qué cerdo me pones, guarra! — chillé lascivamente mientras a Jess le sobaba una teta

El lento viaje al apartamento de Jess, hizo que nos lanzáramos a una vorágine de pre-calentamiento sexual y eso aumentó mucho más nuestras ganas de sexo sin límites

— ¡estoy muy caliente, cabrón!, ¡te voy a traspasar bien, bribón! — vociferó Jess libidinosamente

— ¡y yo te quiero llenar de lefa, guarra!, ¡mira como me has puesto, cerda! — atroné

Llegamos por fin al apartamento de Jess y nuestra más que descarada impudicia y de jodernos mutuamente hizo que mientras intentaba abrir Jess el apartamento, me rozara el rabo y tuviera brutal deseo por el cuerpo de esta zorra trans tan libertina de Jess

— ¡Para, para, cariño! ¡ahora joderémos a placer! — profirió Jess entre vagidos sexuales

— deseo follar ya, cerda. Estoy muy salido y todo es por tu jodida culpa, guarra — chillé airadamente

Jess, por fin abrió la puerta y me llevó en volandas a su habitación. Mientras ella se iba a cambiar para ponerse más libidinosa y pornográfica y así aumentar mi lúbrico deseo por joder con ella

— Ponte cómodo que enseguida joderemos, amor — exteriorizó Jess entre gañidos sexuales

Yo observaba tumbado el maravilloso cuarto de Jess que tenía espejos en paredes y techo y cuadros de parejas jodiendo en las más lúbricas y libidinosas posturas y me dejaba llevar por la suave música que había puesto idónea para joder. Cuando se terminó de cambiar, Jess llevaba un moño estilo geisha así como un bustier negro que enseñaba sus magníficas tetazas y se ataba a la altura del abdomen, unas pezoneras negras con lacito negro y unas libidinosas medias negras de rejilla que completaban su lúbrico atuendo. Estaba tumbado y llegó Jess bamboleándose sexualmente y aumentó mi libidinosa cachondez y estaba preparado para que ella primeramente me diera su lasciva ración de sexo anal. Jess subió a la cama y me abrió la botonadura del vaquero y reparó que yo llevabaun tanga y que era muy sexy y obsceno

— ¡cabrón, que morboso eres, canalla!, ¡llevas un tanga y te lo callas, granuja! — vitoreó Jess lascivamente

— esa era mi sorpresa, cariño.¿a que no te lo esperabas? — sorprendí

La muy golfa de Jess me sonrió lascivamente y ahora me deseaba con urgencia lúbrica, pues el mero hecho de vestir un tanga la puso más libidinosa y babeaba por petarme y entaponarme con brutal avidez sexual

— ¡que morbo me da tu tanga, cabrón! — largó Jess entre gemidos mientras me acariciaba el pecho y me lo sobaba con otra mano

— ¡ahora sí que estas salida, zorra!, ¡pétame con vicio, puta! — bramé lascivamente

Jess y yo nos sobábamos los rabos y gemíamos y jadeábamos de lujuria, vicio y lubricidad mientras entre babeos y gemidos intercambiábamos insultos de carácter lascivo.

— ¡que cerda me pones, canalla!, ¡hijo de puta morbos, te voy a petar bien el ojete, so maricón! — bramó Jess lascivamente

— ¡eres una puta libidinosa, cómeme el rabo y mátame de gusto, golfa!, ¡qué buena estas, zorra! — vociferé entre vagidos libidinosos

Nos sobábamos los rabos con urgencia lúbrica y de nuestras lascivas bocas de seres en celo salían salivazos de pura lujuria

Jess se dispuso a comerme el rabo y hacerme disfrutar como un lujurioso semental en celo y darme el placer con su suave boca

— ¡que gorda y dura se te ha puesto cariño!, ¡yo te la voy a poner mucho más dura, canalla! — afirmó Jess obscenamente

Jess tragó mi rabo y yo la observaba embelesado y muerto de gusto mientras la muy puerca me hacía soltar jadeos, bufidos, vagidos y mil gemidos sexuales del intenso placer que me estaba produciendo y mientras me la comía me magreaba los cojones con sabia presteza sexual y eso me seducía y embelesaba procazmente

— ¡si, cerda, si!, ¡me encanta lo que me haces, sigue guarra! — afirmé entre vagidos

Dejó de hacerme esta caricia que tanto me embelesaba y unió nuestros rabos para que el obsceno momento fuera mucho más morboso aún

— cariño, que dura la tienes, pero la mía está mucho más... — advirtió Jess libertinamente mientras masajeaba mis pelotas

Acto seguido separó nuestros rabos y se dirigió a mi cara para que engullera mi rabo y darle placer con mi boca

— traga mi rabo, canalla. Dame placer ahora tu a mi — mandó Jess

Mientras engullía su rabo, yo magreaba mi rabo para mantener la dureza del mío y la muy cerda de Jess agarrada al cabecero entre gemidos, vagidos y mil jadeos soltaba una grosera retahíla de varias marranadas, vulgaridades y guarradas sexuales que tan cachondo me ponían

— ¡cabrón, que bien me la comes, canalla!, ¡eres un hijo de puta pervertido, me estás haciendo gozar como a una perra! — jadeó Jess

La muy viciosa taladraba y perforaba suavemente mi boca para que engullera su transexual rabo y darla placer y arrancarla gemidos, jadeos y mil vagidos sexuales

— ¡eres un cabrón libidinoso, como tragas, es un placer joder tu boca! — gimió Jess

— me matas de gusto, me vuelves loca.¡que bien la chupas, bribón! — aseveró Jess entre gemidos y vagidos

Con un pie fuera y otro dentro me atizaba su rabo a mi boca y yo mientras continuaba masajeando mi rabo para mantener la erección. Volvió a ponerse a horcajadas sobre mi cara y volví a engullir su rabo y la volví a dar más placer mientras la muy cerda profería una libidinosa retahíla de jadeos, gruñidos y varios vagidos que me ponían cachondo.

— ¡agh!, ¡ugh!, ¡siiii!, ¡arf! — gemía Jess lujuriosamente

Jess sacó un momento su rabo de mi boca para cogérselo y darme golpes en la boca con él y "hacerme sufrir" un poquito para luego atizarme otra vez su rabo de zorra transexual en celo

— ¡toma cabrón!, ¡goza mi rabo en tu puta bocaza, maricón! — bramó Jess lascivamente

Cambiamos de posición y yo me puse a cuatro patas delante de ella y Jess frente a mí con su endurecido rabo y yo se lo mamé y mamé como un bebé y ella continuaba profiriendo una lasciva serie de vagidos, gemidos, jadeos, bufidos y mil berridos sexuales presa de una brutal excitación mezclada con guarradas y groserías sexuales

— ¡uag!, ¡toma polla, cabrón!, ¡siiiii!, ¡gózame, cerdo!, ¡agh!, ¡toma rabo, canalla! — rugió Jess lujuriosamente

Yo le seguí mamando el rabo y mientras me pajeaba para ponerme más y más cachondo y procaz y Jess comenzó a aproximar su mano a mi culo para petarme y partírmelo placenteramente

— ¡ven aquí, so canalla, te voy a joder el ojete, tío bueno! — rugió Jess libidinosamente

Dejé de mamar su transexual verga y me posicioné para que me petara el ojete a su placer y me diera todo el gustazo del mundo durante la libidinosa jodienda anal a la que me iba a someter la muy puerca

— ¿gozas, canalla?, ¿sientes mi rabo, cerdo? — inquirió Jess lujuriosamente mientras me iba partiendo el culo

— ¡si, cerda, si!, ya noto como me petas el ojete ¡puta! — rugí procazmente

La cerda de Jess me agarraba con una mano el sexy tanga que yo vestía pues la ponía muy cachonda tocarme el tanga y con la otra me aferraba con fuerza para que la jodienda anal fuera más deleitosa

— ¡toma polla.cabrón!, ¡siente mi rabo!, ¡qué bueno estas, bribón, me encanta partirte el ojete! — soltó Jess libidinosamente

Mientras me petaba y entaponaba me besó la espalda y yo escuchaba sus deliciosos grititos sexuales pues estaba gozando como una puta cerda en matanza al petarme el ojete con saña y lujuria

— ¡vamos a cambiar de postura, canalla!, ¡quiero darte más placer, bribón! — ordenó Jess lujuriosamente

Cambiamos de posición y me puse con las piernas en alto para que la zorra de Jess me petara más viciosamente el ojete y hacerme gozar como un cabrón libertino y depravado

— ¡qué bueno estás sucio canalla!, ¡que gustazo me da joder tu puto "bulla"! — bramó Jess viciosamente

— ¡si, cerda, si!, ¡ya veo como gozas al joder mi culo!, ¡te pongo cachonda, puta! — solté muy obsceno

La ramera transexual de Jess mientras me petaba el ojete ponía cara de viciosa libertina y babeaba de gusto y yo me relamía de placer al ser ese objeto de desenfrenado deseo para esta puta puerca de Jess

— ¡eres un cabrón depravado, me haces gozar como una guarra! — gruñó Jess viciosamente

Mientras me jodía y jodía sin parar el culo yo me pajeaba y disfrutaba como un libertino depravado al ver la puta cara de placer que tenía esta cerda lujuriosa de Jess mientras me sodomizaba placenteramente

— ¡hijo de puta.como traga tu puto culo, joder!, ¡es un vicio petarte, bribón! — soltó Jess obscenamente

La muy golfa de Jess me petaba y partía el ojete con ganas y gozaba más y más a cada embestida que me daba en el culo y yo observaba la cara de placer que iba en aumento al petarme más y más el culo

— ¡ahora vas a morir de placer!, ¡mientras te peto, te agarro el rabo para darte más placer, cabrón! — soltó Jess entre mil gemidos

La golfa depravada de Jess al tiempo que me entaponaba el ojete me magreaba el rabo y yo gemía y gañía placenteramente como un vulgar cerdo en matanza

— ¡cerda!, ¡puta!, ¡que gustazo me das!, ¡que polvo me estás pegando, guarra! — gruñí lujuriosamente

— ¡ya lo veo en tu puto careto de vicioso!, ¡que perra me pone petarte el ojete! — sostuvo Jess libertinamente

La ramera libertina de Jess había aumentado la rapidez y la cantidad de embates que le daba a mi espumeante culo y me magreaba con mas ganas el rabo al tiempo que me hacía un poco de daño y eso me excitaba sobradamente

— ¡cabrón, cabronazo, que bueno estás!, es un deleite partirte el culo, que morbo tienes, so canalla.¡que morbazo me da tu sexy tanga, bribón! — reveló Jess viciosamente

Jess me pajeaba frenéticamente y estaba muy caliente la muy puta y yo casi estaba y ahora era mi turno para petarla y entponarla a base de bien a esta zorra libidinosa de Jess

— ¡vamos, cerda, te voy a partir el culo, deja de follar el mío! — mandé lujuriosamente

Salió de darme empellones y embestidas y me posicioné detrás del culo de esta zorra trans de Jess para comenzar a joder su culo que tanto me encendía y gustaba viciosamente

— ¿notas mi rabo, cerda? — inquirí libidinosamente

— ¡si, canalla, si, ya noto como me estás petando! — afirmó Jess entre jadeos

Comencé a perforar el ojete de esta puerca trans de Jess mientras ambos jadeabamos y gemíamos e intercambiábamos groserías e imprecaciones sexuales

— ¡hijo de puta malnacido, que bien me jodes, canalla! — descubrió Jess lascivamente

— ¡que zorra eres cariño, como traga tu puto culo, joder! — bramó Jess libidinosamente

— ¡toma rabo, cerda!, ¡siente mi rabo, puta!, ¡gózame guarra! — largué entre vagidos

— ¡ya lo siento, sigue, no pares, cabrón, me vuelves loca, cerdo!— rugió Jess viciosamente

La golfa de Jess jadeaba, gemía y emitía una lasciva sarta de vagidos y gruñidos sexuales muestra de que estaba muerta de placer al recibir con saña y brutal ferocidad sexual mis acometidas de rabo en todo su profundo ojete

— ¡sigue, cabrón, sigue!, ¡me estás matando de gusto!, ¡no pares, canalla! — ordenó Jess entre gruñidos

— ¡toma rabo cerda!, ¡toma polla, guarra!, ¡tome polla!, ¡te doy mucho placer, puta! — me desgañitaba

— ¡Nadie me folla ahora tan bien como tú, cabrón! — rezongó Jess lascivamente

— ¡qué caliente me pones, cerda!, ¡tu culo es profundo, maldita pécora! — maldije lúbricamente

— ¡me matas de gusto, cabrón!, ¡que rabo tienes, sucio bribón!, ¡como lo noto! — gruñó Jess libidinosamente

Adelanté una pierna para joder mejor y clavársela con más fuerza y ganas en todo el culo y la muy viciosa de Jess dio un respingo pero me pidió que no parara

— ¡Guau, cabrón!, ¡me vas a partir en dos, pero no me la saques, sucio pervertido! — maldijo Jess entre mil vagidos

— ¡toma rabo!, ¡gózame! ¡Goza, guarra!, ¡toma polla, puta! — bufaba yo libidinosamente

— ¡amo tu polla, cabrón!, ¡me gusta tu rabo, hijo puta! — bramó Jess jadeando

— ¡así, guarra, así!, ¡me pones muy caliente, puta! — bramé de lubricidad

Ambos jadeábamos y gemíamos y lanzábamos mil gruñidos de libertino vicio y pasión desenfrenada mezclados con insultos y mil groserías sexuales. Decidí cambiar de postura para petar mejor el culo de esta ninfomaníaca de Jess que tanto me había hecho gozar y ahora su culo era solo para mi.

— ¡vamos, sucia cerda, mueve el culo, ponte patas arriba, te voy a partir más y mejor el culo, puerca! — mandé

— ¡si, canalla, si!, ¡soy tu puta esclava, jódeme sin parar como a una puta cerda en celo, vamos! — acató Jess lujuriosamente

Jess se posicionó patas arriba y proseguí petando y entaponando su profundo y abisal ojete que tan caliente me ponía mientras ella se masturbaba plácidamente para alcanzar mayor placer

— ¡Eres un jodido cabrón vicioso!, ¡me das mucho placer! — jadeaba Jess impúdicamente

—¡qué buena estás, puta!, ¡qué bien te mueves, zorra! — chillaba del gustazo que me daba petar el ojete de Jess.

—¡me estás matando de gusto, cabronazo! —jadeaba Alana salidísima.

—¡que buenas estás, cariño!, ¡me encanta ser tu puto! — vociferaba mientras la barrenaba su ojete y ella se pajeaba sin parar.

La cerda de Jess gemía y gañia sin parar y estaba muerta de placer y vicio anal al recibir mis embates y empellones en toda su oquedad anal mientras tenía los ojos casi cerrados del depravado y libertino vicio que tenía la muy hija de puta

— ¡qué bueno estás, canalla!, ¡me destrozas el ojete!, ¡me vuelves loca con tus pollazos!, ¡no me la saques!, ¡me estás llevando a un brutal paroxismo anal! — jadeó Jess placenteramente

— ¡me pones como una moto, puerca!, ¡me pone muy burro joder contigo!, ¡que cerda eres, como traga tu culo!, ¡que gusto es sodomizarte, zorra! — descubrí

—¡dame polla, maricón!, ¡dame polla!, ¡dame rabo!, ¡no me la saques, bribón! —berreaba Jess

—¡goza, guarra!, ¡toma rabo!, ¡gózame! —aullaba yo con sicalipsis

Jess recibía mis golpes de rabo velozmente y gemía como una sucia zorra a la que estuvieran matando de placer y lloraba y gemía del gustazo que tenía al recibir mi horadante rabo.

—¡me estás matando de gusto, guarra!, ¡toma rabo, puta! —berreaba muy salido.

—¡jodeme!, ¡jodeme más!, ¡dame rabo, cabrón!, ¡jode a esta puta zorra!, ¡jodeme, cabrón! —aullaba Jess de puto vicio.

Continuaba dando golpes con mi socavante rabo a su bullente y profundo ojete de loba libidinosa y la golfa obscena de esa golfa depravada de Jess proseguía y permanecía lanzando y soltando "ayes" de placer carnal al tiempo que bramaba mil palabras soeces que me ponían más lascivo y libidinoso y me impelían a poseer más y mucho más ese profundo y agitado ojete de Jess

—¡me estás matando de gusto, maricón!, ¡me haces llorar de gusto!, ¡qué bien sabes usar tu polla, cabrón!, ¡qué bien me estás jodiendo! —chillaba de placer esta zorra de Jess

—¡toma rabo, puta!, ¡toma rabo, guarra!, ¡siente mi polla, zorra! —bramaba yo lujurioso.

Como colofón a esta lasciva historia, después de haber petado y entaponado salvajemente a esta golfa transexual tan depravada de Jess, expulsé un excelente chorro de pegajoso y untoso lefote en el vientre de la ramera transexual Jess y ella también, pues el haber aguantado tanto hizo que el orgasmo fuera más brutal y pegamos un alarido alucinante y magnifico al corrernos a la vez. Marchamos a la ducha y todavía la muy viciosa me hizo una soberbia y fenomenal mamada que me terminó por dejar seco sexualmente. Cuando ya nos secamos, quedamos para otro día para volver a pegar otro brutal coito.

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