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Los amantes del asilo (Primera parte)

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Esta es la historia de Karla, una chica muy hermosa, de 19 años, castaña, de piel blanca, con tetas no muy grandes, más bien medianas y un culo bien parado y redondito.

Ella siempre quiso ser enfermera, su inmensa paciencia y corazón solidario ayudaban mucho en ello. Empezó a trabajar en el asilo por recomendación de su hermana, ella no quiso al principio pero se dejó convencer por las necesidades de los ancianos y sus ya mencionadas cualidades le impidieron rechazar la oportunidad. Es así que rumbo a su nueva aventura, sin saber que esta le depararía las más placenteras e inolvidables experiencias de su vida.

Estaba entusiasmada, su novio Javier siempre la apoyaba y en este caso no era la excepción. Él se dispuso a llevarla en su coche hasta el asilo, que no quedaba nada cerca de su casa, cuando llegaron se despidieron con un beso. El partió en su coche y ella ingreso al asilo, ni bien cruzo la puerta todos los ancianos voltearon a mirarla, algunos se atrevieron a piropearla y otros callados admiraban la belleza de la nueva enfermera. Una señora mayor, la encargada del asilo, llamo a Karla, la llevo a su oficina y le entrego su uniforme. Una gorrita que le daba un aspecto angelical tremendo y una bata que le quedaba muy pequeña, pero bueno era la única que había. Ella acepto pues tenía muchas ganas de empezar a trabajar.

El día transcurrió tranquilo, algunos viejitos se animaban a decirle cosas como: "Que rica estas" "Siéntate en mis piernas nena" "Está bien apretadita mi amor". A ella no le importaba, pensaba en los viejos que eran y que la única manera de sentirse más viriles era diciéndole esas cosas. Todo normal hasta que le toco atender a Don Valerio, un tipo gordo, con los dientes amarillos, pelado en la frente pero con cabello canoso a los costados y una piel arrugada. Karlita se le acercó y le ofreció la comida, él le dijo que quería ir a comer a su cuarto así que ella lo llevo. Ya en el cuarto ella lo recostó y se volteó, agachándose para levantar la bandeja con la comida, esto hizo que se le levantara la falda dejando ver su culo y su ropa interior a Don Valerio que se empezó a tocar la pija, Karlita giro y al ver al viejo así dio un grito. Muy molesta y asqueada. Le dijo:

-¿Qué diablos hace Don Valerio?

Él le respondió: -Nada chiquita hace mucho que no veo un culito tan rico como el tuyo, esas braguitas blancas te quedan muy bien.

Al ver que él seguía tocándose Karlita intentó agarrarle de los brazos y le ordenó que parara, pero en el forcejeo ella tocó la pija de Don Valerio, éste la miró picaronamente y le dijo "Entrégame tu conchita de zorrita y con esto te hare saber lo que es el placer". Ella lo soltó, pero no sin antes darse cuenta del enorme paquete que tenía el viejo.

Muy indignada salió del cuarto de Valerio y como su turno ya terminaba decidió volver a casa con su novio. Cuando llego él le ofreció salir, Karla acepto de inmediato pues quería olvidar el "mal momento" que tuvo con el viejo. Los novios cenaron, bebieron y luego fueron a bailar, Javier la besaba y tocaba, bailaba pegado a Karlita, la tomaba de la cintura y la apretaba contra él, entonces ella empezó a calentarse. Javier la pasaba bien pero a la vez bebía y bebía, al salir del antro Karla decidió que deberían volver en taxi a casa, pensó que Javier se recuperaría del mareo que tenía, pero no fue así. Al llegar a casa ella intento seducir a su novio, pero él estaba demasiado ebrio y empeoraba cada vez más. Karla intento seducirlo con besos y caricias, pero no había caso, Javier llego completamente dormido a la cama, y ella quedo ahí, al lado, muy enojada, frustrada y caliente...

A la mañana siguiente Karla seguía muy cachonda, en eso se le vino a la mente Don Valerio y su enorme polla. Ella recordó sus palabras "Entrégame tu conchita de zorrita y con esto te hare saber lo que es el placer", eso la calentó aún mas no sabía porque pero le excitaba pensar en lo que podría hacerle el viejo de Valerio.

Se levantó, se dio una ducha y se alisto para irse, al ver que el idiota de su novio seguía dormido decidió irse sola. Al llegar al asilo hizo sus deberes, uno a uno atendió a los ancianos hasta que llego con Don Valerio. Se miraron fijamente por unos segundos, Valerio rompió el silencio pidiéndole que llevara el desayuno a su cuarto. Karlita no se opuso fue, dejo el desayuno en la mesita y le pregunto a Valerio cuantas cucharaditas de azúcar quería, Valerio le dijo tres. Mientras lo hacía el viejo se le acerco y se paró detrás de ella sintiendo así las suaves nalgas de Karlita, que no dijo nada, Valerio la tomo de la cintura y la apretó hacia el haciéndole sentir a Karlita su gorda y vieja polla. Ella no sabía porque lo dejo pero le gustaba, se sentía muy deseada. Sin moverse de la posición le ofreció a Valerio una cucharadita de café y él lo probo, le dijo que estaba bien mirándola fijamente. Karlita no podía más, sentir la polla y la mirada del viejo de Valerio la mojaba muchísimo. Él se dio cuenta y la beso, metió su lengua en la boca de Karlita, que no se resistía, más bien ¡le correspondía el beso!

Sus lenguas se entrelazaban y jugueteaban. Ambos estaban excitadísimos, Valerio empezó a tocar las tetas de su joven amante, desabotono su bata y metió su mano para sentir su delicioso pezón. Karlita soltó un gemido "ahhhi" dijo, el viejo quería manosear todo ese joven cuerpo y metió sus manos entre las piernas de Karlita, que le dijo "Espera... No te apures". Karlita fue a la puerta y la cerro con seguro, para que nadie los moleste. Giro y vio a Valerio ya sentado en la cama, sabía que todo esto estaba mal, pero no le importaba el morbo que le hacía sentir el viejo era superior a todo.

Fue entregada hacia él, que de inmediato la recostó en la cama y le quito la bata dejándola solo con su sujetador y bragas blancas Valerio le besaba la cara, los labios y el cuello. Karla estaba fuera de sí, se sacó el sujetador dejando ver sus tetas al viejo de Valerio que empezó a chuparlas, primero una luego la otra, su lengua lamia los pezones de Karlita que muy excitada le acariciaba su canosa cabeza. Valerio lamía y mordía con delicadeza esos deliciosos pezones, hace mucho que no probaba tetas tan ricas.

El besaba cada centímetro del cuerpo de ella bajando poco a poco por el pecho, el estómago y la cintura hasta llegar al pubis. A esas alturas Karlita tenía la braga empapada de excitación, Valerio se la quitó y le dijo:

- ¡Uyyy! Mírate princesa, hice que mojaras toda tu braguita

- Karlita respondió: Mmmm... Sigue, quiero que te comas mi conchita

Valerio sonrió y empezó con lo suyo, primero con pequeños besos y luego con la lengua lamiendo esos deliciosos labios vaginales. Con sus dedos abrió la conchita de Karlita, que era muy rosada, y empezó a chuparle el clítoris. Esto enloquecía a Karlita que no paraba de gemir "Ahhh" "Mmm... Que rico papi". El viejo entonces aumento la intensidad y movió su lengua de arriba abajo, de izquierda a derecha. ¡La rajita de Karlita nunca había experimentado tanto placer!

El la sujeto de las piernas para asegurarse de que ella no se soltara. Y fue así, las repetidas frotaciones de su lengua con el clítoris de Karlita hicieron que esta quiera zafarse, tenía que respirar pues, ¡El goce era terrible!

Karlita no aguanto más y se corrió, una cantidad enorme de chorros dejo mojado a Valerio, que se relamía los labios disfrutando de los deliciosos jugos vaginales de su enfermerita.

- Que juguitos chiquita, están deliciosos

- "Ahhhhi, estuvo riquísimo. Nunca antes había disfrutado tanto". Dijo completamente excitada (Ella creía disfrutar del sexo con su novio, pero nunca había sentido nada como esto. Un verdadero orgasmo)

- "Te lo dije bebe... Y esto recién empieza". Dijo el anciano

- "Bien, pero ahora es mi turno" Replico Karlita

Y es así que empezó a desvestirlo, su chompa, su camisa y su bivirí. La abultada barriga de Don Valerio y su piel arrugada no le importaban a Karlita, para ella, en ese momento, él era el hombre más atractivo del mundo.

Le dio un beso en la boca mientras desabrochaba su pantalón, lo dejo solo con su trusa, lo miro y le dijo mordiéndose el labio "Mmm... Don Valerio, me gusta mucho".

Él sonrió y se quitó la trusa, Karlita vio el mástil que apuntaba hacia ella, era grande ¡Incluso más grande que el de su novio!

Con sus manos acaricio el cuerpo del anciano, se agacho y metió la polla de Valerio en su pequeña boca. Con sus labios tiro para atrás la arrugada piel, dejando así el glande libre y listo para ser lamido. La lengua de Karlita lamía y lamía como si se tratara de su golosina favorita, el viejo no podía creer que una jovencita como ella pueda chupar la polla tan bien.

Ella le dio una lamida desde la raíz hasta la punta a esa vieja pija lo hizo así un par de veces y luego intento tragársela completa, pero no pudo, solo alcanzaba a tragar la mitad. Entonces empezó a lamer los huevos de Valerio, esas arrugadas bolsas contenían litros de leche, que hace mucho no eran probadas por una mujer, mucho menos por una jovencita.

Después de haber chupado sus huevos volvió a lamerle el glande, ella le pasaba la lengua en círculos haciendo enloquecer a Valerio que emitía fuertes gemidos: "Ughh" "Así bebe, que rico lo chupas"

Después de unos minutos así, decidieron que era momento de coger. Valerio tomo la iniciativa y pese a su edad levanto a Karlita y la recostó en la cama. Coloco su polla entre las piernas de su amante y dijo:

- ¿Lista bebe?

Karlita pensó por un momento en su novio, se sintió mal por él, pero sabía que el placer que le daría Valerio no lo tendría jamás con Javier. Entonces le dijo: "Hágame suya Don Valerio"

El anciano introdujo su enorme polla en la conchita de Karlita que adolorida dijo: "Ayyy, es muy grande"

Él le dijo: "Tranquila, lo vas a disfrutar"

Empezó a penetrarla lentamente, el apretado coño de Karlita hacía que el disfrutara mucho. Empezó a besarla y poco a poco aumento la intensidad de las penetraciones. Cuando la conchita de Karlita estaba lo suficientemente húmeda, Valerio le dio embestidas más fuertes haciendo que ella gimiera como nunca en su vida.

"Ahh, aahhhh, que rico" "No pares papi" Gritaba ella, completamente excitada. Ahí tuvo el segundo orgasmo de la noche, corriéndose y mojando la cama.

Cambiaron de posición, ¡ahora era turno de Karlita! Se puso sobre Valerio coloco sus manos en su gorda barriga y empezó a montar. La profundidad de las penetraciones eran muy buenas, Karlita sentía como esa vieja polla llegaba hasta sus entrañas, haciéndola correrse otra vez. Sí, era otro orgasmo más, el tercero de la noche.

A Valerio le dieron ganas de ver el culo de su enfermerita, así que le ordeno que se diera vuela. Karlita obedeció y lo monto así, la calentaba saber que el anciano tenía un primer plano de su hermoso orto. Algo que ni siquiera su novio había disfrutado (pese a que él se lo pedía).

Karlita muy caliente sintió que se corría de nuevo, la excitación era infinita, cuando llego al orgasmo gimió muy fuerte "Ahiiii Don Valeriooo Ahhh".

Al viejo le encantaba tenerla así, entonces decidió darle más placer aun y con su dedo empezó a masturbar el ano de Karlita, ella nunca había dejado que la toquen así, pero ahora no le importaba estaba gozando como nunca en su vida. Valerio se chupo el dedo lo lleno de saliva y acaricio el delicioso ano de la jovencita, que en ese instante explotaba con otro orgasmo. Él no se detuvo, prosiguió y metió su dedo en aquel apretado orto, Karlita se sentía en las nubes. Le gustaba que el viejo la follara así, sentía como esa vieja polla penetraba deliciosamente su conchita y como ese grueso y arrugado dedo irrumpía en su culo acariciando sus paredes anales. Es así que tuvo otro orgasmo, el chorro que salió de su vagina fue tan fuerte que tuvo que retirar la polla del viejo, dejándolo cubierto con sus sabrosos jugos.

El anciano tenía fuerzas para más y entonces puso a Karlita de costado, quería hacerle la cucharita. Karlita estaba extenuada y sorprendida que él quiera coger aún más. Valerio le metió la verga y la empezó a penetrar con firmeza, ella gemía "Siiii, siiii, que ricooo Ahhh" Valerio puso sus manos en las tetas de Karla y presiono su cuerpo contra el de ella. Karlita giro el cuello, quería sentir los besos del viejo. El sin dudarlo metió su lengua en lo más profundo de la boquita de ella, mientras que con sus manos le pellizcaba sus pezones. Al momento Karlita tuvo otro orgasmo, ya había perdido la cuenta de cuantos eran, pero no importaba. Ella disfrutaba de la mejor noche de su vida. Don Valerio le dio una nalgada, saco su polla del interior de Karlita y empezó a pajearse, ¡Quería correrse en el cuerpo de su amante!

A ella no le molestaba la idea, de hecho lo ayudo a hacerlo. Se levantó de su posición y empezó a besarlo mientras le masturbaba su vieja polla. Valerio gemía: "Ughh, nena, quieres la lechita de papi"

- "Mmm... Sí papi, quiero que me cubras con lechita" Dijo ella mirándole con su angelical y dulce rostro

Cuando Valerio sintió que era el momento, recostó a Karla en la cama, se acomodó a su lado y con una última frotada eyaculo sobre las tetas de su enfermera.

-AHHH... POR DIOOOSSS... UGHHH...

Gimió mientras una gran cantidad de leche cubría el hermoso cuerpo de Karlita, que como una zorrita se masajeaba las tetas diciéndole:

- Ahiiii que rico Don Valerio. Mm... Nunca un chico me había hecho esto

- El viejo se acercó y dándole un muy sensual beso le dijo: "Ahora yo seré tu rey y tu mi princesa"

Karlita sonrió, estaba muy satisfecha, ¡como nunca antes había estado!

Valerio se recostó a su lado, ella se acomodó sobre su pecho y así estuvieron unos minutos, hasta que la jefa de enfermeras llamo a Karla, entonces la pareja de amantes empezó a vestirse. Antes de salir del cuarto Karlita le hizo prometer a Valerio que no dijera nada a nadie, el acepto con la condición de que esto se repitiera, ella sonrió y le dio un beso muy largo. Cuando salía de la habitación Valerio le dio una nalgada, solo para recordarle que él. Era su hombre ahora.

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