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En busca de una actividad para bajar su libido

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Paola se había quedado soltera y ningún hombre podía satisfacerla como su novio, es verdad que le había sido infiel en algunas ocasiones, pero todo producto de la adrenalina que esto generaba, pero después del segundo o tercer encuentro, ya no era lo mismo, se había vuelto una adicta al buen sexo y a lo perverso de su novio, y a pesar que ella le imploraba un último encuentro, el ya no cedía a sus deseos. Ella había hecho de todo para conseguir su verga una vez más, hasta le había enviado fotos de su vagina húmeda, y ofrecido su culito sin restricciones, pero él se había negado, y junto con eso, le cerraba las posibilidades de los orgasmos que solo él y sus perversiones lograban generar en ella.

Andaba caliente todo el día, y como tenía un cargo importante en la empresa, no podía meterse con cualquiera, además que ella era muy exigente con sus candidatos, pocos podrían superar los requisitos básicos, y mucho menos los requisitos para llevársela a la cama. Entonces trato de dedicar su energía a la bicicleta, al cerro y se metió a clases de buceo motivada por una compañera del trabajo, la que le dijo que el instructor era un adonis. Juntas iban a estas clases, cada una en su auto ya que ambas vivían en direcciones opuestas. Paola, quien desde muy joven se interesó en el buceo, pero nunca tuvo los medios para hacer ningún curso estaba fascinada, lo único que necesitaba era un traje de baño y toalla, ya que todos los demás implementos los entregaba el club de buceo donde haría el curso.

Eran cerca de 12 alumnos, y Paola siempre tenía esa vergüenza interna, la cual no manifestaba, donde solía ser la chica con los pechos más grandes, y en esta oportunidad, no sería diferente, tenía un traje de baño deportivo que afirmaba con mayor fuerza sus pechos, pero eran notoriamente redondos y grandes. Los que al contacto del agua fría de la piscina, siempre se erizaban volviéndose el centro de las miradas de ellos y ellas.

El curso tendría 10 clases en piscina del centro, lo que permitirá los conocimientos básicos previos a ingresar al mar.

El instructor era un ex marino, tenía el físico de un hombre de 40 años deportista, su piel tostada por el sol y el mar, le daba un bronceado envidiable, a sus 58 años era la envidia de cualquier hombre y generaba suspiros en cualquier mujer.

Las clases para Paola resultaban extremadamente buenas, ya que su mente estaba concentrada en lo que debía aprender y el sexo quedaba olvidado, por lo menos por un tiempo.

Ella siempre había sido muy auto exigente y necesitaba ser la mejor, y en ese sentido hacia más esfuerzos que los demás, debido a que no tenía dependientes (hijos pequeños, pareja, otros) ella no necesitaba correr al momento de terminar la clase, y por lo general era la última en salir de la piscina.

Ella no se había dado cuenta, pero el instructor se ya varias clases atrás le había puesto el ojo, entonces un día él se metió al agua y le explico el procedimiento para inmersión con tubo de oxígeno, quedándose ambos en la piscina. Lo más difícil era olvidar de respirar por la nariz y hacerlo por la boca, entonces y estando con el instructor ella descoordinó y trago algo de agua, Carlos que estaba atento se dio cuenta y la ayudo a salir rápidamente, dado el peso del tanque de oxígeno, entonces la tomo y la saco arriba, ella salió a la superficie y tocio botando agua, él la tomo entre los hombros y le dijo “tranquila… tranquila”. Ella se sintió tan protegida y ese hombre tenía su cuerpo tan tonificado y fornido, que se sintió protegida, y lo abrazo sin ningún tipo de maldad ni calentura, era un abrazo que daba una niñita a su padre protector.

Él le dijo que se calmara, le ayudo con el tanque y le dijo que se fuera a duchar, sus ojos habían quedado algo rojos, y se fue al camarín para proceder a duchar y sacar el cloro de su piel.

Esa misma noche y revisando su página de face, recibió una solicitud de amistad, decía Carlos quiere ser tu amigo, y salía la foto de Carlos su instructor, inmediatamente la acepto y se puso a revisar sus fotos, por lo visto era separado y tenía muchas fotos donde se veía contento y jovial, pensó cuando estaba entre sus brazos, esa seguridad que le dio y esa fuerza que seguro podía levantarla, allí estaba revisando las publicaciones, cuando surgió un

-Hola linda!

-Hola galán -le contesto ella…

-te interrumpo, no quiero incomodar ni causarte problemas con tu pareja -dijo Carlos.

Ella le contesto en seguida.

-No te preocupes, estoy solterita por estos días.

-En serio, soltera tú? No te creo. -Escribió Carlos

-Por qué no lo crees?

-Porque eres muy atractiva para estar sola –contestó Carlos.

-Soy exigente, no voy con cualquiera –contestó ella.

-Mmmmm bueno -dijo Carlos- es tarde y me iré a dormir. Buenas noches linda.

-Buenas noches para ti también.

Ella se dio cuenta que su corazón se había acelerado, Carlos la había buscado y solicitado su amistad, entonces ella que nunca se había interesado en un hombre mayor, ahora se daba cuenta que él estaba en mejor estado físico que los hombres que iban en su clase, todos gorditos y con músculos fofos. Esa noche se acostó tocándose mientras pensaba en el abrazo de Carlos.

Debía esperar toda la semana para ir a su quinta clase, el martes a las 19 estaría allí, y quiso ver si el interés de Carlos era real, y se dedicó a observarlo durante la clase, él la miraba de reojo, y le sonreía cada vez, ella comenzó a verlo más como hombre, su traje de baño no era nada apretado y bastante más largo de lo que ella deseaba, no dando opción a suponer ni aproximarse a saber si la verga de Carlos podría tener la talla de lo que ella estaba acostumbrada. Y por más que se ubicó detrás de él bajo el agua, no logro ver sus partes íntimas.

Entonces la clase termino, y todos se fueron a las duchas, Carlos se quedaba en la piscina recogiendo el equipo y ordenando los tubos y las pesas. Entonces y hábilmente, Paola se sacó uno de sus aritos de perla y lo tiro en una orilla de la gran piscina. Y se encamino a las duchas, y luego volvió donde Carlos y le dijo:

-Buuuu, parece que perdí uno de mis pendientes, me ayudas a buscarlo.

Y ambos tomaron las máscaras y se metieron a la piscina, mientras el resto de los alumnos poco a poco iban dejando el recinto, y Carlos se fue por un lado mientras Paola por el otro extremo, ella quería que los demás se fueran y ver qué tan jugado seria Carlos, ambos salieron a la superficie y ella le pregunto si había tenido suerte, y movió su cabeza en negación, y ella dijo, me pondría tan mal, estos me los regalo mi abuelita y sería una tragedia perderla poniendo su mejor cara de penita, algo que Carlos miro con un gesto de ternura, se puso su máscara nuevamente y bajo a la zona que Paola había lanzado el pendiente, los últimos alumnos iban saliendo del recinto, y se quedaban solos. Paola vio cuando Carlos se ponía más cerca y bajo, en pocos segundos Carlos había encontrado el pendiente y lo puso en su boca, y se acercó bajo el agua donde Paola, tocando su brazo, e indicándole que subiera, ella salió a la superficie, se sacó la máscara y moviendo su cabeza hacia atrás y delante quedo perfectamente peinada y le pregunto, “lo encontraste???”. El sin decir nada, solo sonrió y entre los dientes se podía ver la perla, ella lo abrazo fuerte en el agua dándole las gracias, y se pegó a él con brazos y piernas, fue una reacción rápida e instantánea cuando Paola comenzó a sentir que algo crecía entre sus piernas, lo soltó y nado a la orilla para salir por la escalera. Y le dijo a Carlos que saliera, ella esperaba ver el tamaño de su paquete al salir del agua, pero él le dijo que aprovecharía de revisar los filtros del fondo, y se hundió, ella mirando cómo se dirigía abajo, se giró y se fue hacia las duchas, allí con su traje de baño aun puesto se quedó bajo la regadera, el agua caliente provocaba un vapor y ella iba limpiando su cuerpo, Carlos entro a la sala sin que ella lo escuchara, y se acercó por detrás mientras ella tenía su rostro hacia arriba del corro de agua, y tomándola desde la espalda tomo los breteles de su traje de baño y comenzó a bajar la parte de arriba del mismo, dejando sus pechos libres, una vez afuera, los tomo con fuerza y los presiono contra él, y ella pudo sentir la dureza sobre su cola, ella cerro los ojos y como una fruta que pende, se quedó inmóvil, Carlos bajo su traje de baño y la verga como un resorte quedo expuesta, la tenía gruesa y firme, derecha, armónica, era perfecta, y apuntaba al cielo, la apoyo sobre las nalgas de Paola quien suspiro cuando la sintió, el siguió bajando el traje de baño y ella en un acto de feminismo, lo detuvo, pero el tomo con más fuerza y la dejo completamente desnuda, ella cerraba los ojos y no quería ver lo que pasaba, quería pensar que era un sueño, no quería decir ni hacer nada que arruinara el momento, ya estaban desnudos bajo el agua caliente, entonces el la giro y la dejo mirando su rostro hacia abajo, ella tenía sus ojos cerrados, el separo sus brazos y comenzó a chupar sus pechos con suavidad pero firmeza, y ella gemía y tiritaba de la excitación, luego el siguió bajando hasta quedar a la altura de su vientre, entonces tomo una pierna y comenzó a levantarla, ella lo tomo de la cabeza y mantuvo el equilibrio, entonces paso la pierna por encima de su hombro, dejando su coñito al descubierto, fue muy grato para Carlos contemplar una vagina perfectamente depilada, y con sus labios rosaditos, y se dispuso a comerla como nunca nadie lo había hecho, ella lo tomo del cabello y se retorcía de placer, abrió los ojos y miro como Carlos estaba de rodillas dándole unas succiones que hacían que la lubricación de su vagina emanara sin parar, Carlos no se comía una chica así de joven hace mucho tiempo, y presto mayor cuidado al comerse esa nueva vaginita.

Entonces se incorporó, y la alzo entre sus brazos, ubicando su vagina a la altura de su verga, y sin avisar, la penetro, en ese momento lo miraba a los ojos, y su rostro mostraba una mezcla de miedo, placer, y algo de dolor, su verga había entrado por completa, y ella la sentía en el vientre. Carlos tenía mucha fuerza para contener esta postura, el mismo la movía arriba y abajo y se lo metía con pasión, entonces delicadamente, la soltó y la coloco sobre el piso, mientras el agua aun los mojaba, y tomándola desde sus piernas procedió a penetrarla enérgicamente, entonces el piso de las duchas se hizo duro, entonces poniéndose de pie le ayudo a incorporarse y la tomo entre sus brazos, ella se aferró a él, cual cría de animal, y el la llevo a la piscina, y en un gesto se lanzó con ella al agua, lo frio de la piscina, los reavivo, y en un beso se fundieron con pasión mágica, su verga rápidamente encontró su vagina y cual delfín la siguió penetrando mientras besaba sus pechos, la tomo con fuerza, y luego de unos minutos intensos la acercó a una orilla, la apoyo sobre la misma y se acercó desde atrás, ahí le abrió las piernas y comenzó a bombearla por atrás, su verga sentía la lubricación que ella generaba, se lo estaba metiendo tan rico que ella se fue varias veces mientras el como un nadador de triatlón seguía con un ritmo fijo, sin detenerse, entonces ella y algo deseosa le dijo sal del agua, quiero hacer algo, entonces ella lo tomo de la mano y lo llevo a unas reposeras que habían en el costado de la piscina, y lo sentó, ella podía ver la figura musculosa de su instructor, y se sentó sobre el cabalgándola como loca, entonces le dijo, quiero que me avises antes de acabar.

Carlos pensó que se debía al hecho que él se lo estaba metiendo a piel y no quería sentir la descarga dentro de ella, y ella comenzó a moverse mientras miraba como se subía en esa verga, y ella controlaba la velocidad, la profundidad y ritmo, mostrando su habilidad y conocimiento de su propio cuerpo, entonces y luego que usar esa verga para obtener un par de orgasmos, Carlos dio unos gestos de sufrimiento, y ella pregunto… ya viene… y Carlos mordiéndose los labios, movió su cabeza en señal afirmativa, Paola casi de un salto, se desmonto de Carlos, se puso de rodillas al costado y comenzó a mamar su verga con furia, parecía que quería demostrarle que su verga no era competencia para ella, y al mismo tiempo que la masturbaba, su boca succionaba, generando esos ruidos de succión extrema, las piernas de Carlos se tensaron, estirando sus pies, y solo gimiendo, su verga en una serie de explosiones, comenzó a llenar la boca de Paola con semen, pero ella rápidamente se fue bebiendo cada una de las descargas, y siguió así hasta que ya no salía más leche de aquella verga viril, Paola se dio cuenta que seguía dura, y continuo mamándola, sin perder la dureza, y se dio cuenta que Carlos podía aún más, entonces abriendo su boca, soltó el glande de Carlos y se volvió a montar, Carlos cobro fuerzas y comenzó a darle nuevamente, así siguieron en esa batalla atlética para ver quien mataba a quien, entonces Carlos la tomo y la apoyo sobre un cajón, separo sus piernas y se fue directo a su culito, su lengua era experta en dilatación, y en poco tiempo ya su culito iba cediendo espacio.

Carlos genero saliva para lubricar bien su ano, incluso metió los dedos en su vagina y obteniendo lubricación, unto su verga, y procedió a darle, Paola grito fuerte, y apretó los dientes, mientras la verga de Carlos poco a poco iba abriéndose espacio en ese culito apretado, que hacía más de 3 meses que nadie usaba y Carlos podía darse cuenta de ello, cosa que lo calentó aún más, ella comenzó a gemir y obtuvo el primer orgasmo anal, Carlos que estaba muy excitado, frente a ese goce, alcanzo un segundo nivel de excitación y comenzó a moverse con más fuerza, su culito ya no ofrecía resistencia, la velocidad era mucha y por un minuto la sensación era que le daba por su vagina, entonces Carlos le dio una segunda descarga a lo que Paola se sumó con un segundo orgasmo anal, y ambos acabaron cruzando juntos la meta del placer, el culito de Paola estaba dilatado al máximo, y cuando Carlos saco la verga aun chorreante de semen, vio que el culito había quedado con muestras claras de haber sido ocupado por algo más grande de lo acostumbrado, sus elásticos del ano hacían el esfuerzo para volver a cerrar el esfínter a su punto inicial. Carlos la tomo en sus brazos y la llevo a la ducha, y juntos lavaron sus cuerpos, ese hombre la había sentido sentir viva, deseada y violentada al mismo tiempo. Se dieron un beso y luego de vestirse, se marcharon, cada uno a su casa, en direcciones distintas pero con la misma sensación de satisfacción y la tranquilidad física que solo un buen polvo puede entregar. Ese hombre mayor le había demostrado que la experiencia y la virilidad pueden fundirse en un solo hombre y ella había encontrado a alguien que le había hecho olvidar aquella verga que le habían negado.

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