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El partido de fútbol de mi hijo

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Me llamo Claudia, tengo 44 años, divorciada hace 2 años y tengo un hijo, soy blanca, cabello castaño, me gusta cuidar mi cuerpo hago yoga y ejercicio, tengo mi abdomen marcado, me encanta comer saludable, usar ropa que resalte mi figura, mi exesposo me pagó una operación en las tetas para agrandarlas y recibo muchos cumplidos ya que a mi edad varias mujeres no se cuidan.

Esto ocurrió hace unos días, mi hijo Miguel está en un equipo de fútbol del barrio, siempre me hablaba de Daniel su mejor amigo y que estaba en su equipo, a él solo lo conocía por fotos y alguna que otra vez que lo veía cuando salía de casa a trabajar, es moreno/negro, corte de pelo militar, es delgado con complexión musculosa, total que un día que tenía libre me invitó a verlo jugar fútbol, yo como buena madre acepte.

Al llegar me senté en unas pequeñas gradas donde había unas 5 o 6 mujeres y 2 hombres, comenzó el partido, salió mi hijo junto con su equipo totalmente de blanco, a los pocos minutos comencé a notar que un jugador se le marcaba un bulto tremendo, cada vez que corría aquello parecía tener vida propia balanceándose de un lado a otro, o no llevaba calzoncillos o sus calzones ya estaban muy usados y no mantenían todo en su lugar, cuando vi el nombre me quedé asombrada, era Daniel, seguía el partido escuché como las otras mujeres en voz baja comentaba sobre aquel bulto, otras se reían, creo que todas estuvimos viendo su paquete durante todo el partido, una descarga de excitación invadió mi cuerpo, no había tenido relaciones desde hace un año, mi imaginación comenzó a volar, terminó el partido, el equipo de mi hijo había ganado 2 a 0, se acercó y venía junto a Daniel, yo me sentía un poco nerviosa, abrace a mi hijo felicitándolo y después abrace a Daniel, cuando lo hice en mi pierna sentí todo su pene, Miguel me dijo que si podían celebrar en casa que iban a jugar un rato a la play, yo acepté sin dejar de pensar en lo que había sentido hace un momento.

Llegamos a casa, subieron a su habitación, unos 5 minutos después fui para decirles que se dieran una ducha porque se podían enfermar al estar con la ropa toda sudada, mi hijo dijo ¡Yo primero!, se metió al baño y Daniel seguía jugando, baje para traerles algunos snacks, cuando regrese me lo encontré quitándose la playera, su cuerpo brillaba, miré hacia abajo y seguía viéndosele un bulto tremendo, me quedé paralizada por unos instantes pero él se dio cuenta de mi mirada, me dio una sonrisa, se acercó y susurrando me dijo:

— ¿Quieres sentirlo? — seguido de esto llevó mi mano a su entrepierna, no podía creer lo que estaba tocando, era algo gruesa y larga, calculo que media unos 20 o 22 cm.

Me tomo de la cabeza y me hizo poner de rodillas, me sentía hipnotizada y me deje llevar, bajo su short y su pene dio un respingón que casi golpea mi cara, ahí confirme que no llevaba calzoncillos, era totalmente negra, llena de venas y brillaba del sudor.

Con mi mano lo comencé a masturbar, cómetelo me dijo, lo introduje en mi boca, me entraba solo la mitad, él me tomo del pelo y me hundió la cabeza aún más provocándome arcadas, de fondo se escuchaba el agua de la regadera indicando que mi hijo seguía duchándose.

Estaba muy excitada que no me importó el olor a sudor que desprendía su verga, incluso creo que me hacía excitar a un más haciéndome sentir sucia al estarle chupando la polla al amigo de mi hijo. Hilos de saliva salían de mi boca, acelere el movimiento con mis manos, el tomo mi playera y la levantó dejando mi tetas al aire, las tocaba, pellizcaba mis pezones, el emitía pequeños gemidos intentando que no los escuchará mi hijo.

Se lo chupaba y le escupía como una puta, nunca había estado con alguien con la verga tan grande, sacaba su pene y me daba golpes con él en mi cara y tetas, trágatelo perra me decía, aquel trozo de carne me llegaba hasta la garganta, pasaron unos 7 minutos y me aviso que se iba a correr.

Con su pene apuntaba a mi cara y se masturbaba, yo me masajeaba las tetas esperando tragar su leche, me tocaba mi coño el cual estaba muy mojado tanto que se notaba en el pantalón.

Una gran cantidad de semen dio en mi cara, parecía que no se había masturbado en días, me dijo que lo esparciera por mi cara y tetas, y yo poseída por el placer lo obedecí, me levanté me dio un beso y un apretón en mis nalgas, todas son igual de zorras cuando miran una polla grande terminó diciendo, se escuchó que mi hijo había terminado de bañarse y salí de inmediato de la habitación.

Me fui a mi cuarto, me vi al espejo, mi cara brillaba por el semen, sentía que había hecho algo malo pero a la vez me gustaba, no tenía ni 3 horas de conocer a ese chico y le había chupado su pene, quedó claro de que cuando una mujer anda necesitada cualquier verga sirve para satisfacerla.

Por lo que me dijo al final me imaginé que no era la única madre que había caído ante su miembro, unos minutos después salí de mi cuarto y ya se estaba por marchar, le dijo a mi hijo que se le había acabado la energía ¿Verdad señora?, no le respondí, mi hijo se quedó con cara de no entender, dio una sonrisa y se fue, Miguel me preguntó qué a que se refería yo le dije que no sabía.

Desde ese día no lo he vuelto a ver aunque dentro de unos días habrá otro partido y espero que mi hijo me invite para volverme a alegrar la vista y quizás ocurra algo más...

Favor de valorar el relato se agradece mucho, si tienen opiniones o ideas sobre más relatos que les gustaría que escribiera ponerlo en los comentarios.

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