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Espiando a mi hija (Cap. 01)

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Esteban es un padre como cualquier otro, tal vez un tanto sobreprotector con su única hija, Johana. Desde su nacimiento siempre ha velado por ella y cuidado de sobremanera. Cuando la madre de la chica murió de cáncer fue un golpe muy duro para ambos, pero juntos lo superaron y formaron una relación muy estrecha. Conforme los años pasaban Johana fue desarrollándose hasta llegar a la adolescencia transformada en una atractiva jovencita que hacia voltear la mirada a más de uno. Obviamente esto era algo que no le gustaba a Esteban para nada, su mayor preocupación era que su hija terminara de novia con algún patán que solo la quisiera para pasar el rato.

Esteban acaba de cumplir 40 años y a pesar de su edad se mantenía activo. Las canas ya adornaban su cabello del cual afortunadamente aún tenía bastante. Era de complexión fornida y dado que hacia ejercicio con regularidad se mantenía en forma. También era bien parecido lo que provocaba que muchas mujeres, algunas mucho más jóvenes que él, buscaran ser merecedoras de su afecto.

El hombre sin embargo solo tenía ojos para su hija. Luego de la muerte de su esposa decidió permanecer soltero para evitar que su hija tuviera que competir por su afecto con alguna otra mujer. En cuento al sexo nunca faltaba alguna secretaria dispuesta a gozar de su increíble polla y en caso de no encontrarla se conformaba con una buena paja.

Por aquel entonces Johana, ya era toda una adolescente de 18 años, se hizo muy amiga de dos jóvenes de su edad, Cecilia y Berenice. Las tres chicas eran inseparables y casi siempre andaban juntas. Se hicieron muy afectas a realizar pijamadas, las cuales frecuentemente ocurrían en casa de Esteban, en parte para que este pudiera cerciorarse de que no dejaran entrar chicos a sus reuniones.

Dado que era un hombre de negocios constantemente tenía reuniones fuera de la ciudad, siempre dejando a su hija al cuidado de una vieja institutriz. Pero conforme fue creciendo, siendo mayor de edad, se oponía a tener una niñera, como ella la llamaba. Las chicas tenían planeado una de sus acostumbradas pijamadas para las fechas de su próximo viaje de negocios y Esteban se rehusaba a dejarlas solas, luego de una larga discusión Johana, la chica termino ganando y su padre accedió.

La casa donde vivían era bastante grande y lujosa y por lo mismo contaba con cámaras de seguridad y alarmas en todo el perímetro. Cualquiera pensaría que eso era suficiente para estar tranquilos pero Esteban decidió ir más allá y sin que su hija se enterara coloco una cámara en la alcoba de Johana, de esa forma podría tenerla más vigilada.

Esteban acudió a su viaje con cierta preocupación. A su regreso encontró la casa como la habían dejado, sin rastros de fiestas o la presencia de chicos.

Esa noche Esteban se encerró en su despacho en la casa y se dispuso a revisar las cámaras de seguridad. Todo estaba en orden, nadie se había acercado a la casa durante el fin de semana, salvo un par de repartidores de comida haciendo sus entregas.

Para cerciorarse comenzó a reproducir lo que la cámara en la alcoba de su hija había grabado. Al principio solo hacían cosas de chicas comunes; mirar películas, pintarse las uñas, arreglarse el cabello, comer pizza, etc.

De pronto durante la reproducción rápida algo llamo su atención, Johana y Cecilia se dieron un beso. Consternado Esteban retrocedió la grabación minutos antes del suceso y se colocó los audífonos para poder escuchar.

-¿Es en serio? No puedo creer que aún no hayas besado a un chico.- comento Berenice.

-¿Y cómo quieres que lo haga? La pobre está vigilada todo el tiempo por su padre, a lo mejor y hasta la observa cuando va a al baño.- añadió Cecilia.

-No sean así, chicas. Es cierto que mi papa se exagera a veces pero lo hace de buena fe. Se preocupa mucho por mí y se lo agradezco.- contesto Johana.

-Eso lo entiendo pero tiene que darse cuenta que ya no eres una niña. Si continua con ese comportamiento solo te espantara a los pretendientes y antes que te des cuenta tendrás 30 y tantos y seguirás siendo virgen.- dijo Cecilia.

-Pues disculpa, a esta edad no todas podemos ser unas zorras que ya han chupado vergas.- le espeto Johana.

-Y déjame decirte que no sabes de lo que te pierdes, no hay nada más placentero que mamar una buena polla. Mmmmm de solo acordarme se me mojan las bragas.- contesto Cecilia.

-Eres toda una zorra, Ceci. En toda la escuela ya saben que te gusta chupar pijas y corre el rumor que se la chupaste al maestro de física.- dijo Berenice.

-No es rumor, lo hice el jueves pasado. Para su edad tenía una polla enorme. Casi no me la pude meter toda a la boca.- dijo orgullosa la chica.

-Y yo que creía era mentira. Menuda puta.- comento Johana.

-Tú eres la única que aún no se ha comido una polla. Incluso Berenice le mamo la verga a su primo.- dijo Cecilia.

-¡Se suponía que no se lo contarías a nadie!- dijo la chica apenada.

-¿En serio, Berenice? No lo puedo creer. ¿Por qué no me lo habías contado? ¿Cómo sucedió?- pregunto interesada Johana.

-Es que me da mucha pena, ni siquiera se lo hubiera contado a Cecilia pero ella me obligo. Es un primo unos años mayor que yo. Mi casa siempre está llena de gente entrando y saliendo por lo que no hay mucha privacidad. Una tarde nos quedamos los dos solos y se metió al baño a masturbarse, yo no lo sabía y entre de golpe. Lo sorprendí con su pene en la mano y luego del susto inicial me invito a pasar. Nunca había visto un pene en vivo y tenía curiosidad. Y no sé como pero cuando me di cuenta ya lo tenía en la boca.- relato la chica quien se había puesto roja de vergüenza.

-Vaya, ambas han disfrutado una verga en vivo, yo ni siquiera he tenido mi primer beso.- dijo Johana algo triste.

-Eso puedo arreglarse.- dijo Cecilia con una pícara sonrisa y para sorpresa de sus dos amigas se lanzó contra Johana y le planto un gran beso en los labios. Tanto Johana como Berenice estaban atónitas ante la situación sin saber cómo reaccionar. Al principio el beso fue algo leve, con sus labios juntándose pero Cecilia decidió aumentar la intensidad y su lengua busco entrar en la boca de su amiga.

Johana se resistió al principio pero la excitación fue aumentando y antes que se diera cuenta la lengua de su amiga penetro en su boca uniéndose a la suya.

Berenice observaba aquel lésbico espectáculo bastante excitada y comenzó a frotar su sexo por encima de su ropa interior que se humedecía cada vez más.

Finalmente las dos chicas se separan jadeando por aire.

-¿Y bueno que te pareció tu primer beso?- pregunto Cecilia.

-Algo inesperado, agresivo y húmedo pero bastante increíble. Aun así, te agradecería que me avisaras la próxima vez que hagas algo como eso.- Respondió Johana.

-¿Dónde está lo divertido en ello? Parece que alguien lo disfruto más que nosotras.- dijo Cecilia señalando a Berenice quien aún continuaba frotando su coño solo que ahora tenía la mano metida dentro de sus bragas.

-Lo siento, chicas, pero eso fue algo muy excitante y erótico. Solo había visto algo así en películas porno.- contesto Berenice.

-Es cierto, olvide que eras una fanática del porno.- dijo Cecilia.

-Es que no puedo evitarlo, siempre estoy excitada y en mi casa apenas y puedo masturbarme tranquila.- dijo Berenice defendiéndose.

-Se me ocurre una idea. Es obvio que todas estamos con las hormonas alborotadas y que mejor manera de satisfacernos que entre nosotras. De esa forma nos ayudamos y también podremos experimentar y aprender más sobre nuestros cuerpos.- propuso Johana.

-No me parece tan mala idea. Por mucho que adore chupar pijas aun no estoy lista para entregarle mi virginidad a cualquier chico. Entre nosotras podemos pasar un buen rato y claro esta aprender algo en el camino.- continuo Cecilia.

-Sí, es una idea genial. Pero, ¿Cómo lo haremos? Mi casa queda descartada.- dijo Berenice.

-Y en la mía tampoco hay privacidad, comparto mi habitación con mi hermana mayor.- comento Cecilia.

-Pues no creo haya inconveniente en seguir haciéndolo aquí. Mi padre siempre está saliendo de viaje por sus negocios y ahora que ha accedido a darme más libertad lo convenceré que nos deje solas. Apenas sepa la fecha de su próximo viaje programaremos la pijamada.- tercio Johana.

Las chicas rieron emocionadas por lo que se avecinaba y luego se marcharon a la cocina a comer más pizza. La grabación siguió con las chicas comportándose como si nada hubiera pasado hasta dormirse.

Esteban estaba atónito, por mucho que quisiera negarlo su hija ya no era una niña y comenzaba a pensar en sexo. Se quedó sentado en silencio meditando que podría hacer al respecto.

¿Hablar con su hija acerca del sexo? Por muy estrecha que fuera su relación ese tipo de temas siempre son incomodos entre padres e hijos y más entre hombre y mujeres.

¿Prohibirle tener pijamadas y juntarse con sus amigas? Eso haría que la chica se molestara con él.

Al final lo más sensato era dejar que las cosas siguieran su curso, permitir que aquellas adolescentes experimentaran entre ellas. Al menos lo harían en la seguridad de su casa. Esteban pensó en deshacerse de la cámara al día siguiente pero un deseo mórbido se lo impidió. Fue entonces cuando se dio cuenta que tenía la verga dura luego de haber visto aquel video.

Se sintió avergonzado al haberse excitado con su hija y sus amigas pero no podía negar que todo aquello había sido muy erótico y excitante. Su verga palpito de solo imaginar cómo serían las siguientes pijamadas.

Después de ese día Esteban comenzó a fijarse más en las amigas de su hija. Cecilia tenía una figura esbelta, con un par de tetas bastante desarrolladas, tenía el pelo castaño y largo. La chica tenía un andar sensual, coqueto y un tanto retador. De carácter alocado y alegre, famosa por hablar sin pelos en la lengua.

Berenice por su parte era una chica tímida, con una par de tetas pequeñas pero con un increíble culo que seguramente sería el deseo de muchos. Era un poco más rellenita que las otras, con el pelo rubio y corto. Usaba un par de lentes de montura gruesa y casi siempre se dejaba mandar por Cecilia lo que provocaba que Johana tuviera que defenderla.

Y por último estaba Johana. La chica era de carácter fuerte y nunca se dejaba de mandar por nadie, incluso llego a enfrentarse a su padre en ocasiones en que no estaba de acuerdo con sus acciones. Sus tetas no eran tan grandes como las de Cecilia y su culo aunque pequeño era respingón con forma de durazno. Su mayor atractivo eran sus largas y bien formadas piernas que volvían locos a los chicos. Su cabello era negro y le llegaba hasta los hombros.

Los días pasaron y el próximo viaje de negocios de Esteban llego unas semanas después. Nuevamente tuvo una discusión con su hija acerca de dejarlas solas pero esta vez termino accediendo más rápido que de costumbre.

Esteban paso todo el viaje de ida y vuelta preguntándose que estarían haciendo las chicas, se encontraba ansioso por regresar y ver lo que su cámara había captado.

Como de costumbre regreso el domingo por la noche cuando su hija ya dormía. Nuevamente se dirigió a su despacho y colocándose los audífonos comenzó a reproducir la grabación.

-Bueno chicas, ¿están listas? Para comenzar creo que lo mejor será que digamos que dudas o curiosidades tenemos respecto al sexo para que sepamos que cubrir. Yo primero, obviamente tengo la curiosidad de ver un pene en vivo pero eso es algo que no podremos cumplir en estas reuniones- inicio Johana.

-¿Estas segura? Porque puedo llamar a cualquier chico de la escuela y estará aquí con los pantalones abajo antes de lo que canta un gallo.- dijo Cecilia.

-No lo dudo pero no hay forma de que entre sin que las cámaras lo detecten.- le respondió Johana.

-Yo tengo una duda. Siempre me ha intrigado el asunto del sexo anal. He visto varios videos donde las chicas gritan y lloran cuando las penetran por ahí. Tengo la curiosidad de intentarlo pero tengo miedo que sea doloroso.- comento Berenice apenada como de costumbre.

-También he escuchado al respecto pero he leído que su pueden usar lubricantes para facilitar el acceso. Podemos comenzar con eso. Creo que en mi baño hay aceite de bebe, eso puede ayudar. ¿Te gustaría intentarlo?- pregunto Johana.

Berenice asintió en silencio. Johana se levantó en busca del aceite mientras la chica se despojaba lentamente de su ropa interior. Berenice lo hacía con tal lentitud que termino fastidiando a Cecilia quien empujándola sobre la cama le quito las bragas de un tirón.

Berenice quedo recostada en la cama con las piernas en el borde de esta. Cecilia ataco nuevamente obligándola a abrir las piernas. Afortunadamente Johana regreso para poner orden en la situación.

-Déjala en paz, Cecilia. No te preocupes Berenice, yo me encargaré de todo, tratare de ser lo más cuidadosa posible, si te duele solo dímelo y me detendré.- indico la chica.

Sabiendo que podía confiar en su amiga, Berenice abrió las piernas tímidamente exponiendo su coño ante sus amigas y la cámara. Este era de un color rosado, con labios grandes y una mata de vello púbico ya adornaba su monte de venus. El coño se veía abierto, seguramente producto de sus constantes masturbaciones. La chica estaba completamente apenada exponiéndose ante sus compañeras y se llevó las manos a la cara muerta de vergüenza.

-No puedo creer que lo tengas peludo. Yo siempre me aseguro de depilarme cualquier pelo que aparezca. – expreso Cecilia despojándose de sus bragas y mostrándoles su lampiño coño a las otras chicas. Este era mucho más rosado que el de su amiga y sus labios estaban mucho más estrechos. Solo podía apreciarse la raja que era su entrada.

-No seas así, Ceci. No tienes de que avergonzarte, Bere, yo también tengo vello púbico en el mío. No tiene nada de malo.- Dijo Johana y ella también se quedó desnuda exponiéndose ente sus invitadas. No era tan peludo como el de Berenice y estaba un poco más abierto que el de Cecilia pero se veía más rosado que el de las dos.

Habiendo perdido un poco de pena y ansiosa por experimentar, Berenice abrió completamente las piernas. Para ayudarla Cecilia le sujeto las piernas levantándolas en el aire mientras observaba atenta lo que estaba por suceder. Johana se arrodillo frente a su amiga, coloco un poco de lubricante en sus dedos y los llevo hasta el ojete de su amiga. Esta dio un pequeño salto al sentir los dedos de la chica rodeando su agujero trasero. Johana se aseguró de cubrir por completo la entrada antes de comenzar a introducir lentamente uno de sus dedos.

Berenice se sobresaltó al sentir al intruso en su culo pero se relajó para permitirle el acceso. Sintió un poco de malestar al principio pero este fue pasando poco a poco. Johana estaba atenta a las reacciones de su amiga mientras seguía introduciendo su dedo hasta e estuvo dentro por completo.

-¿Qué tal lo sientes?- pregunto la chica.

-Se siente bien, no dolió tanto como pensaba. Creo que puedes probar metiendo otro dedo.- sugirió la chica ansiosa.

-Joder, y luego la puta soy yo.- dijo Cecilia.

Haciendo caso omiso, Johana saco el dedo del culo de su amiga y juntando dos los lubrico nuevamente. Una vez más comenzó a introducirlos dentro del ojete de Berenice quien comenzaba a disfrutar aquello. Pequeños gemidos escapaban de sus labios mientras su amiga penetraba su culo. Viendo que la chica lo gozaba, Johana se dispuso a aumentar la velocidad con la que sus dedos entraban y salían.

El erótico espectáculo estaba calentando a Cecilia, quien observaba todo desde arriba y al final no pudo resistir más y se arrodillo junto a Johana.

-Creo que podemos matar dos pájaros de un tiro. Saben que me encanta chupar pollas y según la opinión popular soy muy buena en ello pero siempre he tenido duda de que tan buena seria comiendo coños así que ya que Berenice está en posición…- dijo Cecilia y sin darle tiempo a la chica de decir nada se lanzó contra su raja.

Berenice lanzo un grito de sorpresa al sentir una boca sobre su raja. Cecilia saboreo los jugos de su amiga que comenzaban a brotar de su coño, los lamio con ansias y luego introdujo su lengua en la raja de la chica haciendo que brotaran aún más.

Berenice comenzó a gemir con más fuerza ante el doble ataque del que era víctima. Johana observaba impávida como Cecilia le comía el coño a su amiga y sin descuidar su labor de darle placer al culo de Berenice llevo su otra mano hasta su coño y comenzó a masturbarse.

Cecilia estaba disfrutando de su primer coño, aunque algo inexperta pronto encontró los puntos sensibles de Berenice y los ataco sin piedad haciendo que gimiera con más fuerza. Usando sus dedos abrió los labio de la chica buscando introducir su lengua hasta lo más profundo de su ser, chupando y sorbiendo los jugos que emanaban de aquel agujero.

El doble ataque le brindaba un placer indescriptible a Berenice quien gemía y pedía más a gritos. Cecilia comenzó a introducir sus dedos en el chorreante coño de la chica buscando llevarla al orgasmo. Tenía 3 dedos en lo profundo de la raja de su amiga mientras frotaba su clítoris con el pulgar. Johana empezó a gemir fruto de su masturbación y ello atrajo la atención de Cecilia quien retiro su boca del coño de su amiga dejando únicamente sus dedos para complacerla. Cecilia y Johana se miraron a los ojos y fruto de la excitación se fundieron nuevamente en un lésbico beso. Esta vez fue Johana quien llevo introdujo su lengua en la boca de su amiga saboreando los jugos de Berenice en esta.

Berenice lanzo un grito de placer mientras apretaba las sabanas con fuerza y sus jugos estallaron bañando a sus dos amigas. Estas continuaron con su intensa sesión probando la corrida de su amiga en sus besos. Viendo que Berenice ya había alcanzado el orgasmo retiraron sus manos de ella y se lanzaron al coño de la otra, atacando sin piedad.

Cecilia frotaba el coño de Johana metiendo sus dedos en su interior mientras que esta se enfocaba en el clítoris de su amiga tallándolo con su pulgar mientras su otra mano se divertía en uno de sus turgentes senos.

Las chicas gemían sin dejar de besarse, buscando hacer que la otra se corriera primero. Berenice observaba exhausta desde la cama.

La naturaleza competitiva de las chicas hizo acto de presencia y con fiereza usaban sus manos en el cuerpo de la otra buscando salir victoriosa cada una por su parte.

Cecilia adoraba que jugaran con sus pechos y el ataque que estaba recibiendo por parte de su amiga la estaba llevando al borde. La estocada final llego cuando Johana se llevó uno de sus senos a su boca y lo chupo con deleite. Esto fue más de lo que pudo soportar.

Al final Johana resulto victoriosa haciendo que Cecilia alcanzara el anhelado clímax. Incapaz de resistirse más Johana se unió a su amiga corriéndose momentos después junto a ella.

Las chicas cayeron rendidas en el suelo de la habitación, completamente extasiadas.

-Eso fue en verdad intenso. Qué bueno que se te ocurrió esta idea, Johana.- comentó Berenice.

-Debo admitir que fue algo increíble. Y déjame decirte que tienes un coño delicioso, Bere.- dijo Cecilia haciendo que su amiga se sonrojara.

-Pues si como comes coños también devoras pollas no me sorprende que todos los chicos estén locos por ti.- respondió Berenice.

-Bueno creo que eso es suficiente por hoy. Sera mejor que tomemos una ducha luego del baño que nos dio Berenice y también tenemos que limpiar la habitación.- dijo Johana poniéndose de pie.

-Es cierto, no pensé que fueras una squirter, Bere.- añadió Cecilia.

-Lo siento, debí avisarles. En mi casa siempre me masturbo en el baño para evitar hacer desastres como este.- respondió la chica apenada.

Las chicas se rieron y salieron de la habitación rumbo a tomar una ducha para limpiar sus cuerpos.

Nuevamente la velada termino de manera normal luego de aquel candente encuentro.

Esteban estaba sumamente excitado viendo la acción que había transcurrido horas antes en su casa. Esta vez se había sacado la polla dura como piedra y se había pajeado observando los acontecimientos. Reprodujo el video un par de veces más hasta que por fin se corrió. Nuevamente se sintió culpable por lo sucedido pero aun así estaba ansioso por la próxima pijamada.

En la siguiente sesión fue el turno de Johana y Berenice de probar un coño por primera vez. Las chicas hicieron un 69 mientras Cecilia se masturbaba viéndolas.

Ambas comenzaron de manera torpe pero poco a poco fueron descubriendo lo que la otra disfrutaba y se enfocaron en darse placer.

Johana disfrutaba dándole pequeñas lamidas al coño de su amiga mientras usaba sus manos en Berenice, quien por su parte opto por enfocarse en el clítoris de Johana, el cual era algo grande y visible. Le dio un par de chupadas y lamidas mientras introducía sus dedos dentro de su húmeda y estrecha raja.

Pronto las chicas comenzaron a gemir lanzando ondas en el coño de la otra y no tardaron en alcanzar el clímax deseado. Johana fue la primera en correrse y luego Berenice. Como precaución habían colocado una toalla debajo de esta la cual rápidamente se humedeció con sus jugos.

Las chicas se dieron cuenta que Cecilia continuaba masturbándose y ambas se lanzaron contra ella para hacerla gozar también.

Berenice ansiaba probar el coño de su amiga y sin perder un minuto se dirigió allí. Johana por su parte se dispuso a chupar los grandes pechos de la chica, le tenía cierta envidia por tenerlos tan desarrollados pero aun así disfrutaba el chuparlos y jugar con sus pezones.

Cecilia por su parte gemía descontrolada disfrutando las atenciones de sus amigas. No quería admitirlo pero sin duda Berenice tenía una mejor habilidad comiendo coños que ellas haciéndola llegar al orgasmo luego de pocos minutos. Aun así la chica no dejo de devorar la panocha de su amiga hasta provocarle un par de orgasmos más. Claro que las atenciones de Johana con sus pechos también ayudaron. La chica los masajeaba con lujuria, pellizcando y luego mordiendo sus pezones. También subía para plantarle lujuriosos besos que Johana disfrutaba de sobremanera.

Esa noche Cecilia cayó rendida luego de varios orgasmos y pronto se quedó dormida lo que le permitió a Johana y Berenice enfocarse en ellas una vez más.

-Oye Johana, ¿puedo pedirte algo?- pregunto Berenice.

-Seguro, soy toda oídos.- contesto la chica.

-Tú sabes que me gusta mucho ver porno y usualmente veía las tradicionales de chico y chica. Pero desde hace un tiempo me gustan más las de chicas y no es que no me excite viendo chicos pero me excito más con las chicas. Como sea, la cuestión es que vi a dos chicas haciendo lo que llaman “tijeras”, frotándose las vaginas una con la otra y quería saber si te gustaría intentarlo.- pregunto la chica tímidamente.

-Seguro que sí, se oye excitante.- respondió Johana emocionada.

Berenice se alegró ante la respuesta de su amiga y pronto las dos se colocaron en posición.

Entrelazaron sus piernas y amabas se estremecieron al sentir como sus coños se encontraban. El ritmo era lento y apasionado, disfrutaban aquella nueva y placentera sensación. Sus coños empezaron a chorrear y sus jugos se mezclaron haciendo más fácil la faena y aumentando el placer.

Los gemidos de las chicas eran música para los oídos de Esteban quien se pajeaba con furia disfrutando del espectáculo.

Las chicas decidieron cambiar de posición y Berenice se acostó en la cama mientras Johana se colocaba sobre ella. El hinchado clítoris de Johana era perfecto para brindarle placer a su amiga, ambas gozaban el sentir como sus peludos coños se frotaban uno contra el otro y Berenice le dio un beso a su amiga que esta correspondió.

Las chicas gemían cada vez más fuertes mientras movían sus caderas una contra la otra y sus lenguas jugaban en sus bocas. Al final ambas estallaron en un increíble orgasmo para luego caer dormidas abrazadas.

Esteban se había corrido tantas veces que su despacho estaba hecho un asco. No podía evitar sentirse culpable ante lo que estaba haciendo pero tampoco podía dejar de hacerlo. Aquellas chicas le ofrecían cada vez un espectáculo difícil de resistir. Especialmente su hija en quien Esteban se fijaba cada vez más durante las grabaciones.

Cada vez que veía a las chicas pasar a saludar o llegar a su casa, su verga se ponía dura al instante y tenía que evitar que ellas lo notaran. En una ocasión las chicas estaban tomando un baño en la alberca de la casa y Esteban las espió por la ventana de su despacho meneándose la polla con furia.

Cada noche reproducía una y otra vez los videos de las pijamadas hasta casi dejar seco su pene. Esperaba con ansias las próximas pijamadas para poder tener material nuevo y ver hasta donde llegaban las chicas.

En uno de sus últimos viajes estaba tan ansioso por regresar que ni siquiera presto atención durante una de las reuniones, su mente se encontraba divagando en aquellos tres hermosos cuerpos adolescentes brindándose placer entre ellos. Su pene no tardó en reaccionar imaginándose las cosas que estarían haciendo. Tuvo que disculparse e ir al baño donde como adolescente calenturiento termino pajeandose.

Una vez concluida la reunión Esteban se marchó a toda prisa de regreso a su hogar en lugar de esperar hasta el día siguiente. Llego a su casa de madrugada cuando las chicas aun dormían. Se lanzó corriendo hasta su despacho y apresuradamente comenzó a reproducir los eventos que habían ocurrido apenas horas antes.

Como siempre las chicas iniciaron su reunión de manera normal solo que esta vez se pasaron toda la velada completamente desnudas. Esteban observo excitado como se paseaban por toda la casa como dios las trajo al mundo, luciendo aquellos sensuales cuerpos adolescentes. Observo como la atrevida de Cecilia recibía al repartidor con las tetas al aire y un diminuto tanga puesto ante la sorpresa del chico para luego darle una rápida mamada en la puerta mientras Berenice y Johana observaban escondidas.

Desde que comenzaron a experimentar las chicas se volvían cada vez más atrevidas con cada reunión. Si no fuera por lo excitado que estaba Esteban se hubiera preocupado más por el comportamiento que su hija estaba adoptando.

Finalmente el momento esperado de la noche llego, las chicas regresaron a la alcoba de su hija donde colocaron una porno en la televisión. Las chicas no tardaron en excitarse y comenzaron a masturbarse.

-Mmmm, que buenas están esas mujeres. Como me gustaría comerles el coño a todas.- comento Berenice frotándose el coño.

-A mí se me antoja más una de esas ricas y duras vergas. Ufff que buenas se ven.- dijo Cecilia.

-Acabas de chupársela al repartidor y todavía quieres mas.- añadió Johana.

-Bah, es que su polla no era la gran cosa. Además estaba joven y personalmente prefiero las pollas maduras.- contesto la joven.

Cecilia tomo el control y busco una porno de maduros con jovencitas y la reprodujo en el aparato.

-Miren nada más, esa si es una buena verga, como se me antoja.- gimió Cecilia masturbándose con más intensidad.

-El señor se parece a tu papa, Johana.- comentó Berenice respecto al actor en la película.

-Es cierto, se parece a tu papa. Déjame decirte que tu padre no esta tan mal, amiga. No me molestaría darle una buena mamada.- dijo Cecilia eróticamente.

-Eso ni se te ocurra, mantente alejada de mi padre. Si te llego a ver tan siguiera mirándole el pene te las veras conmigo.- contesto Johana con enfado.

-Está bien, no te molestes. Mejor déjame alegrarte.- dijo la joven y se arrodillo frente a su amiga.

Johana abrió sus piernas inmediatamente permitiéndole a su amiga el fácil acceso a su coño. No paso mucho para que la hábil boca de la chica la hiciera gemir de placer. Berenice se masturbaba prestándole más atención a sus amigas que a la porno del televisor.

Cecilia seguía siendo una maestra de los trabajos orales y su amiga está cada vez más cerca del placer pero antes que pudiera hacerla correr esta la detuvo.

-mmm, espera Ceci, detente, se me ocurre algo.- dijo la chica.

Siguiendo las instrucciones las chicas se colocaron de manera que las tres pudieran gozar al mismo tiempo. Johana estaba entre las piernas de Berenice mientras esta se ocupaba del coño de Cecilia quien a su vez disfrutaría de la panocha de Johana formando así una cadena de placer.

Las chicas pusieron manos a la obra y se dispusieron a gozar. Cada una tenía un particular estilo de provocarle placer a la chica que tenía enfrente. Cecilia era un tanto salvaje en sus métodos, utilizando su hábil boca junto sus dedos para atacar sin piedad el coño de Johana. Esta por su parte sabía bien que Berenice le enloquecía el sexo anal y se enfocaba en su ojete en lugar de su raja, un poco temerosa al principio probo con cautela el ano de su amiga haciéndola saltar de sorpresa. Dispuesta a complacerla introdujo su lengua dentro de su culo haciendo que esta gimiera contra el coño de Ceci. Berenice era mucho mejor usando su lengua y valiéndose únicamente de esta estaba volviendo loca a Cecilia.

Las chicas no daban tregua a sus ataques en su búsqueda de darse placer entre ellas.

Esteban se masturbaba furiosamente mientras escuchaba los gemidos de su hija y sus amigas en el monitor. Las observo convulsionarse mientras alcanzaban sus orgasmos una tras otra y al final el también termino lanzando chorros de leche manchando todo a su alrededor.

Permaneció unos minutos respirando entrecortadamente con la polla en la mano mientras se recuperaba. Se dio cuenta que aquel sentimiento de culpa que lo había embargado las primeras veces ahora no hacia acto de presencia.

En el video las chicas se habían recuperado de su sesión y estaban colocando sabanas nuevas a la cama, preparándose para dormir.

-Debo admitir que esta ha sido una pijamada inolvidable. No puedo esperar a la siguiente. ¿Ya conseguiste lo que necesitamos, Johana?- pregunto Cecilia.

-Ya hice el encargo, deberá llegar aquí el jueves. Qué bueno que se puede comprar en línea o nunca lo hubiéramos hecho.- respondió esta.

-¿Entonces de verdad lo vamos a hacer?- pregunto Berenice temerosa.

-Pero claro que sí, acordamos que perderíamos la virginidad entre nosotras. Para eso necesitamos el arnés.- contesto Cecilia.

-No pasa nada si tú no quieres hacerlo, Berenice, pero como habíamos dicho es mejor hacerlo entre amigas a tener la mala suerte que te la quite un chico ebrio en alguna fiesta donde se preocupe más por meterla y correrse que en que tu disfrutes junto a el.- dijo Johana.

-Supongo que tienes razón.- dijo la chica.

Las chicas se acomodaron en la cama donde pronto quedaron dormidas.

Esteban estaba más sorprendido que nunca, las chicas estaban llevando esto hasta el extremo. Obviamente el no podía impedírselos, no cuando ya habían llegado tan lejos juntas y en parte sintió que su hija tenía razón; mejor que su primera vez fuera con alguien querido y que se preocupara por hacerlo lo más placentero posible.

Fue entonces que se le ocurrió una perversa idea, anunciara su próximo viaje a su hija pero lo cancelaria a última hora quedándose en casa la noche en cuestión. De esa forma podría observarlo todo en tiempo real.

Aquella noche Esteban se fue a dormir al igual que las chicas, totalmente emocionado por la próxima pijamada.

CONTINUARA...

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