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Mi hermana Arantxa (Primera parte)

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Hola me llamo Patxi y les voy contar como me tire a mi hermana.

Corría el año 1990, yo contaba con 20 años y vivía en el barrio de Otxarkoaga un barrio obrero de Bilbao, mi familia estaba formada por mi padre Aitor trabajador en una empresa siderúrgica, mi madre Maritxu ama de casa, mi hermana Arantxa y yo, por aquel entonces yo estudiaba bachiller, un día al llegar a casa justo delante del portal justo cuando iba a entrar en el portal salía Mikel amigo de la infancia y que llevaba unos años sin saber nada de él. Esa noche nos fuimos de copas, hablamos de lo típico, la niñez, chicas, del barrio, etc.

Para no enrollarme mucho os diré que a razón de este encuentro mi vida pego un giro brusco, deje de estudiar para irme a trabajar con mi amigo pues la tentación fue muy grande el ganaba por aquel entonces 300.000 pesetas después de algún curso de soldadura y caldaria empecé a trabajar. Siento ser muy largo con la introducción pero es para que sepáis como comenzó la historia.

Después de casi 6 años trabajando por medio mundo me volví a Bilbao, mi padre me había conseguido un trabajo fijo en la empresa ganaba menos pero estaba en casa. Pero antes de trabajar me cogí dos meses sabáticos me dedique a quemar casi todo lo que había ahorrado en fiestas, putas alcohol, farlopa sobre todo en farlopa, era el rey del mambo incluso llegue a cerrar un puticlub para mis amigos el día de mi cumpleaños. Y ahora al tema que tendréis ya gana.

Mi hermana Arantxa tenía dos años menos que yo 24, no era un belleza era una chica normal, entrada en carnes un poquito gordita para que me entendáis, lo que más llamaba la atención eran sus enormes tetazas, de hecho su mote del instituto era “Arantxa la globos”. Ya con 16 años usaba sujetadores de vieja de esos que hacen de faja a la vez, estaba esperando para hacerse una mamoplastia de reducción, para que os hagáis una idea buscar en google a la actriz porno Selena Star son bastante parecidas.

Un día de vuelta a casa me la encontré con su novio y aproveche para irme con ellos para casa, de camino nos encontramos con un control de la Ertzaintza.

-mierda, ostias –grite.

-qué te pasa -me preguntaron los dos casi a la vez.

-que llevo encima 4 gramos de coca.

Entonces mi hermana se volvió loca al igual que su novio, me pusieron de vuelta y media y, ahora qué? Entonces rápidamente me fije que eran todos hombres y les dije:

-tranquilos son todos hombres no hay ninguna mujer así que a ti no te van cachear en el caso de que nos hagan bajar del coche -le dije a mi hermana.

-y que vas hacer listo? -Me pregunto mi hermana.

Y acto seguido me abalance sobre el asiento delantero donde estaba mi hermana y sin mediar palabra le cogí el cuello de la camiseta se lo separe del escote y le metí la bolsa de coca entre sus tetas.

-ah pero que cojones estás haciendo imbécil, estás loco -me grito a la vez que me intentaba sacar la mano de sus pechos- por mama y por papa que me buscas la ruina.

-Arantxa por favor tranquilízate- le conteste yo.

Al llegar al control nos pidieron la documentación iluminaron con la linterna hacia el interior y después de unos segundos nos mandaron continuar, estuvimos los tres sin hablar hasta llegar a casa, ellos supongo que por el susto y yo iba con el corazón a cien, bien por el susto o por el puestazo de farlopa que llevaba encima.

Al llegar a casa y posarme del coche.

-¡eh creo que te olvidas de algo! -Me dice mi hermana.

-ostia es verdad -respondo yo.

Entonces mi hermana se levanta la camiseta dejándome ver sus dos enormes melones sobresaliendo por todos los lados del sujetador parecía que iba a reventar pude ver como sus tetas estaban oprimidas parecía que le iba a reventar el sujetador, se metió la mano y saco la bolsa de coca, yo me había quedado pasmado viendo aquellos dos melones.

-qué te pasa cuñado nunca habías visto las tetas a tu hermana -me espeta su novio.

-¡estas tonto! -Le dice ella- y tú que miras con esa cara de bobo -refiriéndose a mí- vete ni que hubieras visto un fantasma venga vete subiendo que ahora subo yo -me dijo mi hermana.

Al entrar en el portal pude oír como se ponía el coche en marcha. Me asome y vi como lo aparcaban un poco más adelante justo donde moría la calle y la farola estaba estropeada y no alumbraba, en ese momento no se si fue por la excitación del momento o por curiosidad salí del portal me agache y me acerque al coche por la parte de atrás, espere un poco a que mis ojos si acostumbrasen a la oscuridad para ver si podía ver algo pero no podía ver nada sin que me vieran ellos a mí, lo que si pude fue oír como Gorka que así se llama el novio de mi hermana le decía:

-Has visto cómo te miraba tu hermano las tetas se ha quedado abobado mirándolas fijo que ahora te está dedicando una paja.

-¡pero qué dices imbécil vete a la mierda! -Le replico ella. A partir de ahí solo oía como se besaban y algún murmullo, decidí volver para casa.

Fue desde aquel día cuando empecé a ver a mi hermana de otro modo, no podía quitarme de la cabeza aquella imagen de sus tetas, aprovechaba cualquier excusa para rozarme con sus tetas, intentaba espiarla cuando se duchaba, mientras se vestía. Hasta que un día que estábamos solos en casa y se me ocurrió un plan, sabía que todas las tardes salía a tomar el café con las amigas así que pude planear un plan, y lo que se me ocurrió fue estropear el resbalón de la puerta de su habitación mientras se duchaba. Espere a que saliese de la ducha, estaba en el salón cuando la vi pasar hacia su habitación, la vi salir del baño iba vestida con el albornoz, le di tiempo para llegar a su habitación, oí como cerraba la puerta un par de veces pues como ya os he dicho le jodi el resbalón, me quite las zapatillas y me acerque muy sigilosamente, al llegar a la puerta la fui empujando muy despacio hasta abrir una rendija lo suficiente para ver sin ser visto y vaya si lo vi. Allí estaba mi hermana de espaldas enseñándome su culo que para estar pasada unos kilos se le veía duro y entonces pude ver lo que tanto ansiaba ahí estaban aquellas dos enormes tetas, le llegaban hasta la cintura pero se veían duras y redondas con dos aureolas del tamaño del culo de un vaso de nocilla, y uno pezones perfectos. Rápidamente me fije para el pantalón y estaba que reventa tenía la polla como una barra de hierro y entre el espectáculo y los gramos de farlopa que me había metido estaba como una moto, y si entro ahora sin pantalones con mi polla (por cierto mi polla mide 21cm y es algo gorda) me preguntaba a mí mismo, me la follare me preguntaba a mí mismo.

Aquello se volvía cada vez más obsesivo, empecé a salir con mi hermana y su novio más asiduamente, incluso llegaron a buscarme pareja, la relación con mi hermana fue mejorando con el tiempo, recuperando la confianza y complicidad perdida durante los años que estuve fuera de casa.

Viajes de fin de semana, en los que no paraba de hacerme pajas mientras los escuchaba como follaban, incluso una vez estando en una casa rural me jugué el pellejo subiéndome al tejado para poder verlos a través de la ventana, y vaya si mereció la pena, pude ver a mi hermana a cuatro patas y sus enormes tetas bamboleándose como si fueran dos campanas, eran tan grandes que estando en esa posición le llegaban a tocar el suelo, también me fije en el pichacorta de mi cuñado que comparándola con la mía era ridícula, de hecho no sé cómo puede hacer gozar a mi hermana.

Un viernes aprovechando que mis padres se habían ido de fin de semana al pueblo y que mi hermana no saldría pues Gorka estaba trabajando fuera de la provincia, espere que llegase de la compra para poner mi plan en marcha, la despensa esta justo delante del baño, me metí en la ducha y empecé a sobarme la polla para ponerla a tono, cosa que no fue casi necesaria pues solo pensar en la situación que había planeado ya estaba bastante palote, cuando escuche como se abría la puerta salí de la ducha cogí la toalla y empecé a secarme la cabeza, todo esto con la puerta del baño abierta entonces escuche un ruido mire hacia la puerta y ahí está mi hermana

Se le habían caído las bolsas de la compra al suelo, estaba como desconcertada pasmada pude ver como devoraba con su mirada mi polla que estaba a punto de explotar estaba en su máximo esplendor, sin decir nada se dio media vuelta y se metió en la despensa.

Durante el día la cosa fue normal mi hermana y hablamos como si no hubiere pasado nada, mientras estábamos comiendo.

-¿vas a salir hoy? -Me pregunto.

-¡no! Hoy no tengo ganas -le respondí- si quieres bajo al videoclub y cojo un par de pelis.

-¡vale! -Me respondió ella.

Fin de la primera parte.

(8,90)