¡Carajo! qué ganas de probarte, de lamerte, de hacerte vibrar de placer. Vendarte los ojos, recorrerte sin prisa, saboreando cada centímetro de tu piel. Enchinarte la piel es sólo el principio, ardo en deseo de lamer tus pezones, mordisquearlos, chuparlos.
Lamer tu húmeda feminidad es mi objetivo, recorrerla con la lengua, sentirte en mis labios, embriagarme con tu sabor, con tu aroma, deseo llevarte lentamente hasta el tope del placer lamiendo tu clítoris y justo cuando estés en la cima, meter dos dedos en tu vagina, una vez alcanzado mostrarte que puedes llegar a más, que existe un escalón más en el placer, sentir como se tensa tu cuerpo, como palpita tu vagina y en ése momento, acelerar el ritmo hasta que explotes.
Espera, todavía no acaba. Ya que la intensidad de tus jadeos haya disminuido te penetraré con mi falo, disfrutando el calor con el que me envuelves y humedeces. Lamer tus pezones, permíteme sentir tus uñas clavarse en mi espalda, que tus gemidos envuelvan el ambiente… deseo embestirte como una bestia, morderte, impregnarme de tu aroma.
Deseo me cabalgues como una amazona, que te recojas el cabello, quiero tener ésa imagen tuya mientras me intentas domar. Besarte y morderte, morderte y besarte, halarte del cabello con furia como si te odiara, que me veas fijamente retándome mientras me cabalgas más intensamente, sentir que estás a punto y liberarme… llegar, llegar juntos a ésta explosión de placer mientras caes sobre mí, sentir tus contracciones vaginales, abrazarte, susurrarte al oído que me fascina te vuelvas una puta.