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Magaly mi diosa de ébano

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Llega un momento en la vida de todo hombre que llega a tener sexo con su esposa solo una vez y allí quedaba, eso me pasaba a mí, pensé que sería como resultado de tanto cigarro, en tres horas me fumaba 20 cigarros, era un exceso y le atribuí mi falta de apetito sexual a este problema, además tenía problemas en casa, el dinero escaseaba, los militares en mi país hemos sido mal pagados, ahora la cosa se ha puesto mejor para nosotros, pero aun así seguimos pisoteados y poco reconocidos, en fin un día estaba de servicio y llego un auto color negro, identifique y era una morocha simpática, con un cuerpo bonito, agraciada la niña, buscaba a un compañero de trabajo que había venido de comisión, me comento que había pagado con un billete falso y había venido con la dueña de la tienda donde habían comprado para que le pague. En fin, me solidarice con ella y su situación, se despidió y se fue.

Un par de horas más tarde me llamo al lugar donde estaba de servicio y me dio su número esperando que le llamara, termino mi fracción de servicio y me fui volando al teléfono, le llame y converse antes le dije que tenía esposa que era casado y si había algún problema para poder ser amigos, ella respondió que no, desde allí sabía que tenía que verla así que la llamaba casi inter diario, a los pocos días mi esposa viajó con mi enano a visitar a su mamá así que aproveche en comprar un vino y visitarla. Era de jueves esa noche y tome un taxi y llegue a la puerta de su casa, una señora estaba planchando su ropa, conversamos y bebimos el vino hasta que se fue la señora, vi mi reloj y eran las diez, allí no pasaba nada, así que me despedí y me dirigí hacia la puerta, ella se quedó en el umbral y misma película, voltee y le dije no me iré sin esto y le pude dar un beso largo y profundo, ella me sujeto de la mano y me metió a su casa diciendo aún es temprano. Desde ese momento, sabía que iba a pasar, me percaté que tenía una blusa color amarilla y un short color negro que le ajustaba la figura de una manera muy sugestiva, le acosté en su sofá y me arrodille y empecé a besarla y acariciarla, estaba a mi merced, levante la blusa y bese sus pechos esos pezones marrones adornado con aureolas oscuras, deliciosas tetas, levanto el cuerpo y le quite el short deleitándome con su cuerpo por primera vez.

Magaly tenía un cuerpo bonito, nada de cuervas exageradas, una mujer real, sabrosa, empecé a meterle un dedo haciendo a un lado su trusa de varios colores que resaltaban su color de piel, comprobé que estaba sonadísima, levante su pierna izquierda y comenzó a chuparle la concha (es algo que me fascina, sentir los jugos de las hembras y tragarlos además de darles satisfacción) ella gemía bajito, sus padres estaban en Lima y ella vivía con su hermanito de 16 años, que donde estaría. Magaly me dijo “vamos a mi cuarto, allí estaremos más cómodos” la seguí con una erección tan grande que me dolía, llegue a su cuarto y era mía, toda para mí, esa hembra me deseaba y yo a ella, empezó haciendo un baile sensual, se tocaba mirándome, me decía que era su dueño, y era obediente pues yo decía “chupa y chupaba”. Se dejaba hacer cualquier cosa que le decía ponía la cara en el colchón y con sus manos abría sus nalgas dejándome campo libre para lamer chupar y saborear (que iba a hacer mi mujer eso, ni cagando), ella hizo lo que mi mujer no quería, (es por eso que a veces buscamos a otra) ella chupaba, se subía, se volteaba, se dejaba chupar, lamer todo el cuerpo, el nivel de erotismo era muy alto. Magaly me secaba el sudor, sudábamos bastante tirando, cogía mi sudor y se lo echaba encima, decía “Ricardo dime que me amas, dime que me amas” yo estaba a punto de estallar y respondía a sus gemidos, a su suplica, ella suplicaba por amor, por pasión, estábamos súper excitados y le decía al oído cogiéndola desde atrás “Magaly te amo, eres mi amor, eres mi Reyna, eres mi Diosa”.

Esta hembra grito de placer cuando llego, logrando que llegara en sus entrañas, era una descarga que no tuve en mucho tiempo, descansamos un poco pues estábamos feliz, mi pinga se achico después del polvo, nos abrazamos y la tibieza de su cuerpo y su mano logró que en un momento estuviera otra vez con una erección similar a la primera, no podía creerlo, después de tanto tiempo. Esta vez nos tomamos un buen tiempo, la segunda vez que te vienes demoras mucho más, así que pude disfrutar de esta mujer en la pose del misionero, mirando su rostro y besándola, demostrándole que no era choque y fuga, no me importaba mi esposa ni mi hijo de dos año, era placer, era sexo, era esa perra y yo, nadie más, la clave hasta el fondo y ella gemía y suspiraba incremente mis movimientos pues sentí que se iba a correr. Ella me abraza y otra vez “Ricardo dime que me amas, dime que me amas” y yo la misma respuesta, eres mi diosa, mi Reina, solo eres tú, no aguantaba y cerraba sus ojitos chinos y la bese para callar su gritos de placer (es algo que disfruto también), acelere para continuar con la siguiente venida y ella ahora tuvo el tercer orgasmo se abrazó a mi cuello y rodeo mi cintura con sus piernas seguí con el mete y saca hasta que le llegó el cuarto orgasmo junto con mi leche.

Terminamos felices y nos fuimos al baño a orinar, cuando se sentó, aproveche para darle a chupar, dejándome limpia la pinga, nos regresamos a su cuarto y nos besamos durante unos 10 minutos incrementando la intensidad de nuestros besos nuestros cuerpos pedían más así que continuamos con lo nuestro, basta decir que ese cuerpo era para mí así que le lamí desde la punta del pie hasta el cuello, esta vez la puse de perrito y comencé a darle otra vez ella gimiendo volteando, pidiendo muestras de afecto y amor algo que me desconcertaba, pero seguí, la voltee y puse sus piernas en mis hombros dando suaves metidas que ella acompañaba con gemidos de placer, era descomunal el placer que obtuve de ella, le chupaba las tetas mientras la bombeaba ella estaba perdida, intente darle por el culo, pero sentí que no debía, habíamos perdido la cantidad de orgasmos que tuvo, seguimos y aunque suene mentira esa noche pude disfrutar de Magaly cinco veces tuvimos sexo toda la noche, disfrute mucho. Salí de su casa a las 5 am estaba saliendo el sol ya estaba claro cuando llegue a mi casa, me bañe y cuando estaba listo para salir me quede dormido y no fui a trabajar sino hasta las 11 am.

Esa tarde me fui con mis amigos a tomar unos tragos y ya en copas decido llamar a Magaly y ella me pide que vaya a su casa (le había gustado) le respondí que estaba en ropa de deporte y que no tenía billetera y no tenía dinero para el taxi, ella me dijo que lo pagaría, deje abandonados a mis amigos ese culo era más importante. Llegue y la luz de su puerta estaba apagada, la cagada, pensé que no estaba pero ella estaba en la oscuridad dentro de su casa cruzando la puerta me dio el dinero para pagar el taxi, me asegure y me guarde el vuelto. Ella estaba envuelta en una bata de seda color melón que contrastaba con su piel canela, era una belleza salvo por su cabello corto que nunca me gusto, pero como no la quería para salir a pasear, normal nomas, cerramos la puerta y fuimos a su cuarto, donde me quite la ropa y ella me dio un espectáculo desnudándose, fue excitante, quedo en una tanga finísima, era muy suave al tacto. Me tiro a la cama y comenzó a besarme el pecho bajando a la pinga, la cual ya estaba arriba desde que hable con ella. Se dio un festín chupando, esta vez ella sabía que tenía que darse su tiempo pues tampoco fue a trabajar pues había quedado hecha trapo, con mucha delicadeza se subió y me cabalgó habrá sido por 10 minutos, la mierda esta aceleraba de repente y me llevaba al borde de la eyaculación y bajaba la velocidad, ella me dominaba, con ese cuerpo y esa actitud, ella mandaba esa noche.

Después de un buen tiempo se acostó y puso sus piernas en mis hombros y empecé a taladrarla tenía que hacerle lo mismo cuando volteaba los ojos la sacaba y le chupaba la concha, así la tuve tres veces, se molestó y me dijo “hazme acabar mierda… Jajaja”. Le metí la pinga hasta que se puso colorada y boto el aire que tenía retenido en una bocanada gimiendo y preguntando si la amaba, obtuvo la respuesta que quería y no corrimos juntos. Lo que me encantaba de esta mujer era que se quedaba con la leche en la concha y no se iba al baño a limpiar como mi mujer de mierda, me gustaba que dejaba que la leche le corriera por la zorra hasta sus muslos y ella normal. Charlamos un buen rato donde me preguntaba que hacía y que me gustaría, así que le dije que quería darle por el culo, no reímos un rato y continuamos nuestra sesión de sexo, hicimos un 69 donde pude meterle un dedo en el culo mientras le chupaba la concha, se sacó la pinga de la boca y levanto la cabeza gimiendo, comprendí que tenía una oportunidad, así que la deje cabalgarme, me ponía las tetas en la cara mientras se movía adelante hacia atrás, logro correrse una vez más, mientras la volteaba la puse de perrita y me miro y dijo “dame por el culo, Ricardo dame por el culo por favor”, eche harta saliva y empecé a meterle la pinga por el culo, ella gemía y yo feliz le empecé despacio y luego un poco más fuerte, pero ella pedía más, mientras le metía por atrás me di cuenta que esta cojuda era estreñida porque sentí un trozo de mierda duro en sus intestinos, parecía que estaba empujando un chocolate golpe por el culo de mi Diosa Magaly.

Seguimos buen rato, la ponía al filo de la cama, abría bien las piernas, se dejaba hacer lo que yo quería, hasta que vacié mis bolas en sus intestinos, terminamos y se fue a cagar, seguro botando ese pedazo de mierda que tenía en el culo. Nos limpiamos y seguimos en lo nuestro, nos acostamos abrazados quería que la abrazara mientras se acurrucaba y sabia como calentarla, le acariciaba su cabello, bajaba por las orejas hacia el cuello y ella se volteaba y se trepaba, se quedaba arriba por tres orgasmos hasta chorrear sus venidas en mí, me ponía la zorra en la cara y pedía que le chupe la concha. Era genial, ese viernes, disfrute de Magaly en la ciudad de Piura en cuatro oportunidades, salí de su casa a las 7 de la mañana, estaba feliz, ella me despidió de su puerta en la misma bata color melón que tenía cuando llegué, sabía que me había metido en un lio de mujeres pues ella no estaba dispuesta a perderme como amante y tal vez como marido…

Seguiré con los relatos pues con ella tuve tiempo como amantes…

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