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Eyacula para mi, amor

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La mano vagabundeando sobre su pecho vestido sacó a Daisuke de su sueño y dejó escapar un grito ahogado mientras sus pezones se frotaban entre dos dedos y tela. Sintió besos en el cuello, hasta la mandíbula y luego en la mejilla. Soltó una risita cuando el aliento del otro sopló sobre sus ojos cerrados, haciéndoles cosquillas y haciendo que su rostro se arrugase. Labios suaves plantaron besos en la esquina de su boca y justo debajo de sus labios, pero nunca directamente sobre ellos.

-Ken... Ah, deja de bromear-. Daisuke gimió, dando forma a sus labios afelpados en un puchero que sabía que Ken no podía resistir. Escuchó una suave risa antes de que unos dulces labios se encontraran con los suyos. Los dos pares de labios se moldearon juntos, moviéndose suavemente uno contra el otro. Ken deslizó su lengua sobre el labio inferior de Daisuke, pidiendo la entrada y obedeció sin vacilación, dejando escapar un gemido cuando el cálido músculo se deslizó dentro de su boca. Grandes manos recorrieron su cabello, jalando y masajeando su cuero cabelludo al mismo tiempo, provocando otro fuerte gemido que fue amortiguado por la boca de Ken.

Daisuke hizo mover sus manos y enredarlas en el espeso cabello negro de Ken, pero algo se lo impidió. Algo estaba sosteniendo sus manos a los postes de la cama con fuerza, dándole básicamente ningún movimiento de brazos. Los ojos de Daisuke que estaban cerrados durante todo el episodio de besos, se abrieron solo para encontrarse con la oscuridad. Estaba seguro de que era por la mañana, ¿por qué no podía ver? Solo pudo llegar a una conclusión. Él estaba vendado y atado.

Para poner a prueba su teoría, le dio varios pequeños tirones afilados en la muñeca y sintió que la cuerda se clavaba en su piel.

-Ken? -. Una fuerte bofetada fue infligida en la parte exterior de su muslo, provocando un doloroso gemido

- Llámame sólo hoy tu maestro, amor -. La voz ronca de Ken envió escalofríos por la columna vertebral de Daisuke, ciertamente no esperaba que Ken fuera así de pervertido al amanecer de la mañana, Daisuke no tenía idea de qué hora era, pero solo podía suponer que era un tiempo decente si Ken estaba despierto, pero no se quejaba, especialmente no cuando un Ken pervertido quería sexo alucinante.

-Maestro… -. Logró gimotear cuando las manos de Ken acariciaron el lugar donde acababa de abofetear, quemándole la piel en lugar de enfriarla.

-Sí -. Ken colocó su mano libre sobre el torso desnudo de Daisuke, trazando los abdominales duros mientras se inclinaba hacia su novio para otro beso, excepto esta vez, mucho más acalorado. La boca de Daisuke se abrió automáticamente cuando sintió la lengua de Ken sondear en sus labios, emitiendo un gemido que fue amortiguado por la boca del otro. Los dientes chocaron cuando las lenguas lucharon por el dominio, aunque Daisuke admitió rápidamente la derrota, dejando que la lengua de su novio explorara su boca. ¿Quién era él para ganar, especialmente cuando estaba atado y con los ojos vendados a disposición?

Después de romper el beso por el aire, Ken bajó al cuello de Daisuke, mordiendo suavemente y chupando la clara extensión de la piel, creando chupetones que estaba seguro de que Daisuke no sería capaz de cubrir sin capas y capas de maquillaje mañana.

- No dejes marcas, gilipollas -. Murmuró Daisuke de soltar un gemido cuando sintió que una mano alcanzaba y acariciaba su pezón.

-¿Gilipollas? No creo que debas llamar a tu maestro esi, mi amor

- Lo siento...maestro -. Murmuró débilmente, tratando de no pensar en la mano que se movía por su cuerpo hacia su región inferior.

-Has sido un chico malo y los chicos malos deberían ser castigados, ¿verdad?-. Preguntó Ken, su mano tan cerca de la polla de Daisuke pero no lo suficientemente cerca, este último podría haber tenido los ojos vendados, pero no había manera de que echara de menos la sonrisa en la voz de Ken mientras este le hablaba.

-Sí..

-¿Cómo deberías ser castigado, hm?-. Ken arrastró las palabras, la mano se detuvo cerca de la polla de Daisuke, tan cerca que el dueño prácticamente podía sentir el calor que irradiaba.

- De cualquier forma que usted quiera -. Murmuró Daisuke moviéndose en la cama para tratar de obtener fricción en su endurecida polla, solo para tener sus caderas inmovilizadas por las grandes manos de Ken. Escuchó a este ultimo soltar una risa siniestra antes de que el cuerpo del otro estuviera sobre el suyo. Grandes manos se enredaron en su cabello cuando un par de labios se aferraron a los suyos.

- ¿Qué tal si te meto todo el amor que llevo dentro tan duro que no puedes caminar durante una semana?

C-castígame de la manera que usted quiera, maestro, he sido un chico malo -. Daisuke gimió contra los labios de Ken, sin aliento, pero todavía queriendo más. Sintió que Ken sonreía mientras unas manos ásperas trazaban suavemente sus costados, enviando escalofríos por su cuerpo. Las manos se detuvieron gradualmente en sus caderas, frotando círculos burlones en los huesos de la cadera mientras violaba la boca de Daisuke quien movió sus caderas hacia arriba, rechinando contra el otro de la manera más sensual y sintiéndose realizado cuando Ken dejó escapar un gemido gutural.

-Mi amor... Me aseguraré de que tu pobre trasero no sea capaz de sentarse sobre cualquier cosa que no sean capas y capas de almohadas durante días-. Ken gruñó, rechinando contra Daisuke, el pobre estaría mintiendo si dijera que la voz ronca de Ken prometiendo un dulce dolor no lo excitaba.

Soltó un jadeo sorprendido cuando una mano agarró su pene, tocando la hendidura lo suficiente como para hacer que Daisuke se liberara del súbito placer. Jadeó de nuevo cuando la mano comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo, enviando sacudidas de placer por todo su cuerpo. En cuestión de minutos, su polla, que alguna vez había quedado flácida, ahora estaba dura, goteando líquido preseminal y podía sentir que la espiral de su estómago se tensaba.

Algo resbaló en su polla goteante, un anillo de polla, y Daisuke solo podía gimotear desesperadamente.

-Esto significa un castigo, no una recompensa, tal vez eso llegue después si eres un buen chico -. Sururró Ken y si solo las manos de Daisuke no estuvieran unidas, él habría golpeado ese imbécil.

Sintió el cuerpo de Ken deslizarse hacia abajo hasta que el aliento caliente golpeó su polla y su cuerpo instantáneamente se llenó de anticipación y terror. Dos manos se aferraron a sus muslos, los dedos se clavaron en la piel cuando una pequeña lamida de gato se sintió en su polla. Entonces su polla entera estaba envuelta en una calidez de calor, enviando un inmenso placer a la columna vertebral de Daisuke haciéndole gemir de carga.

- Más estúpido... -. Daisuke maulló mientras la cabeza de Ken se balanceaba arriba y abajo.

Ken aumentó su ritmo, sus mejillas vaciaron alrededor de la longitud de Daisuke. Cada vez que llegaba a la cima, usaba su lengua para girar alrededor de la punta antes de volver a bajar, con la lengua aplastada contra la polla de Daisuke. De vez en cuando soltaba un zumbido cuando probaba el líquido preseminal de Daisuke, dulce y salado. Esta acción solo envió más placer a través del cuerpo del otro, dejándolo marchitándose en la cama y gimiendo profanidades. Los gemidos de Daisuke se hicieron más y más fuertes, sonando cada vez más desesperados a medida que pasaba el tiempo. Solo le llevó unos minutos a Daisuke sentir el estiramiento familiar de su estómago.

- quiero correrme, por favor maestro, deje que me corra -. Daisuke cuando la espiral en su estómago se hizo más y más apretada. Ken no respondió, en cambio eligió sujetar sus movimientos, una mano subió para acariciar la parte de la longitud de Daisuke que su boca no podía cubrir. La otra mano se aferró aún más fuerte a sus muslos, deteniendo sus caderas.

- Por favor. Por favor. Por favor -. Daisuke suplicó mientras sentía que su orgasmo se acercaba rápidamente. El agarre en sus muslos se hizo imposiblemente más apretado y la lengua de Ken aplicó más presión sobre su pene hasta que el otro no pudo soportarlo más, dejó escapar un fuerte grito cuando el orgasmo seco sacudió todo su cuerpo.

- Bien -. Ronroneó Ken, alejándo las manos de la aún dolorida polla de Daisuke hacia el glorioso trasero, le dio a la polla una última mamada dura antes de alejarse, buscando en el cajón de la noche la botella de lubricante. Se sirvió una cantidad excesiva de lubricante en los dedos antes de tirar la botella en algún lugar de la cama y presionar con un dedo la entrada de su novio.

Daisuke se movió incómodo pero no emitió ningún sonido. No fue hasta que Ken puso el segundo dedo que sintió el estiramiento en su parte trasera, pero aún mantuvo la boca quieta. Cuando deslizó tres dedos en la entrada de Daisuke sus ojos se cerraron mientras soltaba un pequeño gemido de dolor. A pesar de que Ken jugó el duro y dominante papel, su corazón aún se apretaba cada vez que Daisuke sentía dolor, así que salpicaba pequeños besos en el interior de los muslos antes de acercarse a los labios.

Ken movió sus dedos en diferentes direcciones dentro de Daisuke, tratando de encontrar el sensible manojo de nervios mientras besaba a su chico. Sus dientes chocaron y las lenguas lucharon en un desordenado beso de pasión y amor.

-Joder... -.Daisuke gimió ruidosamente contra los labios de Ken cuando su punto dulce fue atacado.

-Joder a la mierda-. Continuó gimiendo cuando Ken le puso besos con la boca abierta en el cuello y la clavícula mientras abusaba implacablemente de su próstata.

-M- Maestro por favor-. Daisuke descaradamente empujó su cuerpo hacia abajo con la esperanza de obtener los dedos de Ken más profundamente en él.

- Dime amor, dile al maestro lo que quieras-. Ken se burló, los dedos se movían dentro y fuera de Daisuke un poco más rápido con cada segundo que pasaba.

-Follame, por favor. Te quiero en mí, Por favor -. Suplicó con sus brazos tirando furiosamente contra sus restricciones.

- Mis dedos ya están dentro de ti, y tendría que decir que están haciendo un muy buen trabajo al convertirte en un desastre fulminante, vamos dime claramente. ¿Qué quieres que haga? -. Daisuke sintió que la mano libre de Ken le acariciaba el costado provocativamente, enviando escalofríos por su espina dorsal.

- Ahhh -. Daisuke dejó escapar un gemido particularmente fuerte cuando los dedos de Ken golpean su ano mientras bombea su polla. Sintió que su mente se quedaba en blanco, ya que estaba lleno de placer, incapaz de formar ninguna palabra.

-¿Tu que? ¿Quieres que ponga mi polla dentro de ti y te folle? ¿Quieres que te haga sentir como si estuvieras en el cielo? ¿Quieres que te folle tanto que ni siquiera recuerdes tu nombre? Porque puedo hacer todas esas cosas por ti mi amor, te eché tanto de menos...

-Cualquier cosa maestro. Por favor. Con rapidez. Cualquier cosa, te necesito -.Daisuke gimió, moviendo sus caderas en las manos de Ken para más fricción.

Ken soltó una risita antes de sacar sus dedos de la entrada de Daisuke, haciendo que el otro gimiera por la sensación de vacío en el interior.

- Tan necesitado para mí mi amor-. Ken susurró, levantando las manos de los muslos de Daisuke. Alineó su polla con la entrada de su chico antes de entrar lentamente, gimiendo por el calor pero asegurándose de que lo tomara con calma para que Daisuke pudiera adaptarse, ahora fué Daisuke quien dejó escapar un grito de dolor, sin embargo, no hizo ningún esfuerzo para detener a su excitado novio

Ken se inclinó hacia abajo, sus labios subieron por el cuello de Daisuke hasta sus labios y luego comenzó a besarle nuevamente. Daisuke se concentró en los labios de Ken y cómo se sentían en lugar del dolor de su trasero desgarrándose y cuando estaba acostumbrado al dolor, movió sus caderas un poco, indicando que Ken podía moverse.

Poco a poco, Ken empujó su miembro dentro de él quien soltó un gemido ante la sensación de la gruesa polla de Ken llenándolo.

- ¿Cómo te sientes amor con el miembro del maestro llenándote? Tu maestro te hará sentir tan bien...

Daisuke dejó escapar un pequeño gemido cuando Ken trajo sus caderas hacia atrás y se estrelló de nuevo, marcando un ritmo lento para molestar, Ken perezosamente follaba con Daisuke mientras se inclinaba para morder el lóbulo de la oreja

-Te hice una pregunta, ten la educación de contestar -. Susurró directamente en el oído de Daisuke, soplando aliento caliente al mismo tiempo y enviando aún más sangre a la polla que Daisuke ya estaba goteando.

-M… Me siento bien lleno-. Gimió

Ken soltó una risita, murmurando frases sucias en esos oidos. Recorrió las caderas de Daisuke con sus dedos largos mientras bajaba la boca para chupar la afilada mandíbula sin acelerar su ritmo. Frustrado por el ritmo tortuoso, Daisuke rodó sus caderas hacia abajo para encontrarse con la polla de Ken antes.

-Mas rápido

-¿Mmm? ¿Quieres que te folle más rápido? ¿Te jode más? ¿Qué tal si te follo tan duro que ni siquiera serás capaz de sentarte en ese lindo trasero tuyo por días? ¿Cómo suena eso, amor? -. Preguntó con su voz profunda y ronca.

-Q... Qu... Sí... Quiero todo eso.

La boca de Ken se arqueó hacia un lado antes de acelerar el paso, bajando la boca para mordisquear el lóbulo de la oreja de Daisuke mientras sus dos manos se aferraban a las caderas de su chico para estabilizarlas. Estableció un ritmo constante, moviendo las caderas hacia delante y hacia atrás mientras sujetaba los labios sobre las clavículas más pequeñas, chupando la piel hasta que era de un rojo oscuro. Daisuke dejó escapar un gemido y sus manos luchan contra las ataduras sosteniendo sus manos juntas.

Ken empujó a Daisuke, orientando deliberadamente su pene para que solo rozara ligeramente contra la entrada y lo volviera loco, sintiendo este la leve descarga de placer corriendo por su espina dorsal con cada embestida, pero no era suficiente.

- P-por favor Maestro -. Daisuke suplicó entre sus gemidos, sus manos tirando de las restricciones con tanta fuerza que sabía que le dejarían las muñecas moradas y magulladas al día siguiente.

-¿Qué quieres que haga, mi eterno amor? -. Preguntó otra vez moviendo las caderas con movimientos lentos y los labios pintando el torso de Daisuke con marcas de rojo y púrpura.

- Quiero... Quiero... -. Tartamudeó mientras los delgados dedos de Ken jugaban con sus pezones.

-¿Si?

-Quiero que me folles mas fuerte

-¿Qué era eso? Tienes que ser más específico y más ruidoso si quieres que el Maestro te escuche-. Ken arrastró las palabras mientras clavaba su pene aún más cerca de la entrada pero no directamente, provocando con cada embestida.

-Quiero que me golpees sin piedad hasta que vea las estrellas! Por favor.

Satisfecho con la respuesta, Ken dejó escapar un gruñido mientras apretaba más las caderas de Daisuke y rápidamente aumentaba su ritmo, cambiando su ángulo para golpear al muerto postrado. Su agarre en las caderas estaba magullado mientras golpeaba duramente a Daisuke, asegurándose de golpear el paquete especial de nervios cada vez para que pudiera saborear los gemidos pecaminosos que escapaban de la boca de su amado.

¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍ! ¡Allí mismo, maestro! -. Gritó Daisuke arqueándose de espaldas de la cama contra el pecho de Ken. Los ojos de Daisuke se cerraron cuando oleadas de intenso placer subieron por su espina dorsal y entumecieron todos sus pensamientos. Lo único en lo que podía pensar era en Ken quien lo estaba follando como si no hubiera un mañana, lo enviaba al cielo con cada empuje cuidadosamente, Ken, su eterno mejor amigo íntimo con derecho a todo.

-Amor, estás necesitado de mi polla -. Ken gimió inclinándose para capturar los labios de Daisuke otra vez. Nunca se cansaría de los labios carnosos que poseía su novio, Ken los amaba.

Pronto, los únicos sonidos en la habitación era el cuerpo de Ken quien continuaba empujando a Daisuke a un ritmo animal mientras ocasionalmente soltaba gruñidos y los gritos de placer de Daisuke, así como frases incoherentes que incluían variaciones de Ken o Maestro

Sintiendo el familiar rollo en su estómago por segunda vez, el ano de Daisukecomenzó a apretarse fuertemente, enviando a Ken a la locura.

-!!!QUIERO CORRERME!!! !!!Dejame que me corra!!!

Ken bajó una mano y le quitó el anillo del pene, sintiendo llegar su propio clímax.

-El maestro también está cerca. Vamos a corrernos juntos amor, Puedes hacer eso para mi ¿sí? -. Preguntó Ken cogiendo con la mano la polla de Daisuke y acariciándola a tiempo con sus propias embestidas.

-Sí, Sí maestro -. Jadeó Daisuke sin aliento, ya un lío quejumbroso y emocional para Ken

Con su propia liberación y la tensión en su estómago, las embestidas de Ken se hicieron cortas y erráticas, lo que se reflejó en los movimientos de su mano.

-Vamos amor -. Dijo moviendo su mano arriba y abajo por la polla de Daisuke, aplicó una ligera presión en la cabeza, hundiendo su dedo en la ranura poco a poco, y eso fue suficiente para enviar a Daisuke al límite después de que le negara el orgasmo una vez.

- ¡Voy a... Me voy a correr!-. Daisuke gritó cuando el placer acumulado en su cuerpo se volvió demasiado.

-Eyacula para mi, mi amor -. Las embestidas de Ken estaban cayendo fuera de ritmo y los gritos de placer de Daisuke se volvieron más y más fuertes, más desesperados con cada segundo que pasaba.

-¡MAESTRO!-. Gritó mientras se venía, disparando vetas blancas de semen por todo el cuerpo de Ken y el suyo. Su agujero se apretó automáticamente alrededor de la polla de Ken mientras que él llegó al orgasmo, enviando a Ken al éxtasis y después de unos empujones más y un fuerte gemido que consistía en una mezcla entre 'Daisuke' y blasfemias, Ken llegó, llenando a Daisuke con su semilla.

-Daisuke... Te quiero mucho -. Dijo inclinándose para besarle por enésima vez.

Ken salió de su orgasmo antes de sacar su polla, sonriendo mientras Daisuke gimoteaba, el culo apretado alrededor de nada. Buscó la tela que preparó antes y los limpió a los dos antes de arrojarlos en algún lugar de la habitación, derrumbándose cansinamente junto a Daisuke. Envolvió un brazo alrededor de su cintura antes de acercarlo más. Acurrucó su rostro en el hombro de Daisuke, dejando escapar un suspiro de contenido en la sesión de sexo intenso y estaba a punto de dejar el cansancio cuando escuchó a Daisuke hablar.

- Uhm, Ken

- Dime amor

- Apreciaría mucho si me desatas de las manos y de la vista antes de volver a dormir

Una sonrisa escuchada en el aire fué la respuesta a su petición.

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