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Mi primer trio: volviéndome adicta

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Mi pareja y yo llevamos casi 4 años juntos, tenemos una vida un poco intensa, discutimos bastante, somos muy diferentes, pero el sexo nos une, es el mejor sexo que he tenido. Siempre he sido caliente, me masturbo antes de aprender a leer, y mi cabeza genera fantasías a mil por hora. Tengo la necesidad de probar cosas nuevas constantemente, me mantiene libre, y alimenta mi libido, creo que el estar caliente todo el tiempo, hace que me sientas sexy, por lo tanto, es bueno para mi autoestima, mi cuerpo y mi alma.

Hace unos meses, mi pareja tiene un nuevo compañero de trabajo, él se llama Diego y el compañero George, este chico viene llegando de USA. Pero habla español, ambos se han hecho bastante amigos, salen a tomar cerveza después del trabajo los viernes y conversan mucho, mi pareja habla muy bien de él, dice que es una persona confiable, leal, buen amigo. En fin, trato de no hablar mucho de su trabajo, me cansa escuchar temas tan estresantes, pero este tipo, no para de salir en nuestras conversaciones, y aunque no lo conozco, me gusta que mi pareja tenga un amigo.

Hace unas semanas mi pareja quería llevarlo al cumpleaños de mi mejor amiga, la cual lleva un tiempo soltera, y aunque no está sola, sería entretenido que hiciéramos grupo otra vez, así que Diego me mostro algunas fotos de George para saber si era del gusto de mi amiga, vi sus fotos, y no pude evitar sentir envidia... de solo pensar que mi amiga pudiera estar con semejante hombre, y aunque diego está muy rico para mi gusto, una espalda gruesa arriba que va adelgazando hacia abajo, brazos fuertes y venosos, como me encantan, pectorales marcados, aunque no demasiado, y ese pelo en pecho que me pone loca, su verga, adoro esa palabra siento que es poderosa para un pene, su verga es perfecta, en tamaño y diámetro, calza excelente dentro de mí, y es muy sabrosa. Bueno, para mi Diego esta riquísimo, pero George también lo está, y de tanto escuchar de él, ya se me está metiendo en la cabeza.

Lamentablemente el día del cumpleaños discutí con Diego y termine yendo sola, impedí que George y mi amiga se conocieran, pero yo también me quede con ganas de conocerlo.

Hasta que un día Diego lo llevo a la casa para almorzar y tomarnos algo, el tipo era como lo esperaba, alto de pelo negro, una sonrisa juguetona, ojos traviesos, no respetaba su amistad con Diego cuando de mirarme el culo se trataba, su cuerpo era más musculoso que el de Diego, pero sin exagerar.

Pasaba la tarde y los tragos, la conversación era entretenida, nos reímos mucho los tres, yo cada vez que podía, lo miraba con disimulo y luego besaba a Diego o hacia algún gesto de amor, para que no quedaran dudas, George aprovechaba que Diego no miraba y me miraba a mí, de pies a cabeza, ese día como me tomaron de sorpresa, solo vestía un short muy corto y un crop top, ropa muy casual, pero un poco ligera, debido al calor.

Llego la noche, el alcohol terminó por cansarnos, como ya era tarde y George estaba pasado de copas le dijimos que se quedara en la pieza de al lado, no protestó y se fue a dormir, nosotros nos fuimos a la cama y quedamos rendidos.

Esa mañana comencé a sentir a Diego lamiendo suavemente mi clítoris, el siempre despertaba excitado, y ese tipo de desayunos me encantan. Yo lo estaba disfrutando mucho sentía su cálida y resbalosa lengua entrometerse por cada rincón de mi vagina, cada tanto, soltaba un chorrito en un espasmo que electrizaba mi cuerpo entero y dejaba escapar un gemido, Diego se estaba comiendo un rico desayuno, cuando de pronto, se abre la puerta y entra Diego... Inmediatamente miro debajo de las sabanas y era él... George! Mi corazón se aceleró a mil, pensé mierda en que problema me metí sin querer. Y cuando estaba por empezar a dar explicaciones, Diego se quita el bóxer y se acerca a mí, mientras George continuaba en su trabajo, me impresione mucho, pero Diego logró calmarme con un beso jugoso.

Estaba viviendo un sueño, tenía a un hombre entre mis piernas y a otro besándome el cuello, Diego tomo mis tetas, que no son grandes, pero si redondas, las juntó ambas y comenzó a deslizar su lengua alrededor de mis pezones, lo que no tardaron en quedar duros y erectos, amasaba mis tetas con fervor, y chupaba tan rico que me erizaba, mi vagina para ese entonces también ocupada, ardía en fuego, estaba tan caliente, deleitada y sorprendida. George salió de las sabanas con aires de grandeza, y pude ver en detalle su cuerpo, era un modelo, una estatua griega, guapo y rico, su vergota se veía exquisita, y mientras Diego ocupaba su lugar, George puso su verga en mi boca, y continuo masajeando mis tetas, su pene, se sentía muy caliente en mi boca, lo miraba salir y podía ver cada vena y lo roja que se ponía, el tamaño era el perfecto, casi igual a la de Diego. De un solo movimiento Diego mete la suya en mi vagina, y no pude evita poner los ojos blancos, dos hermosos picos dentro de mí, uno en mi vagina y otro en mi boca, no aguantaba mi vagina estaba tan húmeda que ya podía sentir el charco en la cama, Diego se levantó y mientras, George me levanta y me sienta de espaldas hacia él, comencé a saltar sobre su pico, estaba increíble, Diego besaba mi cuello y luego metía toda mi teta en su boca y masajeaba la otra y cambiaba, se paró sobre la cama y me dio una cachetada con su verga, sabía que eso me ponía caliente, la metió en mi boca, estaba muy dura y caliente, mis tetas saltaban mientras George me lo metía con todas sus fuerzas y yo lamía cada centímetro de la polla de Diego, estaba en la gloria, pero llego el momento que estaba esperando, George me puso en 4 y primero con delicadeza acomodó sus manos en mis cintura, y dijo "que tremendo culo tienes chiquitita", es verdad, soy pequeña, y tengo un culo que según Diego es irresistible, puso sus pulgares en los hoyuelos que tengo en la espalda baja, tomó vuelo y lo metió tan hondo como pudo, yo amo que me den en 4, y George lo hacía como los dioses. Diego dice "a mi mujer le gusta que le den nalgadas", a lo que George contesta "con gusto", y lanza una palmada en una de mis nalgas, mi cara se desfiguraba cada vez que sentía entrar el pene de George, Diego sonreía y me miraba con orgullo, "tírale el pelo decía”… y George obedecía, Diego sabe lo que me gusta, y no dudó en darle todas las indicaciones a George para que este fuera el mejor culeón que he tenido.

George no pudo más y diciendo "que culo más rico, ya no aguanto más" largo todo su semen dentro de mí, sentí todo el chorro por dentro, me tomó por las tetas y me levantó, pegó su pecho en mi espalda y me besó con furor y cansancio mientras tocaba mi clítoris, recorrió extasiado mi cuerpo entero, "gracias estas exquisita" me dijo al oído, pego la última palmada en mi culo y le dio el pase a Diego.

Diego tomo su lugar y comenzó a darme duro, como sabe que me gusta, yo no paraba de gemir hasta que George me hizo callar poniendo su pico en mi boca, no aguantaba sentía el pene de Diego rozar hasta lo más hondo y su mano frotaba mi clítoris, hasta que ya no pude, y lance mi orgasmo, largo caliente y mojado, Diego sabia como lograr eso, George quedo impactado, mis líquidos empaparon la cama y eso lo calentó a full, ambos se pusieron frente a mí y mientras chupaba con desesperación uno, con mi mano masturbaba al otro ida y vuelta de rodillas, hasta que Diego acabo en mi cara, seguido de George, estaba empapada de blanco y tibio semen, metí en mi boca un poco para probar, como sabían ambos, y sabia delicioso.

Comencé a limpiar mi cuerpo lleno de leche y George le agradecía a diego por compartirme, le decía "tu mina está muy rica hermano, gracias" mientras se daban la mano y un abrazo, "no hay de que perro, a mi mina le encanto, así que cuando quieras, lo repetimos".

Los tres prendimos un cigarro, nos acomodamos en la cama, nos miramos y soltamos una risa un tanto tímida.

Han pasado un par de semanas y no he vuelto a ver a George, Diego me cuenta que hablan de lo que paso esa mañana y George tiene muchas ganas de repetirlo, quedo loco con aquel encuentro y Diego también, pero yo quiero darle una sorpresa, y quiero que la próxima sea con una mujer...

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