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La madre de mi amigo, una diosa (3)

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Apenas entramos a nuestra habitación comenzamos a comernos a besos con Paola, la espectacular madre de mi mejor amigo, teníamos un fin de semana en la playa que disfrutar y no perderíamos el tiempo.

Enseguida nos revolcamos en la cama y nos desnudamos, yo completamente mientras que Paola quedo en su sugestiva ropa interior que apenas ocultaba su hermoso cuerpo, con muchas ganas besaba sus tetas aun atrapadas en su sujetador mientras frotaba mi pene en sus labios vaginales y su tanga, Paola me agarraba fuertemente el culo marcándome el ritmo. Me disponía a liberar sus tetas y darme un festín cuando tocaron la puerta, seguimos en lo nuestro pero volvieron a tocar. Le dije a Paola que no hiciéramos caso pero ella solo me dirigió una sonrisa coqueta y se levantó arreglándose el sujetador, sorprendido le pregunte que hacía y solo me dijo que yo me ocultara que estaba desnudo. Solo atine a ponerme tras una pared que me ocultaba pero podía mirar por la esquina perfectamente, Paola abrió la puerta de golpe y resulto ser el acomodador que nos había atendido antes, el sujeto quedo de piedra y con la boca abierta y no lo culpo, tenía en frente a tremenda mujer usando un sujetador que apenas ocultaba sus tetas y una tanga que solo cubría la línea de pelos de su vagina, dejando expuesto el resto de su voluptuoso cuerpo el tipo solo pudo tartamudear y decir que nos trajo una copia de la llave extra para la habitación, recorría a Paola de arriba a abajo, desde sus delicados pies hasta sus enormes tetas. Debo admitir que los celos brotaron con fuerza en mí, no éramos oficialmente una pareja y dudaba que llegáramos a eso pero era la mujer que yo me estaba follando, aun pensando eso mi erección creció aún más y estaba loco de excitación. El tipo hacia lo podía para mantener a Paola frente a él y seguir deleitándose con tamaña mujer, preguntaba estupideces y Paola solo reía actuando como si no estuviera semi desnuda, finalmente se despidió y cerró la puerta de golpe dejando al sujeto anonadado.

Se dirigió a mi riendo divertida por la cara de el acomodador, yo salí con una enorme erección preguntándole la razón de hacer algo así, ella coquetamente me pregunto si estaba celoso mientras miraba mi erección, no le respondí y solo me lancé sobre ella para toquetearla y poder metérsela, pegamos una follada de campeonato gracias a eso. Al otro día nos dispusimos a bajar a la playa, Paola me pidió mi opinión sobre su bikini, dios mío, la vista era acojonante, se puso un bikini amarillo muy ajustado, la parte de arriba apenas taba sus tetas, solo cubría los pezones y le resto era una tanga que cubría apenas su vagina y atrás la tela se escondía entre sus esplendorosas nalgas, mi erección no se hizo esperar ni mis celos tampoco pero la excitación era un más. Bajamos a la playa y no podía evitar ver como todos se comían con la mirada a Paola, yo también no podía dejar de ver tan increíble mujer, la madre de mi mejor amigo y aquí estoy con ella y disfrutando de su cuerpo, increíble. Encontramos un sitio y Paola se quitó la toalla que traía alrededor de su cintura mostrando su potente culo, más de un suspiro sentí cuando su culo se encontraba a la vista de todos, le pedí por favor encontrar un lugar más vacío y ella muy divertida acepto pero solo para que no me pusiera celoso.

Llegamos a un lugar bastante apartado, note que habían unas dunas cerca que cubrían todo, Paola rápidamente se despojó de la parte de arriba dejando libres sus hermosas tetas, se recostó a tomar el sol mientras no podía parar de observarla, que mujer más tremenda, un chaval que pasó cerca de nosotros la miro mientras su boca se abría sin creer lo que veía y no podía estar más de acuerdo, cuando se fue me saque el pene del bañador y me masturbe lentamente observando fijamente su cuerpo. Paola me sonrió y me dijo que nos fuéramos a esas dunas donde no nos vería nadie, apenas llegamos nos acostamos ahí y no espere a devorarle las tetas mientras me pajeaba, comenzó a hacerme una increíble mamada, se quitó la tanga quedando desnuda y continuo chupándome el pene, en eso estábamos cuando abro los ojos por un instante y veo aparecer tras de unos arbustos a un viejo, debió tener aproximadamente unos 75 años o más, bastante canoso y barrigón, el viejo se quedó quieto y con la boca abierta pues se había encontrado con la escena de Paola chupándomela y su enorme culo contoneándose, rápidamente se lo dije a Paola y para mi sorpresa solo se volteó y miro al viejo regalándole una sonrisa de deseo. Se acercó a mi oído y me dijo que lo dejara ver si total no le hacía daño a nadie, no respondí por que la idea me excito, Paola miro al viejo y le dijo que se acercara a ver y que nos avisara si venia alguien, el tipo se acercó sin decir nada a mirar.

Paola se subió encima mío y se clavó mi pene de golpe, sus morena piel brillaba con el sol y sus tetas brincaban pidiendo que mis manos las sujetasen y que mi boca las chupasen, el viejo miraba asombrado a Paola y solo se le escuchaba bufar y decirle mijita rica, Paola lo miro y le dijo que si se quería pajear que lo hiciera, el tipo dejo caer su bañador y saco un enorme y cabezón pene que no quise mirar mucho, por el contrario ella lo vio y se relamió, no podía creer que estaba teniendo sexo en la playa y que más encima estábamos dando un espectáculo porno. Paola miro el pene del tipo una vez más y luego a mi dejando salir sus flujos sobre mí y casi gritando se vino, al ver eso me afirme con fuerza a su culo y deje adentro todo mi semen, enseguida miro al viejo que aún se pajeaba y me miro divertida mientras decía que no podía dejarlo con las ganas. Se paró y se sentó cerca del tipo, le dijo que podía ver de cerca para terminar la paja pero no tocar nada porque su pareja solo permitía ver, de todas formas yo parecía no tener mucho voto en la situación.

Paola abrió sus piernas entregándole una vista completa de su coño mientras jugaba con sus tetas, el viejo solo gemía y le decía lo rica que estaba, el tipo no duro mucho más y se corrió de manera abundante llegando su semen cerca de la concha de Paola. Aunque acabo siguió tocando su pene mientras le agradecía a Paola, ella le sonrió y luego me sonrió a mí, en ese instante se sintieron voces y aparecieron dos señoras de unos 45 o 50 años que de golpe se encontraron con la escena, venían con sus bañadores que apenas cubrían sus enormes y caídas tetas y su regordete cuerpo, una de ellas nos miró horrorizada mientras que la otra miro directamente mis genitales, mi desnudez pareció ofenderla sobre manera porque se abalanzo gritándome improperios en mi contra. Paola solo atino a agarrar su bikini y taparse tetas y concha mientras la otra vieja amenazaba con llamar a la policía, la otra se me abalanzo recriminándome que éramos unos cochinos y empezó a lanzarme cachetadas que bloquee y luego me tiro una patada a los testículos que por muy poco bloquee al cerrar mis piernas, le tenía la pierna agarrada e insistía en subirla para darme en las colgantes bolas, en eso nos caímos y me pare rápidamente, con Paola nos fuimos corriendo de ahí. Nos pusimos nuestros bañadores y nos subimos al auto, Paola solo reía mientras me sobaba los testículos que me apreté un poco al cerrar las piernas de golpe, la situación fue rara y divertida y al llegar al hotel seguimos con otra sesión de sexo con un inesperado desenlace que contare en la siguiente parte.

(9,10)