Hola, otra vez continuaré contando cómo me comí a Fernanda por su ano, después de tragarse mi leche y terminar de limpiarme la Verga decidimos continuar este acto en su casa, puse en marcha el carro y fuimos a su casa, ella seguía masajeando para poner a punto mi pene y continuar con la faena lo cual no tardó mucho ya que estaba yo sumamente caliente y más pensando por qué me había prometido poder partirle su ano sin restricciones.
Cabe mencionar que como mencioné en el relato anterior soy muy sexual pero soy amante del sexo anal, me encanta poder meterla en un año apretada de las mujeres con las que me acuesto.
Sin más llegamos a su departamento, estacione mi carro en la esquina donde nadie pudiera reconocerlo, me guarde el pene y corrimos a su departamento sin pensarlo nos subimos a su elevador y metió su mano para continuar masturbándome, entramos a su domicilio y sin más se quitó su ropa dejando su pura lencería, durante la chupada que me dio no pude ver, traía un brassier negro y de encaje y una tanga igual negra, acto seguido me ordenó sacarme la verga
-vas a mandar tu
-obvio cabrón es mi terreno
-está bien pero necesito otra mamada
-no te preocupes te daré las que quieras
Hincándose frente a mí y sacando su lengua recorriendo mi pene desde la base hasta el glande, deteniéndose en él y con movimientos circulares y después metiendo todo mi miembro en su boca otra vez provocando arcadas, ensalivando y ella a su vez masturbándose con maestría, quise tomar el control no me gusta ser sumiso. La voltee la acosté en su casa retirando su tanga.
-ahora me toca devolver el favor
Quitando la tanga empezar a ver su vagina depilada y empezó a meter y sacar mi lengua de su vagina para después concentrarme en su clítoris haciéndola gemir como la puta que es estando así empecé a meter uno después dos dedos masturbando y mamando.
-no pares cabrón, sí que sabes comerte una panocha.
Yo decidí no hablar y seguir mamando fueron 5 minutos cuando sus piernas se contraen contra mi cabeza y teniendo un mega orgasmo y llegando me mi boca, sus jugos y saliva estaban al por mayor se resbalaban por su ano y yo con mi legua empecé a untarlos en la entrada a su anito rosado dispuesto a coger. Continúe con mi mamada pero ahora mi concentración estaba en su cola.
-ya cabrón métela por favor.
-no, vuelve a chuparme el pito y lubrícalo bien pero ya te voy a partir esa puerta trasera como nunca y lo han hecho.
Una vez que me lo dejó bien lubricado la puse en cuatro en el sillón de su sala y sin decir más se la deje ir sobre su cola, obvio no era virgen anal ya que entró sin problema un poco de resistencia y como es normal el grito de dolor a la entrada pero después no hubo quejas. Inicié el entra y saca.
-cabrón lo conseguiste querías partirme, hay no pares no la saques de atrás.
-te voy a llenar de leche.
-si como quieras pero no pares, solo. No dejes de cogerme por atrás.
-te gusta perra.
-claro el pendejo de tu hermano no sabe hacerlo por atrás y tú eres un maestro.
La cargue y la senté en mis piernas dándome su espalda sin sacar mi verga de su ano y ella empezando a brincar. Yo estaba feliz le agarraba sus tetas mientras ella se masturba.
-no pares cabrón no pares dame más fuerte que me estoy viniendo.
Embestí más fuerte hasta el escuche su segundo orgasmo. No me saco el pene yo seguía cabalgando.
-ya cabrón lléname el culo de leche la volví a poner en 4 y se la deja caer con fuerza. En 15 más ya no podía más.
-perra donde quieres la leche ya me voy a venir.
-en mi ano cabrón llénamelo de tu leche.
Eyaculando como nuca en ese hoyo apretado dejando mi verga un rato dentro, sacándola y obligando a Fernanda a pujar para saber un poco de semen, saliendo y untándolo en mi dedo se lo doy para que se lo coma acto que me mata. Descansamos por 10 minutos y me dice:
-por la puta de tu novia déjala y regresa que la noche es larga.
Me cambie y me dirigí a la puerta pero no podía más y me regrese adonde ella me veía con el culo abierto.
-qué pasa cabrón.
-pasa que quiero más me vale madre llegar tarde.
-es lo que esperaba.
Me acosté a su lado y sin más empezamos un 69 pero mi historia continuará.