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(5) Club Venus

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-¿Adónde vamos, Ani? –la seguía Amy por el pasillo.
-A mi habitación. ¿Por? –ni se molestó Ana en girarse y mirarla.
-Es que necesito pasar por los baños.
-¿Sólido o líquido?
-¿Cómo dices?
-Si es cagada o meada.
-Meada y una larga.
-Pues aligeremos el paso. ¿Puedes aguantar un minuto más?
-Creo que no.
-A correr, venga.
Sin saber a dónde, Amy se echó a la carrera. Por donde iba Ana, ella la seguía. Caviló que irían a los baños de chicas, pero entraron en la residencia universitaria y de aquí a la habitación de Ana. Gabriela Olmedo deambulaba hermosa y desnudita.
Amy se fue directa al cuarto de baño, pero Ana la frenó.
-¿Adónde coño vas?
-A mear. Se me escapa ya.
Sin mediar palabra, Ana colocó un vaso vacío en el suelo.
-Mea ahí dentro.
-¿Cómo?
-¡Vamos, joder!
Amy se colocó en cuclillas y acercó el entremuslo al filo del vaso.
-¿Qué coño hacéis? –se reía Gabriela.
-Calla, puta. –Ana se encargaba de grabarlo todo con su móvil-. Estás viendo a una virgen mear.
-¿Esa zorra? Si tiene cara de guarrona.
-Eso dije yo.
-Buffff… -soltó Amy el pipí con vehemencia pero con gusto. Ana se arrodilló para grabar mejor.
-Vaya meada de vaca asturiana –reía Gabriela.
Amy se sentía extraña en aquella postura tan poco ortodoxa. Tuvo que apoyarse con una mano en el suelo para no caerse para atrás y caer de culo.
-Va a bozar el vaso –carcajeaba Gabriela.
Amy logró llenar el vaso hasta el filo y quedar meada y agustito.
-Dame papel para limpiarme –pidió Amy.
-El papel higiénico es como el condón, querida. Sólo lo usan los pijos. Nosotras con la mano –rió Ana.
-¿Con la mano?
-Es lo que hacen en el reino animal. El olor orinal a feromonas vuelve loco a cualquier animal, ¿y nosotras qué somos? Animales en celo, ¿no? Pues ahí tienes el desglose.
-Joder… -Pese al pudor, Amy se pasó la mano y se limpió los restos.
-Ahora chúpate los dedos –exigió Ana.
-¿Que me chupe los dedos?
-Sabía que eras puta pero sorda no.
Y Amy lo hizo.
-¿A qué sabe? –esperaba Ana una respuesta y sin dejar de grabar.
-A limonada –reía Gabriela aún.
-Que te calles, puta.
Amy seguía lamiéndose los dedos buscando un sabor.
-Pues es verdad, sabe a zumo de limón –rió Amy.
-Esta chica me gusta –reconoció Gabriela.
-Despídete de tus followers, Amy.
-Os quiero, cabrones. Os tengo en mi corazón y, sobre todo, en mi coño muuuuakks.
-Genial –cortó Ana la grabación de vídeo-. Esto me lo quedo yo –cogió el vaso pringoso y lo olió-. Mmmmmmm, se nota que es pipí incorrupto.
-Ana es una experta catadora de meadas –las risas de Gabriela fueron a más.
-¿En serio?
Ana probó el pipí con un buche.
-¿Qué haces? –a Amy le dio un poco de asco verla.
-Tiene muchas vitaminas y nutrientes –admitió Gabriela.
-Mmmmmm, mejor que un licor de manzana. El resto lo guardo y lo etiqueto –informó Ana. Cogió una pegatina, puso fecha de hoy y el nombre completo de Amy, y lo pegó al vaso.
-¿Qué vas a hacer con eso?
-Ana colecciona dos cosas: bragas y meadas –le dijo Gabriela.
-Esto va para mi nevera. Gabri, ¿me lo guardas? Amy y yo tenemos trabajo. Pero como se te derrame una gota te destrozo a palos.
-Tranquila, putona.
-¿Trabajo? ¿Qué trabajo? –se interesó Amy.
-Ven conmigo. Ya he visto que meas de lujo y eso es un punto a tu favor, pero necesitas cuatro puntos más para los cinco y ser de mi círculo íntimo.
-Claro. ¿Qué tengo que hacer?
-Lo de siempre. Seguir mi culo –salió Ana de la habitación al pasillo y del pasillo a las afueras de la residencia.

13

Otra mañana más, el profesor Héctor Martín Miraflores repasaba exámenes en la sala del profesorado. Era hora de clase y por eso no había nadie más que él. Entre examen y examen, recibió una foto por whatsapp de un número desconocido.
Era un grupo de neonazis de los Hammerskins, una banda ilegal y desarticulada por el ministerio de justicia desde hacía unos años. Era una docena de cachas con el cráneo rapado posando para la instantánea, todos hombres excepto una chica con una camiseta negra de las runas SS y el mensaje SANGRE & HONOR.
-Joder…
Era Ana Etxeberría.
El profesor Miraflores la tenía en clase de anatomía.
Había un segundo mensaje que te enlazaba a un post de todoporlapatria.blogspot.com.es

CLUB VENUS, MASCULINICIDIO Y LA LEY 1/2004.
Por Javier J. Carrascosa

A las dos de la madrugada del 29 de Marzo de 2017, una vecina del barrio de La Cruz de Granada llamó al 092 de la policía denunciando unos gritos tremendos en su bloque. En menos de cinco minutos, dos oficiales de policía se presentaron en un coche patrulla. Según el informe policial al que he tenido acceso, los dos agentes hablan de escenas horrorosas y dantescas. Penes cortados y cocinados. Uñas arrancadas de cuajo. Sangre por las paredes. Próstatas extirpadas y fileteadas. El cadáver de Carlos Bermúdez de 32 años fue hallado desnudo en el baño y cubierto de hielo. En el caso de Julio José López fue en un frigorífico del lavadero. Los dos castrados y casi desmembrados. Las tres asesinas eran tres adolescentes, J. L. de 18 años, R. R., de 17 años, y O. L. de 17 años también. Cuando fueron detenidas no opusieron resistencia. En los interrogatorios sucesivos, las chicas explicaron que pertenecían a un club social llamado Venus y cuando le preguntaron porqué hicieron tal barbaridad con ambos hombres, la respuesta fue muy sencilla: “No estamos de acuerdo con la ley orgánica 1/2004 de la violencia de género y vamos a mataros a todos”.
Pude leer los informes de esos interrogatorios y las chicas dejaban claro que odiaban a los hombres a rabiar, que eran feminazis y un exacerbado desprecio por lo masculino. Los tachaban de violadores, maricones y corruptos. “Sucios perros”, así nos denominaban.
Cuando conocí los datos del caso, indagué en ese Club Venus. Estaba claro que era un club de chicas muy cautas, reservadas y que no dejaban rastro ni tan siquiera en Internet. No tenían facebook ni página web, excepto un comentario perdido en un muro de facebook de una tal Raquel Castrense donde dejaba un mensaje que quizás se le escapó y olvidó borrar luego. SI TOCAN A UNA NOS TOCAN A TODAS. A MUERTE CON TODOS ELLOS. CLUB VENUS FOREVER. Enseguida accedí al muro de Raquel. Todo normal, excepto por su excesivos mensajes de odio a los hombres. Le envié una solicitud de amistad y varios mensajes por Messenger, pero nunca me hizo caso. Investigué el nombre de Raquel Castrense de la Serna y encontré un Instagram y una cuenta de twitter, y siempre con la misma filosofía de odio masculino, pero en ningún momento nombraba un club Venus. Encontré un móvil en su Twitter y me animé a llamarla. Contestó con un hola muy animoso, pero al saber que era la voz de un hombre y periodista acabó amenazándome de muerte y con insultos muy desagradables.
Aquí empezó mi pesadilla. Llamadas a las tantas de la madrugada. Coches que me seguían por la carretera. Mensajes anónimos por SMS y Messenger de modo amenazante. Accedieron a mi ordenador y a mi móvil, y lo hackeron. Me asaltaron mi casa en tres ocasiones. Pintadas en mi coche y en la puerta de mi casa con PUTO CABRON o TE VAMOS A MATAR. Puse a la policía al corriente de estos hechos, pero no podían hacer nada porque no había un sospechoso a quien poder detener, y no podían colocar una patrulla únicamente para mi, principalmente porque recortaron y habían menos operativos. Yo les hablé de Raquel, pero su ubicación la situaron en Ávila, y yo vivía en el Sur, y la descartaron como sospechosa, aunque yo sabía que ella era la que ordenaba y dirigía todo el cotarro.
¿Lo siguiente? Perdí mi empleo. ¿La causa? Yo sospechaba que mi jefa defendía al club Venus o incluso era miembro, y me despidió por investigar en demasía a ese gremio venusiano. Era de locos porque mi novia también me abandonó con la misma excusa, y empecé a comprender las ramificaciones del club Venus y su gran envergadura. A punto de perder mi casa y con mi cuenta corriente en números rojos, solo digo que este club de asesinas llega a lo más alto: policías, juezas, inspectoras, senadoras, incluso secretarias que trabajan para ministros y diputados, todas con la misma intención: matarnos a todos y controlar este planeta para su beneficio.
Si están leyendo esto, es que estoy muerto, y doy via libre a Orco233 para que lo publique en su blogspot todoporlapatria. Se trata de una lucha de géneros, donde el masculinicidio ha aumentado un 48% desde la creación del Club Venus en el año 2014. Un nido de asesinas, pederastas, fascistas y caníbales donde las cacerías humanas a críos, niños, adolescentes y hombres están a la orden del día. Este es mi legado y aquí lo dejo. Y mil gracias a Orcos233 por su valentía. Me consta de las reiteradas amenazas a él y a su familia por parte de este club. Incluso de envíos de sobres por correo con una bala dentro. Fuerza y a seguir luchando por la paz y la justicia.

El profesor Miraflores quedó horrorizado.
Quien envió la foto y el link, enseguida bloqueó el canal y contestar era imposible, pero el número de móvil quedaba reflejado.
El profesor Miraflores lo buscó en Google y lo enlazó al twitter de José Sacristán.
-¡Coño!
José Sacristán Muñoz, ayudante de cocina en el comedor de la facultad de medicina.
-Será posible…

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